martes, 7 de febrero de 2012

PÁRRAFOS DE UNA LECTURA OBLIGADA: PALABRAS PARA UN TORO SIN VOZ

Me he tomado la libertad de extraer algunos párrafos del libro "Palabras para un toro sin voz" y darlos a conocer. Espero que el esfuerzo haya valido la pena.

... Entre tanto bruto y tanto medroso, el Toro de la Vega se sigue celebrando año tras año, aunque parezca mentira. Y es que no se puede creer que un acto tan cruel pueda ser perpetrado abiertamente cada septiembre sin que las autoridades lo prohíban. El Toro de la Vega es una salvajada que repugna a todo individuo mínimamente civilizado, de la derecha a la izquierda, de los animalistas a los taurinos… (Rosa Montero. Prólogo del libro)

José Luis Victoria, el editor, nos cuenta en su relato una conversación de barra de bar entre dos vecinos de Tordesillas, con un desenlace más que esperanzador. EN TIEMPOS DEL BLANCO Y NEGRO.

… Rueda de muerte llena de ojos aburridos, ostentosos cadáveres en vida ovacionan a la tradición de la raza superior, impuesta cadena alimenticia, terror ante la respuesta al ataque, falsa valentía, varas de incultura y mafias encubiertas por medios de comunicación… GEMIDO (Asier Triguero)

… El pasado martes, un toro fue torturado hasta la muerte en Tordesillas. Se ensañaron con él de tal manera que acabaron clavándole un destornillador en la nuca. Aterrorizado, trató primero de huir; después no pudo más y, con el cuerpo destrozado a lanzazos, se tumbó debajo de un arbolillo que daba algo de sombra. Miraba a la turba que participaba en su linchamiento, sin comprender el motivo por el que querían hacerle tanto daño… (¡ATRÉVASE! SEÑOR ZAPATERO). Ruth Toledano.

Hugo Cardalba de la ONG “Solidarios Anónimos” ha contribuido con un texto que titula BRAVITO.

… ¡Qué sueño tan espantoso!, ¡qué horrible pesadilla!, se dijo el fraile cuando abrió los ojos y vio que estaba en su celda. He sido un animal, se dijo, no sé cual, un animal enfermo, sarnoso, abandonado, a quien todos maltrataban. Ha sido mi castigo por no hacer caso de la mirada del perro que maté ayer por la tarde. He estado dentro de esa mirada. Sin duda, en el sueño, yo miraba así, con esa pena, con esa desolación. Y ya nadie me ha ayudado. EL FRAILE QUE NO CONOCÍA LA PIEDAD (Soledad Puértolas)

… Segundo martes de septiembre, 11 horas. Soltaron a Ventorrillo. Las calles dieron escenario al hombre. Al temido hombre que portaba en el instinto un inquietante rótulo de muerte. Avanzó chorreando recelo por el sitio desconocido. Lo recibió un estruendo de mugidos. Los becerros gritábanle groserías. Las vaquillas, reían. La marejada de miedo acaparaba el aliento del irracional. Primer acto del sufrimiento humano transformado en algarabía… (EL HOMBRE DE LA VEGA). Ricardo Muñoz José.

… El Toro de Tordesillas no es la fuerza oscura del instinto desafiante al ingenio humano, sino una triste criatura condenada a una muerte infame. El Toro de Tordesillas no es un Minotauro enfrentándose a Teseo. No es un ser telúrico, primitivo, arcaico. Sólo es una criatura transida de pena, con la cabeza humillada por el miedo y la perplejidad. Su sangre no renueva el compromiso con la vida, sino la desolación moral del que aún no ha renunciado a un futuro donde el sufrimiento no constituya un espectáculo… EL TORO DE TORDESILLAS: LA BARBARIE IBÉRICA. Rafael Narbona.

