domingo, 28 de octubre de 2007

AVISO A NAVEGANTES...

Andrew Sugden, jefe de la edición internacional de 'Science' habló ayer en Oviedo con EL MUNDO sobre los efectos positivos y perversos de esa sobreexposición a la opinión pública.

A lo largo de la interesante entrevista que puedes leer aquí, dice Andrew Sugden:

P.- Antes hablaba de 12.000 artículos científicos al año. ¿Hay un porcentaje de textos 'sospechosos' mayor ahora que hace 15 años?
R.- Ése es un tema interesante. Sí, tengo la percepción más o menos clara de que hay más textos 'sospechosos', pero no me atrevería a ofrecerle un porcentaje. Aunque eso no sólo tiene que ver con las presiones externas a los científicos. 'Science', igual que las demás revistas rigurosas, ha incrementado los filtros que imponemos a los estudios y, lógicamente, detectamos mejor las flaquezas de los estudios. Aún así, siempre hay gente que tiene talento para el fraude y que es capaz de engañarnos durante algún tiempo. Por fortuna, entonces, el propio proceso científico los termina desenmascarando. Hace un par de años tuvimos un caso así con un artículo fraudulento sobre las células madres. Cuando descubrimos que habíamos sido engañados, nos sentimos desolados. Pero, al mismo tiempo, comprobamos que el sistema funciona y que es la propia ciencia la que descubre los engaños. En ese sentido, fue reconfortante.

Pues eso, el tiempo pone a cada uno en su sitio.

viernes, 26 de octubre de 2007

LOS ANIMALES Y EL CÍRCULO DE LA MORAL, POR MARTA TAFALLA

Marta Tafalla es filósofa y estuvo en la Jornada que el día 18 se celebró en el Congreso de los diputados sobre antitauromaquia y protección animal.

Es un ensayo filosófico muy largo, pero de lo mejor que he leido desde hace mucho tiempo.

Aquí os lo dejo para vuestro disfrute.

Publicado en Kaosenlared.

