martes, 28 de diciembre de 2010

LA PRIMERA VISITA AL VETERINARIO


Muchos de los que leáis este artículo, habréis tenido ya experiencias previas de lo que es la convivencia con un perro, pero también habrá lectores que se vayan a verse inmersos por primera vez en esta novedosa experiencia. A los primeros no vendrá mal recordarles algunos aspectos relacionados con los cuidados más elementales, y para los segundos, podrá ser una guía con la que resolver muchas de las dudas que se les vayan planteando, especialmente durante el primer año.


Son varias las vías por las que podréis adquirir un perro: criaderos especializados, tiendas de animales, sociedades protectoras, y en algún caso, el encuentro casual con un perro “vagabundo” que se cruzó en vuestro camino. También y dadas las fechas en las que nos encontramos, no será nada extraño que alguien os sorprenda con este “exótico” regalo.

Del mismo modo, y especialmente si acudís a un centro de acogida, es posible que el perro que vaya a entrar en vuestra casa no sea un cachorro, sino un perro joven, o adulto, que un día fue abandonado.

Deberíamos esperar que sea cual sea su procedencia, vuestro nuevo compañero de viaje se encuentre en perfecto estado de salud, pero desgraciadamente, esta premisa no siempre se cumple, y es por esto que, lo primero que se impone es una visita al veterinario.

En algunas ocasiones, el criador, el vendedor de la tienda de animales, e incluso la protectora en la que lo habréis recogido, os sugerirán, y en algunos casos os impondrán, una clínica a la que acudir para las primeras atenciones: vacunaciones y desparasitaciones. Puede que incluso os adviertan que de no ser así, perderéis la garantía sanitaria. No es el momento de polemizar sobre esta circunstancia, así que, lo dejaremos para otra ocasión, y nos centraremos en lo realmente importante, es decir, la salud y bienestar de vuestro nuevo perro.

Salvo casos excepcionales, mi recomendación es que no llevéis a casa un cachorro antes de haya cumplido las siete semanas de vida. Si se trata de un perro joven o de adulto es evidente que esta aseveración está fuera de lugar, al igual que si se trata de un perro huérfano.

Lo que yo os recomiendo es que, si el perro no presenta ningún síntoma extraño una vez recogido, se mantenga en vuestro domicilio durante las primeras 48 horas, y que pasado este tiempo lo llevéis al veterinario. La elección del profesional que merezca vuestra confianza, se hará, en la mayoría de los casos, por la proximidad a vuestro lugar de residencia, aunque en otras ocasiones sabemos que os guiaréis por otras circunstancias, como recomendaciones de amigos o conocidos, o conocimiento previo del profesional que ya atendió a algún perro que convivió con vosotros.

Sea cual la procedencia del animal, excepto en el caso de que haya sido recogido en la calle, es indispensable que la persona que os lo ha vendido o que os lo ha cedido, os entregue la documentación pertinente, en especial la cartilla sanitaria en donde figurarán las vacunas, y desparasitaciones, si es que se le han hecho, y que os informe de la alimentación que está tomando. En algunos casos, el perro estará ya identificado, es decir se le habrá puesto el microchip, y por tanto os deberá entregar la documentación que así lo acredite. Toda esta información es indispensable que sea entregada a vuestro veterinario en la primera visita a su clínica. De este modo será más sencillo establecer un calendario de futuras vacunaciones y desparasitaciones.

¿Qué debéis esperar del veterinario que os atienda en esta primera aproximación a un consultorio, clínica u hospital veterinario? La respuesta es sencilla: una revisión completa que garantice que todo está en orden, y la obtención de respuestas y explicaciones a todas vuestras preguntas e inquietudes; del mismo modo, él, esperará lo mismo de vosotros. La comunicación fluida en indispensable para que esta nueva relación sea lo más fructífera posible para ambas partes.

La revisión del perro, sea cual sea su edad, debe ser completa. Todos los aparatos y sistemas orgánicos deberán ser inspeccionados: ojos, boca, oídos, bronquios y pulmones, corazón, aparato digestivo, pelo, piel, aparato reproductor, locomotor... Una buena revisión, sin grandes alardes tecnológicos, deberá ser suficiente. Una vez realizada, y en función de lo que el facultativo haya observado, es posible que os sugiera alguna prueba complementaria.

Generalizando, podemos decir que, si detectamos un problema cardiaco, será necesaria la realización de un electro, y de una placa de tórax para empezar a identificar la patología causal; ante problemas de locomoción o de crecimiento, serán necesarios análisis de sangre, y algunas radiografías; ante un problema de piel, se hará inevitable tomar unas muestras de pelo, y la realización de algunos raspados de piel; ante problemas digestivos, un análisis de heces, y quizás una placa de abdomen. Determinados problemas oculares pueden hacer necesarios la realización de un test de Schimmer, un fondo de ojo, e incluso el uso de algunos colorantes para determinar la permeabilidad de la lágrima.

Merecerán especial atención las razas con predisposición a padecer ciertas enfermedades con un componente genético como displasia de codo o de cadera. En éstas, los criaderos serios acreditan con los certificados correspondientes, que los padres del cachorro están libres de estas enfermedades. Ello no garantiza que nuestro perro no vaya a padecerlas pero reduce la posibilidad. Si el perro es comprado, se debe exigir al vendedor, que si apareciera alguna enfermedad congénita, se hará cargo de la posible solución del problema. Salvo en casos excepcionales, y dada la edad en la que el cachorro es llevado a la primera visita a la clínica, va a resultar prácticamente imposible que vuestro veterinario pueda hacer un diagnóstico adecuado sobre estas patologías.

Una enfermedad que en muchas ocasiones podemos considerar como congénita, y que estamos viendo en la actualidad con excesiva frecuencia en cachorros, es la demodicosis (sarna demodecica), de la que también tendrá que responder el vendedor en caso de que se presente. Éste es un ejemplo claro de que en muchas ocasiones se están vendiendo cachorros con serios problemas de inmunidad, y que no han sido criados en las mejores condiciones.

No olvides que para cualquier reclamación posterior es indispensable la presentación de una factura de compra, y un comprobante de venta donde se aclaren las garantías por escrito.

Una recomendación que os hago, y que nos ahorrará tiempo, es que si en los días previos habéis observado que las deposiciones del perro no son las que deberían ser, es decir, que presenta un exceso de frecuencias, y alteraciones en su consistencia, llevéis dos o tres muestras de las mismas a la clínica para la realización de un análisis coprológico. No basta con que os hayan dicho que el animal ya ha sido desparasitado, ya que en muchas ocasiones su aparato digestivo presentará parásitos que sólo podrán ser combatidos tras su identificación y la aplicación del tratamiento específico. La presencia de giardias y de coccidios es cada día más frecuente en los cachorros que atendemos en nuestros centros, muchas veces solapadas por tratamientos previos que han realizado en los lugares en donde fueron criados o vendidos.

El programa vacunal se me antoja como una de las cuestiones más importantes que deben ser tratadas en la primera visita a la clínica. Es frecuente, ¡demasiado frecuente!, encontrarnos con cachorros mal vacunados. ¡Nunca se debe poner una vacuna antes de las 6 semanas de edad!, salvo en casos muy particulares que deberá valorar el veterinario. La prisa en estos casos no reportará ningún beneficio. Un ejemplo sería el de aquellos perros que fueron criados a biberón en ausencia de la madre, o en el caso de que ésta estuviera imposibilitada para desarrollar la lactación.

Antes de esta edad, los anticuerpos maternos que el cachorro adquiere a través de la leche neutralizarán la vacuna, con lo que ésta no será efectiva. A partir de las seis semanas, estos anticuerpos que protegían al cachorro comienzan a disminuir, por lo que la vacuna ya puede ser eficaz. Desde este momento, retrasar la vacunación será perder un tiempo valioso para que el perro cree sus propias defensas. Sin ellas quedará expuesto a múltiples agentes infecciosos que provocarán enfermedades peligrosas y ampliamente extendidas por todo el mundo.

Todos los cachorros deberán ser REVACUNADOS cuando cumplan las 12 semanas de vida, y no antes.

Ni que decir tiene, que si el perro es joven o adulto, el programa vacunal tendrá alguna variación, en función de la edad exacta, y de vacunaciones que se hayan realizado previamente.

Uno de los temas más importantes a tratar en nuestra visita al veterinario es el de la alimentación. Deberemos hacer un cálculo aproximado de lo que va a pesar el perro en su edad adulta, para fijar el tipo de alimento que se le debe suministrar. Afortunadamente, las grandes marcas de piensos, tienen una amplia variedad de productos de excelente calidad para cada una de las etapas de la vida, pero que deben ser elegidas en función de que el animal, en su edad adulta, vaya a tener un tamaño enano, pequeño, mediano, grande o gigante.

El tema de la futura esterilización no es necesario tratarlo en una primera consulta, pero tampoco conviene demorarlo en exceso, porque el tiempo pasa muy rápido, y según los últimos avances científicos, es conveniente que sea realizada antes de que perro o la perra alcancen la madurez sexual para que reporte el máximo de beneficios que se ha demostrado que tiene esta práctica.

Los que habéis tenido ya experiencias previas, es decir, que el nuevo inquilino no es el primer perro, tenéis conocimientos suficientes para poder llevar a buen puerto una adecuada educación, aunque es importante recordar que no suele haber dos perros iguales, por lo que, en algunas ocasiones, lo que sirvió para enseñar a uno no es útil para aplicarlo en otro.

Para los “novatos” creo interesante informaros de que existen en la actualidad reuniones educativas para propietarios de cachorros que os pueden ser de gran utilidad, llevadas a cabos por veterinarios especialistas en Etología. Vuestro veterinario os podrá informar de los lugares en que se imparten. La socialización del perro es una disciplina de gran actualidad, por lo que, llegado el caso, os reportará grandes beneficios y será de gran ayuda.

No obstante, vuestro veterinario de “cabezera”, os podrá instruir en las habilidades que tendréis que poner en marcha para que vuestro nuevo perro no presente alteraciones del comportamiento que luego cueste solucionar.

Y para finalizar, como veterinario especialista en pequeños animales, creo conveniente que antes de tomar una decisión que supone asumir una gran responsabilidad, os hagáis tres preguntas que aparecen en una entretenida guía llamada “La educación del cachorro” publicada por dos compañeros de profesión, los doctores Estevez, y Ramil:

-¿Tienes tiempo para atender a un perro y dedicarle un mínimo de quince minutos por la mañana, al mediodía y por la noche?

-¿Puedes costear los gastos de alimentación, veterinario, peluquería, adiestramiento, residencia, seguro de responsabilidad civil... ?

-¿Tienes un lugar apropiado en casa, una pequeña habitación o parte de ella, para uso exclusivo del perro?

Si respondes “no” a alguna de estas cuestiones deberías pensar en otro tipo de mascota.



José Enrique Zaldívar Laguía.

Clínica Veterinaria Colores.

Pso de Santa María de la Cabeza 68 A

Madrid-28045

jueves, 2 de diciembre de 2010

ENFERMEDADES DENTALES CANINAS

La dentición primaria canina (la decidua) está compuesta por 28 dientes: a cada lado del maxilar y de la mandíbula existen tres incisivos, un canino y tres premolares. La mayor parte de los problemas ocasionados por los dientes deciduos se debe a la incapacidad de éstos de desprenderse; la regla que se acepta generalmente es la de "no permitir más de un diente del mismo tipo en el mismo sitio al mismo tiempo". En general, el diente de leche se extraerá tan pronto como empiece a salir el adulto; el no hacerlo podría ocasionar desviaciones y éstas, en el futuro, problemas ortodóncicos o periodontales. También las fracturas de los dientes de leche pueden ocasionar enfermedades, por lo que se extirparán lo más pronto posible tras producirse la rotura.




