domingo, 27 de julio de 2008

TORERO CON SANGRE (Juan José Millás)







Copio el artículo publicado en el diario El País dentro de su suplemento dominical. El escrito de Millás está ilustrado por una foto diferente a la que he enlazado, y sobre su descripción gira el texto.
No he podido encontrar el escrito original ni la foto pero, me parece tan bueno, que no he podido resistirme a hacerme eco de él.

Si esto no les parece arte, échenle la culpa al animal, una bestia sin sensibilidad poética, sin inclinaciones artísticas, un bruto que no ha leído a Lorca. El torero se ha entregado a muerte. No hay más que ver su cara tumefacta, su boca enfangada, sus dientes rojos; no hay más que fijarse en la herida abierta en el pómulo, cuya belleza se cargará el médico con unos puntos de sutura. Recorran el cuerpo del artista, asómbrense ante la vocación abstracta de la sangre, que dibuja un mapa indefinido sobre el traje del matador. Vean su mano, prolongada en un sable de acero finísimo, ligeramente curvado en la punta, que pretende hundir en la carne del animal (si se deja, porque es un mansurrón, un pesado, un torpe, un gilipollas). Ahora, aléjese un poco y presten atención al conjunto. Observen cómo el torero trata de convencer al astado de que se humille y pueda atravesarlo, al objeto de terminar la faena e irse a la enfermería (el sitio donde
van los poetas cuando terminan un soneto). Reparen en la expresión carpetovetónica del hombre; en su boca fieramente abierta, mostrando los dientes en un gesto de desafío estético sin parangón (que rayos significará parangón). Vamos, mierda de toro, hijo de puta, atrévete, ten huevos, que nos están televisando. Por lo visto, hay toros que se prestan al espectáculo, que responden a las provocaciones del verdugo, que entran al trapo (nunca mejor dicho), cuando lo sensato sería no discutir. ¿De qué vas a hablar con un tío que viene dispuesto a cortarte las orejas? Pero no racionalicemos, por favor, que acabamos con la fiesta.

ESPERPENTO HISPÁNICO

Dominio público

Opinión a fondo

Esperpento hispánico

JOSÉ ENRIQUE ZALDÍVAR LAGUÍA

07-27.jpgEl pasado día 21 de julio, este diario inició una serie de artículos con un valiente titular en su portada: Maltrato animal, arranca el vía crucis de todos los veranos. Consultado el diccionario de la Real Academia Española y trasladado el significado del texto al mundo animal, debo decir que el titular me parece sumamente acertado.

La tradición, entendida como una costumbre que se transmite de generación en generación con el único fin de preservarla, sirve de justificación a un gran número de festejos populares en los que una serie de animales pertenecientes a la familia de los bóvidos, subfamilia bovinos, subespecie lidia, de diferentes edades y por lo tanto tamaños, servirán como entretenimiento y diversión a propios y extraños en numerosas localidades de nuestra piel de toro.

Ya han pasado las fiestas de San Juan, con sus hogueras en las que, entre otros, han sido ejecutados a tiros 13 toros, los famosos acericos de Coria. Ya han pasado las fiestas de San Fermín, donde la mezcla de alcohol, bullicio ferial y solemnidad religiosa ha conducido a la tortura a 54 toros y 6 novillos que, previamente, a primeras horas de la mañana, corrían por las calles de Pamplona, adaptadas para tal fin.

Ahora, una vez llegado el verano, el calor, el ocio, el aburrimiento y las largas noches en vela, se repetirá el esperpento hispánico.

No voy a hacer distinciones, no voy a disculpar a unos y a acusar a otros. Haya santos, devoción, tradición, control o descontrol, es todo lo mismo. Al final, sufrimiento, miedo, angustia, dolor, sangre y muerte para los animales. Diversión a raudales para los ciudadanos que de forma activa o pasiva participan en estos festejos.

El toro embolado proyectará su luz y su sombra en la noche; el lento caminar a tirones del toro ensogado recorrerá las calles asfaltadas de los pueblos; el toro a la mar conocerá el sabor del agua salada y nadará desesperado hacía no se sabe dónde. Mientras, unas vaquillas, encerradas en un recinto improvisado, embestirán a ciudadanos que por unas horas jugarán a ser toreros y a los que, para demostrar su valentía, no les importará recibir un revolcón y llenar su ropa de arena. Algunas, como recientemente se ha hecho en El Escorial, serán traspasadas por el acero del estoque puesto en las manos de aprendices de matador. El colofón se producirá en Tordesillas, con la muerte del toro alanceado en honor de la Virgen de la Peña.

Pero dejemos la narrativa y pasemos a la ciencia. Supongo que serán muchos los lectores que alguna vez se habrán planteado que estos animales sufren, los habrá que lo duden y los habrá que lo nieguen. Pues bien, a los dubitativos y a los negadores les expondré de forma escueta e inteligible las razones por las que estos seres vivos son capaces de sentir, como lo puede hacer cualquiera de ustedes.

Existe, en cualquier mamífero superior, un sistema nervioso capaz de desarrollar respuestas ante situaciones que nunca ha vivido, respuestas capaces de ponerle en alerta y respuestas que le llevarán a resistir e intentar adaptarse a esas novedades por las que nunca antes había pasado. Cuando el organismo es incapaz de responder a esos estímulos o agresiones que se repiten con frecuencia o son de larga duración, se producirá lo que en fisiología se denomina fase de agotamiento. Este último es el estado en el que acaban los animales utilizados en los festejos a los que me estoy refiriendo.

Todos ustedes sabrán lo que es el estrés, incluso lo habrán padecido en alguna ocasión, pero, por si no son capaces de encontrar la relación entre él y los hechos que estoy narrando, ahí van un par de definiciones:

“Agresión contra un organismo vivo” y “situación de un individuo o de alguno de sus órganos o aparatos que, por exigir de ellos un rendimiento superior al normal, les pone en riesgo de enfermar”. ¿De verdad creen ustedes que estos animales de manada, herbívoros, y por tanto pacíficos –si es que no ven peligrar su vida y no pueden huir ante la amenaza–, no sufren cuando son sometidos a situaciones para las que no están preparados y que no han conocido en toda su existencia? Pues sí, sufren, y mucho. Debo añadir que aquellos que son utilizados y reutilizados una y otra vez, como ocurre en muchas ocasiones, sufrirán aun más. Está científicamente demostrado que los bóvidos fijan en su cerebro las sensaciones percibidas cuando toman contacto con algo nuevo, y si esta primera experiencia les resulta negativa y se repite, les causará un sufrimiento más intenso. ¿Quién dijo que los toros no tienen memoria?

Si aplicamos como norma que, en el bienestar animal, el organismo en cuestión debería no presentar alteraciones fisiológicas, es decir, que las manifestaciones emocionales del animal no deberían diferir de las que presentan en condiciones normales, convendrán conmigo –aunque a algunos no les importe y mis comentarios les produzcan cierta hilaridad– en que en todos los festejos donde la especie humana involucra a estos animales hay sufrimiento físico y psíquico. A algunos nos bastará con observar el comportamiento que muestran, sus expresiones faciales, su ritmo respiratorio; pero a los más escépticos les diré que existen determinaciones hormonales realizadas en estos animales que lo demuestran sin ningún género de duda. El cortisol, conocido como hormona medidora del estrés, se disparará hasta valores insospechados que podemos considerar como patológicos.

Haciendo mías las palabras de dos compañeros de profesión, la preocupación por el bienestar animal es el resultado de dos elementos: el reconocimiento de que los animales experimentan dolor y sufrimiento y la convicción de que causar sufrimiento a un animal no es moralmente aceptable si no existe razón que lo justifique.

Dejaremos para otro día la lidia, y la respuesta a ese estudio tan divulgado que habla de la capacidad del toro para superar el dolor que se le provoca en un 90%. Tiempo habrá de rebatirlo.

José Enrique Zaldívar Laguía es vicepresidente de la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia (AVAT)

Ilustración de Mikel Jaso

TOROS ENSOGADOS

Este domingo acaban las fiestas patronales de Sant Jaume d’Enveja, repletas de actos taurinos típicos de las Tierras del Ebro


El animal fue lanzado a la acequia, tras hacerle correr por las calles de Sant Jaume durante más de una hora.
El animal fue lanzado a la acequia, tras hacerle correr por las calles de Sant Jaume durante más de una hora. - LUIS LLORCA

JAVIER RADA - Sant Jaume d’enveja (Tarragona) - 26/07/2008 19:43

De repente, un ritual anacrónico. Centenares de jóvenes corren por una de las calles, gritando cual marabunta tribal, aplaudiendo, vitoreando, asustando ¿Qué es lo que se caza? En medio del gentío, un toro bravo. Negro, poderoso, repleto de miedo. Cae un sol de justicia. Y el animal está agarrado por dos cuerdas a la cornamenta.

Son las maromas, de las que tiran los mozos para conducirlo por todo el pueblo. Hablamos de kilómetros. Inmovilizándolo a su voluntad. Su cuerpo esbelto impacta contra una señal de tráfico y la tumba. Prohibido aparcar. O contra un árbol. Persigue confuso a la gente por una gasolinera. Una mujer mayor se la juega y lo torea mientras el marido, histérico, intenta detenerla. El toro es lanzado después a la acequia. Golpeando su morro contra el quitamiedos metálico. Intenta defenderse y otra vez lo frenan las cuerdas. Y todo durante más de una hora (el reglamento no permite más de 20 minutos). Así fue el toro ensogado (capllaçat) que presenció Público el pasado jueves en Sant Jaume d’Enveja (Tarragona).