Los animales y el círculo de la moral En este artículo voy a plantearles un problema filosófico. Es un problema que todos ustedes se han planteado, a buen seguro, en muchas ocasiones, y del que los filósofos se llevan ocupando desde los orígenes mismos de la filosofía. Marta Tafalla (Para Kaos en la Red) [26.10.2007 07:43] - 203 lecturas - 12 comentarios
ampliar Joan Miró
I
En este artículo voy a plantearles un problema filosófico. Es un problema que todos ustedes se han planteado, a buen seguro, en muchas ocasiones, y del que los filósofos se llevan ocupando desde los orígenes mismos de la filosofía. Si lográramos comprender bien este problema, y solucionarlo, muchas de las injusticias que tienen lugar en nuestro mundo desaparecerían.
El problema filosófico al que me refiero es el siguiente. Desde que el homo sapiens sapiens existe en este planeta, en todas las épocas y en todas las culturas se da una clase de personas, afortunadamente pocas, cuyo comportamiento hacia los demás está dirigido exclusivamente por el más puro egoísmo; personas que consideran a todos los seres humanos y a todos los seres vivos meros instrumentos a su servicio, a los que usan y de los que abusan a su antojo, a los que dominan, explotan, maltratan y destruyen. Son personas capaces de hacer daño a cualquiera que se cruce en su camino, ya sea para conseguir sus objetivos o por simple placer, sin que después los perturbe el menor remordimiento. Tales sujetos son a veces criminales, mercenarios en algún ejército, pero también pueden ser nuestros vecinos, gente de apariencia normal, de la calle, que son sistemáticamente malos amigos, padres tiránicos, pésimos compañeros de trabajo.
Existe otra clase de personas, también escasa, que tiene el comportamiento contrario: intentan ser justas, o incluso más aún, intentan ser buenas y generosas con todo aquél que se encuentran a lo largo de su vida. Se esfuerzan por ser buenos padres o madres de familia, fieles amigos, compañeros en los que confiar, vecinos amables, ciudadanos responsables, ecologistas convencidos, rescatadores de animales abandonados. Son personas que se alegran con las alegrías de los demás y a las que entristecen los problemas ajenos, para los que siempre están dispuestos a ayudar en la búsqueda de una solución.
Estas dos clases de personas, ambas minoritarias, se sitúan en los dos extremos del espectro. Entre estas dos clases nos encontramos todos los demás, la mayoría de nosotros, la inmensa mayoría de los homo sapiens sapiens que se vienen sucediendo en este planeta desde hace ciento cincuenta mil años.
Lo que nos define moralmente a esta amplia mayoría, es que tenemos un comportamiento contradictorio, paradójico: con algunas personas y a menudo también con algunos animales somos justos y buenos, nos preocupamos por ellos, los protegemos, los cuidamos si están enfermos, mantenemos las promesas que les hemos hecho, pero en cambio, al mismo tiempo, y sin que nuestra identidad se desmorone o nuestra racionalidad se derrumbe ante tamaña contradicción, podemos ser injustos, crueles, viles y despiadados con el resto de seres que pueblan el planeta. Podemos comprar para nuestros hijos juguetes fabricados por niños en condiciones de esclavitud, podemos comprar productos de belleza que han costado el sufrimiento y la muerte a miles de animales, desentendernos de la más que probable extinción de 15.000 especies o despreciar a un África que día tras día se hunde un poco más en el abismo del olvido. Y ser a la vez el doctor Jekyll y Mister Hide en nuestra vida cotidiana ni nos quita el sueño por las noches ni nos hace pensar siquiera que tenemos un grave problema.
Y éste es el problema filosófico que quiero plantearles hoy aquí: ¿cómo puede una misma persona cuidar de sus hijos con toda dedicación, conmoverse por el sufrimiento de un amigo, donar parte de su sueldo a médicos sin fronteras, y a la vez, tolerar el dolor más atroz de otros, o incluso despreciar a esos otros que sufren, o incluso alegrarse por ello?
Esa contradicción se da en una variedad infinita de formas y grados, y encontraríamos los ejemplos más diversos. Cada persona tiene su círculo moral: los que pertenecen a él son los suyos, aquellos que le preocupan y a los que está dispuesto a cuidar. Los que se encuentran fuera de ese círculo, en cambio, no merecen la menor atención, o aún peor, son tan despreciables que se merecen ser explotados, esclavizados y destruidos. Esos círculos pueden ser de muchos tipos y de muchos tamaños, y cada cual tiene sus criterios para decidir quién está dentro y quién fuera. Para muchas personas pertenecen a su círculo los miembros de su nación o su raza, y el inmenso resto de la humanidad no tiene la menor oportunidad de entrar. En la Alemania nazi, un ciudadano alemán podía ser un buen padre de familia, excelente vecino, y trabajar en un campo de concentración maltratando sistemáticamente a los prisioneros. En nuestra sociedad actual, un médico puede dedicar seis días a la semana a salvar vidas de pacientes cuya suerte le conmueve, puede ser pacifista y progresista, un marido sincero y un padre comprensivo, incluso encariñarse con los perros de sus hijos, y al mismo tiempo, cada mañana de domingo, coger la escopeta con sus amigos y salir a cazar.
Existen infinitos casos y pueden ser muy distintos, pero la contradicción es la misma en todos ellos. ¿Cómo es posible ser a la vez justo e injusto? ¿Cómo es posible ser por la mañana un amigo comprensivo y a las cinco de la tarde convertirse en un torturador de toros? ¿Por qué nos afecta el sufrimiento de algunos seres hasta rompernos el corazón, y en cambio el dolor de otros nos deja fríos, lo olvidamos al instante, o incluso disfrutamos con él? ¿No es como si nuestra capacidad moral sufriera una terrible esquizofrenia? Tenemos un abismo en nuestro interior que separa lo mejor y lo peor de nosotros, y en cada uno de nuestros días somos capaces de saltar alegremente de uno a otro lado sin percibir la profundidad de nuestro vacío.
Este es el gran problema de la filosofía moral. Las personas que aceptan el maltrato de animales en la industria de alimentación, en la experimentación o en las fiestas populares, o las personas que lo practican ellas mismas o que disfrutan con ello, no son seres malvados de los pies a la cabeza. Saben lo que es la justicia, la bondad y la responsabilidad, y las practican con otros. Pero no son capaces de incluir a esos animales en su círculo moral. Igual que los racistas o los sexistas no incluyen a algunas personas.
Esto también nos permite ver algo importante. La cuestión moral de la protección de los animales no es una cuestión secundaria, marginal para la filosofía o para la sociedad. Sino que los problemas filosóficos que implica son los mismos de la filosofía moral en general. Que maltratemos a animales se parece mucho a que maltratemos humanos. La razón de que lo hagamos es exactamente la misma.
Los filósofos han desarrollado teorías muy complejas para resolver el problema del círculo moral, pero no les voy a hablar de ninguno de ellos, porque creo que la mejor explicación de este fenómeno no la dio un filósofo, sino un naturalista: Charles Darwin.
II
No sé si han leído a Darwin. No suele formar parte de los planes de estudio de ninguna asignatura, ni en la educación secundaria ni en la universitaria. La comunidad científica considera correcta su teoría de la evolución y continúa trabajando en ella; toda persona culta sabe que las especies no fueron creadas tal como hoy las conocemos, sino que son el resultado de un proceso evolutivo; sabe que todas las especies están emparentadas y comparten un mismo origen, y que eso incluye nuestra propia especie. Pero la mayoría jamás ha leído los textos de Darwin ni sabe con exactitud qué es lo que dicen. Y esa ignorancia resulta sorprendente, dado que Darwin fue el primer científico capaz de responder a la pregunta ¿de dónde venimos? Parece que ese sería un motivo para que la obra de Darwin encabezara todas las listas de lecturas, y sin embargo no es así. Probablemente, la gente no tiene el menor interés en saber de dónde venimos, o prefiere positivamente no saberlo.
Y si la mayoría de personas desconocen la teoría científica de Darwin, menos saben aún que, una vez Darwin hubo formulado esa teoría científica, publicada en el libro El origen de las especies el año 1859, se ocupó de pensar las implicaciones morales de su descubrimiento y de formular una filosofía moral. Darwin dedicó mucho tiempo a leer a los grandes filósofos morales, sobre todo a Hume y a Kant, y a formular su propia teoría moral. La publicó en 1871 en un libro que lleva por título El origen del hombre, y que debería ser de lectura obligada en todas las escuelas.
Es en ese libro donde Darwin propuso la expresión que yo he venido usando hasta ahora del círculo de la moral, y donde nos ofreció una explicación de por qué nuestras actitudes morales están encerradas en un círculo, y se basan en a quién incluimos y a quién excluimos. La explicación de Darwin, sintetizada, es la siguiente. La moral no es algo eterno, existente por sí mismo, que ya existiera en este planeta antes de la llegada de los seres humanos. La moral tal como nosotros la entendemos, la bondad, la justicia, todo eso nació con la especie humana, es un producto evolutivo, se desarrolló como se desarrollaron nuestras manos, nuestra posición erguida, la inteligencia o el lenguaje. Se desarrolló como una estrategia de supervivencia, una forma de vivir y de convivir mejor.
La moral humana se desarrolló cuando el ser humano todavía estaba emergiendo de la animalidad y convirtiéndose en lo que hoy es. Nació a la vez que se desarrollaba la inteligencia, el lenguaje, se aprendía a hacer instrumentos de caza, se decoraban las cuevas con pinturas o se enterraba a los muertos. Fue entonces cuando el ser humano comenzó a desarrollar las nociones de justicia, responsabilidad, los sentimientos morales como la culpa y el perdón, la simpatía o la compasión. Fue entonces cuando el ser humano aprendió a ser altruista, a compartir la comida, a ayudar a los demás, a cuidar de los enfermos, adoptar niños huérfanos.
Pero en aquel momento en que nació la moral humana, los seres humanos vivían en tribus, en grupos familiares de entre 15 y 30 personas que compartían un mismo hogar, la actividad de la caza y la recolección, y el cuidado de los hijos. Esas personas se ayudaban en todo porque eso hacía su vida más segura, más confortable y más placentera. Cada miembro de la tribu daría su vida por los demás, cuidaba de ellos, les era fiel. En esa tribu entraba su familia, quizás también parientes lejanos, a veces otros humanos con los que no tenía vínculos de sangre pero con los que había creado una relación de amistad. E incluso algunos animales de compañía, perros, o algún otro animal adoptado de cachorro. Pero su moral se acababa con los límites de la tribu, tenía el mismo tamaño que su tribu. Quienes no formaban parte del grupo, del círculo, podían ser maltratados, torturados, esclavizados, sin que ello causara el menor remordimiento.
Dentro del círculo se tejen fuertes lazos de responsabilidad moral. Cada cual se siente responsable de los otros, sabe que debe ayudarles si le necesitan. Sabe que tiene deberes hacia ellos, y que también tiene derechos frente a ellos. Firmes lazos de reciprocidad, de respeto mutuo, crean lo que llamamos una comunidad moral. De ese tejido se alimentan luego las normas de convivencia, las leyes, la institución judicial. Naturalmente, un día uno puede mentir o robar a un miembro de la tribu, pero eso suele despertar remordimientos, sentimientos de culpa y deseos de reconciliación. En cambio, los seres que existen fuera del círculo no nos despiertan el menor sentimiento moral; no son seres frente a los que tengamos responsabilidades, sino sólo instrumentos que usar, esclavos que explotar.
Eso era así para nuestros antepasados cazadores-recolectores, y los antropólogos han podido comprobar que sigue siendo así en las culturas de cazadores-recolectores que todavía sobreviven en algunos rincones del planeta. El origen de nuestra moral es tribal, y el problema es que cada uno de nosotros sigue pensando la moral en términos tribales. Seguimos pensando en términos de los nuestros y los otros, los que incluimos y los que excluimos.
Así pues, esa esquizofrenia moral en la que viven la mayoría de los seres humanos tendría una explicación natural, biológica. Pero que sea natural no quiere decir que sea insuperable. Al contrario, que conozcamos las raíces de nuestro problema nos ayudará a vencerlo. Darwin era optimista y creía que existía la posibilidad de un progreso moral, que las personas eran capaces de ampliar voluntariamente su círculo moral. Y creía que, de hecho, a lo largo de la historia de la humanidad se había producido un cierto progreso. Con la sucesión de las generaciones, muchos de esos círculos morales se habían ido ampliando más allá de la tribu para acoger a muchos más seres. Se trata de un progreso lento y difícil, pero Darwin creía ver que existía. Nuestra capacidad para la reflexión, la educación, el cultivo de los sentimientos morales, el viajar, conocer a personas de otras culturas, irían convenciendo a las personas, en cada generación, de ampliar un poco más su círculo moral.
En la historia de la humanidad, poco a poco, los límites del círculo se extendieron más allá de la tribu para abrazar a una ciudad de miles de habitantes, a una nación con millones de miembros, o incluso a toda una raza, con miles de millones de personas dispersas en países distintos. En ese proceso de ampliación, ha habido límites muy difíciles de superar. La raza es uno de ellos. El sexo es otro. Hay un momento significativo en la historia de la humanidad: cuando en el siglo XVIII los colonos europeos fundaron los Estados Unidos de América, fueron los primeros en incluir una declaración de derechos humanos en la fundación de un Estado. Esos padres fundadores eran intelectuales y políticos progresistas y tolerantes. Pero los derechos que se concedieron eran sólo para los varones blancos de origen europeo y cierta posición social. Los pobladores nativos de América eran tratados como animales y se les regalaban mantas infectadas de viruela para que murieran. Los negros eran objeto de comercio y esclavos en las casas de los blancos. Las mujeres mera propiedad de sus maridos. Los animales salvajes, cazados y exterminados. Las grandes riquezas naturales de Norteamérica, preservadas durante milenios por sus pobladores originales, comenzaron a ser destruidas.
Sin embargo, un siglo después, Darwin era optimista. Muchas personas defendían ya la abolición de la esclavitud, algunas activistas por los derechos de las mujeres comenzaban a ser escuchadas, e incluso nacía una cierta conciencia ecológica. Darwin confiaba en que pronto toda la humanidad quedaría abrazada por un solo círculo moral que nos uniría a todos, de forma que cualquier ciudadano de cualquier país del mundo, fuera de la raza, la nación o la religión que fuera, se sentiría afectado si cualquier otra persona era tratada de forma injusta o sufría una gran desgracia.
La esperanza de Darwin pareció realizarse cuando el año 1948 la ONU promulgó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Muchas personas viven hoy creyendo firmemente en esa universalidad. Aunque basta con mirar un telediario para comprender que en la práctica esos derechos no se respetan, al menos, podemos hablar de universalidad, y tenemos instrumentos para exigir el respeto de esos derechos.
Darwin creía que, en un futuro próximo, el círculo uniría a toda la humanidad, y que una vez eso se hubiera conseguido, el progreso no se acabaría ahí. Sino que se ampliaría una vez más para acoger a todos los animales. Hasta que no quedara fuera ningún ser capaz de sentir dolor.
“A medida que el hombre avanza por la senda de la civilización, y que las tribus pequeñas se reúnen para formar comunidades más numerosas, la simple razón dicta a cada individuo que debe hacer extensivos sus instintos sociales y su simpatía a todos los que componen la misma nación, aunque personalmente no le sean conocidos. Una vez que se llegue a este punto, existe ya sólo una barrera artificial que impida a su simpatía extenderse a todos los hombres de todas las naciones y de todas las razas. La experiencia viene a demostrarnos, desgraciadamente, cuán largo tiempo transcurrió antes de que miráramos como semejantes a los hombres que difieren considerablemente de nosotros por su aspecto exterior y por sus hábitos. Una de las últimas adquisiciones morales parece ser la simpatía, extendiéndose más allá de los límites de la humanidad. (...) Esta virtud, que es una de las más nobles que el hombre posee, parece tener su origen incidental en que nuestras simpatías, al hacerse más delicadas y extenderse por mayor esfera, alcanzan, por último, a todos los seres sensibles; pues una vez esta virtud es honrada y practicada por algunos pocos individuos, se esparce por la instrucción, por ejemplo, a los jóvenes, y concluye por formar parte de la opinión pública.”1
Cada vez que ese círculo se amplía para vencer un obstáculo, se producen las mismas reacciones de quienes están en contra de esa ampliación. El racista que se niega a que las personas de color tengan los mismos derechos reacciona de la misma forma que el machista que no quiere que las mujeres puedan acceder al mismo puesto de trabajo. No quiere ser igualado al otro, al negro, al gitano, a la mujer. Lo que le sucede es que siempre se ha sentido superior al otro, siempre ha sentido que estaba legitimado a maltratar, usar, despreciar, al otro, y no puede soportar ser igualado. Teme perder un privilegio: el de su supuesta superioridad para despreciar y maltratar.
“No nos gusta considerar nuestros iguales a los animales que hemos convertido en nuestros esclavos.”2
Quieren un círculo lo más estrecho y reducido posible, como si la moral fuera un club privado para varones blancos europeos ricos, que entre sí se tratan con educación y esmero, mientras fuman puros en elegantes salones, pero que cuando regresan a casa por la noche pegan a sus hijos, desprecian a sus esposas, violan a la criada, y le pegan una patada al perro. Quieren ser los únicos con derechos, y poder así dominar a todos los demás. Por tanto, buscan a la desesperada razones contra esa ampliación del círculo. Se dice que el indígena no es más que un animal, que las mujeres no tienen la misma inteligencia que los hombres, que los animales no tienen alma… se trata siempre de buscar una razón que permita justificar la superioridad de unos sobre otros, el dominio de unos sobre otros.