El perro adulto posee 42 dientes secundarios, 20 en el maxilar y 22 en la mandíbula.



La oclusión normal es una mordida en tijera, en la que los dientes mandibulares ocluyen a los dientes maxilares. Las afecciones ortodónticas se producen cuando el maxilar o la mandíbula son demadiado cortos o largos o cuando uno o más dientes no poseen la alineación debida.



La estructura dental se compone de esmalte, dentina, conducto pulpar, y periodonto. Los dientes están recubiertos por una capa de esmalte. Éste, la sustancia más dura del organismo, está compuesto por cristales de diferentes minerales e iones. Normalmente es blanco traslúcido, pero puede teñirse o cambiar de color por transmisión de las alteraciones de color de la dentina subyacente. El esmalte puede desgartarse, lo que se conoce como atrición, cuando se debe al rozamiento entre dientes, o abrasión cuando se debe a una sustancia externa, como cuando se masca pelo o piel; incluso el mordisqueo de pelotas de tenis o de "fribis" de trapo, puede provocar el desgaste, que puede acabar afectando a capas más profundas de la pieza dental.

La fiebre elavada durante enfermedades infecciosas puede provocar hipoplasia del esmalte. Las caries más frecuentes en el perro, son las de tipo 1 y 5. Las de tipo 1 afectan a la superficie dorsal de la pieza dental, y las de tipo 5 al tercio gingival del diente, en la superficie bucal (exterior) o lingual (interior).



La dentina es la siguiente capa del diente. En el adulto constituye el grueso del diente y se halla recubierta por esmalte supragingivalmente, y por cemento subgingivalmente. Aunque a simple vista parace sólida, es en realidad porosa.



El conducto pulpar es la capa interior del diente, compuesto por vasos sanguíneos, nervios y células. Las alteraciones de esta estructura, van a provocar que el diente presente un matiz rosado y posteriormente, como consecuencia de la degradación de los componentes sanguíneos, un tono morado. La rotura de dientes, en las que la pulpa está casi expuesta, terminarán induciendo enfermedades, en cuyo caso está indicado el tratamiento endodóntico.



Rodeando la porción subgingival del diente existe cemento. Es en esta zona en donde se inserta el ligamento periodontal y el hueso alveolar que rodea al diente.

Rodeando el diente y recubriendo el hueso, se encuentra la encía.

En resumen, el periodonto consta de cemento, ligamento periodontal, hueso alveolar, y encía. Ésta es el área de atención en la prevención y tratamiento de la enfermedad periodontal.



La cavidad oral está limitada anteriormente por los labios, lateralmente por los carrillos, dorsalmente por el paladar duro y el blando, ventralmente por el suelo de la boca, y caudalmente por la faringe oral. La porción ventral de la cavidad oral está ocupada por la lengua; es un área sujeta a infecciones, tumores, y traumatismos.



Las enfermedades periodontales (gingivitis, periodontitis) son un problema inflamatorio infeccioso oral bastante corriente en los perros. La destrucción del tejido periodontal se produce por una reacción inflamatoria a los patógenos periodontales, es decir a las bacterias, que son capaces de liberar toxinas, lo que va a provocar una respuesta inmunitaria.

Es importante matizar que este tipo de infecciones bucodentales pueden ser un factor de riesgo para el padecimiento de enfermedades sistémicas que pueden afectar al corazón, al hígado y al riñón.

El riesgo de desarrollar enfermedad periodontal depende de varios factores, como la susceptibilidad genética, las influencias ambientales, y la higiene oral. Por otro lado existen enfermedades como la diabetes que parece que pudieran influir en el desarrollo y la intensidad de la enfermedad periodontal.



Es probable que la enfermedad periodontal sea la afección más corriente en perros; sin embargo, este tipo de alteración parece ser una causa rara de enfermedad grave. ¿Por qué debiéramos entonces preocuparnos de algo que, aparentemente, es compatible con la vida en la mayoría de las ocasiones, aunque sea tan común?

El problema es que cuando usamos el término "enfermedad periodontal", lo hacemos para referirnos a un gran numero de procesos. "Periodontal" significa "alrededor o cerca del diente".

La placa dentaria es el material blando que se adhiere a la película de la saliva, que recubre el diente, y está formada en una gran proporción por bacterias. No es una enfermedad per se, pero su acumulación es la causa de enfermedad periodontal.

El cálculo dentario (sarro) es el depósito duro que se constata frecuentemente en los dientes. A diferencia de la placa, resulta muy complicado eliminarlo de la superficie dental salvo por una limpieza de boca.



La GINGIVITIS es la inflamación de la encía y se debe a la acumulación de placa dentaria. Es muy común en la boca de cualquier perro no sometido a una higiene oral meticulosa y frecuente. Se considera que es reversible: la inflamación desaparece si se elimina la placa. De cualquier forma, en muchas ocasiones, "los veterinarios exageramos la nota" ante una gingivitis, ya que: puesto que no todos los sitios con gingivitis progresan a periodontitis, el asignar importancia clínica a su presencia, conlleva el riesgo de dar importancia a lo que no la tiene. Algunos transtornos locales o sistémicos pueden convertirla en un problema clínico grave (gingivitis ulcerosa necrosante aguda, estomatitis ulcerosa, insuficiencia renal, estrés acentuado).



La PERIODONTITIS es la verdadera "enfermedad" en la enfermedad periodontal. Es la destrucción del tejido de adhesión periodontal (tejido conectivo y hueso). Sólo podemos hablar de que existe esta enfermedad cuando es evidente que hay reabsorción ósea, o lo que es lo mismo, pérdida de hueso. Es frecuente que haya partes de la boca que estén afectadas y otras que no lo estén. Lo que si es cierto es que, tanto la enfermadad intensa en una sólo área como el efecto acumulativo de una enfermedad menos intensa, pero que afecta a múltiples sitios, puede inducir signos clínicos.

La causa de la enfermedad periodontal es la placa dentaria: si se permite su acumulación se producirá enfermedad, mientras que si se impide no desarrollará nunca. Sin embargo, podemos decir que su prevención absoluta es imposible. En los perros libres de gérmenes no se desarrolla esta enfermedad, por lo que podemos considerarla una infección.

Existe una cantidad considerable de información sobre las bacterias asociadas a la periodontitis. La conclusión general es que no habrá destrucción de tejidos hasta que haya una gran cantidad de bacterias de las que se conocen con el nombre de anaerobias, es decir, de aquellas que se reproducen en ausencia de aire. El germén que se aisla con más frecuencia es las porphyromonas (especialmente la gingivalis), así como las conocidas como treponemas (espiroquetas).



Con una higiene oral buena, una alineación apropiada de los dientes, que favorezca las fuerzas normales de oclusión, la autolimpieza de dientes y encias (masticación), una buena salud sistémica, una dieta apropiada que proporcione una buena nutrición, y con comidas abrasivas, que contribuyan a la limpieza mecánica de los dientes y a que se ejercite el ligamento periodontal y la encia, los tejidos periodontales permanecen sanos toda la vida; sin embargo, cuando una o más de estas condiciones se altera la placa se acumulará o se producirá una reacción deficiente o exagerada del tejido local, con la consiguiente enfermedad.



Hoy sabemos que en esta enfermedad existe un componente genético importante, dada su mayor incidencia en unas razas que en otras. Podemos decir que es una enfermedad de la civilización, ya que, aunque no está totalmente ausente en especies salvajes, si es menos intensa que en muchos animales domésticos. La alimentación, y otros factores de la domesticación como el estrés, la mayor longevidad media, probablemente el efecto inmunitario de vacunaciones repetidas, y aspectos químicos y mecánicos de las comidas, aparte de los factores genéticos mencionados, podrían influir en la incidencia de la enfermedad.

La actividad masticatoria parece tener una gran importancia. En un estudio epidemiológico de 1350 perros, la acumulación de sarro, la inflamación gingival, y la pérdida de hueso periodontal eran menores en perros que tenían acceso a diversos materiales para mordisquear (cuero crudo, huesos, galletas y juguetes adecuados a tal fin) que en los perros con acceso a menos materiales de este tipo o a ninguno.



La enfermedad periodontal progresa en determinados sitios de gingivitis a periodontitis y, por último, a la pérdida del diente y resolución de la inflamación. De hecho, podemos decir que la periodontitis, o destrucción de los tejidos que sostienen el diente, es un mecanismo protector. En un entorno natural, un diente con un absceso podría ser mortal para un perro si no hubiera forma de rechazarlo; destruyendo los tejidos de sostén óseo y conectivo el diente se puede caer y los tejidos de pueden curar.



Es importante puntualizar que los perros pueden arreglárselas sin dientes; de hecho los perros con enfermedad periodontal muy acentuada están mejor sin ellos, porque su pérdida es la forma más fiable de eliminar esa fuente de infección crónica. Sin embargo, en igualdad de condiciones, los dientes se retendrán siempre que ello sea factible, debido a razones funcionales y estéticas. En especial se deberían mantener los carniceros o los caninos como unidades funcionales.

Hoy sabemos que los perros afectados por esta enfermedad sufren dolor, y como consecuncia pérdida de apetito, letargo, pirexia, comportamientos imprevisibles y adelgazamiento. Para mantener la boca indolora, y por consiguiente un perro sin dolor, la prevención es mucho más importante que el tratamiento.



El cepillado de los dientes del perro tres veces por semana, previene la gingivitis. En los perros se desarrolla sarro cinco veces más deprisa que en el ser humano debido a varios factores, como su entorno oral alcalino y la rapidez con que se acumula sustrato. Dado que no es muy frecuente que los propietarios cepillen los dientes de sus perros, podemos decir que éstos necesitan limpiezas dentales con más frecuencia que nosotros. Aún así, creo que todos los veterinarios deberiamos concienciar a nuestros clientes de la importancia de educar al perro desde muy pequeño para acostumbrarle al cepillado dental, y darles las instrucciones necesarias para facilitarles la tarea. No creo necesario tener que decir que se deben usar pastas dentales formuladas específicamente para este tipo de animales, y cepillos adaptados al tamaño de la boca del animal. No es recomendanble el uso de sal ni de bicarbonato, y si el perro no se acostumbra al sabor del dentrífico, el cepillado se puede hacer sin este elemento.



Debemos añadir que algunos fabricantes piensos ya han añadido desde hace años, algunas referencias sumamante útiles para eliminar la placa dental o para reducir su acumulación.

Del mismo modo pueden ser usados algunos objetos como las tiras de cuero crudo, o determinados juguetes, aunque no es recomendable el uso de huesos naturales, ni de aquellos que estén hechos de gomas excesivamente duras.