Las Tierras del Ebro son el último bastión taurino de Catalunya. Es la soga y la embolada. Es el fuego y el pilón. Es la vaquilla que corre y el orgullo de unos mozos que se aferran a su tradición como a la madre, al padre y a la tierra. Durante todo el verano, los pueblos, con sus plazas de toros improvisadas, creadas con camionetas y material de construcción, recrean centenares de rituales que los convierten “en uno de los puntos negros de España”, según la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales.

Los defensores de la tradición alegan que nadie quiere más al toro que ellos, es su pasión. Tanto que algunos advierten: “Estamos dispuestos a ir a la guerra si nos los quitan”, explica Paco Soneca, ganadero de 24 años. Si alguien no conoce las Tierras del Ebro, la amenaza puede sonar a farol. Pero estamos hablando de algo profundo. Un submundo fluvial y atávico. Los animales son parte de un espectáculo “muy exigente”. Tienen que cumplir cual soldados. La programación es amplísima. Pueblo tras pueblo. Y los garantes de la tradición son, curiosamente, los más jóvenes, los buscadores de la adrenalina y de la identidad primaria.

Morir, un accidente laboral

“El problema es que esta gente no ve al toro como un animal sino como un objeto”, explica el etólogo Jordi Casamitjana. Los taurinos tienen otra opinión. Las reses bravas han nacido para el embiste, pueden llegar a ser una “máquina de matar”. Se refieren a ellas como “personas de diversa personalidad”. Unas valientes, otras cobardes. Para ellos, morir, romperse las piernas o perder las pezuñas en el asfalto son “accidentes laborales”. “La gente no sabe de toros. El toro aprende y se adapta al espectáculo. El ganadero debe saber escoger. Si es para ensogarlo, se elige un toro que se deje guiar. Tengo reses que prefieren salir a la calle a irse al campo, eligen ir a por la carne.

A mí me duele si un animal muere después de estar alimentándolo todo el año”, añade Soneca.

Una res puede participar en medio centenar de espectáculos por temporada. O ser embolada y ensogada varias veces. Son protagonistas involuntarias. Y causan gran expectación. “Esta gente ve a los animales como sus esclavos, como los negreros años atrás. Están cegados por una barrera psicológica”, dice Casamitjana.

En casi todos los festejos existe una guardia pretoriana (compuesta por la comisión de fiestas y por fanáticos con camisetas y tatuajes de toros) que vela para que no se cuele ningún ecologista. “El año pasado se nos escapó uno y nos denunció por una vaca que cayó al suelo”, explica un anciano de Campredó. “¿Eres taurino o anti?”. Es la pregunta del millón. No valen medias tintas. O están con nosotros o… Existe miedo a las represalias.

Denuncias archivadas

Dora Casado, portavoz de PACMA (Partido Antitaurino contra el Maltrato Animal), explica que esta entidad ha interpuesto más de 60 denuncias, pero han sido archivadas. “Y en el Colegio de Veterinarios de Tarragona afirman que en 2007 sólo se registró un 2% de irregularidades. Se llevan su dinero de estos espectáculos”, agrega. “Denunciamos desde descargas eléctricas hasta la muerte de animales por colapso, el sufrimiento del ensogado y el embolado”, añade.

Enrique Morales, jefe de cuadrilla de los Emboladores de Amposta, disiente. “Falta comunicación. Puedo garantizar que no se maltrata a ningún animal. Al toro nadie le puede obligar a que corra. La gente a la que le gusta esta afición lo respeta. Que vengan y lo vean”.

El toro de Sant Jaume ha parado. Un caballo blanco lo mira desde detrás de una reja. ¿Qué habrás hecho, hermano?, podría decir si supiera razonar. Pero esta historia no trata de la razón. Reparten sangría y refrescos para combatir el calor. El toro sigue ensogado. Mirada perdida. Aún le quedan calles abajo.

Sufrimiento psíquico
El toro ensogado padece un fuerte componente de estrés, según la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia (AVAT). No tiene una fisiología preparada para afrontar estas situaciones y, al ser encajonado para atarle, sufre fuertes sensaciones negativas. La alteración de su miedo natural le produce ansiedad, lo que afecta negativamente al animal porque el miedo es un poderoso causante del estrés.

Agotamiento y exceso hormonal
Una vez fuera, el animal es llevado a través de las calles del pueblo, forzado y constantemente acosado. Los niveles de adrenalina y noradrenalina del astado se disparan. Se han realizado mediciones de estas hormonas en tipos de ganado vacuno sometidos a situaciones menos traumáticas y los valores alcanzados son indicadores de un gran sufrimiento físico y psíquico.

Hambre, sed y transporte
Los animales pueden permanecer durante horas en el camión hasta que empieza el espectáculo. Durante el tiempo de transporte, el hambre y la sed agudizan su sufrimiento. Para evitar males mayores, los asistentes de las empresas ganaderas suelen mojarlos para reducir el calor. De no hacerlo así, en los transportes de los meses más calurosos se podrían alcanzar situaciones de colapso.

Inmovilización
Los procedimientos para lograr la restricción de movimientos no causan dolor por lo general, pero el miedo puede ocasionar un gran estrés psicológico al ganado cuando ha sido criado bajo métodos extensivos, asegura informe de la asociación.

Acoso, recorrido y juego
Las razas excitables de ganado vacuno muestran sensaciones de pánico cuando se las deja solas en un lugar extraño,
o se las somete o expone a la novedad de un ambiente ruidoso. Otros factores que les afectan son las distracciones en su camino, como sombras, irregularidades en el suelo, barreras físicas y objetos que obstaculizan su paso.

Alejado del grupo y retorno al corral
El animal, separado del grupo, padecerá estrés y podrá tornarse peligroso para la gente. Los choques o embistes serían demostrativos del estrés y sufrimiento que está padeciendo. Los animales con experiencias previas de manejo violento las recordarán y, en el futuro, cuando se los exponga de nuevo, podrían sufrir más estrés. Al exigir de ellos un rendimiento superior al normal, se los pone en riesgo a enfermar.

jueves, 24 de julio de 2008

PERROS VENIDOS DEL ESTE

Los veterinarios no dan abasto después de las fiestas navideñas. Las protectoras estiman que al menos uno de cada diez perros de raza que se han regalado por estas fechas padece ahora diarreas, vómitos, fiebre y otras enfermedades incubadas durante la cría y el transporte de los cachorros, importados de países del Este. Muchos morirán. Pero no acaba ahí el drama. En los próximos meses, perros aparentemente sanos comenzarán a manifestar síntomas de graves enfermedades hereditarias, como displasia o ceguera progresiva, que pondrán a sus dueños en la tesitura de llevarlos al quirófano y afrontar los gastos de operaciones que suponen desembolsos de más de 1000 euros. Reclamar a las tiendas es frustrante. A lo sumo, el vendedor suele ofrecer al comprador insatisfecho la posibilidad de cambiar a su mascota por otra, como si fuera un electrodoméstico defectuoso. Si se tiene en cuenta que estos perros cuestan unos 50 euros en el país de origen y se venden en España por precios que multiplican por diez y hasta por veinte ese valor, la tienda nunca pierde dinero por muchos cachorros que tenga que cambiar. Y además, los clientes, ya encariñados con sus cachorros, rara vez aceptan ese trueque.

Es un negocio suculento, pues en España seis de cada diez familias conviven con un animal doméstico y el 35% lo compra en tiendas, mientras que solo un 20% lo adopta en perreras, un 10% acude a criadores selectos y el resto se ventila entre particulares. Hungría, Eslovaquia y Chequia se han convertido en fábricas de producir cachorros de raza destinados al mercado español. Allí están ubicadas las más descomunales puppy mills (granjas de mascotas) europeas. A las hembras se las encierra en jaulas donde enlazan una preñez con la siguiente. Se cruzan ejemplares de la misma familia (padres con hijos, hermanos). Un incesto canino de proporciones industriales Cuando una raza se pone de moda, van a saco. Esta temporada se llevan los carlinos, los beagles y los frenchies (bulldog francés). Los cachorros, en ocasiones con microchips piratas, son transportados en camiones y en unas condiciones que ni los barcos negreros. Muchos llegan enfermos a las tiendas o desarrollarán enfermedades hereditarias a los pocos meses por culpa de la consanguinidad. Se venden por 500, 600 y hasta 1.200 euros cuando cuestan 50.

Los criadores responsables llaman con desprecio a esta industria al por mayor la maldición de los juntaperros, cuya falta de escrúpulos condena al sufrimiento a miles de animales y a sus descendientes. Y pone a los dueños en situaciones de enorme angustia y estrés emocional. Un criador que haga las cosas bien saca una camada al año y procura que solo críen los mejores ejemplares. "El pedigrí no es un árbol genealógico para conocer a los parientes de sangre azul, sino una garantía de características físicas y psíquicas, y de ausencia de taras genéticas. El problema es que en España se nos antoja una raza y la compramos en el primer sitio que se nos ocurre", advierten en las protectoras, que estiman que el volumen anual del tráfico de mascotas del Este supera los 45.000 cachorros y que tres de cada diez mueren durante el trayecto, enfermos, extenuados, sedientos y cubiertos de parásitos, heces y orines. Los que sobreviven pueden llegar con moquillo o parvovirus y mucho no han sido vacunados contra la rabia.