III
¿Cómo podemos ampliar ese círculo?
En primer lugar, tenemos buenas razones: sabemos que los animales sufren física y psíquicamente, y por ello deberíamos evitar causarles dolor. También sabemos que ser crueles con los animales nos entrena en la crueldad y a la larga nos hace crueles con los humanos, como defendían Tomás de Aquino o Kant. Pero las razones, aún cuando las comprendamos, no siempre nos conmueven, no necesariamente nos llevan a actuar de acuerdo con ellas.
En segundo lugar, tenemos sentimientos morales: la simpatía hacia los otros, en la que se basa la optimista y vital filosofía moral de Hume, o la compasión, en la que se fundamenta la filosofía mucho más pesimista de Schopenhauer. Pero no todo el mundo posee en el mismo grado esos sentimientos, y cuando no surgen de forma natural necesitan ser educados y cultivados desde la infancia, lo que no resulta fácil.
La filosofía lleva siglos intentando cultivar ambos caminos, dando buenas razones y tratando de educar los sentimientos morales. Pero el problema de la filosofía es que no suele llegar a muchas personas; su lenguaje es abstracto, difícil. A la mayoría de las personas les preocupan los problemas filosóficos y hacen reflexiones filosóficas en muchos momentos de su vida. Pero les resulta difícil acercarse a los profesionales de la filosofía, que suelen manejar un lenguaje tan técnico como el de los médicos o los abogados.
Ese es el dilema al que se enfrentó un buen día la filósofa Martha Nussbaum. Nussbaum es una excelente filósofa estadounidense, de origen judío, mundialmente conocida por sus libros sobre filosofía moral, el desarrollo en el tercer mundo, o por sus colaboraciones con el economista Amartya Sen. Nussbaum fue contratada hace unos años por la facultad de derecho de la Universidad de Chicago con el encargo de que diera clases a sus estudiantes, es decir, a los futuros abogados, fiscales, jueces, políticos, legisladores, y les ayudara a desarrollar razones y sentimientos morales que les hicieran ser más justos y sensibles en su trabajo. Esa es una gran oportunidad para un filósofo, poder formar a las futuras generaciones que van a tener poder para construir una sociedad más justa. Pero, ¿cómo se les enseña nociones de moral a jóvenes de veinte años que están haciendo estudios durísimos, que tal vez sólo aspiran a tener un buen trabajo con un buen sueldo?
Martha Nussbaum meditó largamente sobre esa cuestión, y al final, se presentó el primer día a su clase de derecho sin llevar ni un solo libro de filosofía. En vez de eso, llevaba una novela de Charles Dickens. No les dio clases de filosofía, los puso a leer novelas. Sobre esa experiencia educativa escribió después un magnífico librito titulado Justicia Poética, publicado en 1995.
¿Por qué lo hizo? Porque el lenguaje abstracto de la filosofía sólo le llega a la razón tras muchas horas de trabajo y tarda todavía mucho más en llegarle al corazón. Mientras que una buena novela, igual que una buena película, nos captura al instante la razón y el corazón. La literatura nos abre la mente a un mundo nuevo, estimula nuestra imaginación, nos enseña a ponernos en situaciones completamente distintas a las nuestras, hacer el ejercicio de ponernos en el lugar del otro, comprender perspectivas diferentes, experimentar sentimientos que no hemos tenido todavía en nuestra vida. Con las novelas, los futuros abogados y jueces descubrían en los personajes de ficción qué siente una persona inocente que es condenada de forma injusta, qué siente una persona marginada por su raza o su religión. Les hace ponerse en su piel, conmoverse por su destino. Aunque esos personajes son irreales, son ficción, simulan individuos con nombre y apellidos, con un rostro.
Contar historias es tan antiguo como la moral. Nuestros antepasados cazadores-recolectores se contaban historias junto al fuego. Durante siglos, padres y abuelos han narrado a sus hijos cuentos y fábulas. Hoy nos llegan a través de los libros, y también de las pantallas de cine, de televisión o del ordenador. Los formatos cambian, pero contar historias sigue siendo lo mismo. La ficción tiene muchas funciones, divierte, enseña a soñar y a imaginar lo nunca visto, hace olvidar por un rato los problemas cotidianos, pero también es un laboratorio donde experimentar sentimientos, donde imaginar qué es el amor, la envidia, la injusticia, el dolor. La ficción educa a la vez a nuestra razón y a nuestro corazón. De este modo, las buenas historias son quienes pueden traernos la voz de aquellos a los que hemos dejado fuera del círculo y hacernos comprender que sienten y sufren como nosotros y que no merecen nuestro olvido. Necesitamos literatura sobre animales y sobre la naturaleza. Necesitamos reunir todas las buenas historias que ya existen, desde clásicos como Moby Dick de Melville, hasta obras recientes como Tombuctú, de Paul Auster, Gatos, de Doris Lessing, Desgracia, de Coetzee, o El hombre que susurraba a los caballos, de Nicholas Evans, reunir todas esas obras y divulgarlas mucho más, conseguir que las lean los niños, los jóvenes. Y más aún, escribir nuevas historias que narren los problemas de los animales y de la naturaleza en la sociedad de hoy. Más allá de las cifras o de los conceptos abstractos, necesitamos volver a contar historias.

Marta Tafalla Universidad Autónoma de Barcelona Departamento de Filosofía

NOTA DE LA ASOCIACIÓN TAURINA PARLAMENTARIA




Cómo habréis podido leer en mi blog, el día 18 del presente mes, se presentó en una Sala del Congreso de los diputados, una jornada sobre protección animal y pro-abolición de las corridas de toros. Los que allí nos reunimos fuimos informados de la creación de una Asociación Taurina Parlamentaria. El martes diversos medios se hicieron eco de una nota promovida por la citada Asociación como respuesta a la Jornada convocada por dos diputados del Grupo Los Verdes.


Cómo antitaurino y partidario de la formulación de una Ley de Protección de Animal integra, y que da cabida a los toros de lidia y a aquellos animales qué en los festejos populares son objeto de ocio y diversión, la iniciativa de Los Verdes me pareció magnífica. Al fin al cabo los diputados elegidos democráticamente están para presentar propuestas e iniciativas.


Lo de la existencia de una Asociación Taurina Parlamentaria me parece de un "casposo" que tira para atrás. Mañana nos crearan los señores diputados la Asociación Parlamentaria de degustadores de la Fresa de Aranjuez, o la Asociación Parlamentaria de Perdedores de Mus. Estos señores, en vez de cumplir con su trabajo, se dedicarán a reunirse de vez en cuando para "parir" escritos como el que más abajo podéis leer.


Seamos serios, y el que no lo sea: ¡Fuera del Parlamento ya! Verguenza me dan a veces algunos políticos.

España / Nota Informativa de la Asociación Taurina Parlamentaria (ATP)
Por: Redacción ,
Martes, Octubre 23, 2007 12:34:00 Hora GMT
El grupo manifiesta su posición sobre el manifiesto de las asociaciones defensoras de los animales
Madrid, 23 de octubre de 2007
Ante las informaciones aparecidas en diversos medios de comunicación (prensa, radio y televisión) sobre el manifiesto de asociaciones defensoras de los animales, en el que piden la abolición de las corridas de toros y el reconocimiento legal de los derechos de los animales, en una jornada parlamentaria celebrada el día 18 pasado en el Congreso de los Diputados, esta Asociación Taurina Parlamentaria manifiesta los siguiente:
Esta Asociación respeta cualquier opinión expresada en el uso legítimo de los derechos y libertades que a todos nos corresponden.
No obstante lo anterior y por considerar que el manifiesto incide en los fines de divulgación, promoción y defensa de la Fiesta de los Toros sustentados por esta Asociación, nos vemos en la necesidad de expresar nuestra absoluta discrepancia con la abolición de las corridas de toros y con un pretendido reconocimiento de derechos a los animales.
Sin entrar en polémicas estériles siempre hemos considerado que la Fiesta de los Toros es una de las manifestaciones culturales mas importantes, sino la de mayor arraigo, del pueblo español, en la que convergen tradición popular, espectáculo, expresión plástica o artística, riesgo, emoción, inteligencia, técnica y sabiduría, lo que ha sido reconocido y difundido por numerosos artistas e intelectuales de forma reiterada y sostenida a través de varios siglos, tanto en España como en los demás países taurinos del mundo.
No puede olvidarse tampoco que como consecuencia de la existencia de la Fiesta de los Toros, se cría, selecciona y reproduce el toro bravo, uno de los ejemplares más genuinos de nuestra fauna y cuya crianza ocupa mas de medio millón de hectáreas que de otro modo estarían en su mayor parte abandonadas o notoriamente peor conservadas, por lo que es evidente el importante impacto beneficioso de su existencia para nuestro medio ambiente.
En cuanto al reconocimiento de derechos a los animales no podemos menos de manifestar que ello resulta un contrasentido y pugna abiertamente con el concepto de derecho que desde siempre ha sido de titularidad de las personas, pudiendo afirmarse que los animales, de acuerdo con nuestra tradición jurídica y nuestra legislación vigente carecen de derechos. Otra cosa muy distinta es que no tengamos deberes con los animales y que los mismos no sean objeto de protección, incluso en el ámbito penal, hasta el extremo de que sea delito maltratar con ensañamiento e injustificadamente a animales domésticos, al igual que causar grave perjuicio al medio ambiente o al equilibrio biológico, lo que no significa que la fauna o la flora tengan derechos, ya que dicha protección no es mas que una consecuencia de los derechos de las personas, como ya señaló en su día el filósofo Emmanuel Kant.
En definitiva esta asociación hace un llamamiento a la cordura de los propulsores del referido manifiesto, invitándoles asimismo a un diálogo sosegado y racional sobre todo lo anteriormente expuesto.
Miguel Cid Cebrián