Cuando la enfermedad está instaurada, se harán necesarios los tratamientos veterinarios. En ocasiones será suficiente con la limpieza bucodental y el pulido, más el uso de determinados antibióticos, y en otras será necesario recurrir a la cirugía. Creo importante haceros saber que los antibióticos deben ser usados racionalmente, ya que cuando los damos vamos a acabar tanto con las bacterias patógenas, como con las beneficiosas que existen en la boca. Del mismo modo el suministro de estas medicaciones antes de una limpieza dental debe quedar limitado a aquellos casos en que halla ulceraciones orales dolorosas, periodontitis moderada a intensa, enfermedad sistémica, y procedimientos quirúrgicos concurrentes. También podrá ser usada la clorhexidina como antimicrobiano seguro y eficaz contra los patógenos orales. Son numerosas las técnicas de cirugía que se pueden realizar en la boca de nuestros perros, pero no voy a referirme a ellas, dado lo excesivamente técnica que sería su descripción.



El tratamiento endodóntico o endodoncia, también se realiza en los pacientes caninos. La endodoncia se puede definir como la rama de la ciencia dental que se dedica al estudio de la forma, función, salud, lesiones, enfermedades y tratamientos de la pulpa dental y de la región perirradicular. El tratamiento endodóntico es cualquier procedimiento destinado a mantener la salud de toda la pulpa o de parte de ella. Cuando la pulpa está enferma o lesionada, el tratamiento va dirigido a mantener o restaurar la salud de los tejidos, en general mediante el tratamiento del conducto radicular, pero a veces combinado con la cirugía endodóntica. El tratamiento estándar se conoce con el nombre endodoncia convencional, que consiste en eliminar la pulpa irreversiblemente dañada para después limpiar y dar forma al espacio del conducto radicular y subsiguientemente rellenar, u obturar, con un material semisólido y un sellador.



Con frecuencia, es necesario extraer sucesivamente multiples dientes, que en ocasiones serán de leche. Si la extracción del diente deciduo no se lleva a cabo a tiempo es probable que el permanente presente malaoclusión. Es éste un problema que se da con relativa frecuencia en las razas pequeñas y miniatura, y que debe ser vigilado por los veterinarios.



En resumen, os puedo decir que los problemas bucodentales se presentan con relativa frecuencia en nuestros perros, y que, dado que al parecer pueden ser los culpables de determinadas complicaciones a nivel de órganos como corazón, hígado, y riñón, merece la pena prestarles la atención que se merecen. La halitosis es uno de los primeros síntomas que tendrá vuestro perro cuando tenga una afección bucal, por lo que, si detectáis este problema, una visita al veterinario será de obligado cumplimiento.



Artículo publicado en la revista El Mundo del Perro.



José Enrique Zaldívar Laguía.

LA MONTA, LA GESTACIÓN Y EL PARTO

Este artículo tiene como fin aportar la información básica necesaria a todos aquellos que tengáis pensado cruzar a vuestras perras, y vivir la experiencia de la gestación y el parto. Para empezar creo necesario que conozcáis algunas de las características del ciclo sexual de las hembras de le especie canina, lo que os facilitará llevar a buen puerto esta experiencia.


La raza tiene un importante efecto sobre el momento del primer estro (celo) en la perra. Por lo general, éstas, muestran su primer ciclo varios meses después de que alcanzan la talla y el peso corporal de un adulto, aunque existen salvedades.



Por ejemplo, la raza beagle puede tener su primer celo entre los siete y diez meses. Algunas razas grandes también podrán presentarlo antes del año de edad, aunque otras pueden no hacerlo hasta los 18-24 meses. Por tanto podemos decir que existe una amplia variabilidad individual y de razas, que unida a los ciclos denominados de celo silencioso, hacen que el veterinario y el propietario no puedan predecir el momento del primer celo.



A veces se ha sugerido que las perras que vagan libremente entran en su primer ciclo de estro en etapas más tempranas de la vida que las que se encuentran en criaderos o en ambientes caseros. Aún así, los veterinarios no entraremos a valorar en la clínica a una perra por falta de ciclos ováricos hasta que tiene al menos dos años de edad, es decir, que no nos plantearemos que existe una patología de la reproducción hasta que haya transcurrido ese tiempo.



Por lo general se cree que las perras entran en celo dos veces al año, durante la primavera y de nuevo en el otoño. Sin embargo, la realidad es que experimentan ciclos ováricos todo el año. Por tanto podemos decir que las perras pueden reproducirse y parir todos los meses del año, aunque suele tener máximos sutiles a finales del invierno, y principios de la primavera, además de los meses de otoño.



Podemos decir que por termino medio el proestro (corto periodo que preceda al celo) se produce cada 6-7 meses, De este modo, al conservar esta periodicidad, empieza un ciclo ovárico al menos una vez en cada mes del año durante la vida del animal. Hay una tendencia a cierta variación. El intervalo entre celos (interestros) es de cinco a once meses aproximadamente. Sin embargo, los intervalos de interestro menores de 4 meses no suelen relacionarse con esterilidad, y los mayores de 12 meses pueden vincularse con fecundidad subóptima o esterilidad. La raza y la variabilidad individual pueden ser importantes. Las perras de raza pastor alemán, por ejemplo, puede mostrar ciclos cada 4 o 5 meses y conservar la fecundidad. En contraposición, las perra de razas basenji muestran un ciclo al año.



A medida que las perras se van haciendo más mayores, y sobrepasan la edad óptima de reproducción (alrededor de los siete años), se prolongan los periodos entre celos, se reducen el tamaño de las camadas, se incrementan los defectos congénitos y los problemas en el momento del parto. Las perras que se encuentran en perfecto estado de salud, suelen experimentar ciclos ováricos durante toda la vida, por lo que a la pregunta que me hacen algunos clientes sobre la menopausia de sus perras siempre digo lo mismo: no la tienen.

Tampoco es acertado el término de que la perra tiene la regla, ya que su sangrado vaginal nada tiene que ver con ese momento del ciclo de la mujer.



Las 4 fases del ciclo en las perras son: proestro, estro, diestro, y anestro.

El proestro es el periodo que precede al celo, y se inicia cuando se observa una hemorragia transvaginal y termina cuando la perra permite al perro que la monte y ocurre el apareamiento. Existen otros criterios para describir el inicio del proestro, entre ellos, el agrandamiento de la vulva, atracción a los machos, y cambios de conducta de la hembra hacia ellos. Por lo general, desde el inicio del proestro hasta el momento del primer apareamiento transcurren entre 6 y once días, con un promedio de nueve. Existen variaciones extremas que van de tres a veinticinco días.



El estro es el periodo durante el cual la hembra permite al macho que la monte y ocurra el apareamiento. La palabra estro deriva de la palabra griega oistros, que significa deseo vehemente. Esta fase termina cuando la perra no acepta al macho.

Por lo general este periodo dura entre cinco y nueve días. A semejanza del proestro su duración en perras normales puede variar enormemente de uno o dos días hasta 18 o 20.



El diestro es el periodo que sigue al apareamiento. En esta fase la perra rehusa aparearse y está “preñada desde el punto de vista fisiológico”.



El anestro se ha descrito tradicionalmente como un periodo de reposo en el ciclo sexual.



Independientemente de la identificación de cada periodo por los síntomas descritos, también son perfectamente identificables mediante técnicas de citología vaginal.



Dado que estamos hablando de la gestación y parto, lo que más nos interesa de lo descrito hasta ahora, es el estro, es decir, el momento en que se producirá la cópula. El comportamiento de la hembra implica que éstas se agachen y eleven el perineo hacia el macho. Cualquier presión ejercida en la porción inferior de su dorso o cerca de éste hace que levanten la cola hacia un lado y tensen las patas traseras para soportar el peso del perro que las va a montar. La perra puede atraer a los machos desde de largas distancias debido a la presencia de potentes feromonas. La vulva ha avanzado hacia la fase de turgencia y se vuelve suave y flácida, por lo que ya no es una barrera difícil para la penetración. La secreción vaginal suele ser de color pardo rojizo, y evidentemente algo hemorrágica.



La perra en celo puede permanecer pasiva y aceptar a un macho o buscarlo de manera activa para despertar su interés. Se ha creído que la perra copula sólo con un macho dominante y repele a los sumisos en caso de que sean varios los que la cortejen.. Este es un buen motivo para recomendar que se traslade a la hembra a la casa del semental, donde es más probable que esté se encuentre más a gusto. La hembra ubicada en el territorio del macho tiene más probabilidades de ser sumisa y receptiva.



La mayor parte de los machos mostrarán conductas agresivas en los momentos previos a la monta, que forzarán respuestas positivas o negativas en la hembra. El cortejo incluirá olfateo de la nariz, oídos, cuello, flanco y región vulvar de la perra, mientras ésta hace lo mismo con el macho. El lamer la región vulvar, perseguirse, luchar y orinar inducen acciones de naturaleza similar por parte de la hembra en proestro. Cuando esto sucede, los avances adicionales del macho, como ponerse de pie junto a ella o colocar su pata o cabeza sobre su dorso, hacen que la perra se siente, se agache, gruña, muerda o de vueltas.



En respuesta al aumento de la concentración de estrógenos, la perra a menudo se muestra inquieta o nerviosa, con aumento o disminución del apetito, ingestión de líquidos o micción más frecuente.



La monta consiste en la sujección del macho a los flancos de la hembra, con sus patas delanteras por delante de las articulaciones de la cadera. La penetración parece lograrse por pruebas de intento y error de impulso pélvico del pene contra la abertura vaginal.

La penetración se logra sin que el macho tenga erección porque el hueso del pene le da rigidez. En el apareamiento normal ocurre la penetración, luego se inicia la erección y se observan movimientos hacia atrás de las patas traseras del macho. El impulso pélvico se hace más intenso y ocurre la eyaculación del líquido prostático sin espermatozoides en los 15 a 60 segundos iniciales de la penetración. Después, el macho se bajará, se girará, y quedará ubicado cola con cola con respecto a la hembra. De este modo, el perro y la perra quedan enlazados o anudados, pudiendo estar así entre 5 y 60 minutos. Durante los primeros 5 minutos es cuando el macho eyacula semen rico en espermatozoides, siendo el resto, como el de los primeros momentos, es decir líquido prostático.



Lo recomendable para que todo vaya bien, es que en el día 4 o 5 del proestro la perra y el perro entren en contacto durante alrededor de 10 o 20 minutos y repetirlo a diario. Una vez que la perra es receptiva, se permitirá que el perro la monte cuantas veces la hembra desee, aunque todo dependerá de si queremos camadas numerosas o no. Es lógico pensar que a menor número de cópulas, menor será el número de cachorros, aunque éste no es un parámetro demasiado exacto, ya que dependerá mucho del momento de la ovulación. Lo más recomendable, sería dejar pasar un día entre cubrición y cubrición. Ya he comentado que la perra estará receptiva entre 7 y 9 días.



Existen maneras de buscar el momento óptimo de la monta, independientemente del comportamiento de la hembra como son la vaginoscopia, la nombrada citología, y las determinaciones en sangre de la hormona luteinizante (LH).



Si la monta natural no es posible, por el tamaño dispar de los perros, por alguna alteración que impida al macho subirse o sostenerse sobre la perra, o porque ésta no es receptiva, queda la posibilidad de la inseminación artificial que por cuestiones de espacio no tiene cabida en este artículo.



Debo recalcar que los machos o hembras potencialmente infecundos, no lo son en realidad, y que esos problemas de infecundidad tienen relación con una comprensión errónea de la atención inadecuada del apareamiento por parte de los propietarios. Quiero decir que en muchas ocasiones, la hembra es presentada al macho antes de que este receptiva, o demasiado tarde.