Los juntaperros no son exclusivos de Europa oriental. Hace unos meses, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil desmanteló un criadero clandestino en Murcia e inmovilizó un total de 220 perros de raza. El establecimiento había distribuido al menos un millar de mascotas a toda España, incluidos de razas potencialmente peligrosas cuyo comercio está restringido, como el dogo argentino y el rottweiller. También fueron decomisados más de mil pasaportes de sanidad canina expedidos en Eslovaquia. Lo de los pasaportes es solo un truco más en un negocio donde la picaresca está a la orden del día y se piratean los chips de identificación y hasta los pedigrís. El descontrol de las ventas por internet contribuye a enrarecer el panorama.

En los macrocriaderos del este de Europa, los cachorros son separados de su madre con un mes de vida. Con esa edad no se pueden vacunar, así que falsifican las cartillas veterinarias poniendo una edad mayor para poder venderlos en España. Esta separación temprana tiene otro efecto perverso: la falta de socialización, pues no han tenido contacto suficiente con su madre y hermanos. Los que sobrevivan pasarán su infancia en un escaparate. En el futuro pueden ser perros problemáticos. Y las modas pasan. Los hoy cotizados bulldogs empezarán a ser abandonados este verano, coincidiendo con las vacaciones. Y convivirán en las perreras con razas de las que ya nadie se encapricha, como el husky siberiano o el cocker spaniel. Y también con otras con gran predicamento, como el golden y el labrador, pero ya se ven tantos por la calle que han perdido glamour, víctimas colaterales de la producción a destajo.

Un problema similar al español lo vivió Estados Unidos hace una década. Y adquirió tintes de auténtica emergencia sanitaria nacional. Un estudio de la Universidad de Pennsylvania demostró que un 60% de los perros de algunas razas grandes terminaban cojos por culpa de la displasia. O nacían con un testículo sin descender. O desarrollaban cáncer hereditario. De un total de 20 millones de perros de razas selectas, el 25% tenía alguna tara genética. Y no podían echarle la culpa a las importaciones descontroladas, pues las aduanas norteamericanas son muy escrupulosas. La revista Time dedicó una de sus portadas a este drama. Y llegó a la conclusión que era la obsesión por la belleza de criadores y dueños lo que estaba poniendo a algunas razas al borde del colapso biológico. "Los perros de raza son en buena medida seres artificiales, moldeados durante miles de años de crianza selectiva para satisfacer necesidades humanas. Durante mucho tiempo, esas necesidades se limitaban a la compañía y el trabajo. Y los perros prosperaban. Hoy en día es la belleza lo que se potencia. Ejemplares atractivos, pero poco saludables, son los que se cruzan y tienen descendencia, primando en realidad la supervivencia del menos apto. Resultado: una catástrofe nacional de la que pocas razas se libran". La belleza bordea a veces la pura aberración. Los yorkshire son cada vez más diminutos. El mercado los quiere así y los criadores seleccionan a las hembras y machos más pequeños para cruzarlos. Consecuencias: enanismo e hidrocefalia. Por su parte, los bulldog son cada vez más cabezones, lo cual tendría su gracia si no fuera porque vienen al mundo por cesárea.

[2] TESTIMONIOS

Laura Escribano, Toledo

Charco, golden retriever con displasia de codo

"Compré a mi perro de manera inconsciente. No me informé de dónde debía adquirirlo, ni qué certificados pedir. Charco es húngaro, después de meses de reclamar en la tienda conseguí su pedigrí. Pero su pedigrí puede ser de cualquiera porque no tenía chip ni tatuaje. El chip me lo cobraron en el veterinario concertado por la tienda, donde te obligaban a poner las vacunas y pasar las revisiones. Es una práctica de muchas tiendas, que se desentienden, cuando hay problemas, si no acudes al veterinario que trabaja para ellos. A los cinco meses operamos a Charco de displasia de codo en una pata. A los siete, otra pata. No denuncié a la tienda porque me pagaron las operaciones, aunque no las cubría la garantía. Luego supe que tenían tantos casos similares que pagaban para ahorrarse denuncias. Después de aquello monté con otros amantes de esta raza una web (www.todogolden.com) para informar a la gente dónde comprar. Siempre a criadores responsables. Por desgracia, conocemos muchos casos de golden displásicos. Es una raza de moda y eso aumenta el riesgo de la crianza irresponsable. El negocio es muy jugoso".

Noemí Estepa, Madrid

Asia, bóxer con estenosis de corazón

"Mi perra tiene tres años y padece una enfermedad del corazón congénita y hereditaria. Es incurable y acorta la vida del animal a la mitad. Mi historia es muy típica. Decidimos comprar un perro y empezamos a mirar precios. Vimos un anuncio de un supuesto criador de Navalcarnero que tenía varias camadas de diferentes razas. Fuimos, la compramos (sin factura) y nos la llevamos. Asia tenía 21 días solamente, sin destetar. Todo iba bien, así que pasado un mes decidimos comprar un bóxer macho y le volvimos a llamar. Cairo se llevaba un mes con Asia. Cuando Asia tenía seis meses empezó el calvario: un día, paseando por el parque, se desmayó. Fuimos al veterinario y nos recomendó a un cardiólogo, que hizo un estudio completo y muy caro de ambos perros. Diagnósticos: Asia, estenosis subaórtica; esperanza de vida, cinco años. Cairo: estenosis pulmonar grave, esperanza de vida: un año. La estenosis es un estrechamiento de una vena o arteria que provoca falta de riego sanguíneo. El cardiólogo nos dijo morirían súbitamente durante un desmayo. Es angustioso pasear por el parque y cada vez que Asia se desmaya pensar que va a ser la definitiva. Sospechamos que el criador estaba cruzando a las hembras con el macho portador del gen. Podíamos haber reclamado, pero ¿cual habría sido la solución? El vendedor nos habría cambiado los perros por unos sanos y los enfermos los habría intentado colocar a otras personas ilusionadas por un cachorrito. Y si no colaba, se hubiera deshecho de ellos por no ser aptos para el negocio".

Jesús Amador del Olmo, Barcelona

Brina, dóberman con cataratas congénitas

"Yo compré una perra dóberman con pedigrí. Acudí a la clínica veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona para que la viera un oftalmólogo, pues la perra no veía bien, le lloraban los ojos y el párpado izquierdo estaba casi cerrado. Tenía seis meses. El diagnóstico fue de micoftalmía bilateral, cataratas en los dos ojos y displasia de retina, congénitas y heredadas. En resumen, la vista hecha un guiñapo. Se me recomendó implantarle una lente intraocular y cauterizar las heridas de los ojos. Y no cruzar al animal. Me la vendieron sin el tatuaje obligatorio. Estaba en los huesos y tenía pánico a la gente. La socialización era nula. La operación era muy delicada, así que al final recurrimos a un veterinario homeópata. Notifiqué a la tienda mis problemas y la única solución que me dieron fue que me cambiaban a la perra por otra. Me negué y les exigí el importe del dinero pagado (850 euros). Al día siguiente me dieron el teléfono del criador para que yo llamase. Éste me dijo que no se hacía responsable, pero que me daba otro perro y que vendiese la mía o me la quedase, que hiciese lo que quisiera".

Sandra Rodríguez y Gustavo Ramírez, Abrera (Barcelona)

Criadores modélicos de la raza golden

"Somos criadores de golden retriever, una de las razas con un gran número de casos de displasia. Llevamos unos seis años, ahora mismo tenemos en casa cuatro golden, un macho y tres hembras, solo hemos tenido una camada en todo este tiempo y nacieron tres cachorros vivos. Fue muy duro. La gente se pregunta, ¿una sola camada en seis años? Sí… Si quieres hacer las cosas bien. Nada de jaulas. Toda la casa llena de perros, pelos y correas… Primero compras tu primer perro, en nuestro caso Lua. La empiezas a llevar a exposiciones. Cuando tiene un año le haces las pruebas de displasia y de taras oculares (unos 170 euros) y si todo está correcto esperas a que tenga su tercer celo, a los dos años, para la primera camada. Tienes que elegir al macho que complemente a tu hembra. Y a lo mejor está a mil kilómetros de casa. Gastos de viaje y el pago de la monta, que ahora mismo está a unos mil euros, se quede o no preñada la perra. Nacen los cachorros y si todo va bien y la madre responde, perfecto, te limitas a vigilar y a limpiar. Si algo va mal tienes que darle el biberón cada tres horas a los cachorros, lo mismo si han nacido tres como si son once. Y esto es solo el principio. Luego hay que ir a exposiciones, adiestrar, estudiar el pedigrí… Por culpa de cuatro desgraciados pagamos los que hacemos las cosas bien. Teniendo en cuenta de la displasia es una enfermedad congénita nadie puede garantizar que los cachorros no puedan sufrirla, pero si se hace una control muy exhaustivo de los padres, el riesgo se reduce en un porcentaje muy importante."

[3] APOYO

EL CRIADERO DE LOS HORRORES

Los criaban en jaulas, los vendían por internet y los enviaban al cliente por mensajería. La Guardia Civil y la Comunidad de Madrid destaparon a finales de año el primer macrocriadero español de mascotas, a imagen de los del este de Europa. Estaba ubicado en las localidades madrileñas de Navalfuente y El Molar. Fueron requisados 323 perros que malvivían en unas condiciones dantescas, algunos con heridas por canibalismo y peleas, pues solo había un saco de pienso por cada cincuenta animales. Estaban los huesos, cubiertos de parásitos y algunos enfermos de leishmania. Hubo tres detenciones. Las investigaciones comenzaron a raíz de las denuncias de la asociación Amnistía Animal. Las instalaciones eran paupérrimas. Nadie limpiaba las cacas. Los perros estaban atados a las vallas o metidos en cajas y jaulas, sin luz natural ni ventilación. Los perros rescatados fueron distribuidos por distintos albergues. Muchos ya han sido adoptados. Los agentes también encontraron microchips, cartillas sanitarias y documentos oficiales de identificación firmados y sellados por dos veterinarios, pero en blanco.