Presidente de la Asociación Taurina Parlamentaria

domingo, 21 de octubre de 2007

EL LINCE EN LA COMUNIDAD DE CASTILLA-LA MANCHA

El lince vuelve en manada a Castilla-La Mancha
Un vídeo prueba la existencia de una colonia con crías declarada extinguida
RAFAEL MÉNDEZ - Madrid - 21/10/2007

Los mapas de distribución del lince ibérico se han quedado, de golpe, antiguos. Hay lince en Castilla-La Mancha. No se trata de ejemplares sueltos, aislados y sin posibilidad de sobrevivir. Al menos hay una colonia con decenas de ejemplares y varios cachorros. La prueba son dos vídeos de dos ejemplares distintos a los que ha tenido acceso EL PAÍS. La evidencia, primera en más de 10 años, la ha obtenido la Junta de Castilla-La Mancha.
Linces en Castilla-La Mancha
VIDEO - Junta de Castilla-La Mancha - 20-10-2007
La Junta de Castilla-La Mancha graba por primera vez en 10 años una colonia de linces en la región - Junta de Castilla-La Mancha
Otros vídeos
El presidente autonómico, el socialista José María Barreda, destaca la importancia del hallazgo: "Aunque es pronto, podemos afirmar que en nuestro territorio existe una población estable". El regreso del lince es en gran medida fruto del plan de recuperación de la especie que la Junta aprobó en 2003.
Oficialmente, el lince estaba allí extinguido y la aparición obliga a repensar el censo, que sólo reconocía la existencia de 160 ejemplares en España, un 90% menos que 20 años atrás.
El lince ibérico es el felino más amenazado de Europa. Su decadencia parecía inexorable desde los años 70, cuando se extendía por gran parte de la Península, hasta la actualidad. Los mapas de distribución del Ministerio de Medio Ambiente sólo incluyen dos zonas con población viable y reproductora: Doñana, en Huelva, y Sierra Morena, entre Jaén y Córdoba.
El resto se consideraba territorio hostil. Si, como ha ocurrido en Madrid o Castilla-La Mancha, aparecía ADN de lince en excrementos o pelos, se consideraba un ejemplar aislado, extraviado o superviviente de tiempos mejores. En 2005, cuando Castilla-La Mancha anunció la aparición de heces de lince en su territorio, expertos de otras comunidades alzaron las cejas con incredulidad. El lince no sólo es el felino más amenazado sino que durante años ha generado una rivalidad entre administraciones, que se disputaban su conservación y se acusaban de su extinción.
Barreda señala que estos vídeos demuestran que la población de linces en Castilla-La Mancha "no está aislada" y resalta que "de hecho, algunos de los ejemplares son cachorros". La localización de la colonia se mantiene en un lógico secreto para evitar la llegada de cazadores furtivos.
En los vídeos, de ocho y trece segundos, se observan dos linces adultos distintos que huyen de la persona que lo graba. La escena se sucede en el paisaje de encinas y matorral propicio para el lince. Las imágenes tienen especial relevancia porque el lince ibérico es un animal extremadamente esquivo.
En 2004, la dirección general de Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente realizó el último censo de población. En miles de muestreos en Portugal y en Extremadura, Madrid, Castilla y León, Valencia, Toledo, Ciudad Real y Albacete, sólo apareció un excremento de lince en la Sierra de Calderina, en Montes de Toledo. En esa zona centraron entonces todos los esfuerzos. Los científicos instalaron 182 cámaras que tomaron 14.571 imágenes automáticas al paso de un animal. Sin fotografiar un solo lince. El hecho de que no apareciera ni en Puerto Lápice, ni en el Parque Nacional de Cabañeros ni en la Sierra del Castañar hizo que el lince desapareciera oficialmente de esa zona.
El censo concluye que el excremento "revela la presencia de algún individuo en la zona, aunque seguramente no forma parte de una población estable, lo que significa la práctica desaparición del lince en Montes de Toledo". El último dato de presencia del felino en la zona data de 1997. Por eso la aparición de esta colonia supone un cambio radical en el conocimiento que se tenía del lince y su extensión.
Además del vídeo, la Junta ha hallado más heces y el Museo Nacional de Ciencias Naturales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha confirmado que son de lince mediante análisis de ADN. La Junta han constatado también que el lince ha sido visto.
Estos dos vídeos, el programa de cría en cautividad de la Junta de Andalucía y del ministerio y la recuperación de la población de conejo son buenas noticias para el lince. Las primeras en décadas.

sábado, 20 de octubre de 2007

JORNADA PARLAMENTARIA CONTRA EL MALTRATO ANIMAL Y LA TAUROMAQUIA




El día 18 se celebró en la sala de columnas del Congreso de los Diputados una jornada contra el maltrato animal que no había tenido ningún precedente. Fue organizada por el grupo Los Verdes con sus diputados Francisco Garrido (Proyecto Gran Simio) y Joan Oms a la cabeza. La jornada recibió el apoyo de otros diputados del Grupo Mixto, IU, PSOE, Iniciativa per Catalunya, y CIU.


La mesa presidencial estuvo formada por los dos diputados nombrados anteriormente, Joaquin Araujo (naturalista y escritor), Alberto Vazquez Figueroa (escritor), Ruth Toledano (escritora), Jorge Riechmann (filólosofo y escritor), Marta Tafalla (filósofa), Isabel Pisano (periodista) y Lucia Etxebarria (escritora).


La jornada se inicio con cierto retraso, 45 minutos, motivado seguramente por la ausencia de algunos participantes. Fue muy numerosa la representación por parte de las Asociaciones de Protección Animal y Antitaurinas del panorama nacional.


En primer lugar intervino Francisco Garrido y luego lo hicieron los miembros de la mesa que he nombrado anteriormente. Cada uno de ellos, a su manera, hizo una exposición de la situación de los animales en nuestro país, de las salvajes costumbres que todavía se dan a lo largo y ancho de nuestra geografía, y de que ya es hora de que las mayorías silenciosas hagan oír su voz. Nuestra especie la humana, debe dotar de derechos al resto de especies, las no humanas, ya que ellas por si mismas no pueden hacerlo. Resulta curioso como todavía existen "personas" que creen que no se puede dotar a los animales de derechos puesto que no tienen deberes. En esta Jornada quedó muy claro que los que luchamos por la protección animal y la abolición de las corridas de toros, tenemos derecho como personas, a reclamar derechos para ellos.


Todos ellos insistieron en sus discursos la necesidad de acabar de una vez por todas con las corridas de toros, festejo que es sin duda alguna, el freno al desarrollo de una legislación de protección animal acorde con los tiempos que vivimos.


De entre todas las intervenciones me quedo especialmente con las de Francisco Garrido, Lucia Etxebarria, que contó una "graciosa" anécdota de su época universitaria con respecto a las corridas de toros, y la de Marta Tafalla, que narró un bonito cuento sobre una reunión parlamentaria entre seres de otros planetas en la que hace acto de presencia un habitante del Planeta Tierra.


Después se procedió a la lectura de un Manifiesto por parte de gente conocida del mundo de la cultura y del deporte. Dicho Manifiesto que podrá ser firmado en breve a través de la web de Los Verdes, será presentado al Presidente del Gobierno, y a los ministros de Medio Ambiente y Cultura. Especialmente duro con Cristina Narbona, fue Alberto Vazquez Figueroa, a la que acusó de estar matando a numerosos animales de sed, de forma silenciosa, a raíz de sus políticas del agua.


Al final del acto nos hicimos una foto de "familia" en el interior de la sala en la que se celebró la Jornada y luego en la calle, junto a los leones del Congreso.


Las pretensiones son claras:


El Código Penal debe tipificar como delito la muerte injustificada, la tortura y el maltrato animal y la abolición de las corridas de toros y los espectáculos que supongan el maltrato, muerte y tortura de los animales.