En cuanto al embarazo, en general, cuanto mayor sea la talla de la perra (sin incluir el tejido adiposo) mayor será el número promedio de cachorros. Los animales pequeños suelen tener camadas de uno a cuatro cachorros, en tanto que los más grandes llegan a promediar ocho, 10 e inclusive 12. No hay duda de que el estado nutricional de la perra, la presencia de transtornos endocrinos concomitantes y la exposición a diversos productos farmacéuticos son variables adicionales que van a condicionar el tamaño de la camada.



Las cifras máximas se correlaccionan con apareamientos exitosos desde dos días antes y hasta cinco días después de la concentración máxima de LH.



La implantación de los embriones en el endometrio del útero se va a producir 17 a 21 días después de la fecundación de los ovocitos por los espermatozoides. Los fetos parecen distribuirse de manera equivalente en ambos cuernos uterinos sin importar el ovario de origen del ovocito que será fecundado dando lugar al ovulo.



El embarazo va a provocar un aumento de peso en la perra de entre un 20 a un 50%, con un promedio del 36%, siendo más notorio en la segunda mitad del mismo.



Además, la perra va a presentar un leve aumento de glóbulos blancos, y un descenso del hematocrito sobre el dia 35 de gestación, que obedece a una anemia por aumento del volumen plasmático que diluye la concentración de glóbulos rojos. Las perras preñadas también pueden presentar aumentos de colesterol y de proteinas totales. Los factores de coagulación tendrán una mayor actividad.



La prolactina va a aumentar hasta 10 veces en la segunda mitad de la gestación, y la progesterona disminuirá de forma aguda momentos antes del parto. Después del parto, la prolactina va a disminuir durante uno o dos días, para volver a elevarse como respuesta al amamantamiento de los cachorros.



La variación del momento de la ovulación, las fechas de apareamientos mútiples, y la duración inconstante del celo dificultan la identificación de la fecha exacta del parto. Los 63 a 65 días tradicionales desde el momento del primer apareamiento no constituyen una fórmula perfecta. Es más correcto, aunque poco exacto, decir que se producirá entre 56 y 66 días después del primer apareamiento.



Si realizamos citologías vaginales seriadas, podemos decir que el parto se producirá 56 a 58 días después del primer día del diestro, pero es poco práctico y resultará caro. Además, después del día 42-45 de gestación se pueden visualizar y contar los fetos mediante una radiografía lo que nos puede servir de gran ayuda. Los integrantes de camadas grandes tienden a presentar edades gestacionales menores (55 a 57 días), en tanto que las perras con sólo uno o dos cachorros tienden a una mayor edad de la gestación (58-60 días).



Y llega el momento de saber si la perra está o no preñada, es decir, del diagnóstico de gestación. La palpación del abdomen es fácil, económica y confiable para detectar el embarazo. Entre los días 20 y 30 de gestación (o 20 a 30 días después del primer apareamiento) suelen palparse las tumefacciones uterinas de los sitios placentarios. En una perra de unos 20 kilos esas tumefacciones medirán aproxidamente 5 cm en el día 28 a 30 de gestación. Para el día 35, la palpación es más complicada, ya que los cuernos uterinos se colocan en una posición más ventral y más cerca de la caja torácica. Radiológicamente en el día 21 después del apareamiento se pueden ver los cuernos del útero crecidos y llenos de líquido, y 20 a 21 días antes del parto se podrán visualizar los esqueletos de los futuros cachorros. Las placas realizadas pocos días antes del parto también nos podrán servir de orientación para predecir partos que pueden resultar complicados (distócicos).

En los últimos tiempos, y gracias a la implantación de tecnologías en nuestras clínicas, somos muchos los que contamos con ecógrafos, lo que nos facilita enormemente los diagnósticos de gestación. Entre los 16 y 20 días de gestación seremos capaces de ver las vesículas fetales, y en el día 25 la funcionalidad del corazón del feto, y los movimientos de los futuros cachorros entre los días 34 y 36. Existen también aparatos relativamente baratos capaces de hacer audibles los sonidos del corazón a los 25 días de gestación.



No disponemos de análisis sistématicos en sangre u orina para el diagnóstico del embarazo en las perras. Sin embargo, la determinación de una hormona que recibe el nombre de relaxina ofrece el potencial de constituirse como un indicador fiable de la gestación. Esta hormona aumenta durante la segunda mitad de la preñez, y no se puede detectar en perras con seudoembarazo.



En cuanto a los cuidados de la perra gestante, creo importante recordaros que la administración de cualquier tipo de fármaco a una perra con sospecha o diagnóstico confirmado de embarazo siempre se vincula con cierto riesgo. Algunos pueden producir abortos, malformaciones o síntomas indeseables. Aún así, es evidente que algunos medicamentos si que pueden, y en ocasiones deberán ser usados, pero será vuestro veterinario el que lo determine.



En cuanto a la nutrición de una perra preñada, debo hacer una serie de puntualizaciones. La dieta de una perra que está en la primera mitad de la gestación debe consistir en un buen alimento de los llamados de mantenimiento, y durante el primer mes, las cantidades deberán ser las mismas que recibía normalmente. Se debe comenzar a ofrecer cantidades crecientes de alimento durante la quinta y sucesivas semanas de gestación. Un aumento inicial del alimento entre un 20-25%, que puede llegar al 50% en la octava, novena, y tres primeras semanas post parto, es lo ideal. Yo soy partidario de cambiar a partir del día 30 de embarazo a una comida de las formuladas para cachorros, o a las específicas para perras preñadas que tienen un más alto valor energético y mayores porcentajes de proteínas y minerales. También es conveniente aumentar al número de comidas ofrecidas, es decir, que la perra coma más veces. La razón es obvia: según avanza la gestación, el estómago se encontrará más presionado y por tanto el volumen de comida que podrá contener será menor.



¡Queda terminante prohibido el uso de suplementos de calcio, y de vitamina D, ya que se ha comprobado que predisponen a los cachorros a dilatación gástrica y vólvulos, y además altera la absorción de otros minerales!. Los únicos suplementos que podrían indicarse serían los de vitaminas del grupo B, pero dado que me he referido anteriormente a que las perras preñadas deben recibir alimentos de alta calidad, es innecesario el uso de cualquier aditivo que no vaya incluido en el pienso.



Es sumamente recomendable llevar al veterinario a la perra cuando lleve 35-40 días de gestación. De esta forma, además de realizar una inspección exhaustiva de la misma, hablaremos de la nutrición, de la desparasitación, y del parto y sus posibles complicaciones.

Por ejemplo es muy importante proceder a la desparasitación de la futura madre el día 40 de gestación, y 14 días después del mismo, con un buen producto que actúe contra el Ancylostoma caninum y el Toxacara canis. Esto muy útil para reducir las parasitaciones prenatales y lactogénicas en cachorros. En las zonas en que se de la dirofilariosis, sería interesante hacer la prueba para su diagnóstico en el proestro, aunque también se puede hacer durante el embarazo. No debemos olvidar que las microfilarias pueden atravesar la placenta y afectar al feto.



Es sumamente importante que sepáis, que en el calostro, la madre aporte a sus hijos las defensas necesarias contra las enfermedades víricas que les puedan afectar, como son el moquillo, la hepatitis, y la parvovirosis, por lo que es indispensable que, si tenéis pensado cruzar a vuestra perra, la vacunéis en una época lo más cercana posible a la cubrición. Existen vacunas muertas que se podrían aplicar durante la gestación, pero yo no las recomiendo. Además, existe una vacuna contra el herpesvirus que podría ser aplicada en criaderos.

Con un correcto programa de vacunación de madres, ningún cachorro debería ser inmunizado, es decir vacunado, antes de cumplir los 50 días de vida. Desgraciadamente nos encontramos con demasiada frecuencia perros vacunados antes de cumplir esa edad, lo que provoca la anulación de las defensas que les ha transmitido la madre en los primeros días de lactación.



En cuanto al ejercicio, sacar a caminar a la perra a diario durante la gestación es muy beneficioso. Las perras acostumbradas a correr, lo deberán seguir haciendo durante las cuatro a seis semanas iniciales de la gestación. Cuando la misma está avanzada el ejercicio debe moderarse y evitar saltos o movimientos violentos.



En cuanto al peso, lo ideal es que la perra inmediatamente después del parto tenga un 10-15% más del que tenía antes de quedarse gestante.



Y llega el momento del parto. Proveer a la perra de un espacio para el mismo, y el amamantamiento de los cachorros puede eliminar los problemas de que ésta escoja una localización no adecuada. La paridera debe estár lista siete a 14 días antes del alumbramiento para darle la oportunidad de sentirse cómoda con su nuevo ambiente. Debe colocarse en un lugar relativamente familiar para la perra y que brinde cierto grado de intimidad. Debe ser lo suficientemente grande para que la madre pueda estirarse y cuente con espacio para los cachorros, y en los primeros días, el suelo, debe ser lo suficientemente duro para que si la perra aplasta a alguno de los cachorros se de cuenta rapidamente de ello. Es conveniente además que no tenga ángulos rectos para evitar arrinconar a alguno de los cachorros.

Por los lados, deberá ser lo suficientemente alto para evitar que los perritos de 4-6 semanas no salten fuera de ella, pero si permitir que la madre pueda salir cuando lo estime oportuno. La temperatura ideal será de 24 grados, que podrá obtenerse con focos de luz de bajo voltaje.

Diez a 14 horas antes del parto la temperatura rectal de la perra desciende al menos entre 37,7 y 37,2.



La etapa I del parto se inicia con el principio de las contracciones uterinas y culmina cuando el cuello del útero está diltatado por completo. La duración promedio de esta etapa del parto es de 6 a 12 horas, pero puede alcanzar las 24. Durante esta fase, la perra estará inquieta, nerviosa, y no suele comer, y se la puede ver estremecerse, jadear, vomitar, masticar, rascar el piso, o dar paseos. La mayoría de ellas buscan la soledad, y muestran el deseo de hacer un nido (escarban o rasgan material) durante o cerca del término de esta fase del trabajo de parto.



Las etapa II se inicia con la dilatación completa del cuello del útero y concluye con la expulsión completa del feto; la etapa III se inicia después de la expulsión del feto y termina con la de la placenta. Las perras que tienen más de un cachorro alternan las etapas II y III, cuya duración es muy variable. La madre puede tardar en expulsar a la totalidad de los cachorros entre 24 y 36 horas. Las contracciones suelen ser visibles, y la perra se tumbará de lado o permanecerá en cuclillas. Con la expulsión de cada cachorro, la membrana corioalantoidea se rompe o la perra la desgarra mordiéndola o lamiéndola para retirarla. Las membranas amnióticas que tiene el cachorro al nacer también deben ser retiradas por la perra.



El tiempo entre el inicio de la etapa II del trabajo de parto y el nacimiento del primer cachorro es variable. Por lo general no suele durar más de 10 a 30 minutos. Un esfuerzo activo durante más de 1 hora debe causar preocupación, y en tal caso, deberá consultarse a un veterinario. El tiempo que transcurre entre el nacimiento de los cachorros es también muy variable. No es raro que una perra tenga varios cachorros y que repose durante un periodo antes de reiniciar el proceso de parto. En estas circunstancias, un retraso mayor de 4 a 6 horas causa preocupación.