[4] FOTODIARIO

EL CALVARIO DE ZSAZSA

Susana Sánchez, fotógrafa de prensa, y su novio, Carlos Navarro, estudiante de ingeniería, ambos de 23 años, compraron a ZsaZsa, un cachorro de boyero de Berna, en una tienda de mascotas de la provincia de Murcia. Una perra preciosa de la que se enamoraron en cuanto la vieron en el escaparate. Precio: 475 euros. Y empezó el calvario. Un calvario por el que pasan cientos de dueños de perros cada año. Primera visita al veterinario: enfermedad del desarrollo, presuntamente por culpa del estrecho habitáculo donde estuvo metida hasta que la vendieron. Segunda visita: a pesar del tratamiento, la perra cojea. Más bien se arrastra, apoyándose únicamente en las patas delanteras, porque las de atrás son dos lamentables ramitas retorcidas. Le hacen radiografías. Diagnóstico: displasia de cadera. Hay que operarla (coste: 950 euros). Osteotomía triple. Cortar el hueso por tres sitios, insertar una placa y tornillos. Cuarenta días de reposo. Luego rehabilitación. Y hay que darle diariamente pastillas para el dolor. Y todavía le queda una operación idéntica y durísima (otros 950 euros). En la tienda aluden a la mala suerte. Y se ofrecen a cambiarle la perra por otra. Susana y Carlos no pueden creerlo. "¡Como si fuera un microondas!". Preguntan qué pasa con los perros que devuelven. En la tienda le dicen que los envían a una ONG para que convivan con niños minusválidos. Preguntan qué ONG es ésa, pero no le responden. Tampoco se hacen cargo del coste de las operaciones, aludiendo a que está fuera de garantía (15 días, pero una displasia no se puede detectar hasta pasados más de seis meses) y a que no acudieron a la clínica que ellos le habían indicado, perteneciente al dueño de la tienda. Tampoco les dan el nombre del criador. Susana y Carlos indagan por su cuenta y se enteran de que la perra ha sido importada de Eslovaquia. "Pero los traemos en avión y en magníficas condiciones", le replican. Ponen una reclamación en la Oficina Municipal del Consumidor, donde les informan de que ese establecimiento acumula varias. La tienda se ofrece entonces a devolverles el dinero, pero exige a cambio que le devuelvan la perra. Ni pensarlo. Susana, mientras tanto, documenta el calvario de su perra fotográficamente. Contacta con otros afectados. Solo le queda ya acudir a los juzgados y denunciar el caso en la prensa local, con nombres y apellidos. En la tienda, la amenazan con denunciarla a su vez (y al periodista que esto escribe) por "acoso comercial". "Llevo dos meses llorando de rabia y viendo a mi perra aullar de dolor. No es ya por el dinero. ¿Quién me paga las lágrimas? Es por ZsaZsa y por todos los perros que tienen que pasar por lo mismo. Ella es afortunada, después de todo. La estamos cuidando lo mejor que podemos. Otros no tienen esa suerte".

[5] ENTREVISTA

Daniel Rojo,

Cirujano veterinario y profesor de anatomía de la Universidad de Murcia

¿Han aumentado las enfermedades hereditarias en los perros de raza?

Sí. Espectacularmente. Hablo desde la experiencia porque no hay estadísticas fiables. Hace trece años que soy veterinario y en este tiempo se han disparado.

¿Por qué?

El aumento de estas dolencias coincide con la importación la importación masiva de perros procedentes de países del este de Europa.

¿Cuáles son los problemas más frecuentes?

De todo tipo. Las razas asiáticas, como sharpei o akita inu tienen problemas oculares. Sus párpados crecen más de lo debido. Las displasias de codo y cadera están a la orden del día en las razas grandes. Hay razas que solo pueden nacer ya por cesárea.

¿Y la culpa?

La falta de control que hay en España sobre los criadores. Un criador responsable se preocupa. Si un perro le sale displásico lo esteriliza. Un vendedor que busca solo el negocio lo que quiere es el máximo número de camadas en el mínimo tiempo. No selecciona. Cruza lo que tiene.

¿Qué diferencia a un buen criador de alguien que solo busca el negocio?

El criador responsable merece un respeto porque mantiene la raza en perfectas condiciones. Hace radiografías a los cachorros, ecografías a las madres. El vendedor guiado por el ánimo de lucro juega con las ilusiones de los dueños y hace sufrir a los animales. Siempre te dice: 'una displasia es mala suerte, los otros cachorros de la camada no tienen'. ¿No tienen? Muy bien, ¿y los padres?, ¿y los abuelos? Que un perro no la desarrolle no significa que no tenga el gen y pueda transmitirla, por eso es tan importante cortar de raíz los caminos de propagación genéticos. Y en España no se está haciendo.

No obstante, para un veterinario tanta enfermedad le asegura el trabajo…

Me da coraje operar una displasia. Amo la cirugía, pero la cirugía resolutiva. Un perro que se rompe una pata. Una displasia es una operación evitable si se ataja el gen. Este mes llevo cinco operadas.

¿Hay solución?

Sí. Imitar a Alemania. El club del pastor alemán se empeñó en erradicar el problema, identificando a todos los criadores. Si tú quieres criar, debes ganarte ese derecho. Un particular no puede hacerlo. Ningún perro puede tener descendencia si el club del pastor alemán no certifica, con radiografías, que es apto. En España cualquiera cruza a sus perros, si quiere, y vende los cachorros.

[6] LISTADO

ENFERMEDADES GENÉTICAS CANINAS MÁS FRECUENTES

Bulldog francés e inglés: paladar hendido (cuando son amamantados, la leche va a los pulmones y mueren varios en cada camada). La cabeza es tan grande que los partos son por cesárea (1000 euros). Problemas respiratorios, ronquera.

Pastores alemanes: displasia de codo y cadera. Hay que hacer radiografías y enviarlas a Alemania.

Labradores: enanismo.

Collies: el 10% se queda ciego.

Dálmatas: sordera.

Cocker spaniels: tienen malas pulgas (su temperamento ha empeorado en las últimas décadas) y muchos dueños se hartan de ellos.

Gran danés: problemas de corazón.

Sharpeis: cáncer de piel y problemas oculares.

Golden retriever, displasia, a los siete meses conviene hacerles una radiografía.

Rotweiller: aumento desproporcionado de la cabeza porque los criadores han favorecido en los cruces a los de cráneo más voluminoso.

Yorkshire: problemas de mandíbula y rótula, enanismo, hidrocefalia.

[6] RECOMENDACIONES PRÁCTICAS

DÓNDE ACUDIR SI LE VENDEN UN PERRO ENFERMO

"Lo mejor es ir al juzgado y presentar una denuncia por estafa". Así de contundente es Matilde Cubillo, presidenta de Amnistía Animal de Madrid y experta en legislación sobre protección animal. "Todo el mundo se lava las manos porque la legislación varía de una comunidad autónoma, y las leyes europeas tiene lagunas en el tema del transporte de animales, por eso hay que ir a por todas". Por lo general, comerciantes y clientes suelen llegar a un acuerdo amistoso. Si no, habrá que pedir la hoja de reclamaciones. Pero no es vinculante. Tampoco el arbitraje de consumo. Entre las herramientas jurídicas, la ley de protección y defensa de los animales de compañía dicta que los establecimientos deberán vender a los animales "libres de toda enfermedad". Y la existencia de un servicio veterinario dependiente del establecimiento (práctica muy extendida entre las tiendas españolas) que otorgue certificados de salud, "no eximirá al vendedor de responsabilidad ante enfermedades en incubación no detectadas en el momento de la venta". Además, el artículo 1484 del Código Civil estipula que "el vendedor estará obligado al saneamiento por los defectos ocultos que tuviere la cosa vendida, si la hacen impropia para el uso a que se la destina, o si disminuyen de tal modo este uso que, de haberlos conocido el comprador, no la habría adquirido o habría dado menos precio por ella".

EL DÍARIO PÚBLICO SE HACE ECO DEL MALTRATO ANIMAL

Pese a las leyes de protección animal, los toros siguen siendo víctimas de la tradición en miles de festejos populares

JAVIER RADA - Madrid - 20/07/2008 22:50

Los toros embolaos o de fuego son una costumbre muy arraigada en Levante y Andalucía.

Cuentan que sufren, que padecen estrés, que sienten en una maraña de confusión, abducidos, secuestrados de su medio, perdidos en una verbena de adrenalina. Dicen que es tradición, que se vela por su integridad, que hablamos de la raíz, del ser español, valenciano, castellano...

Llega el verano, y España explota en fiestas, patrocinio y vírgenes de devoción. Charangas y litros de alcohol. Y todo, vertebrado con el uso de animales como fuente de diversión y atracción turística. Animales usados en variopintos espectáculos. Seres, toros y becerros, a los que se les llena las astas de fuego, se les cubre el cuerpo de dardos, se los lancea hasta la muerte o se los tira al agua.