En el Manifiesto se denuncia entre otras cosas "nuestro fascismo de especie" que concibe al ser humano en guerra permanente de explotación y exterminio sobre el resto de los seres vivos. El documento hace especial hincapié en las corridas de toros y pide su abolición, así como que "ni un solo euro de las administraciones públicas se destine a su promoción ya que "en España no habrá una auténtica cultura de respeto a los animales" hasta que no se haya cerrado la última plaza de toros". Además se reclama la promulgación de una Ley Estatal de Bases sobre la Protección Animal.


Me hizo especial "gracia" un comentario de Francisco Garrido que nos informó de la reciente creación por parte de algunos parlamentarios de una Asociación Taurina Parlamentaria. Al frente de ella se encuentra Pío García Escudero (PP). Para el diputado popular todo se resume en una "simple cuestión de libertad", que consiste en ir o no ir a las corridas de toros. La declaración, y este es un comentario a título personal, me parece de una simpleza absoluta. Yo le diría a Don Pío que le pregunte al toro si quiere ser invitado a la "fiesta".


Como respuesta a la mencionada Asociación se propuso la creación de una Asociación Parlamentaria Pro-derechos de los Animales.


La lectura del Manifiesto corrió a cargo de:


Liberto Rabal (actor y director de cine), Adriana Davidova (actriz, escritora y guionista), Mayte Martínez (deportista de élite, atleta), Manuel Carballo (deportista de élite, gimnasta), Carlos Rodríguez (locutor de radio y veterinario), Rafa Martínez (deportista de élite, gimnasta), El Chojín (cantautor de rap), Dirty Princess (grupo de música electrónica), Jordi Vila Los Trogloditas (batería), Ignacio Garbayo Zodiacs (cantante y guitarrista) e Iñigo Coppel (cantautor).


Además se sumaron al acto, aunque no estuvieron presentes:


Espido Freire (escritora), Eduard Punset (escritor y divulgador científico), Forges (humorista gráfico), Juanma Bajo Ulloa (director de cine), José Luís Serrano (escritor), Marisol Ayuso (actriz), Magda Oranich (abogada), Gervasio Deffer (deportista de élite, gimnasta), Javier Sádaba (filósofo), José María Mendiluce (escritor), Melani Olivares (actriz), Jordi Sabater i Pi (primatólogo), Jesús Mosterín (filósofo), Salvador Pániker (filósofo), Fernando Delgado (periodista), Eduardo Reina (actor), José Manuel Sánchez-Ron (físico), Mariano Peña (actor), María de las Nieves de Borbón y Borbón (bióloga), Catherine François (escritora), Ana Mª Ruiz Polvorosa (actriz), María Galindo (periodista, TVE), Ángel Mora (Animal, La Película ) (director de cine), Secun de la Rosa (actor), Javier Andreu La Frontera (cantante), Ricardo Moreno (Los Ronaldos) (batería), David Castillo (actor), La Mari Chambao (cantante), Pepe Viyuela (actor), Cristina del Valle Amistades Peligrosas (cantante), Paco León (actor), Carmen Machi (actriz), Carlos Tarque M-Clan (cantante).


Quedó claro que este el principio de una larga travesía que tendremos que recorrer todos los que nos sentimos identificados con esta causa. Se tardará, seguro, pero como dijo Ruth Toledano, son múltiples los ejemplos que a lo largo de la historia del mundo, han demostrado que los imposibles y las utopías muchas veces se han hecho realidad.




En los medios de prensa la Jornada no ha sido excesivamente comentada, pero desde aquí quiero agradecer al diario Público la cobertura que ha hecho del acontecimiento. Así queda reflejado en los comentarios que se pueden leer al pie de la noticia cuyo enlace os dejo aquí:




miércoles, 17 de octubre de 2007

PONGAMOS LAS PUYAS Y LAS COSAS EN SU SITIO











Hoy me ha llegado una interesante información. En el Simposio de Zafra, que se celebra anualmente, el Dr. Illera dará una conferencia sobre las nuevas conclusiones que ha obtenido sobre el sufrimiento y el dolor en el toro de lidia. Parece ser que sus hallazgos son muy importantes ya que la nota que me han remitido se encuentra envuelta en un profundo halo de misterio.
Copio y pego, subrayado en rojo lo que en el mensaje se dice:

NOVEDADES IMPORTANTES EN EL PROGRAMA DEL VIII SYMPOSIUM DEL TORO DE LIDIA
Por Comité Organizador.
Incorporación al Programa del VIII Symposium del Toro de Lidia de los primeros resultados de las Investigaciones del Dr. Illera del Portal, Catedrático de Fisiología de la Facultad de Veterinaria de la Univ. Complutense.
Como consecuencia de las recientes investigaciones que lleva ha cabo el Dr. Illera, Catedrático de Fisiología de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid y, una vez obtenido las primeras conclusiones, el Comité Organizador ha decidido por unanimidad incorporar al Programa la exposición de dichas conclusiones dado que nos han parecido MUY IMPORTANTES y en el ámbito de su disciplina y temática de investigación, como TRASCENDENTES.
La exposición se ha tenido que ubicar a última hora de la Sesión del sábado por la mañana, después de la Mesa de "Reivindicación de la Fiesta a través del mito del torero". Para ello, se elimina la Sesión de Comunicaciones Científicas del Sábado por la mañana -compilando las Comunicaciones orales en las sesiones anteriores del viernes 26-, adelantando a dicha hora (las 10,30) el primer acto programado de las Ponencias de Patología y Terapéutica, y en consecuencia, adelantando otra media hora la mesa redonda posterior citada.
Por decisión conjunta del investigador y el Comité Organizador, no divulgamos la temática ni el sentido de la intervención y de esas primeras conclusiones de los trabajos del equipo del Dr. Illera, reservándolo para el momento previo de la presentación y la exposición propia. Pretendemos así trasladar a todos la sorpresa que hemos tenido cuando hemos conocido hace tan sólo un par de días el resultados de esas investigaciones. Esperamos sepan perdonar todos aquellos que no puedan asistir al VIII Symposium.


Un pequeño matiz, sin importancia, pero que dado lo elitista y clasista de mi profesión debo mencionar: Juan Carlos Illera creo que no es Catedrático de nada; es profesor numerario de la facultad y eso sí, Director del Departamento de Fisiología. Una organización que se atribuye un gran rigor científico en sus convocatorias, debe serlo para todo. De cualquier forma, ya he mandado un e.mail a la organización para que me aclaren mis dudas. Estoy a la espera de su respuesta.

Hoy he recibido la amable respuesta de la organización y efectivamente el Dr. Illera no es Catedrático de Fisiología. El error, según me comentan, es única y exclusivamente de la secretaría del evento.
Lo que me llama poderosamente la atención es el último párrafo en el que se dice que no puede ser adelantada ningún tipo de información sobre las conclusiones obtenidas por el Dr. Illera y su equipo.
La verdad, estoy en ascuas por las MUY INTERESANTES y TRASCENDENTES noticias que se van a hacer públicas. Cómo no me gusta prejuzgar, espero tener acceso a la comunicación del Dr. Illera y poder dar mi opinión. Dado que evidentemente no voy a acudir a un Congreso que está programado para mis compañeros veterinarios especialistas en el Toro de Lidia, y yo no lo soy, pediré por e.mail que me sea enviada una copia de dicha ponencia o en su defecto el libro que se edita y que es entregado a los congresistas. Esperemos que los organizadores tengan a bien enviármelo. Puedo decir, que a traves de un e.mail se me ha informado de que podré tener acceso a dicho libro.
Se me ha reprochado por un correo que se les ha enviado por parte de una organización antitaurina, que soy un patético por no ir a dicho Simposio a rebatir en vivo y en directo las teorías del Dr. Illera. A mi, lo que me parece patético es qué se me prohibiera la entrada a su conferencia en Logroño, salvo que me inscribiera en las jornadas que allí se celebraron. Me parece igual de patético que en un Simposio que se cataloga de carácter científico, se puedan exponer teorías y teoremas sin que un comité científico las haya analizado previamente. Posteriormente se me ha informado que si existe dicho cómite. Aquí, evidentemente caben matizaciones, ya que se me podrá decir que los ponentes exponen sus opiniones y luego éstas deberán ser contrastadas científicamente. Son matices, pero no deja de ser curioso que se diga que una ponencia es MUY IMPORTANTE Y TRASCENDENTE, cuando ellos, los organizadores del evento, dicen que será después de su presentación cuando se verifique si son o no válidas. Pero bueno, aún así las reglas del juego son las que son y como tales deben ser aceptadas.
Decir que luego, tras ser escuchadas las conferencia, podrán ser confrontadas las opiniones es un "chiste". Y lo es porque ningún veterinario que quiera rebatirlas, podrá disponer de plazas de toros, de toros y de la infraestructura necesaria para realizar un estudio de similares características o incluso mejorarlo. Es así de sencillo, ellos lo saben, y por eso nos embaucan con sus sin sentidos. Es una partida con trampa en la que ellos saben que tienen un as en la manga. Yo no podré nunca rebatir el citado estudio con pruebas de campo, ni podré hacer determinaciones hormonales en los toros lidiados, ni comprobar las lesiones de sus estructuras nerviosas o de sus pulmones o de sus músculos. Lo que si puedo y es lo que hago, es rebatir sus conclusiones en base a documentación científicamente demostrada y contrastada.
Debo decir, que con posteruioridad a todo lo que escrito en los párrafos anteriores, que admito ha podido expresado en un tono un tanto "elevado" he mantenido un educado diálogo por via e.mail con los organizadores del Simposio y cabría la posibilidad de crear una Mesa de discusión en la que yo podría exponer lo que pienso. Al mismo tiempo se me ha ofrecido la oportunidad de presentar el próximo año una comunicación al respecto en la próxima reunión, que será en el 2009.