… Entender una expresión cultural o un ejercicio litúrgico de tradición, la crueldad animal o la tortura pública, sólo es propio de personas que comparten valores con una clara distracción ética y moral. Si además añadimos que la crueldad taurina mueve masas singulares, despierta retorcidas pasiones, ilustra obras de arte, inspira poemas… Se desata una sensación de tolerancia a la barbarie que es preciso resetear del disco duro de las nuevas generaciones. EL TRAJE DE LUCES FUNDIDAS. (Carlos Mañas Gómez)

… Considero una aberración salvaje que a la gente le divierta el espectáculo de torturar animales. Y algo más aberrante todavía que las autoridades compartan el patético jolgorio, lo defiendan con el argumento de que se trata de una tradición centenaria e intenten ampararlo solicitando a la UNESCO que lo declare Patrimonio Cultural Inmaterial de la Villa de Tordesillas. ENERGÚMENOS (Nativel Preciado).

…Tampoco podremos ayudar, me temo, a este pobre toro. Pero allí estaremos las dos. Y algún día, quizá algún día, termine la salvaje actuación de hombres contra hombres, de hombres contra animales. GABI, “IN MEMORIAM”. Esther Tusquets.

… “Hay un hombre en España que lo hace todo, hay un hombre que lo hace todo en España”. Así comienza una genial canción del grupo “Astrud”. No les falta razón: hay un hombre en España que, verdaderamente, lo hace todo. Es ese hombre que se levanta por la mañana con ánimos de matar. No con las ansias de un asesino (por favor), él desea matar como matan los héroes. Ese hombre sale de casa armado con una lanza. No es algo que pueda hacerse todos los días, me refiero a eso de ir por la calle con una lanza en la mano, pero por fortuna vivimos en un país que nos ayuda a liberar nuestros primitivos instintos y que nos invita a salir de casa con una lanza un 13 de septiembre. HAY UN HOMBRE EN ESPAÑA (Elvira Lindo)

… Los amantes de la barbarie han conseguido que nadie en el pueblo sea capaz de alzar la voz contra la sacrosanta “tradición” so pena de ser marginado socialmente. El cura y el político perderían su razón de ser y en cuanto al ciudadano de a pie es fácil imaginar el miedo a las consecuencias de ser repudiado por su comunidad que se enorgullece de lancear un toro hasta la muerta. LA ESPIRAL DE SILENCIO. Fernando González “Gonzo”.

… Un pacífico toro, generalmente de simpático nombre, es alanceado y, brutalmente perseguido y torturado por unos energúmenos que se divierten con el sufrimiento y la muerte, termina al final hecho pedazos. Y para que no falte a la bestialidad el encanto del rito, debe saber el cívico espectador que a tal costumbre no le falta el rito religioso: la España del toro y la del cirio han ido juntas por lo común. Así que no se trata de la ofrenda a una diosa pagana, sino de la celebración de la fiesta de la virgen cristiana que toma en el caso de Tordesillas el nombre de La Peña. LOS NEGROS CUERNOS DE LA NEGRA ESPAÑA (Fernando Delgado)

… Eso significa que reaparecen los bárbaros y su hervidero de lanzas para perforar a un pobre toro, el triste epitafio de la exaltación de la crueldad bajo el amparo de las costumbres rancias y patrias. Eso significa que otro año la brutalidad salpica nuestra cordura. Que la crueldad más extrema, aquella que se ensaña con el más débil, muestra su faz más sanguinaria e irracional… PARADIGMA DE LA BARBARIE (Javier Montilla)

… No estamos, por lo tanto, ante una tradición querida y respetada por la mayoría, sino ante una fachada con pretensiones de cultura y actitudes de violencia por un grupo de ciudadanos que sirve a sus intereses. Hay unas cuantas personas en Tordesillas a quienes entusiasma el Toro de la Vega; hay otras tantas a las que les repugna y hay una mayoría que se calla para “tener la fiesta en paz”, pero que cada día está más harta no ya del ritual ancestral sino de la chulería ancestral de los que lo mantienen como síntoma de un estilo de vida que ya huele. ¿RITUAL ANCESTRAL O MALA COSTUMBRE? (Luisa Cuerda)

… ¿Saben ustedes dónde nació el general más siniestro, más resentido y más sádico de la Guerra Civil? Pues en Tordesillas. Allí vino al mundo Gonzalo Queipo de Llano, el que se encargó sesenta años después de enviar al otro mundo, con vesania, a miles y miles de andaluces inocentes. Lo cual, dicho sea de paso, no impide que yazca en La Macarena con todos los honores, ni que de vez en cuando los cofrades procesen su fajín por las calles de Sevilla. TORCIDOS DE TORDESILLAS (Ian Gibson)

José Luis Ordóñez, nos deja un elocuente diálogo entre un hombre y la mujer de la que está locamente enamorado. A SU MANERA. 