Si bien es cierto que los eventos con animales domésticos (gansos, cabras, gallos, carneros...) están siendo erradicados por las leyes de protección animal autonómicas, el toro sigue siendo el gran damnificado por la excepción histórica de la Fiesta Nacional. Unos 60.000 bovinos sufren nuestra diversión al año, según la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (ANPBA).Los festejos populares que incluyen algún toro en su cartel crecen en agosto y septiembre, según el Ministerio del Interior. En 2007, se contabilizaron hasta 4.111.

Repunte de fiestas

Ecologistas y promotores taurinos coinciden en que hay un repunte de actos taurinos, sobre todo de los encierros. Este año hay previstos unos 22.000, cuando en 2006 sumaban 18.000, según la Asociación de Corredores, Aficionados y Recortadores de Toros de España. Ello se debe a las subvenciones que reciben de las administraciones ­-unos 500 millones de euros, según la Fundación Altarriba-, el bajo precio de las reses y la admiración que generan toreros como José Tomás.

La cabra de Manganeses de la Polvorosa (Zamora) se libró de ser arrojada desde el campanario. También tiene más derechos la pava de Cazalilla (Jaén) que el toro. "Si es sancionable tirar a una pava desde un campanario, pero no una "becerrada" en la que pueden matar al becerrito clavándole espadas, se debe a que en el primer caso existen leyes específicas prohibitorias. El segundo, al ser un espectáculo taurino, está regulado por sus propias normativas, nacionales y autonómicas, que lo convierten en legal, aunque sea éticamente reprobable", explican en ANPBA.

17 reglamentaciones

Cada comunidad tiene su reglamentación. En total, 17 reinos de taifas para el designio animal. "Los festejos con toros están muy intervenidos. Por ley, debe haber un delegado gubernativo, miembro de la Policía, y un delegado taurino, director de lidia, para comprobarlo. Además, se piden informes del veterinario", explican en la Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos (ANOET).

 Para los grupos animalistas ningún ser debería ser usado para la diversión humana. Pero la tradición responde alzando muros, diciendo aquí nos quedamos. Un ejemplo fue la manifestación del PACMA (Partido Antitaurino contra el Maltrato Animal) en Amposta (Tarragona) el pasado 12 de julio, y la reacción contraria de algunos ampostinos. Los primeros querían presionar para que se prohibieran las fiestas de los bous (toros) en una Catalunya que se autoproclama antitaurina.

"El año pasado presentamos tres denuncias, pero las archivaron", explica Alejandra García, miembro de PACMA. Dos mundos enfrentados. Sólo en Levante se celebra más de un centener de toros de fuego (embolados), un espectáculo que en la Comunidad de Madrid y el País Vasco está prohibido.

Las bestias negras

En Castilla y León se encuentran tres de las bestias negras: El Toro de la Vega de Tordesillas (Valladolid), el Enmaromado de Benavente (Zamora) y el Toro de Júbilo de Medinaceli (Soria). En Coria (Cáceres) está el Toro de San Juan. Son algunos de los ritos más ancestrales.

El resto de espectáculos atípicos sangrientos de Castilla y León, por ejemplo, están siendo erradicados, "porque no cumplían con el requisito de una tradición continuada de 200 años", explica Gustavo Antich, portavoz de ANPBA. En estos festejos (exceptuando aquellos en que se agrede directamente al animal), el sufrimiento es sobre todo psíquico.

"El toro es un animal herbívoro, pacífico, no depredador, acostumbrado a estar con su manada. Pero es arrancado hacia un ambiente desconocido, no puede adaptarse, las mediciones de cortisol (hormona utilizada para medir el estrés) pueden sobrepasar 12 ó 15 veces su valor normal", explica el veterinario José Enrique Zaldívar. Existen casos documentados de infartos y paradas cardiorrespiratorias.

Pero hay otros estudios, como el de Juan Carlos Illera, director del departamento de Fisiología animal de la Universidad Complutense de Madrid, en los que se afirma que el toro tiene una gran capacidad para superar el dolor en un 90% de los casos. "Los espectáculos con toros están datados desde el siglo XVI, son los que dieron origen a las corridas", explica el portavoz de la Mesa del Toro, Eduardo Martín-Peñato.

Un toro que se muerde la cola. Los festejos ancestrales dieron paso a la corrida moderna. Y la corrida moderna protege a las tradiciones. Aunque, como alega Arturo Pérez, de ACTYMA (Asociación Contra la Tortura y el Maltrato Animal): "¿Qué más me da morir en una plaza o lleno de dardos?".

miércoles, 2 de julio de 2008

NEFROPATÍA CRÓNICA EN EL GATO

NEFROPATIA CRÓNICA EN EL GATO

Una nefropatía se define como la presencia de anomalías funcionales o estructurales en uno o ambos riñones. Se reconoce por la disminución de la función renal o la presencia de lesiones en el riñón.

La nefropatía crónica es una causa común de enfermedad y muerte en los gatos. Figura entre las patologías más frecuentes de los gatos ancianos. Los porcentajes de incidencia se mueven entre el 1.6% y el 20%. Aunque muchas veces se considera una enfermedad de los animales ancianos, la NC puede aparecer en gatos de cualquier edad. Estudios recientes demuestran que el 53% de los gatos afectados tiene más de 7 años, pero el intervalo de edad varia de 9 meses a 22 años. Una ampliación de este estudio demostraba que entre gatos de todas las edades se daban 16 casos entre 1000. En gatos de 10 años o más fue de 77 entre 1000, y en gatos de más de 15 años fue de 153 por 1000. Queda claro por tanto que su incidencia aumenta con la edad.

La nefropatía puede comenzar debido a diversas enfermedades familiares, congénitas o adquiridas diferentes. Dentro de las nefropatías diversos estudios demuestran que, en un 70% de los casos se trata de nefritis intersticiales, un 15% de glomerulonefritis, un 11% de linfomas, y un 2% de amiloidosis.

Evidentemente no me voy a parar a diferenciar unas patologías de otras, ya que lo que me interesa es describiros en que afecta a la salud del gato la presencia de una nefropatía crónica. Todas las nombradas anteriormente lo son, y sus efectos sobre la función renal son más o menos parecidos.

Las causas de nefropatías son muchas y variadas, aunque desgraciadamente en el momento del diagnóstico dichas causas en la mayoría de los casos no podemos establecerlas. En el cuadro adjunto podréis consultar las más frecuentes.

-TRASTORNOS QUE PUEDEN CAUSAR INSUFICIENCIA RENAL CRÓNICA- (CUADRO)

-Familiares o congénitos:
-Amiloidosis en los gatos abisinios y orientales de pelo corto.
-Poliquistosis en los persas e himalayos.

-Adquiridos:
-Infecciosos: Peritonitis infecciosa felina (PIF)
Bacterianos
Micóticos
Otros virus.
-Glomerulopatía por inmunocomplejos
-Amiloidosis.
-Tumores.
-Secuelas de insuficiencia renal aguda.
-Hidronefrosis
-Hipercalcemia.

Podemos saber a partir del análisis de determinados parámetros en que grado de afectación renal se encuentra el gato enfermo por una nefropatía. Estos parámetros son la creatinina (el más importante), la proteinuria (cantidad de proteínas en la orina) y la tensión arterial.

En la fase 1 de la nefropatía crónica felina la creatinina sera inferior al valor máximo de rango normal, es decir, inferior a 1.6 mg/dl (<140 micromol/l), es decir sin azoemia. En la fase 2 se encontrará entre 1.6-2.8 mg/dl (140-250 micromol/l), es decir con una azoemia renal leve. En la fase 3 la creatinina se encontrará entre 2.8-5 mg/dl (251-440 micromol/l), es decir, con una azoemia renal moderada, y en la Fase 4 de la enfermedad nos encontraremos con una creatinina superior a 5 mg/dl (<440 micromol/l), es decir con una azoemia renal grave.
El término azoemia se define como una concentración anormal de urea, creatinina y otras sustancias nitrogenadas no proteicas en la sangre, el suero y el plasma.

Estas mediciones son sumamente útiles para hacer un pronóstico y establecer un posible tratamiento de la NC, pero dadas las variaciones que se pueden presentar en función del laboratorio, raza, edad, sexo, condición física y masa corporal magra, es indispensable valorar también el estado clínico global del gato enfermo.

La uremia se define como una cantidad anormal de los componentes de la orina en la sangre causada por una nefropatía generalizada primaria y el síndrome tóxico multisistémico que surge como resultado de una función renal anormal.

También resulta útil subclasificar a los pacientes por la proteinuria y la presión arterial. La proteinuria y la hipertensión pueden influir en el pronóstico y pueden mejorar el tratamiento. Consideraremos a un gato proteinúrico cuando el cociente proteínas/creatinina es superior a 1. Los valores entre 0.5-1 se clasifican como proteinúricos límite, y los inferiores a 0.5 se clasifican como sin proteinuria.
Podemos decir que los gatos con NC en fases 2 y 3 suelen sobrevivir entre 1 y 3 años, aunque todo dependerá de la calidad de los cuidados médicos y vuestro grado de implicación en el tratamiento, es decir, en vuestras decisiones sobre las opciones de tratamiento y el seguimiento de nuestras recomendaciones para tratar al paciente.

Lo que no podemos olvidar es que en la mayoría de los casos la pérdida de función renal es irreversible, y por lo tanto en este contexto, la recuperación se refiere a la mejoría de las deficiencias y excesos bioquímicos y la mejoría de los signos clínicos más que a la recuperación de la función renal.