Por otro lado, debo decir, que ¡por fin! un compañero de profesión se ha dignado a contestar a mis conclusiones sobre el estudio del Dr. Illera. Se lo he agradecido profundamente. En su escrito, amable por cierto, me "reprocha" mi desconocimiento sobre la bravura del toro del lidia y me incide en el hecho de que la zona del toro en donde se producen los puyazos es una zona con una magnífica protección muscular que impediría las lesiones neurológicas que yo puse en su momento como causa de que los niveles de cortisol después de la lidia no se podían considerar como reales. Decía en mi estudio, que es indispensable la integridad del sistema nervioso para que la respuesta hormonal pudiese ser valorada científicamente. Pues bien, éste compañero de profesión, que a diferencia de mi, es defensor de la fiesta, aduce que en el morrillo (lugar donde en teoría se debe colocar la puya) existe un importante paquete muscular que impediría las lesiones de estructuras nerviosas que yo he dicho que se producen.
Lo cierto es que yo, veterinario de pequeños animales, desconozco la profundidad de los músculos que protegen dicha zona en los bóvidos. Aduce además que las posibles lesiones neurológicas que yo he apuntado las he copiado de las opiniones de un aficionado y no de las opiniones de veterinarios. Es cierto a medias, cómo podréis leer más adelante.
Niega que las caídas de los toros después de las puyas sean debidas a lesiones neurológicas sino a un proceso metabólico que se produce en el toro a nivel hepático como consecuencia de la alimentación a que se somete al toro, para que tenga el peso adecuado cuando va a ser lidiado. Según la información que obra en mi poder un toro de lidia puede perder desde que sale de la dehesa hasta que es lidiado un 6% de su peso. Cómo tengo que contrastar opiniones en un tema en el que hasta hace poco no había profundizado, me he dado cuenta de que lo que se ha denomimado Síndrome de la caída del Toro del Lidia, preocupa y mucho a los veterinarios taurinos y a los aficionados a la fiesta. He encontrado un estudio muy reciente en la revista que edita el Colegio de veterinarios de Madrid en que se nombran como causas de esta alteración:


• Enfermedades infecciosas y parasitarias.
• Alimentación inadecuada.
• Selección ganadera.
• Falta de ejercicio por disminución del tamaño de las fincas.
• Peso excesivo.
• Predisposición de ciertos encastes a caerse.
• Relación con enfermedades parasitarias (Sarcosporidiosis muscular o cardiaca).
• Relación con alteraciones metabólicas o alimentarias (Acidosis ruminal y laminitis).
Estrés de transporte y reposo antes de la lidia.
Relación con heridas o lesiones producidas por la puya de los picadores.
• Relación con el peso excesivo de los animales.
• Lesiones musculares, como miodistrofia de ejercicio o dietética.
• Relación con diversas lesiones halladas en la inspección post-mortem.


Bueno, algunas de las cosas que ahora expondré no las he sacado a la luz, porque nadie había hasta el momento rebatido lo que yo y Susana hemos publicado en bastantes sitios.
Copio, pego y subrayo en rojo lo que me parece interesante de algunas de las cosas que tengo guardadas:

Luis F. Barona Hernández y Antonio E. Cuesta López
Suerte de vara
Valencia, Diputación de Valencia, 1999
Por Pedro Romero de Solís

El libro de Luis F. Barona y Antonio E. Cuesta López, Suerte de vara, publicado en una esmerada edición por la Excma. Diputación de Valencia que conmemora el centenario de la trágica cogida y muerte del diestro valenciano Paco Fabrilo por un toro de la ganadería de Pablo Romero, constituye el brillante resultado de un estudio hecho, en las plazas de Madrid y Valencia, por estos dos investigadores pertenecientes a la comunidad científica de veterinarios de la Universidad de Córdoba. El índice del volumen nos indica inmediatamente que se trata de un estudio técnico y humanístico, esto es, pluridisciplinar en la línea mejor de los trabajos de investigación universitaria contemporáneos. En consecuencia, el ciclo de capítulos que constituyen su contenido aborda:* Discursos históricos: «Inicios de la suerte de vara»;«Adaptacíón al toreo a pie»; «Evolución de la suerte de vara»; «Evolucíón histórica de la puya»; «Estudio evolutivo de la localización del puyazo en las reglamentaciones taurinas»;«Implantación y evolución de los petos»; Relación de los «Picadores del siglo XVIII»; el «Origen y evolución de la indumentaria del picador» y, finalmente, «La suerte de varas y su reglamentación históricas» que forman, sin lugar adudas, el corpus de estudios históricos sobre la puya más completo que conozco y* Exposiciones científicas y técnicas como son el «Recuerdo anatómico de la musculatura y estructuras adyacentes relacionadas con la localización de los puyazos» y el «Estudío biométrico de la lesión anatómica de la puya», trabajos que vienen acompañados por un «Estudio del acornear del toro de lidía» firmado por el profesor emérito de la Universidad de Córdoba don Ildefonso Montero Agüera, en realidad el maestro de estos jóvenes pero ya acreditados investigadores.
El libro termina con una «Conclusiones» tan valientes como aterradoras pues resulta que actualmente no llega al 7 por ciento los puyazos que se colocan correctamente en las plazas de Madrid, Sevilla y Córdoba. ¿Qué será en otras plazas con «aficionados»de menor tradición y exigencia? El trabajo concluye con un léxico de casi mil vocablos relacionados con la suerte de picar –dato que no me sorprende pero que seguramente haría meditar a más de un antropólogo social preocupado por la cultura del trabajo– y una selecta bibliografía de un centenar de títulos bien escogidos que patentizan, de una parte, la especialización profesional de los autores y, de otra, la amplia y culta mirada de los autores sobre la fiesta de toros. A la Revista de Estudios Taurinos le complace particularmente la salida de Suerte de vara porque en su número anterior ya acogió a estos mismos autores publicando un artículo –“¿Cumplen las puyas su misión”– donde llamaban la atención sobre el hundimiento actual del tercio de varas. El tema fue analizado, por la Revista, en otros dos escritos: uno de carácter técnico científico realizado por los veterinarios de la Unión de Criadores de Toros de Lidia–Fernández Sanz y Villalón González-Camino– “Estudio de las lesiones producidas por la suerte de varas en la segunda parte de la Feria de San Isidro de 1998” donde llegan –y no casualmente– a resultados análogos y otro, de carácter reformador, firmado por un miembro de la Fundación de Estudios Taurinos y asiduo colaborador de nuestra Revista, Álvaro Martínez Novillo en el que reclama de los poderes públicos el establecimiento de las medidas necesarias para la restauración de una de las suertes más emocionantes y bellas de la lidia de toros. La investigación de base trata de comprobar las lesiones producidas por las puyas, el lugar del cuerpo del toro donde son colocadas y la determinación anatómica de los en los toros de lidia. Los autores parten de la hipótesis de que el tercio de varas es de gran importancia en el conjunto de la lidia del toro. «Sirve –como nos recuerdan Barona y Cuesta– para ahormar la cabeza, regular el acornear, quebrantar el poderío y comprobar la bravura». La concepción multidisciplinar de la investigación se expresa en Suerte de vara por medio de un recorrido histórico de la actividad de los picadores desde el establecimiento de la corrida a pie hasta la actualidad. Los lectores tendrán acceso, en sus páginas, a la descripción pormenorizada de las modificaciones que, a lo largo de los años, han llevado a la transformación de las puyas y a la evolución de los petos. En lo que se refiere a los petos desde los anatómicos que procuraban impedir lo menos posible el libre ejercicio de la monta y que ya se utilizaron en el reinado de Alfonso XIII, explican cómo han evolucionado hacia los actuales hasta impedir la movilidad del caballo forzándolo al estatismo al punto de que, en el momento mismo en que el toro empuja con un poco más de fuerza de lo acostumbrado, jamelgo y picador suelen caer estrepitosamente al suelo de donde, recuérdese, el caballo no puede levantarse sin la ayuda –el socorro, diría con más propiedad– de los «monosabios». Son objeto de su minuciosa observación las puyas actuales, las cuales con 6 cm. de acero encordelado y 3 de púa piramidal, es decir, dotadas de un alma metálica de 9 cm. contados hasta la cruceta, permiten infligir heridas a los toros de más... ¡de 30 cm. de profundidad! Los autores denuncian el fallo del diseño de las puyas –y no están hablando de sus manipulaciones fraudulentas– que al obviar el «limoncillo»(obsérvese la pica propuesta por el Duque de Veragua) permite poner, por sistema, las varas traseras y, cuando mejor, en la cruz que, por cierto, como demuestran los autores también es preciso considerarlas retrasadas. Las varas que fueron colocadas más allá de la cruz supusieron, nada menos, que el 33 por ciento del total de las mismas y produjeron heridas de una profundidad media de... ¡25 cm.! ¿Y todavía queremos que los toros permanezcan en pie? No nos extrañe que pasaportando con tan poco rigor el tercio de varas que, en la mayoría de las corridas y en la totalidad de las plazas de España, más de un toro salga del caballo «tocado» en la columna vertebral. Pero, es preciso no olvidar que con sólo alcanzar los músculos del raquis, el animal queda profundamente lesionado. «Las puyas colocadas en el dorso –afirma el prof. Montero– son criminales pues no solamente lesionan los músculos relacionados con el raquis: trapeciotorácíco, espinal y semiespinal del tórax y cuello longísimo del tórax, el raquis y, más profundamente, las costillas también pueden ser dañadas» (Barona y Cuesta, 1999: 176). Estas varas, colocadas por detrás del morrillo son del todo perjudiciales para la lidia pues ni regularizan el acornear, ni debilitan el empuje del toro, y lo más que hacen es, en cualquier caso, dificultar la locomoción produciendo cojeras y forzando caídas.
El puyazo de ley debe colocarse en el morrillo del toro y no, según recuerdan los autores de Suerte de vara, en la cruz o en la espalda como suelen colocarse en la actualidad. El morrillo, la parte más elevada del cuello, comprendida entre la nuca y la cruz, es el lugar correcto de picar porque es la sede de los músculos extensores, los responsables de la cabeza y, por consiguiente, del recorrido de los cuernos. Un buen puyazo, en la base del morrillo, descuelga la cabeza del toro y dificulta su derrote y, por eso mismo, es la operación básica de la lidia para que ésta se ponga al servicio de la belleza del toreo. A los autores no les pasa desapercibido la corpulencia descomunal de los caballos que, desde hace unos años a esta parte, montan los picadores. Caballos que, por la anchura descomunal de su esqueleto y por el tamaño de los cascos, manifiestan no pertenecer racialmente al universo de la tauromaquia si no más bien al de la lidia militar ¡Caballos más propios para arrastrar cañones en guerras napoleónícas que para dulcificar la embestida de los toros! Esa descomunal alzada unida al peso de los aparejos, de la mona, de los manguitos, del peto, etc. y, por supuesto, al no desdeñable de los pingües y forzudos picadores, suman un peso, muchas veces próximo a la tonelada, al que se estrellan toros con no mucho más de 500 kilos.
¡Ay del toro que manifieste bravura y, todavía peor, codicia e intente levantar a un enemigo de peso doble que el suyo! Las delicadas articulaciones de las manos quedarán averiadas mientras el picador aprovecha para hundir la puya a más de 30 cm. de profundidad no en el morrillo, por supuesto, como debiera ser, sino en la zona vertebral y, a veces, ¡hasta con cinco recorridos diferentes por la misma herida de entrada! ¡Asombroso! ¿cómo es posible que algunos toros, todavía, queden en pie?
La suerte de vara, como recuerdan nuestros autores, es fundamental en la lidia del toro porque tiene unas finalidades concretas, precisas: * Reducir el ímpetu y la fuerza del animal, quebrantando su poderío y permitiendo la realización de las dos siguientes fases de la lidia. Ahormar la embestida lesionando su musculatura cervical dorsal con la intención de conseguir la corrección de sus defectos, entre ellos, proporcionar movimientos menos bruscos en el cornear y contribuir a la humillación de la cabeza. Permitir que el diestro observe las condiciones físicas y morales del toro, así como su comportamiento –bravura, fijeza, nobleza, codicia, peligro, dirección de la embestida y con qué cuerno se aplica con más intensidad– para que vaya hacía él con conocimiento, con sabiduría de las facultades reales de su antagonista. En el toreo nunca se trata de atropellar la razón sino, todo lo contrario, ejercitarla luminosamente. La Tauromaquia es conocimiento.