Una perra alterada, atemorizada o nerviosa puede interrumpir el parto, por lo que es sumamente importante que en esos momentos se encuentre rodeada exclusivamente por las personas con las convive habitualmente, y en un lugar en el que se encuentre segura. Si no es así, veremos que la madre traslada a los cachorros de un lugar a otro, y en situaciones límite, podrá llegar a abandonarlos e incluso a matarlos.



La placenta suele expulsarse 5 a 15 minutos después del nacimiento del cachorro, aunque en ocasiones una o dos placentas pueden seguir al nacimiento de dos cachorros que no las tenían.

El orden de nacimiento suele alternarse entre los cuernos uterinos. Casi en el 40% de los casos los cachorros nacen en presentación pélvica (“de culo”), que no es anormal, ni predispone a distocia en la perra.

Las madres suelen comer las placentas, y aunque en su momento se pensó que lo hacían porque favorecía las contracciones uterinas, hoy en día sabemos que no tiene ningún beneficio para el animal, e incluso en ocasiones puede provocar vómitos, por lo que si estimáis recogerlas y tirarlas, tampoco pasará nada.



La perra debe lamer al recien nacido vigorosamente para retirar todas las membranas de su cara, y promover la respiración. Si esto no ocurre en 1-3 minutos, se debe intervenir limpiándolo con un trapo seco.

Si se aprecia que hay muchos líquidos en la boca, será necesario extraerlos, siendo en ocasiones muy útil el uso de una perilla. Si el cachorro no respira adecuadamente, se le podrá estimular estirando suavemente de la punta de la lengua hacia nosotros, y si vemos que no respiran, un leve masaje torácico podrá salvar su vida.



La perra corta el cordón umbilical con sus dientes. Una vez más, si no lo hace, podéis usar un cordel fino (hilo de coser) y hacer dos nudos en el mismo, colocando el primero a 2,5 cm de la pared abdominal, y el segundo a 0.5 cm más distal. Con unas tijeras limpias se corta entre ambos nudos.



No es de extrañar que algunas perras amamanten a sus cachorros entre parto y parto, especialmente si el número de ellos es elevado.



Después del alumbramiento, el útero tiene un periodo de reparación. Una vez que ésta concluye, la matriz recupera su condición de anestro, y estará preparado para entrar en diestro. La mayor parte de la involución ocurre entre las 4 y 6 semanas posteriores al parto. Durante este tiempo podréis observar una descarga vaginal inodora, verde, roja oscura, o marrón u obviamente sanguinolenta que recibe el nombre de “loquios”.



Si la perra muestra un comportamiento normal durante este periodo no habrá de que preocuparse, pero si se muestra anoréxica en exceso pasadas las primeras 24 horas después de haber parido a todos los cachorros, y febril, podrá estar sufriendo una infección uterina que necesitará de la rápida intervención de un veterinario.



Tan sólo una puntualización para terminar el artículo: ninguna perra necesita parir a lo largo de su vida. Es falso que el ser madre sea beneficioso para su salud. Cada año se abandonan en España miles de perros que acabarán atropellados, vagando por nuestras ciudades y pueblos sin nadie que les haga caso. Los que tengan más suerte, acabarán acogidos en alguna protectora o albergue en espera de ser adoptados. Si tienes una perra y has decidido cruzarla, se consciente de lo que haces, y lo más importante, ten un hogar pensado para sus hijos antes de hacerlo. Ellos o ellas te lo agradecerán.

Artículo publicado en la revista El Mundo del Perro.

José Enrique Zaldívar

Clínica Veterinaria Colores.

Pso de Santa María de la Cabeza 68 A

Madrid 28045.

De tuberculosis, ganado de lidia, y fauna silvestre

Si quieres leer este artículo con la posibilidad de abrir los enlaces que lo documentan, pincha aquí:

http://cavicornio.blogspot.com/2010/11/de-tuberculosis-ganado-de-lidia-y-fauna.html

Sirvan como introducción a esta entrada, unos párrafos encontrados en la página del Patronato del Toro de la Vega:


"Los toros no saben que a su interés conviene la más completa soledad. Nada de animalitos del bosque pululando cercados porque ciervos, jabalíes, pajarracos varios etc .. pueden ser vectores de enfermedades. Precisamente se comentaba en Extremadura que el exceso de ciervos y jabalíes habitantes del parque natural de Monfragüe, ha contagiado la tuberculosis al ganado manso y bravo colindante. 18.000 Has. contienen 14.000 ciervos campando a sus anchas dentro y fuera del parque; a esos no hay quien les vacune y dispersan la enfermedad invadiendo el entorno próximo. Si los propietarios tiran de escopeta se les cae el pelo, si no, se ven impotentes ante el avance del bacilo; mientras los sesudos ecologistas proponen soluciones tales como ... introducir el lobo!, ese paraíso llamado Zamarril, donde pastan los últimos Contreras, va cayendo poco a poco. Qué charlotada!".

Algunos medios de comunicación taurinos, se hacían eco la semana pasada de la desaparición de una ganadería histórica, los "patasblancas" de Sánchez Cobaleda. Tras la lectura de unas declaraciones del propietario de dicha ganadería, no me quedaba clara la razón por la que se producía tan luctuoso acontecimiento. Es curioso que los taurinos lo envuelvan casi todo en un halo de misterio cuando la realidad de los hechos perjudica su negocio.


En abril de 2010, y en una página taurina, aparecía un curioso artículo sobre este hierro, en el que se podía leer:

"En resumen, estos son algunos de los logros actuales de los toros de Sánchez Cobaleda, una de las ganaderías con más solera del Campo Charro y un encaste único que está en peligro de extinción por culpa de las administraciones, con los múltiples sacrificios a los que someten a estas vacadas tan reducidas, y por culpa de los toreros que huyen de cosas DISTINTAS, toros simplemente diferentes".

Como es evidente, continua el misterio, ya que no se explica la razón por la que las administraciones ordenan el sacrificio de los animales o dicho de otro modo, proceden al saneamiento de una explotación ganadera cuyos ejemplares presentan una enfermedad que, casi con toda seguridad, será transmisible al hombre (zoonosis) y a otras especies animales.

Recopilando información sobre los hechos, continúan las incógnitas sin despejar. La página de la radio televisión de Castilla La Mancha, habla del sacrificio a manos de los matarifes de 600 reses pertenecientes a los Sánchez Cobaleda y a los "santacoloma" de Terrubias, que al parecer compartían pastos. En la reseña sobre la noticia que aparece en la página de la COPE, se explica que los animales sacrificados han sido las hembras y los sementales, mientras que los machos nacidos en los cuatro últimos años (desde cuatreños a añojos), están libres de peligro en una explotación en tierras extremeñas. Una vez que estos animales sean lidiados, o utilizados en otros espectáculos taurinos, habrá desaparecido el encaste Vega-Villar. De hecho, este año, se han lidiado toros de la ganadería.

Una extensa descripción de la ganadería, aparece en la página de el Patronato de El Toro de la Vega, ya que, en el año 2004, un toro de este encaste, de la ganadería de Barcial, propiedad de Arturo Cobaleda González, fue alanceado en Tordesillas. Otra extensa reseña del encaste y de su historia se puede leer aquí

El ocultismo informativo se hace aún más patente en la página de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, asociación a la que pertenecen las ganaderías.

Algunas fotos relacionadas con la ganadería

Después de dar unas cuantas vueltas a San Google, se confirma la sospecha. Esta ganadería y estoy seguro que algunas más, están afectadas de tuberculosis, que no de "tuberculina" como dice este taurino en su blog.

En el año 2009, se celebró una Jornada de "Actualización de la Tuberculosis Bovina". Allí se destacó la actual importancia del reservorio silvestre, que preocupa especialmente a los veterinarios, dado el carácter extensivo y particular manejo que requiere el toro de lidia.

Lo cierto es que la erradicación de la tuberculosis constituye una prioridad esencial, tanto para la protección de la salud pública como para el buen funcionamiento del mercado intracomunitario de animales vivos y sus productos y para el aumento de la productividad ganadera. Es evidente, que pese a las quejas de los taurinos, y de las consecuencias que la desaparición de determinadas ganaderías pueda suponer para su afición, el toro de lidia no puede ser tratado de manera especial.

Real Decreto 1939/2004, de 27 de septiembre, por el que se regula la calificación sanitaria de las ganaderías de reses de lidia y el movimiento de los animales pertenecientes a éstas.

En el programa nacional de erradicación de tuberculosis bovina presentado por España en el año 2010, se dice:

"El bovino de carne se explota en su mayoría en regiones en general caracterizadas por una orografía desfavorable, que condiciona el sistema de explotación y de manejo de los animales, con explotaciones de ganado bovino en régimen extensivo constituido principalmente por razas autóctonas (incluida la lidia) sometidas a un régimen de pastoreo en común en zonas de difícil acceso y en determinadas zonas compartiendo explotación con otras especies, en especial el ganado caprino. La convivencia con la fauna silvestre, posible reservorio de la enfermedad, es otro factor condicionante que vulnera la óptima evolución del programa de erradicación, habiéndose aislado M. bovis en jabalí, ciervo o corzo".

"Será obligatorio el sacrificio de los reaccionantes positivos con indemnización. Siempre que exista un grave riesgo para la salud pública u otra razón de índole sanitaria, a criterio de las autoridades competentes, se podrá ampliar el sacrificio, procediendo a realizar el vaciado sanitario de la explotación".

"Si por parte de los SVO se identifica como reservorio o fuente de infección una especie de fauna silvestre o cinegética que cohabita con el ganado en la misma explotación, los SVO junto con el titular de la explotación y las autoridades competentes en Medio Ambiente, acordarán un plan integral que permita controlar la transmisión y limitar el contacto entre el ganado y la fauna silvestre, incluyendo la separación de las dos poblaciones cuando sea posible o limitando la densidad de las especies cinegéticas en la explotación (sacrificios selectivos, no aporte de alimentación suplementaria…). Estas medidas cumplen con la recomendación nº 2 del subgrupo de la tuberculosis bovina de la Task- Force 2007".

"Los animales reaccionantes positivos son enviados a mataderos autorizados para este fin, y la utilización de las carnes para consumo humano se realizará de acuerdo con lo dispuesto en el Reglamento 853/2004, del Parlamento Europeo y del Consejo, por el que se establecen normas específicas de higiene en los alimentos de origen animal".

"Si el sacrificio se realiza en matadero, se podrá proceder a la utilización de las carnes para el consumo humano, siempre de acuerdo con lo dispuesto en los Reglamentos 853/2004 y 854/2004".

"Las vacunas y planes de vacunación no son aplicables".

"La reposición de animales en aquellas explotaciones que hayan sido objeto de sacrificio obligatorio en aplicación de este Programa de Erradicación, sólo podrá realizarse después de que los bovinos de más de seis semanas que queden en la explotación hayan presentado un resultado favorable en, al menos un examen de investigación de tuberculosis".

El Real Decreto 1743/2005 de 9 de diciembre, establece los baremos de indemnización por sacrificio obligatorio de los animales objeto de los programas nacionales de erradicación de enfermedades. Se exceptúan los animales de unidades de cebo.


Las comunidades autónomas con una alta prevalencia de tuberculosis son: Andalucía, Cantabria, Castilla La Mancha, Castilla y León, Extremadura, Madrid, y Murcia. Esto es lógico dado que en ellas asientan la mayoría de las ganaderias de carne en extensivo, incluidas la de ganado de lidia.