La gravedad de los signos urémicos suele ser un factor predictivo relativamente bueno del pronóstico a corto plazo. Lo cierto es que la relación entre la magnitud de la función renal y los signos clínicos de uremia suele ser impredecible. Mi experiencia clínica y una serie de estudios realizados recientemente nos indican que el valor de la creatinina en sangre si puede ser un parámetro fiable en cuanto a la capacidad de supervivencia. Se sabe que los gatos sin signos clínicos y una creatinina de 2.6 mg/dl, la supervivencia media fue de 397 días. Los gatos con uno o más signos clínicos y creatinina de 3.6 mg/dl, la supervivencia media fue de 313 días, mientras que los gatos urémicos con una creatinina de 10.3 mg/dl sobrevivieron menos de 3 días.

Antes de continuar con la descripción de los síntomas y los posibles tratamientos de esta patología me gustaría dejar clara una cosa sumamente importante: el uso de los términos nefropatía, fracaso renal, insuficiencia renal, azoemia y uremia como sinónimos pueden producir diagnósticos erróneos. Nefropatía no debe utilizarse como sinónimo de insuficiencia renal, ya que en función de la cantidad de tejido renal afectado y de la gravedad y duración de las lesiones, las nefropatías pueden producir o no insuficiencia renal o uremia.

La función renal adecuada para el mantenimiento de las funciones orgánicas no requiere que todas las nefronas (células renales) sean funcionales. El término insuficiencia renal describe el nivel de disfunción del órgano más que una entidad patológica específica. Los riñones realizan un montón de funciones, pero la incapacidad para desarrollarlas no es un fenómeno de todo o nada.

Dicho esto os diré que la uremia es el estado clínico hacia el que convergen todas las nefropatías generalizadas y progresivas, y que conducirá a un fracaso excretor renal, y a que se vean alteradas distintas funciones metabólicas y endocrinas que normalmente realiza el riñón, con aparición de anemia, desnutrición, alteración del metabolismo de los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas, uso deficiente de la energía, alteraciones de la inmunidad y enfermedades óseas metabólicas.

Las complicaciones gastrointestinales son signos clínicos de uremia frecuentes y evidentes. La anorexia y la pérdida de peso pueden ser predecesores de otros síntomas de uremia. El apetito del gato puede ser selectivo para determinados alimentos y aumentar o disminuir a lo largo del día. La falta de apetito al parecer se debe según las últimas investigaciones a un factor anoréxico en el plasma de los pacientes urémicos.

El vómito es un hallazgo frecuente, debido a la acción de las toxina urémicas, y su intensidad se relaciona con la gravedad del proceso. Dado que la gastritis urémica suele ser ulcerosa, pueden surgir vómitos con sangre (hematemesis). Podemos decir que un tercio de gatos con uremia presentan vómitos.

No será extraño encontrarnos con estomatitis urémica que se caracteriza por úlceras orales (especialmente en la mucosa de la boca y de la lengua), coloración parduzca de la superficie dorsal de la lengua, necrosis y desprendimiento de la porción anterior de la misma y olor urinoso en la boca que notaremos con las respiraciones.

La enterocolitis urémica, que se manifiesta por diarrea, es menos frecuente que la gastritis, pero cuando se presenta suele ser hemorrágica. A veces, en algunos gatos ocurre lo contrario y nos encontraremos con problemas de estreñimiento.

Entre las manifestaciones clínicas más frecuentes y precoces de la NC se encuentra la polidipsia (mayor ingestión de agua), la poliuria (mayores volúmenes de orina) y la nicturia. Todo ello es debido a la incapacidad para concentrar orina por parte de los riñones. Resulta curioso que algunos gatos con NC sean capaces de mantener densidades urinarias normales.

La hipertensión arterial ha sido observada en el 60% de los gatos con NC, lo que redunda en un peor pronóstico para el animal enfermo.

En los gatos con uremia pueden aparecer encefalopátias metabólicas y neuropatías periféricas. Hasta un 65% de estos gatos manifiestan alteraciones neurológicas, en forma de debilidad en las patas, ataxia y temblores. Se puede presentar también un estado espasmódico-convulsivo, en el que se observa la combinación simultánea de temblores, mioclonías y convulsiones. Como al parecer la presencia de estos síntomas va en proporción a las tasas de urea en sangre, son un signo de mal pronóstico.

Lo que se conoce como polimiopatía hipopotasémica se ha observado en algunos gatos con NC. El signo más tipico del descenso de los valores de potasio en los gatos es la debilidad muscular generalizada. Esta debilidad y el dolor del que se acompaña se caracterizan por ventroflexión cervical y marcha rígida y forzada.

Los gatos con NC presentarán anemia, que sera mayor conforme vaya avanzando la enfermedad. Se debe a la falta de los precursores de la médula ósea que intervienen en la producción de glóbulos rojos. Los signos clínicos de los que se acompaña serán debilidad, apatía, letargo, fatiga, anorexia y palidez de mucosas. El otro factor desencadenante de la anemia es la deficiencia de eritropoyetina (aunque hay muchos gatos con NC, cuyos niveles son similares a los de los gatos normales), asi como por la deficiencia de hierro y las hemorragias digestivas.

En un reciente estudio de gatos con NC espontánea, la prevalencia de hiperparatiroidismo secundario renal fue del 84%. ¿Y esto que es? Pues “sencillamente” que las concentraciones de una hormona llamada PTH (paratohormona), encargada de regular los niveles de calico y fósforo en el organismo se encuentran aumentados. Casualmente el aumento del PTH es proporcional al aumento de la creatinina. Todo esto se traduce en una retención de fósforo (que será la causante de éste problema), en un descenso del precursor de la vitamina D, y en una disminución del calcio en la sangre. Las consecuencias de este tipo de desorden hormonal influirán de forma grave especialmente si la NC afecta a gatos jóvenes, pero sus consecuencias no serán tan evidentes en los casos de gatos mayores.

Lo que conocemos como acidosis metabólica es una manifestación común en la NC, merced a la limitación por parte de los riñones para eliminar iones de hidrógeno. Dado lo complicado que puede resultar que entendáis los principios químicos de esta alteración, no voy a documentarla, ni ha explicarlo. Tan sólo decir que la acidosis provocará anorexia, náuseas, vómitos, letargo, debilidad, atrofia muscular, pérdida de peso y desnutrición.
Por lo comentado anteriormente podéis haber sacado conclusiones acertadas: en caso de NC habrá aumento del fósforo en sangre, descenso del calcio ionizado (salvo en determinados casos en que el aumento de calcio es el causante de la NC, como en el caso de tumores malignos o de exceso de vitamina D). Otra alteración que nos solemos encontrar en los gatos con NC es el aumento del magnesio en sangre, debido a la incapacidad de los riñones para eliminarlo.

Varios investigadores han reconocido una asociación entre la NC y la hipopotasemia (descenso de lo niveles de potasio) en los gatos. Resulta intrigante que esta hipopotasemia sea la causante en algunos casos de la NC en gatos en vez de una consecuencia de la misma. Un signo de alerta al respecto es que recientemente se ha descubierto que gatos alimentados con dietas bajas en potasio y acidificantes (utilizadas en gatos con antecedentes de cálculos de estruvita) desarrollaron NC. Hablo de la alarmante cifra de 3 de 9 gatos estudiados. Es éste un estudio que debe ser tenido en cuenta, pero que aún no puede ser corroborado. Lo que está claro es que una dieta baja en potasio y acidificada afecta negativamente a la función renal de los gatos normales.

Para finalizar y una vez analizados los diversos y complicados aspectos que envuelven la enfermedad de los riñones de vuestros gatos, vamos a ver como podemos tratarlos y la mayoría de las veces no curarlos. Se tratará por tanto de aumentar al máximo su calidad de vida y prolongarla lo máximo posible. Lo que vamos a intentar es que la lesión renal progrese lo más lento posible o que se detenga mediante un tratamiento diseñado para eliminar la nefropatía activa. Dada la dificultad de determinar la causa real que ha provocado la NC, será muy díficil establecer tratamientos específicos.

Lo primero que deberemos hacer es modificar la dieta. Antes se pensaba que sería suficiente con restringir la ingestión de proteínas. Ahora sabemos que además se debe reducir el contenido de fósforo y sodio, aumentar el contenido de vitamina B y el aporte calórico, y mantener un efecto neutro sobre el equilibrio ácido básico. Las dietas para IR generalmente llevan un suplemento de potasio. Sabemos que los gatos no aceptan de buen grado el cambio de comidas, pero merece la pena poner todo el empeño en consegurilo. Los datos nos dicen que los que afectados por NC que aceptaron esas comidas tuvieron una media de supervivencia de 633 días y los que no lo hicieron de 264.

A la hora de medicar un gato con NC debemos tener en cuenta un factor sumamente importante y es que, debido a la alteración de la filtración renal, muchos de los fármacos utilizados necesitarán dosis menores que las utilizadas en gatos con una función renal normal, y en otros casos, se requerirán dosis mayores. Es éste un tremendo problema con el que nos enfrentamos los veterinarios.

Para combatir el exceso de fósforo utilizaremos las dietas que están prescritas para el tratamiento de las NC y lo que denominamos quelantes del fósforo. Se trata de medicamentos cuya composición se basa en la presencia de aluminio y calcio. Los más usados son los primeros, y no nos debe preocupar el efecto tóxico del aluminio descrito en la especie humana. Se deben administrar mezclados con la comida.