… El que transcribo a continuación acaso sea el mejor y más preciso ejemplo de algo muy común en la tauromaquia y sus variantes: el empleo de argumentos para justificarse aduciendo el inmenso amor que sienten por al animal que van a matar. Después de leer esto, nadie que desee vestir de cordura sus reflexiones, podrá dudar de cómo sus razonamientos en este sentido están siempre basados en una mentira consciente… EL PATRONATO DEL TORO DE LA VEGA: UNA EXALTACIÓN DE LA CRUELDAD (Julio Ortega)

Además de lo que he extraído de los maravillosos textos que dan contenido al libro, figuran poemas firmados por: David Fernández Rivera (AL ALBA), Emilio Silva (CARNE DE TORO), Jorge Riechmann (ESPULGARSE) , Ángel Padilla (LOS VERSOS DEL PICADOR) y Vicent Jaume Almela (AL BOU DE LA VEGA), junto a una viñeta de Carlos Azagra. No he querido poner ninguna estrofa de los mismos, porque la poesía hay que leerla íntegra. En realidad hay que leer todos los textos al completo, así que, haced un esfuerzo y comprad el libro. Os prometo que no os va a defraudar. Merece la pena.

viernes, 3 de febrero de 2012

PALABRAS PARA UN TORO SIN VOZ






Ayer por la tarde se presentó en Madrid el libro "Palabras para un toro sin voz". Se trata de una obra que consta de una serie de relatos cortos, que hacen alusión al Torneo de La Vega, un esperpéntico festejo que se celebra todos los años, en el mes de septiembre, en la localidad vallisoletana de Tordesillas.

La idea nace de la Plataforma Manos Rojas, que crearon Julio Ortega y Ángel Padilla.

Entre los que se han colaborado de forma desinteresada a hacer realidad este necesario libro, se encuentran, además de los nombrados: Rosa Montero, Soledad Puértolas, Juan Kalvellido, Emilio Silva, Carlos Mañas, Jorge Riechmann, Ruth Toledano, Hugo Cardalda, Esther Tusquets, Luisa Cuerda, Asier Triguero, Fernando Delgado, Rafael Narbona, José Luis Victoria, Fernado González "Gonzo", Carlos Azagra, Elvira Linda, Nativel Preciado, Ricardo Muñoz José, José Luis Ordónez, David Fernández Rivera, Ian Gibson, Vicent Jaume Almela, Javier Montilla, Eduardo y Eduardo Galeano.

Las próximas presentaciones tendrán lugar en:

Valladolid el 23 de febrero a las 19.30, en el Aula Triste, Palacio de Santa Cruz (piso bajo, entrando en el claustro a la izquierda). Plaza de Santa Cruz.

Vigo: Sábado 25 de febrero a las 19.30. En la Casa del Libro. Calle Velazquez Moreno 27.

Barcelona: fecha por determinar.

El libro se puede adquirir en la página www.edicioneshades.com al precio de 12 euros. La totalidad del dinero recaudado irá destinado a fomentar todas aquellas iniciativas que sirvan para la abolición de cualquier tipo de maltrato animal.

Audio del acto de presentación del libro. Empieza en el minuto 1 y 7 segundos.