Año 2008: En primer lugar figuran el número de rebaños infectados, y en segundo lugar el de animales infectados.

Andalucía:

Nº de rebaños infectados 393

Nº de animales infectados 6879

Castilla La Mancha

Nº de rebaños infectados 260

Nº de animales infectados 4984

Castilla y León

Nº de rebaños infectados 546

Nº de animales infectados 4614

Extremadura

Nº de rebaños infectados 331

Nº de animales infectados 3359

Cantabria

Nº de rebaños infectados 130

Nº de animales infectados 1288

En cuanto al testaje de especies salvajes, los resultados que arroja el programa no pueden ser tenidos en cuenta por la escasa cantidad de muestras obtenidas, aunque, entre los animales en que se ha realizado, el jabalí parace ser el mayor reservorio.

Como alternativa a la escopeta se postula la posibilidad de vacunar con dosis bajas de vacuna BCG (bacilo de Billé de Colmette y Guérin), que parece proteger frente a tuberculosis al ganado y a los cérvidos en cautividad.

Podemos pensar que la vacunación de animales salvajes puede llegar a ser una buena medida, junto con la adecuada separación de las poblaciones domésticas de las salvajes.


El coste del programa previsto para la erradicación de la tuberculosis durante el año 2010 se eleva a 27 millones y medio de euros de los que han sido solicitados a la UE, 7.5 millones. El capítulo de indemnizaciones a los ganaderos supone 2.700.000 euros, de los que 1.400.000 correrán a cargo de la UE.

Reportaje sobre el saneamiento de una ganadería de lidia, exenta de tuberculosis.

Aquí tenemos otra ganadería de lidia que dio positivo a tuberculosis en Andalucia, aunque en el estudio se cuestionan las pruebas realizadas, ya que parece que se da una alta incidencia de falsos positivos. No soy un experto en la materia, pero por lo visto hasta ahora, me parece bastante difícil que se den tantos errores diagnósticos. El artículo está firmado por un ingeniero agrónomo que al mismo tiempo es ganadero.

Como siempre hay que echar la culpa al empedrado, en este caso a la fauna silvestre, en un artículo publicado en abril de 2009, se podía leer:

"Sin embargo, pese a los programas aplicados y al tiempo transcurrido desde su implantación, lo cierto que la tuberculosis no ha podido ser erradicada en una gran parte de las ganaderías españolas por una razón fundamental: porque la fuente de contagio no está en la propia ganadería, sino que son otros animales salvajes, muchos de ellos especies protegidas, los que transmiten la enfermedad al ganado".

Una vez más, el artículo lo firma un ingeniero agrónomo y ganadero.

Otra explicación, que podría es totalmente opuesta a la anterior sería la siguiente:


"La caza mayor es un grandísimo negocio en algunas regiones españolas, especialmente en Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura. Para mantener la gran demanda de trofeos, las fincas de caza realizan intensísimas medidas de gestión para conseguir mantener densidades que el medio por sí mismo no soportaría. Estas medidas consisten, básicamente, en ofrecer alimentación y agua de manera suplementaria. Así se consiguen densidades de hasta 30 ciervos por hectárea. Estas densidades y, sobre todo, la agregación de los animales entorno a comederos y bebederos, facilita enormemente el la transmisión de la enfermedad".

Por aclarar un poco los conceptos, aquí podéis leer un interesante estudio, realizado por el Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria (VISAVET) sobre la Paratuberculosis (ojo, que nada tiene que ver con la tuberculosis, salvo que el agente causal es igualmente un mycobacterium, el avium, subespecie paratuberculosis). En este estudio, y dado que la fauna salvaje parece ser un importante reservorio de la enfermedad, se realizó un importante muestrero en este tipo de animales. Los resultados fueron bastante concluyentes: de 375 animales silvestres analizados, tan sólo dos, un gamo y un jabalí dieron positivo. Por si esto no fuera poco, debéis saber que, la tuberculosis se contagia por vía aerógena, y por ingestión de alimentos contaminados por Mycobacterium, mientras que la paratuberculosis se transmite, además, por vía oral, fecal.


Los terneros contraen la tuberculosis por ingestión de leche de las madres afectadas de tuberculosis mamaria.

En este estudio sobre la Tuberculosis y la Fauna Salvaje, se pueden sacar interesantes conclusiones.

Es importante apuntar que comunidades como la valenciana y la catalana, que en el año 2000 presentaban una incidencia alta, ahora la presentan muy baja. ¿Por qué en unas comunidades los programas han funcionado y en otras no?

En las preguntas y respuestas que se dan en esta entrevista, puede que haya algo de luz sobre esta cuestión:


No hay ahora mismo pautas establecidas, pero si detectas un brote lo primero que hay que saber es porqué ha aparecido aquel brote.

En el caso nuestro era por unas vacas, una explotación extensiva de toros de Lidia, que no estaban adecuadamente saneados. Entonces, de ahí saltó al jabalí y ahora circulan dentro del la población de estos animales, y no se sabe, debido a que es algo nuevo a nivel europeo y a nivel de España las repercusiones que esto puede acarrear.

Hasta ahora se han eliminado las vacas y seguimos trabajando y recogiendo muestras del jabalí, pero no sabemos lo que va a pasar, si va a disminuir la prevalencia en el jabalí al quitar a las vacas o se va a mantener en el jabalí y como las vacas dentro de un año volverán a entrar, sabremos si vuelve a trasmitirse.

Entonces, tenemos un modelo ahora mismo muy interesante, además de ser en un medio natural, para estudiar la tuberculosis en la fauna salvaje, es el único modelo así que hay ahora en Europa.

Si los animales están infectados y son reservorios se está planteando ahora mismo en el centro de España, con la problemática tan grande que hay, hacer una normativa que no permita en la misma finca criar domésticos con salvajes.

La tuberculosis es un problema gravísimo que hay que intentar eliminar, tenemos uno de los mayores focos de tuberculosis de Europa en España, concretamente en el centro y sur de España, refiriéndonos a salvajes, y esto es por un problema de gestión que no lo tienen en otros sitios. Por ejemplo, los grandes cercados, las fincas donde conviven domésticos y salvajes y donde los ciclos se cierran.

Además hay un movimiento de animales que no hay quien lo controle: de una finca se llevan animales a otro lugar con lo cual sin un seguimiento sanitario están llevando la tuberculosis a otros sitios. Se trata de un descontrol sanitario total que ha llevado a esta situación.

Hay que poner en marcha alguna medida, lo único que puedes hacer es eliminar animales cuando hay prevalencias de un 50 ‐ 60%. Primero tienes que quitar los animales enfermos, esto es básico. Luego puedes separar domésticos de salvajes y en los salvajes hacer seguimientos en cacerías, establecer prevalencias e incentivar un poco la cacería para disminuir la población enferma.

Aquí haré un par de puntualizaciones: habrá que saber cuántos ganaderos de lidia dedican sus explotaciones a cotos de caza, y la segunda: cómo saber si al animal silvestre que se le va a pegar un tiro está enfermo o no de tuberculosis, aún entendiendo que se trata de reducir el número de animales por hectárea.

Independientemente de esto, es fundamental que el tránsito de animales sea adecuadamente controlado por las autoridades sanitarias.


Entre la fauna autóctona susceptible de ser infectada por el Mycobacterium bovis, se encuentran: ciervo, corzo, gamo, lobo, cabra montés, muflon, rebeco, venado y jabalí. El mycobacterium avium, también es susceptible de infectar, entre otros, a los bóvidos.

En un pequeño estudio realizado en Andalucia en el año 2006, sobre incidencia de Tuberculosis en animales salvajes, se obtuvieron los siguientes resultados:

Ciervos analizados 135 Positivos 27

Gamos analizados 78 Positivos 14

Jabalíes analizados 47 Positivos 2

Se sabe que la susceptibilidad es más elevada en animales inmunodeprimidos, con estado nutricional deficiente, o con patologías concurrentes.

En el noveno Congreso Mundial sobre el Toro de Lidia, los veterinarios presentes hicieron sus "interesadas" aportaciones.

Antonio Pina Fonseca: el titular de la dirección general de veterinaria en Portugal, expuso una situación favorable en este país por “el enorme interés que despierta y los esfuerzos que se vienen realizando”. Indicó que “la tuberculosis es una enfermedad del medio ambiente y de combate difícil, que exige un protocolo de actuación complejo. Se refirió también a de un nuevo término “bioseguridad de las explotaciones” que consiste en utilizar todas las medidas posibles para evitar que las enfermedades entren en las mismas.

Manuel Sanes: el profesor de la Universidad de Murcia presentó un dato alarmante y revelador de los problemas de erradicación de estas enfermedades “de 50 animales chequeados, el 30% dieron positivo a las pruebas de tuberculosis”, expuso la necesidad que “las Administraciones deben dar otro trato a las explotaciones”.


José Ignacio García: el secretario general de la Asociación de Ganaderías de Lidia lanzó una sugerencia al represente luso la posibilidad de crear un estatus sanitario especial para algunas ganaderías que cohabitan con otras especies para evitar la desaparición de una diversidad genética.

Isabel Carpio: concluyó diciendo que “la solución de la enfermedad está en combatir la enfermedad contando con la implicación del sector y contando con los métodos de diagnóstico adecuados, con una actuación eficaz sobre la fauna silvestre”.

Esperemos que la actuación eficaz sobre la fauna silvestre no consista en acabar en ella para que la tuberculosis sea erradicada de las ganaderías de lidia. ¿Qué otra actuación eficaz es posible?

Si a los ganaderos de toro de lidia se les llena la boca con la defensa de la biodiversidad, ¿cómo es posible que pidan la aniquilación de la fauna salvaje que vive cerca o dentro de sus explotaciones?

¿Debemos dar prioridad a un animal doméstico antes que a un animal salvaje? Es evidente que no.

La Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria, publicaba un interesante estudio sobre este tema en el año 2009.

La presencia de Tuberculosis en jabalíes se sitúa en España, según la zona, entre el 1-52%, mientras que en cérvidos es del 1.74-23%.

Aquí os dejo un interesante apunte sobre la actualidad de la ganadería en Andalucía, y sobre el ganado de lidia, en el que se puede leer:


"Actualmente, la raza de lidia tiene unos altos excedentes de animales, al haber superado ampliamente la oferta a la demanda de reses para su uso en los diferentes tipos y categorías de espectáculos taurinos. Por ello, un porcentaje aproximado del 35 por 100 de las vacas de vientre están siendo cubiertas por sementales de aptitud cárnica (preferentemente de raza limusina), destinándose al sacrificio la totalidad de los machos y empleándose como reproductoras muchas de las hembras cruzadas, lo que puede llevar a reproducir los errores que antes hemos mencionado con respecto a las razas autóctonas. Por otra parte, el escaso formato corporal de la raza de lidia no permite obtener terneros que alcancen, en los cebaderos, los índices de crecimiento y transformación que son requeridos desde el punto de vista de la rentabilidad, por lo que estos animales deben ser objeto de controles que permitan establecer el peso al que deben sacrificarse, rendimientos, etc.

El hecho de que las vacas de lidia dispongan de derechos para la concesión de la prima a las vacas nodrizas (en condiciones análogas a las que pertenecen a razas de “no ordeño”), junto a un aumento coyuntural de la demanda de reses de lidia y a los menores requerimientos nutritivos de la raza, han propiciado un incremento elevado de éstas que, superando ampliamente los requerimientos taurinos, obliga a sus propietarios, cuyo número también se ha visto espectacularmente incrementado, a buscar un destino de sacrificio en matadero, que nunca ha sido ni debiera ser objeto de crianza de la raza".