En muchos gatos afectados de NC estará presente la deshidratación, especialmente cuando la ingestión de líquidos sea incapaz de compensar su pérdida a través de la orina. Estos gatos deberán recibir un aporte de líquidos en forma de suero via subcutánea. El suero salino normal o el una solución de lactato de sodio pueden ser útiles, y además podrán ser administrados por vosotros mismos, teniendo siempre en cuenta las instrucciones de vuestro veterinario, ya que en ocasiones una sueroterapia mal aplicada puede conducir a resultados nefastos. En determinados casos será indispensable la administración de suero por via intravenosa.

Ya hemos hablado de la hipopotasemia en gatos con NC. ¿Qué podemos hacer para combatirla? Pues lo ideal es dar suplementos de potasio en forma de citrato potásico, pero eso si, teniendo en cuenta dos cosas: la primera, que existe controversia en si debe administrarse a gatos con niveles de potasio normales y la segunda que tiene un sabor desagradable.
Hemos hablado de la hipertensión en gatos con NC, ¿qué podemos hacer al respecto? Pues bién, a menos de que exista evidencia de lesiones orgánicas relacionadas con hipertensión (lesiones en la retina o signos neurológicos) o que la presión arterial sistólica sea mayos de 160 mm Hg, la decision de iniciar el tratamiento antihipertensivo no es urgente. Si necesitamos establecer un tratamiento los fármacos más adecuados son los vasodilatadores como el enalapril o benacepril, o antagonistas del calcio como el amlodipino.

¿Y que hacer con la anemia? : si sospechamos que existe una pérdida de sangre por sangrado en el aparato digestivo el uso de cimetidina y sucralfato redundará en una mejoría en el recuento de glóbulos rojos. Otros medicamentos cuyo uso debe ser tenido en cuenta son los complementos de vitaminas del grupo B, el ácido fólico y los suplementos de hierro.
Las trasfusiones de concentrados de eritrocitos están indicadas en los pacientes con NC anémicos en los que es necesario corregir rápidamente la anemia.

El tratamiento de reemplazo con eritropoyetina se ha convertido en el tratamiento de elección para la anemia de la NC en gatos con hematocrito inferior al 20% tras 2-8 semanas de tratamiento, aunque las respuestas en cada individuo son muy diferentes. Son dignos de tener en cuenta determinados efectos secundarios que se pueden presentar.

Ya he hablado de una de las complicaciones de la NC, que es el hiperparatiroidismo secundario. ¿Cómo combatirlo? Pues será necesario el uso de calcitriol. Sin embargo, la decisión de utilizarlo o no deberá ser tomada con sumo cuidado, ya que podrá provocar un exceso de calcio en sangre (hipercalcemia) que podría tener resultados nefastos para la vida de vuestros gatos. Será por tanto fundamental, si es que es necesaria su prescripción, un control exhaustivo de los valores de calcio, fósforo y PTH en sangre.

Para concluir, os diré que el tratamiento debe vigilarse a intervalos adecuados para individualizarlo según las necesidades. Es aconsejable realizar estas evaluaciones cada 2-4 semanas, y posteriormente cada 2-4 meses si tras la medicación la evolución es buena.

José Enrique Zaldívar Laguía
Clínica Veterinaria Colores.
Pso de Santa María de la Cabeza 68 A
Madrid 28045.

ATÓPIA CANINA

ATÓPIA CANINA

Son muchos los perros que atendemos en nuestras clínicas porque se rascan o porque se lamen en exceso determinadas partes de su cuerpo. A lo largo del presente artículo os contaré algunas de las causas que provocan tales conductas, y entenderéis las razones por la que casi nunca, los veterinarios, podemos controlar estos problemas en su totalidad.

Las enfermedades debidas a hipersensibilidad están perfectamente estudiadas en el perro. Podemos decir que la alergia es una reacción inmunológica dañina como consecuencia de la exposición a un alergeno ambiental, alimento, parásito o fármaco.
Podríamos nombrar hasta seis tipos de reacción de hipersensibilidad según los mecanismos celulares que intervienen en la respuesta del organismo, pero no es el objeto del presente artículo.

Se trata de una enfermedad con predisposición hereditaria por la cual el organismo responde con la producción de anticuerpos hacia alergenos ambientales, lo que resulta en una enfermedad alérgica.

Las causas más frecuentes son los alergenos ambientales inhalados o absorbidos por vía percutánea, y que incluyen a los pólenes de los árboles, malezas y pastos; mohos; polvo del hogar o ácaros del polvo del hogar; caspa animal y otros tales como hormonas (estrógenos y progesterona), parásitos externos e internos, y alimentos. No son raras las alergias a la saliva de la pulga o a las gramíneas, por poner algún ejemplo.

Ante la agresión del alergeno, el organismo reacciona produciendo una serie de sustancias que conducirá a la aparición de picor (prurito).

La vías de entrada más común para estas sustancias que provocan la alergia es la respiratoria, pero también por pueden ser absorbidos por vía percutánea en aquellas zonas corporales de escaso pelaje.

Estimaciones recientes sugieren que la dermatitis atópica afecta entre un 3-15% de la población canina. La forma de herencia es hasta ahora desconocida e involucra muchos factores alérgicos y no alérgicos. Por ello, el desarrollo de la dermatitis atópica clínica también puede desarrollarse por sucesos ambientales o problemas concurrentes, tales como una infestación por pulgas, una infección de piel por bacterias o por levaduras, e incluso por vacunaciones.

La edad promedio de aparición es entre 1 y 3 años, con un rango de 6 meses de edad hasta más de 6 años.
Se ha observado en casi todas las razas, y quizás, las menos afectadas sean el Pastor Alemán, Doberman, Dachshund, Cocker spaniel americano y Caniche.

Los signos clínicos más frecuentes son el frotado de cara, lamido de pies, y prurito axilar. Algunos perros, especialmente los jóvenes, muestran un patrón estacional que variará en función de la zona geográfica en que viváis. A medida que el perro envejece, estos signos se harán más intensos y frecuentes. Algunos perros atópicos tienen una historia de enfermedad alérgica todo el año (no estacional), especialmente en aquellos sitios en donde las estaciones del año son muy pronunciadas en cuanto a cambios de temperatura.

Las lesiones que presentan los perros afectados pueden ser muy variadas, ya que podrán ser agudas o crónicas, localizadas o generalizadas, y se podrán encontrar generalmente en la zona periorbitaria y los pies, el pabellón auricular, el flanco, el perineo, zona ventral del abdomen, y axilas. La mayoría de las lesiones son secundarias al prurito. Casi siempre nos encontraremos con infecciones secundarias por bacterias y levaduras (malassezia). Es frecuente encontrar decoloración del pelo en las zonas de lamido por efecto de la saliva. En algunas ocasiones, aunque es raro, nos encontraremos con perros que se rascan pero que no presentan lesiones.

El diagnóstico lo solemos hacer por la historia del perro y por nuestra propia experiencia. Puedo deciros que, en esta enfermedad nuestra intuición y el examen físico, pueden dar más frutos que cualquier prueba diagnóstica.

Aún así no estarán de menos los análisis de sangre y de orina, y raspados de piel. Las biopsias de piel, aunque no siempre, también pueden ser útiles, especialmente si se realizan al principio del proceso.

Lo ideal en estos casos es identificar lo que produce la alergia en vuestro perro, y la única manera de hacerlo es la realización de lo que se conoce como pruebas alérgicas. Pueden ser realizadas en la piel (pruebas intradérmicas) o en sangre. Existen una serie de paneles estandar y son bastantes los laboratorios en España que ya realizan este tipo de análisis. Antes de realizar estas pruebas, que son bastante costosas, lo mejor es hacer lo que se conoce como Screening, que es una prueba que se realiza en sangre y que nos dirá si el perro es o no atópico.
Aún así, hay dermatólogos veterinarios que ponen en entredicho la utilidad de ésta prueba.

El debate que surgió hace tiempo y que aún hoy se mantiene, es saber cual de las dos pruebas es más fiable, si la que hacemos en piel o la que hacemos en sangre. Las últimas tendencias nos llevan hacía la segunda opción, pero tan sólo porque es más cómoda para el perro. Lo cierto es que si a un perro le hacemos las dos pruebas, la concordancia entre ambas es de solamente el 50%, y parece ser que las intradérmicas son más fiables. Quiero decir que las positividades a determinados alérgenos sólo coincidirán en la mitad de ellos. Además, la interpretación de los resultados de la prueba en sangre es bastante más sencilla que la intradermica.

Lo cierto es que tener un perro atópico es un gran problema para sus propietarios y un quebradero de cabeza para los veterinarios.
Lo primero que por lógica debemos hacer es evitar el contacto con los alérgenos, usar medicaciones tópicas y/o sistémicas cuando resulten necesarias, considerar la hiposensibilización y tratar todos los problemas concurrentes.

Una pequeña carga alérgica puede ser soportada por un perro sin manifestar signos clínicos; pero un pequeño aumento en la carga de alergenos puede llevar al perro a superar el umbral e iniciar los síntomas clínicos (pico alérgenico). Este umbral no es algo fijo y puede aumentar o disminuir por la acción de varios factores que afecten al perro, incluyendo la condición general de la piel, el estado nutricional, infección, estado parasitario y medio ambiente.

En un cuadro adjunto quedan resumidas las cosas que podéis hacer para reducir el contacto con determinados alergenos ambientales dentro de vuestras casas.