Tuve la suerte de ser invitado a la presentación que se hizo ayer por la tarde en la Casa de la Juventud de España, y para poner mi granito de arena en esta importante iniciativa, aquí os dejo lo que escribí para la ocasión:


PALABRAS PARA UN TORO SIN VOZ (José Enrique Zaldívar Laguía) (2/02/2012)

El día seis de este mes, se cumplirán cinco años desde que, estando en la consulta del dentista, cogí de la mesita de la sala de espera un ejemplar del periódico El País. En él, me encontré con una columna de Rosa Montero, con el título de “Ay”, en la que mencionaba a un veterinario que decía: “Yo podría aseverar perfectamente que el toro de lidia no sufre. Así como lo digo: no sufre dolor”. Y ahí, que no “Ay”, empezó mi trabajo por la abolición de la Tauromaquia. De ser un veterinario antitaurino acomodado, pasé a ser un veterinario abolicionista activado.

Decía Rosa en su columna, que esas declaraciones le habían producido “congoja y pasmo turulato”; a mí me produjeron cabreo deontológico, porque cabreo es lo que sentí en ese momento; aún me dura… Gracias, Rosa, no puedes imaginar el favor que nos hiciste, a los toros y a mí.

Tordesillas y su Toro Alanceado, son una mancha más, negra mancha de nuestra negra España. Allí, año tras año, se celebra uno de los espectáculos más crueles de maltrato animal que un ser humano es capaz de pergeñar. Un toro es perseguido a campo abierto por más de doscientos lanceros del siglo XXI a pie y a caballo, con el único y sanguinario objetivo de darle muerte.

El resto de la historia ya lo conocéis, así que, no tiene sentido que os explique lo que allí sucede.

He perdido la cuenta de los lugares en que he demostrado, con argumentos científicos, que negar a un mamífero dotado de un sistema neuroendocrino muy parecido al nuestro, la capacidad de sufrir síquica y físicamente en todos y cada uno de los festejos en que es utilizado, no deja de ser un ejercicio de cinismo que pretende justificar lo que no se puede.

Como veterinario que ha vivido en primera persona los importantes pero insuficientes cambios que ha sufrido nuestra sociedad en cuanto al respeto por los animales en los últimos treinta años, se que la abolición de todos los espectáculos taurinos, abrirá la ahora entreabierta puerta de la empatía y compasión con los animales, para acabar de una vez por todas con cualquier tipo de maltrato hacía ellos; porque, mientras sea legal clavar puyas, banderillas, rejones, espadas, descabellos, puntillas y lanzas, o embolar o ensogar a toros y vacas, el maltratar a cualquier animal encontrará un rincón en las conciencias para poder ser justificado en base a tradiciones y costumbres centenarias o milenarias, arte, cultura o raíces.

“Sin raíz… nada”, se puede leer en la página digital del Patronato del Toro de la Vega. Esta frase me ha recordado a Garcinuño, el anciano de pelo blanco y largas barbas, que aparece en la película “Amanece que no es poco”, con sus raíces tan enquistadas en la tierra, que Morencos, el campesino intelectual del pueblo, le dice: “Contigo, la verdad que no se sabe qué hacer. Lo mismo da que se te riegue o que se te abone. Te da por no brotar y no brotas”. Garcinuño empezó a brotar en el siglo XVI -curiosamente el siglo en que aparece la primera referencia escrita sobre el inmemorial Torneo de la Vega- que se dice pronto, pero parece ser que en el siglo XVIII se dio a las mujeres con muchísimo exceso y que por eso se le plantó el crecimiento. Yo les diría a algunos “Tordesillanos”: ¡Brotad!, no vaya a ser que os pase lo que al pobre Garcinuño. Que me perdonen las mujeres por el comentario, pero no debemos olvidar que, antiguamente, el premio para el lancero que acababa con la vida del toro eran los testículos del animal, símbolo de la virilidad desde tiempo inmemorial.

Entre toda esa buena gente que he conocido a lo largo de estos últimos cinco años, están algunos de los que han contribuido con sus maravillosos escritos a la publicación de este libro: Ángel Padilla, Javier Montilla, Ruth Toledano y Julio Ortega. A ellos, a los que he tenido el placer de conocer hoy, y a los que aún no conozco, muchas gracias en nombre de los toros sin voz, que hoy, gracias a vosotros, la tienen; muchas gracias en nombre de los maltratados con la crueldad que sólo el ser humano es capaz de practicar y en especial en nombre de los toros alanceados en el Torneo de la Vega, y en el mío propio.