Considero Suerte de vara de Luis F. Barona y Antonio E. Cuesta López la guía necesaria y oportuna para contribuir a la reforma de la participación de los picadores en la corrida y, por tanto, el camino seguramente más apropiado para restaurar el espectáculo de la lidia de toros hasta el nivel de su verdadera plenitud. Un libro cuya aparición agradezco profundamente.
Pedro Romero de Solís Fundación de Estudios Taurinos.


Y ahora, yo pregunto: ante tan evidente sangría y traumatismos con heridas que penetran a más de 30 cm de profundidad y que muchas veces abren varios trayectos, ¿hay algún músculo que impida la llegada de la puya a las estructuras nerviosas? ¿Hay alguna posibilidad de que la sangre que emana hacía afuera o hacia adentro, no produzca coágulos que bloqueen las vías neuronales e incluso el canal medular? ¿Cómo es posible que existan dudas sobre que la integridad del sistema nervioso no se vea alterada? Todo el texto copiado y pegado ha sido escrito por veterinarios, no por unos meros aficionados a la fiesta, entendidos en materia de varas.

Más cosas, copiadas y pegadas que corresponden a estudios científicamente realizados, no ha invenciones mías:
Los mejores efectos para alcanzar estos objetivos, ya lo tienen estudiado, se obtienen picando al toro en la zona superior del trapecio cervical, sobre la quinta vértebra aproximadamente, que es el lugar más apropiado para lesionar los músculos extensores y ligamentos de sustentación de la cabeza) y hasta una profundidad de unos 9 centímetros para no dañar vascularizaciones demasiado profundas (para ello, la vara de picar tiene una cruceta a 8,75 centímetros de su punta. En esta zona es difícil dañar la funcionalidad del animal, a excepción de las lesiones buscadas y ya reseñadas.
Esta «suerte», así realizada, y con la expresa prohibición que hace el Reglamento Taurino de no barrenar (girar la puya como un sacacorchos), no tapar la salida (dejar que el toro retroceda cuando no pueda soportar el dolor) y no insistir (no hacer un mete-saca con la puya) es la forma correcta de «aplicar el castigo». Pero esta forma «correcta» de picar al toro, a pesar de los daños señalados que le provoca, no parece causar suficiente merma al animal como para que los valientes matadores toreen a gusto, y según un estudio realizado entre el 25 de mayo y el 8 de junio de 1.998 por un equipo de veterinarios especialistas (¡!) en el tema y sobre un total de 83 toros lidiados, el 95,3% de los puyazos se realizó fuera de la zona indicada; el 54% provocó una hemorragia más abundante de lo deseable; el 100% alcanzó una profundidad superior a la de la longitud de la puya (con una media de 21,6 centímetros y varios con más de 30) y el 62% se realizó con mete-saca (con una media de 7,4 mete-sacas por vara). En resumidas cuentas, ni una sola vez se realizó la «suerte» según los propios cánones taurinos. (Extraído del arte de picar)


Debe constar en acta que aunque se diera el hipotético caso, que cómo se ve no se da, de que la puya fuera colocada en su sitio, yo, seguiría pensando lo mismo que pienso, es decir seguiría manteniendo las mismas teorías. Pero no sólo con argumentos científicos, sino haciendo uso de un análisis más cercano al pensamiento racional que me lleva a sustentar mi profunda convicción antitaurina. Esta claro que antes de leer el estudio al que han acogido casi todos los protaurinos cómo si les hubiera llovido del cielo para la justificar la crueldad del espectáculo del que son partidarios, yo ya era antitaurino. Lo que me lleva a pelear (en el sentido pacífico de la palabra) contra las teorías del Dr. Illera, es mi punto de vista como veterinario, independientemente de mi postura como humano, aunque evidentemente, por lo menos para mi, ambas facetas de mi existencia están profundamente unidas.

La suerte de varas: Fisiopatología. (Más información científica)
FISIOPATOLOGIA DE LA SUERTE DE VARAS.