En cuanto a la terapia que podemos utilizar para mejorar los síntomas de vuestros perros, podemos nombrar en primer lugar la tópica, que utilizaremos para reducir rápidamente el picor. Un dato importante que debéis conocer es que los baños con agua caliente agravan el prurito, por lo que si debéis bañar al perro, lo haréis con agua fría. Estos baños se realizarán con la frecuencia que sea necesaria, utilizando los champús, acondicionadores o lociones adecuados para estos casos. Deberá ser vuestro veterinario el que os indique los más adecuados en función de los problemas que detecte en la piel de vuestros perros.

Los corticoesteroides por vía oral serán utilizados de forma rutinaria, aunque en caso de lesiones muy localizadas podremos tratarlos con cremas, o ungüentos.
Os debo decir que, fármacos tan útiles en medicina humana para tratar las alergias como son los antihistamínicos, tan sólo funcionan en el 25-35% de los casos en perros, y que deben ser utilizados con cautela en perros con arritmias.
Los ácidos grasos también deben formar parte de la terapia en el perro atópico.
En muchas ocasiones, cómo he comentado anteriormente, las alergias se complican por la presencia en la piel del perro de bacterias y levaduras. En estos casos se hará necesario el uso de antimicrobianos.
En la actualidad se están probando nuevos tratamientos, y quizás el más interesante sea el uso de una sustancia llamada ciclosporina, que ya ha sido comercializada en España hace tiempo, como tratamiento específico de la atópia, aunque en mi opinión debe ser manejada con mucho cuidado y ser utilizada sólo en aquellos casos en que el resto de las terapias hayan fracasado y la intensidad de los síntomas y lesiones que presenta el perro lo hagan recomendable.

La inmunoterapia puede resultar también útil si conocemos los alergenos que provocan el cuadro alérgico en el perro. La hiposensibilización podremos tenerla en cuenta cuando los síntomas se manifiestan o perduran más de cuatro meses al año. Si el tratamiento resulta efectivo, y no siempre es así, la mejoría del perro se observara por término medio a los 9 meses de iniciada la terapia, y oscila aproximadamente en el 50% de los casos, aunque una respuesta excelente tan sólo se observa en el 25% de ellos. Debo añadir que éste tipo de tratamientos son bastante caros, al igual que las pruebas que realizamos para determinar lo que a vuestro perro le produce la alergia. Es raro encontrar un perro que sea alérgico a una sola cosa, por lo que los tratamientos de hiposensibilización suelen contener el “cóctel” de sustancias ante las que el organismo de vuestro perro responde desencadenando los síntomas de la alergia.

Si hemos llegado a la conclusión de que el perro presenta alergia a algunos de los componentes del alimento, deberemos buscar la dieta adecuada que no los contenga. Podremos optar por una dieta casera o por una de las muchas que las fábricas de piensos ponen a nuestra disposición.
A veces, este tipo de alergias alimentarias se manifiestan, además de por prurito, por trastornos digestivos como vómitos y diarreas.
Si la causa de la alergia son las pulgas, o mejor dicho, la saliva de éste parásito, deberemos actuar sobre ellas a nivel del perro y del entorno en donde habita.


CUADRO: ACTUACIONES SOBRE EL MEDIO AMBIENTE DEL HOGAR (Nesbitt-Ackerman)

-Alergia a mohos

-Limpiar periódicamente los humidificadores, vaporizadores, deshumidificadores y equipos de aire acondicionado.
-Colocar en diferentes áreas de la casa platos con rodaja de patata cruda apenas cubiertas de agua. Comparando la velocidad de crecimiento y la cantidad de mohos que han crecido se puede deducir cuáles son las áreas problema de la casa.
-Las plantas de interior son una fuente común de alergenos de mohos para los perros, por lo que deben ser retiradas. Si no puede hacerse deberán colocarse pedacitos de carbón de filtro de acuario en la superficie de arena de la maceta.
-Los acuarios son una importante fuente de mohos, por lo que es conveniente el uso de algicidas y lavar con mucha frecuencia los accesorios.
-Es muy importante una buena ventilación para evitar su crecimiento.
-Tratar el piso y las paredes con pinturas o productos antihongos.
-Las almohadas y colchones también son una fuente de mohos y hongos. Las almohadas deberán ser de fibra sintética o trocitos de goma espuma, y los colchones deberían ser forrados con fundas removibles para poder ser lavadas con frecuencia.

-Alergia al polvo y a los ácaros del mismo.

-Un gramo de polvo casero puede contener hasta 500 ácaros, y una almohada de seis años de antigüedad puede tener cerca del 10% de su peso en ácaros.
-Imprescindible aspirar las alfombras con mucha frecuencia, aunque sería preferible retirarlas. Las aspiradoras que no tienen vacío filtrado no remueven los ácaros de las alfombras.
-El relleno de cualquier acolchado para mascotas debería ser de un material sintético, como fibras. Debe evitarse el uso de rellenos de estopa, plumas, lana y pelo de caballo. Se puede usar algodón pero no es tan bueno como la fibra.
-Lo ideal es el uso de almohadas antibacterianas y antimicrobianas y usarlas con cubiertas no alergénicas impermeables.
-Los colchones deberán ser enfundados o en su defecto lavados con mucha frecuencia en agua caliente y secados en el exterior.
-Los muebles rellenos de estopa y las plantas de interior pueden provocar fuertes reacciones alérgicas en perros alérgicos al polvo.
-Los sistemas de calefacción y refrigeración de los hogares atrapan mucho polvo, por lo que los conductos y filtros deben ser limpiados con mucha frecuencia.
-Una casa debería tener una humedad relativa entre 30 y 50% dado que los ácaros no pueden reproducirse en niveles de humedad menores al 60%. Un higrómetro permite saber la humedad que tenemos en casa.
-Es aconsejable utilizar una aspiradora de tipo cilíndrico, dado que los modelos verticales con bolsa regresan el polvo al ambiente a medida que pasa a través de la bolsa, y así el polvo no es continuamente recirculado al aire.
-Existen en el mercado productos acaricidas del polvo que pueden ser utilizados en el hogar.

José Enrique Zaldivar Laguía
Clínica Veterinaria Colores.
Pso de Santa María de la Cabeza 68 A.

A two-hour killing

martes, 1 de julio de 2008

CARTA A UN TORERO


Me ha llegado por casualidad. La he encontrado publicada en un periódico que editan los alumnos de un colegio de Madrid al final del curso. Su autora se llama Lorena, y tiene 17 años. La titula: UNA CARTA, y dice así:

Para el Sr...:

No quisiera robarte mucho tiempo. Sin embargo, quería escribirte para preguntarte ciertas dudas que me han surgido a raíz de la faena de esta tarde.

Ha sido una actuación espléndida. El animal ha muerto rápido. ¿Ocurre siempre así? Perdona, en realidad no pretendo preguntar por tu trabajo. Pretendo, si me lo permites, preguntar por tí.

Me gustaría saber si tu trabajo te realiza. Si realmente es tu vocación hacer de la muerte del toro un espectáculo. ¿Qué es lo que más te enriquece? ¿La fama o el honor? ¿Y son sólo tuyas? Lo digo porque, al fin y al cabo, en la plaza tienes junto a ti a rejoneadores, banderilleros, picadores...y más gente que te ayuda a acabar con un solo toro. Entonces, ¿por qué la gloria te la llevas siempre tú?

No me malinterpretes, no quiero hacer preguntas indiscretas. Si te planteo estas cuestiones es porque eres el único que puede solventarlas.

Por ejemplo, una paradoja que se me plantea constantemente. Algo en que me he fijado, es que tú, como muchos de tu profesión, eres cristiano, y supongo que practicante. Al menos, antes de salir al ruedo te encomiendas encarecidamente a tu Virgen. Pero no crees que Dios sea el único que decide quién vive y quién muere. Y por cada vida que te llevas, ¿estás más cerca del cielo? No he estudiado Teología, pero por lo general, en la mayor parte de las religiones, la sangre no ayuda a lavar los pecados. ¿Y de verdad Dios te permite que mates gratuitamente?

¿Cuánta sangre hace falta para ganarse el cielo?

No me puedo creer que nunca os hayáis planteado el dolor que causáis. ¿O es que pensáis que no pueden sentir dolor? No, es imposible. Tenéis que saber que sufren.

¿Cómo podéis cargar con eso? ¿Cómo podéis dormir?

¿Cómo podéis volver a hacerlo una y otra vez?

Aunque matar al toro es necesario, claro está. Aunque sobreviviese, ya no serviría para torear. Sólo algunos, aquéllos que demuestran mayor fiereza, son librados de la muerte para continuar con la estirpe sintética que la raza humana ha forjado. Para continuar esa raza cuyo único fin es luchar. Y morir luchando. Por eso tú le ofreces esa oportunidad, ¿verdad?

Porque la tauromaquia es una penosa excusa para que el ser humano pueda realizarse y asegurarse a si mismo su supuesta supremacía en la cadena trófica.

Pero hay algo al parecer, que no habéis pensado.

Y es que la sangre no te convierte en un hombre.

Ni te da valor.

Y tampoco honor. Muchos se plantean si te lo quita.

Porque la sangre mancha, y no puede ser limpiada.

Hay mucha gente cuyo trabajo es matar; para alimentarse, para vestirnos. Nuestra especie es así.

Pero la principal diferencia es que tu trabajo consiste en ser asesino declarado, orgullo y símbolo del país, verguenza internacional.

La cultura y el arte no pueden ir vinculados a la sangre. Por eso espero que no sean las respuestas que des a la última y más importante de las preguntas que te planteo.

¿Por qué?