Aunque debo suponer que si has llegado hasta aquí, habrás sacado tus propias conclusiones, podemos decir que los encastes desaparecidos, en opinión de los aficionados, lo han sido por la presencia de la tuberculosis en las explotaciones en que asentaban, y porque los ejemplares de dicha ganadería no eran muy apecetibles para los toreros, que al fin y al cabo, son los que mandan.

Además, parece evidente que son más de una las ganaderías que tienen este problema, como se puede concluir de la información expuesta, y especialmente de las declaraciones de algunos veterinarios. Es una pena que en las tablas estadísticas no se separe al ganado de lidia del resto de los bóvidos, lo que daría una idea clara del número de explotaciones y de individuos afectados.

Por la información que he contrastado, el echar la culpa de todo a la fauna salvaje o silvestre no es de recibo, y más con el aporte de datos sobre otra enfermedad que afecta de manera importante al toro de lidia junto a la tuberculosis y que es la "lengua azul" o paratuberculosis, y cuya incidencia en la fauna, que actuaría como reservorio, no parece ser demasiado alta. No hay que olvidar que son numerosos los casos en que ambas enfermedades se dan al mismo tiempo en la misma explotación.

También queda claro que es ganado doméstico el que introduce la enfermedad en los espacios naturales, saltando de éste al animal salvaje.

Y por último, y aunque no fuera así, si tenemos que elegir entre un tipo u otro de animales, está claro con cuales debemos quedarnos.

Y para terminar, recientemente han sido publicadas las conclusiones del Ministerio de Medio Ambiente de las Jornadas de debate de la erradicación de la Tuberculosis Bovina, en donde se incide de nuevo en lo apuntado anteriormente.

De cábalas y números: mentiras taurinas

  Puedes leer el artículo con los enlaces mencionados en:

  http://cavicornio.blogspot.com/2010/11/de-cabalas-y-numeros-mentiras-taurinas.html

  El mundillo del toro de lidia, muy dado a darse ánimos, a otorgarse trofeos, a disertar sobre lo divino y lo humano de su afición, y a analizar las razones de su cada día más negro futuro, ha celebrado esta semana dos cónclaves en lugares tan dispares como Salamanca, y Pamplona.

  Mientras tanto, un medio de comunicación taurino, nos ofrecía las opiniones de algunos de los empresarios
con más nombre sobre la situación actual de su negocio. Algunas de las declaraciones no tienen desperdicio:

"Nuestro espectáculo es complicado de vender" (Pablo Chopera)

"Hay reticencias a publicitarse en el mundo de los toros" (Ramón Valencia)

Las XVI Jornadas de Espectáculos Taurinos de Castilla y León, que han contado con la presencia del Consejero de Interior y Justicia de dicha comunidad, Don Alfonso Fernández Mañueco, han puesto en evidencia los malos momentos por lo que pasa el "arte" de torturar cavicornios de "raza" brava en sus diferentes modalidades.

El representante de la Junta de Castilla y León afirmó que el sector taurino genera anualmente en España aproximadamente 3.700.000 de horas de trabajo. No sabemos si en la cifra van incluidas las horas que se dedican a este tipo de reuniones, y a los numerosos ágapes que se dan estas gentes.

Según los datos que se manejan, durante el año 2010, se han celebrado 15.000 festejos taurinos, de los que, 2.500 se han desarrollado en la Comunidad de Castilla y León, 500 menos que el año 2008. Las cifras arrojan la friolera de 2.500 millones de euros que debemos conceptuar como la riqueza generada a través de dichos espectáculos.

Según informa El Mundo, los empresarios taurinos de Castilla y León, ofendidos en lo más profundo de sus convicciones por la prohibición de las corridas de toros en Cataluña, han dado el "do" de pecho, programando a lo largo del año que se nos va, un 11.3% más de corridas de toros, para un total de 98, diez más que el año pasado. Debemos felicitar por ello al gobierno de Castilla y León, ya que están haciendo todo lo contrario que el resto del Estado. Claro que, manteniendo un espectáculo como el Toro de Tordesillas, cualquier cosa nos podemos esperar de sus políticos. Sin embargo, añaden, la crisis económica (no la ILP) ha propiciado un descenso de un 6% en las celebraciones de festejos populares en su territorio.
En cifras globales se ha pasado de 2038 a 1914.

Por provincias, Segovia ha sido la que más corridas ha celebrado, con 18, seguida de Burgos con 17, y Valladolid con 16. Completan la lista, Palencia y Zamora con 5 cada una, y León con 4. Sin embargo, fue Valladolid la provincia donde más espectáculos taurinos se celebraron con 739, seguida de Salamanca con 490, Segovia con 344, Burgos con 83, y León con 31.

Una vez más mi calculadora y la de los taurinos es diferente. Sumemos: 18+17+16+5+5+4+739+490+344+83+31= 1752.

1914-1752= 162 festejos que no sabemos en dónde se han celebrado.

Las novilladas con picadores descendieron un 15.3% y las novilladas sin picadores, aquellas en las que suelen participar los aprendices de las Escuelas de Tauromaquia, descendieron un 37,6%. ¿Es posible que esta circunstancia se haya dado por el alarmante descenso del número de torturadores en edad "júnior"? Curiosamente en Extremadura también andan alarmados por el descenso de este tipo de espectáculos.

En la provincia de Toledo, se han celebrado este año 525 festejos taurinos, de los cuales, sólo 20 han sido corridas de toros, lo que supone un 16% menos que el año pasado. Los taurinos toledanos se consuelan con el dato de que las novilladas, al contrario que en Castilla y León y Extremadura, han aumentado.

Lo que si parece estar en auge es lo que en este mundillo se conoce con el nombre de bolsines, ya que, mientras que el año pasado sólo se celebró 1, durante 2010 han sido 18, 14 en Salamanca y 4 en Burgos.

Aquí os dejo unos vídeos de los patéticos muletillas, ejercitando su "saber" taurino:

Bolsín taurino mirobrigense

Final de un bolsín taurino

"La Santiaguita": éste es muy bueno. La muletilla no sabe si se está toreando a un becerro o a una becerra: "eh, eh, eh, toro, vaca, ia, vaca, toro, toro..." Atención a las vocalizaciones del becerro/a cada vez que "La Santiaguita" da con sus huesos en el suelo.

Para los más sensibles diré que los vídeos se pueden ver, ya que a las becerras/os sólo se les dan algunos pases con el capote y la muleta. De lo que se haga luego con ellas, nada sabemos.

El otro gran cónclave del mundo del toro, las VII Jornadas sobre el Ganado de Lidia, se ha celebrado en la Universidad Pública de Navarra. Allí se ha afirmado que la fiesta de los toros genera un beneficio en torno a los mil millones de euros (1000.000.000), y el número estimado de espectadores es de 9 millones. El flujo de dinero, es decir, lo que mueve la tauromaquia se estima en 2.500 millones de euros.

El número de ganaderías de lidia ha quedado establecido en 1.300-1.400, que ocupan una superficie de 550.000 hectáreas en las que se ubican las 140.000 reproductoras en activo, y 3.400 sementales, lo que hace un total de 143.400 animales.

El coste de producción de un toro de lidia es de 4.200-4.800 euros; el sector genera 160.000 puestos de trabajo directos, lo que implica que da de comer a 17.000 familias, y supone el 1.5% del PIB. Lo de los puestos de trabajo ¡directos! no puede ser asumido por un ciudadano medianamente inteligente, por lo que no deja de ser un insulto al raciocinio. ¿Cuántos miembros de cada una de las 17.000 familias se necesitan para crear 160.000 puestos de trabajo? No lo sabemos, ya que desconocemos si todos los que forman parte de esos núcleos familiares se dedican a la misma actividad. La verdad es que el dato es digno de ser analizado poniendo, eso si, cara de incrédulo.

El precio de una res de este tipo en el matadero es de 320-400 euros. Es evidente que en este precio no van incluidas las subvenciones que se reciben por cada nacimiento.

Lo cierto, señores ganaderos, es que en España, durante el año 2009, "sólo" se han celebrado 1443 festejos mayores, es decir, la tortura, tirando por alto, de aproximadamente 9400 animales de lidia entre novillos y toros en un coso taurino, un 23% menos que en 2008, y un 33% menos que en 2007.

Lo cierto, señores ganaderos es que, según los datos del Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, en 1990 había 873 ganaderías de bravo en España, y en 2005 (último dato actualizado) había 1157. Ahora, la cifra se eleva a 1300-1400, y debemos suponer que el número de hectáreas de dehesa ha permanecido inamovible. ¿Dónde meten a tantos animales? ¿Qué sentido tiene que en los últimos 15 años hayan aparecido por arte de magia casi 500 ganaderías más? ¿Qué se oculta detrás de este desmesurado crecimiento, cuando las cifras hablan de un impresionante descenso de los espectáculos en los que estos animales son utilizados, y por tanto rentabilizados?

Un sector muy importante de nuestra economía, como es el esquí, genera 7.000 puestos de trabajo directos, y 50.000 indirectos.

La contestación al misterio la puede tener el señor Mihura, cuando dice: "gracias a tener toro bravo ganan mucha fuerza e influencia para hacer negocios en otros sectores".

Esta afirmación, que agradecemos por sincera, echa por tierra que la crianza de estos animales venga dada por el profundo amor que se les profesa.

Lo cierto es, señores ganaderos, que sin becerradas, bolsines, capeas, y festejos populares de la más diversa catadura, ustedes ya no tendrían posibilidad de subsistir, salvo por el matiz introducido por el señor Mihura, y por las subvenciones que reciben de manera directa como productores de carne de vacuno, y las indirectas, que perciben de comunidades y ayuntamientos. Entre estas últimas se incluyen las que perciben los que amenizan los festejos con los más diversos instrumentos de viento y percusíón, entre copa, y comilona, las llamadas peñas taurinas, y los aspirantes a matarifes de las Escuelas de Tauromaquia.

Cuando uno se pasea por los blog de información taurina se encuentra con auténticas sorpresas: Las 550.000 hectáreas, son 600.000; las 1300-1400 ganaderías son 1000; los 160.000 puestos de trabajo directos, se convierten en 250.000; el 1.5% del PIB, se nos queda en un 1% pelado, y los 2.500.000 millones de euros que mueve el mundo del toro, resulta que son los beneficios que genera.

Por cierto, esta mañana, en la SER, y en una entrevista con el Presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, señor Carlos Dívar, se afirmaba que la Justicia en España emplea a 180.000 personas. ¿Puede ser cierto que el mundo del toro genere casi los mismos puestos de trabajo que esta actividad? Va a ser que no, ni por aproximación.

Por si no fuera suficiente con la disparidad, el consejero de la Consejería de Gobernación y Justicia del gobierno de Andalucía, Luis Pizarro, habla de que la actividad mueve 500 millones de euros, y genera más de 40.000 puestos de trabajo. No queda muy claro si estas cifras son locales o nacionales, pero por si acaso se le acaba semejante "chollo", el señor consejero ha suscrito un convenio con la Fundación de José Tomás para difundir la cultura taurina.

En junio, ASANDA, publicaba un interesante documento sobre las subvenciones a la tauromaquia por parte de la Junta de Andalucía.

Si nos vamos a las cifras que se manejan en una comunidad como la de Extremadura, que se jacta de ser, junto a la de Castilla y León y Andalucía, la que más aporta al mundo taurino, vemos que la tauromaquia promueve 1000 puestos de trabajo, mueve 800 millones de euros anuales, y acoge a 122 ganaderías, ocupando 43.388 hectáreas de dehesa, según el Patronato de Tauromaquía de la Diputación de Badajoz.

El número de corridas de toros en Extremadura ha descendido un 20%, lo que supone que se han celebrado ¡27!, según el Director Territorial de Espectáculos de la Junta de Extremadura.

Ante este mareo de cifras, que os podrán haber provocado cierta hilaridad, el díario ABC, en su edición de el lunes, publicada un extenso reportaje que titulaba: El campo bravo ante la "Gran Depresión".

Las cifras son clarificadoras: de 2026 festejos en el año 2005, se ha descendido a 1292 en el año 2010, es decir, se ha pasado de lidiar 12.000 reses a menos de 8.000. Podemos decir que los ganaderos se han "salvado" por el descenso de machos herrados, que en 2006 fueron 17.054, mientras que en 2005 fueron 19.593.

Aquí debo hacer un inciso, y decir que ABC miente, o bien lo hace la página del Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino (documento 5, exc 19_06.xls. Última actualización 19.06.2008). Los machos herrados en el año 2005, fueron 32.643, es decir, 13.050 más de los que dice el periódico.

  Datos:

-Terneros herrados por la UCTL............................................ 18789

-Terneros herrados por la ANGL........................................... 9115

-Terneros herrados por la GLU............................................ 1956

-Terneros herrados por la AERB............................................ 2783

-Terneros herrados por la AGRL............................................ 0

  Total 32.643

¿Dónde están los 13.050 que nos faltan? Lo imagino, pero no lo puedo asegurar. He dejado la pregunta en la página Burladero. Veremos si algún taurino me contesta.

Continuan los datos de cifras mareantes, y se nos dice que en el 2007, fueron herrados 18.461 (dato que ya no podemos creer), lo que supondrá que en el año 2011, se quedarán sin lidiar, 1407 machos.

Sirva como pista que nada se dice en ABC de todos los animales que se venden para espectáculos populares distintos a la lidia, que como hemos visto suponen el destino de la mayoría de los animales que se crían en las ganaderías. De 15.000 espectáculos tan sólo 1292 fueron festejos mayores (corridas de toros, novilladas, rejones, y mixtos), lo que significa que en 13.708 festejos "menores" se utilizaron un altísimo número de animales de ambos sexos, ya que no podemos obviar que en algunos de ellos se utilizan vaquillas.

¿Alguíen me puede explicar cómo con 140.000 madres reproductoras, y 3400 sementales, podemos hablar de 18.461 nacimientos de machos de ganado bravo viables para ser lidiados? Sé que en este tipo de animales son más frecuentes los nacimientos de hembras que de machos, pero teniendo en cuenta que una vaca tiene el celo cada 21 días, los números no me salen. La única manera de explicarlo, sería que nos dieran las cifras de animales que acaban en el matadero. De esta manera igual podríamos cuadrarlas.

La nueva fórmula de rentabilizar el producto consiste en proceder a la tortura de los toros de 5 años a puerta cerrada, donde "regalan" el astado al matador, que tan sólo tendrá que correr con los gastos de la incineración. Eso si, como es un regalo, el matador podrá ensayar sus artes de maltrato todas las veces que crea conveniente.

A consecuencia de ello muchos criadores, especialmente los de nuevo cuño, constructores y propietarios de marcas, podrían replantearse su futuro y abandonar el campo bravo. Otros preferirán bajar su caché y vender una corrida al precio de un toro por apenas 5.000 euros, fomentando la competencia desleal. La vertiente positiva: la opción de reconducir un mercado desproporcionado.

Hagan ustedes sus propias cábalas y si pueden, saquen sus conclusiones.

lunes, 8 de noviembre de 2010

POR SAN ANTONIO ABAD. BIENESTAR ANIMAL; DIGNIDAD HUMANA

Hace unos días, la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia (AVAT), de la que soy presidente y fundador, remitió un texto a los presidentes de los colegios provinciales de veterinarios, al presidente del Consejo General de Veterinarios de España, a los decanos de las facultades de veterinaria, y a algunas asociaciones profesionales.

La respuesta de éstos, no por esperada, ha sido sorprendente: el silencio. A veces, dicen, que el que calla otorga, aunque no sé si así podemos interpretarlo en este caso. Pero siempre hay una excepción que confirma la regla:

El Presidente del Colegio de Veterinarios de Bizkaia, nos contestó en una amable carta. En ella nos decía que hacía algunos años había publicado un escrito en el que hacía algunas referencias a determinados asuntos que hacíamos constar en nuestro comunicado, pero que no sabía adonde había ido a parar.

Hoy, nos lo ha enviado.

He de añadir que, cuando se creó AVAT, remitimos una nota de prensa a todos los colegios provinciales, al Consejo General de Colegios de Veterinarios de España, y a algunas asociaciones profesionales pidiendo que se hicieron eco de nuestra existencia en sus páginas de internet, y en sus medios de comunicación escritos.
Tan sólo AMVAC (Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañia), y, como no, el Colegio de Veterinarios de Bizkaia, secundaron nuestra petición.

Sirva esta entrada de mi blog para dar las gracias al señor presidente del Colegio de Veterinarios de Bizkaia.

Texto firmado por Francisco L. Dehesa Santisteban.

Presidente del Colegio de Veterinarios de Bizkaia.

Por San Antonio Abad. Bienestar animal; dignidad humana


Durante los primeros días de este mes de enero de 2004 han aparecido alarmantes noticias sobre la posibilidad de que, a partir de varios brotes de “gripe aviar” surja en el Sudeste asiático un nuevo virus gripal que pueda generar una epidemia en los humanos.

Esta línea de preocupación se ve abonada por el hecho de haber muerto 3 personas en Vietnam, cerca de Hanoi, allí donde una enfermedad mucho más grave, la de la guerra, sumió a miles de familias en la muerte, la desesperación y el abandono.

Ante esa situación surge la pregunta, ¿cómo es posible que últimamente aparezcan tantas enfermedades transmisibles de los animales al hombre?. La respuesta es bien sencilla; las enfermedades infecciosas se transmiten de individuos que pueden ser de la misma o de diferentes especies animales, la humana incluida. Son cientos las enfermedades comunes al hombre y otras especies animales, las denominadas zoonosis, entre las que figuran algunas que han constituido, y constituyen, autenticas plagas para el hombre, como la tuberculosis, y otras de moderna aparición y gran repercusión económica y mediática como la Encefalopatía Espongiforme Bovina, mas conocida como la “enfermedad de las vacas locas”.

Esta circunstancia me lleva a reflexionar sobre el papel de los animales en la vida del hombre y, recíprocamente, el del hombre en la vida animal. Y parece que las fechas son propicias para hacer esta reflexión, en estos días próximos a la festividad de San Antonio Abad, santo relacionado con la protección de los animales domésticos, con un alcance más limitado y concreto que el otro gran santo cristiano relacionado con el mundo animal, San Francisco de Asís, el del “hermano lobo....”.

La existencia de enfermedades comunes al hombre y otras especies animales pone en evidencia la falsedad de papel de “Rey de la Creación” que nos hemos otorgado los humanos, pero no oculta el trato tantas veces abusivo y vejatorio al que sometemos muchas veces a los animales. No se trata de caer en la "ñoñería" de exigir que se les trate como humanos, semejantes a nosotros. No somos quienes para condenarles a una vida “humana”. Tal vez la clave esté en la palabra respeto, respeto a su bienestar y a su dignidad, dentro de las pautas que cada sociedad tiene en el ámbito de su relación con los animales.

En tiempos pasados se exigían ímprobos esfuerzos a los animales de labor, arando o trabajando en el campo, en largas jornadas bajo un sol abrasador, pero también es cierto que con ellos sufrían las mismas inclemencias los hombres que dirigían sus trabajos en los campos y en los montes, Y muchas veces los hombres hacían partícipes a las bestias de los escasos elementos que dulcificaban su esfuerzo: el vino, el agua, la sombra…

En los mataderos vascos todavía hay ganaderos, “casheros”, que acompañan a sus animales el día del sacrificio. No cuestionan el hecho del sacrificio en sí, pero están ahí, para ser testigos de que no se les trate a sus animales con crueldad, de que la muerte sea un acto que, pese a su dramatismo, se ejecute con respeto y dignidad. “Que San Antonio conserve a los que quedan” acostumbraba a decir en las Encartaciones el día de la matanza el matarife, cual sacerdote, entre el silencio de los acompañantes en el sacrificio.

Los que hemos tenido ocasión de vivir en el campo sabemos que la distancia entre la vida y la muerte no es sino una finísima raya que, a veces, demasiadas veces, se sitúa a merced de alguna mente humana. La cuestión no es, a mi modo de ver, si tenemos derecho o no a sacrificar los animales sino la obligación que tenemos los humanos a hacerlo con respeto, salvaguardando su dignidad.

Hace unas semanas leí un libro de José Luis Sanpedro titulado “Los Mongoles en Bagdag”. Cita es ese libro que un nieto del famoso emperador Genghis Kan sitió y conquistó Bagdag en el siglo XIII. El conquistador hizo preso al Califa de Bagdag y para ejecutarle ordenó envolverlo en una gran alfombra y que pasaran por encima miles de caballos con sus jinetes en una forma de muerte con honor, sin que pudiera verse su sangre ni oírse sus lamentos si se llegaran a producir. Una muerte bárbara, pero digna.

No tuvo esa dignidad la muerte de un cachorrillo en un parque público de Bilbao hace unos meses, a manos de su dueño, en forma de brutales martillazos. Ni es digna la muerte de los toros de lidia en el ruedo, entre la música, la sangre, el humo y el jolgorio. No, no es digna su muerte, como no era más gloriosa la muerte de los gladiadores en el Coliseo romano porque se produjera ante miles de indignos espectadores. ¿Qué pensaríamos si nos dijeran que los responsables culturales de las ciudades romanas eran quienes presidían los espectáculos del circo romano?. La muerte de los animales no humanos puede tener muchas justificaciones, pero no le llamemos cultura. Si matar por placer, sea de los actores o de los espectadores, es cultura, quiero ser más inculto de lo que soy.

Con parecerme importantes algunos de los aspectos que he tratado de apuntar, la realidad es mucho más amplia, sutil y de mayor calado y afecta, sobre todo, a los animales de producción y compañía. ¿Cómo reaccionaría un ganadero de hace unas décadas al ver que actualmente, en algunas explotaciones de ganado vacuno, se valora si interesa intentar curar a un animal enfermo o es preferible esperar que se muera para cobrar el seguro?

Hoy, una enfermedad procedente de los pollos amenaza la seguridad de los humanos. Hace unos meses un equipo de científicos americano propuso que se incluyera el chimpancé dentro del género Homo. El hombre no sabe si está solo en el Universo pero debería recordar que no esta solo en la Tierra.

El respeto del bienestar animal es una medida de la dignidad humana. ¡Que San Antonio conserve los que quedan!.

Francisco L. Dehesa Santisteban
Doctor en Veterinaria
Presidente del Colegio de Veterinarios de Bizkaia