Conviene recordar, aunque sea de manera muy somera, la región anatómica sobre la que se pica.
Está formada en primer lugar por el músculo TRAPECIO. Se trata de un músculo triangular, plano, que va desde el atlas (primera vértebra cervical) hasta la decimosegunda vértebra dorsal y el vértice inferior se inserta en la tuberosidad espinosa de la escápula. A pesar de no existir solución de continuidad, se consideran dos porciones:
Porción cervical que va desde el atlas hasta la segunda vértebra dorsal con inserción inferior en la tuberosidad espinosa de la escápula.
Porción torácica que va desde la segunda a decimosegunda vértebras dorsales y por la parte inferior se inserta en la tuberosidad espinosa de la escápula.
Los músculos de cada lado se encuentran unidos entre sí por un rafe fibroso medio.
El riego sanguíneo procede de las arterias: vertebral, cervical profunda, escapular dorsal e intercostal dorsal.
Está inervado por el nervio accesorio.
Una vez separado este músculo nos encontramos con el LIGAMENTO DE LA NUCA que, dada su gran importancia, es preciso conocer.
Este ligamento, es el sostenedor de la cabeza, tiene una parte funicular que se inserta en el occipital,(donde comienza) y en las apófisis espinosas de las vértebras dorsales y lumbares. Su forma es redonda en un principio, hasta la altura del axis, haciéndose mas ancha y plana e insertándose a cada lado de las apófisis espinosas de las vértebras dorsales y lumbares. Esta porción funicular es muy potente. La parte laminar tiene dos tramos, uno craneal, que es doble y va desde la parte funicular hasta las apófisis espinosas de la 2ª, 3ª y 4ª vértebras cervicales. El tramo caudal es simple y va desde la parte funicular hasta las apófisis espinosas de la 5ª, 6ª, 7ª vértebras cervicales y apófisis espinosa de la primera vértebra dorsal.
Otro músculo, de suma importancia, que es necesario estudiar es el ROMBOIDEO O ROMBOIDES que nace del ligamento de la nuca a partir del axis (segunda vértebra cervical) hasta la apófisis espinosa de la quinta vértebra dorsal. Es un músculo largo, muy grueso y muy potente, que se encuentra, por la parte externa del mismo, unido muy fuertemente a la parte interna del cartílago de prolongación de la escápula, extendiéndose craneal y dorsalmente bajo la porción cervical del trapecio.
Presenta un engrosamiento muy acusado sobre la parte media del cuello denominado morrillo o cerviguillo. Este engrosamiento es un carácter sexual secundario, ya que solo tienen los machos sin castrar, y hace su aparición a los 2- 3 años de edad. Esta zona está compuesta por un tejido muscular muy retráctil.
Este músculo sostiene el miembro anterior cuando está en movimiento y cuando actúan los dos romboides a la vez, elevan el cuello y la cabeza, lo que requiere una gran potencia.
El riego sanguíneo procede de las ramas de la arteria cervical profunda y dorsal escapular.
La inervación es por los nervios cervicales y torácicos.
Otros músculos a considerar son: el LATISIMUS DORSI, SEMIESPINOSO )EL TORAX Y DE LA NUCA y EL DORSAL LARGO, estos dos últimos son extensores del dorso.
El sitio ideal del puyazo para cumplir fielmente la finalidad de la suerte de varas que señalábamos al principio, sin menoscabar el aparato locomotor, es la parte media del músculo trapecio inmediatamente delante de la apófisis espinosa de la primera vértebra dorsal, de esta manera podemos perforar el trapecio y lesionar la porción funicular del ligamento de la nuca lo que va a contribuir a lograr que el toro baje la cabeza.
También picando en la parte trasera del morrillo, una vez perforado el músculo trapecio, se puede lesionar el músculo ROMBOIDEO lo que va a facilitar que el toro humille.
Hay que tener presente que la puya tiene una gran facilidad para penetrar que no solo se introduzca la puya hasta el tope (8,5 cm.) sino mucho más, por ello cuando el puyazo es trasero y la distancia de los cuerpos vertebrales a la piel es menor, pueden alcanzarse los mismos con la producción de fuertes hemorragias que muchas veces no se exteriorizan sino que pueden incluso afectar al canal medular con compresión de la médula y producción de paresias.
También, si se pica trasero y lateral, la distancia hasta la cavidad torácica es menor y se puede alcanzar la misma lesionando el pulmón con acción perjudicial inmediata sobre el toro.
Cuando se pica en el hoyo de las agujas suele producirse una mayor hemorragia por afectar la puya a las arterias del TRONCO COSTOCERVICAL que tienen un grueso calibre.
La hemorragia, por muy abundante que parezca, no suele afectar a la resistencia del toro ya que la volemia de un toro de 500 kilos de peso vivo es de unos 37,5 litros (75 c.c. por cada kilo de peso) y la sangre perdida en la suerte de varas no suele ser mayor de 3 litros lo que supone menos del diez por ciento de la volemia.
La unión de los miembros anteriores al tronco es una SINARCOSIS O SIN DESMOSIS ya que está formada por músculos de gran potencia. Los principales son los músculos serratos, serrato cervical y serrato torácico que unen el cuello y tronco con la escápula en cuya cara interna y en la parte superior se insertan.
También el músculo romboideo, ya descrito, juega un importante papel en la unión de las extremidades anteriores con el tronco.
El peso del tronco determina que en la parte superior de los miembros anteriores y entre la prolongación del cartílago de la escápula de uno y otro lado quede una depresión que es conocida como "hoyo de las agujas", y que, como antes señalábamos, el picar en ese punto suele producir una mayor hemorragia, que es más intensa a partir de la tercera vértebra dorsal.
Finalmente hemos de señalar que cuando el puyazo se realiza caído, y afecta a músculos inervados por nervios procedentes del plexo braquial que es el responsable de la inervación de todo el miembro anterior. El toro a la salida del puyazo "pierde las manos" y claudica momentáneamente, lo que ha sido muchas veces motivo de su devolución al corral y que puede ser debido a una inhibición nerviosa refleja del plexo braquial de cada lado producida desde el plexo de la extremidad afectada al plexo de la otra extremidad, a través de la médula.
Decíamos al principio que la suerte de varas es una asignatura pendiente de la fiesta. Su importancia se ha venido perdiendo, llegando al Reglamento actual que reduce el número de entradas al caballo a dos, en las plazas de primera, y que como estamos viendo, en el resto de las plazas se cambia el tercio con una sola vara.
Habría que recuperar la suerte en toda su importancia y belleza y para ello proponemos que sea tres, como mínimo, las entradas al caballo. Somos conscientes que no se pueden ordenar tres puyazos por decreto, pero sí se puede propiciar la situación para que el castigo al toro haya que administrarlo en tres puyazos. Para ello el encuentro toro-caballo—picador tiene que ser necesariamente breve y para que sea breve es necesario introducir los siguientes cambios:
El caballo tiene que ser más ligero, el ideal sería el caballo español bien domado. Esto es fácil de conseguir en la actualidad. Hay un buen número de caballos y se doman mas caballos que nunca, por tanto ese problema no existe.
El peto tiene que ser mas ligero, hay que eliminar el faldón actual que se comporta como un muro muy resistente donde se estrella el toro, y sustituirlo por uno menos largo, mas flexible y abierto en los lados, en una palabra, hay que utilizar un peto que permita al toro romanear y al caballo moverse.
También se podría reducir algo el tamaño de la puya.
Con todo esto el encuentro toro-caballo-picador tendría que ser breve por el mayor riesgo al ofrecer menor resistencia por tener menor peso, si bien la mayor movilidad del caballo es un importante factor a considerar.
El picador trataría de frenar al toro, con la vara, antes de llegar al caballo lo que equivaldría a realizar la suerte mejor que hoy, que la mayoría de las veces se deja que el toro llegue al peto y como no hay riesgo de caída por el peso del caballo, se pone la vara sin problema alguno.
También se recuperaría la posibilidad de ver un tercio de quites con intervención de los tres espadas con el mismo toro, que es el toreo verdaderamente competitivo ya que al actuar sobre el mismo toro se aprecian mejor las cualidades y limitaciones de cada torero.


Quizás el texto sea largo y a veces repetitivo, pero son declaraciones y escritos de grandes aficionados a la fiesta (veterinarios en su mayoría), por si a alguien, aún, le cabe alguna duda.
Podría seguir aportando datos hasta el día del juicio final, pero creo que con lo expuesto hay más que suficiente para repetir, hasta la saciedad si es necesario, que la respuesta hormonal medida en el toro lidiado, no tiene rigor científico al estar alterada la transmisión nerviosa por el destrozo que sobre las estructuras de este sistema orgánico produce la suerte de varas, cómo parece llamarse.


Dado que creo que mi compromiso profesional y humano con este debate no debe bajar la guardia he seguido investigando y buscando información fiable. Cómo sé que cuando se busca la verdad normalmente uno da con ella, esta mañana he topado con varios resúmenes de publicaciones ciéntificas de contrastada veracidad. Resulta que en el año 1996 ya se estaban publicando estudios sobre las respuestas del cortisol en los toros lidiados. Os dejo aquí la traducción de unas interesantes conclusiones publicadas en una revista francesa:

"En este trabajo hemos estudiado la activación del eje corticotropo en el toro de lidia después de la corrida, por el cruce de la estimación de parámetros indicadores directos (concentraciones sanguíneas de cortisol y de ACTH) e indirectos (num. De glóbulos blancos, fórmula leucocitaria, glucosa sérica y colesterol suprarrenal). También se ha estudiado la relación entre la activación del eje corticotropo y el comportamiento manifestado por los animales a lo largo del combate. Se han comparado los toros toreados en la feria de San Fermín con los de la feria del Pilar. La diferencia fundamental de estas dos ferias reside en el encierro que solo se practica en Pamplona. La existencia de una respuesta de stress aparece en la mayoría de los toros estudiados por la presencia de signos tanto directos como indirectos de la activación del eje corticotropo. Sin embargo, los toros toreados en Pamplona han tenido una respuesta de stress más intensa. También se ha observado que en Pamplona el porcentaje de animales con caídas es significativamente más débil que en Zaragoza. Una razón de estas diferencias podría encontrarse en el encierro. Éste podría constituir un estímulo previo de la activación del eje corticotropo pudiendo provocar este aumento de la respuesta del eje de cara al stress del combate. Por otra parte, en los toros de San Fermín, se ha constatado una concentración de colesterol suprarrenal más elevada que en los animales del Pilar, esto implicaría una reserva suprarrenal más importante en estos toros y probablemente una mayor capacidad de respuesta de cara a los estímulos stressantes.

Interesante estudio que significaría que los toros que han sido sometidos antes de la lidia a un encierro (cómo es el caso de Pamplona), deberían tener unas tasas de ACTH y de cortisol más altas después de ella, que los toros que no han sido previamente (antes de la lidia) sometidos a esta prueba (encierro). Esto supondría que los toros analizados por el Dr. Illera y que fueron sometidos a un encierro previo deberían tener tasas de ACTH y de cortisol más altas que los que no han sufrido un encierro previo. Desconozco cuantos de estos animales cumplen dicha premisa de los que han sido analizados y si los resultados hormonales relacionados con ellos, corroboran el estudio que he descrito. Además podríamos sacar como consecuencia que el encierro y la lidia actuan como factores sumatorios, de lo que sacaríamos la conclusión de que estos toros sufren mucho más, midiendo dicho sufrimiento a través de los valores hormonales de la ACTH y del cortisol. El Dr. Illera si dice en su estudio que los toros que ha analizado y que no han sido lidiados, sino que simplemente han sido corridos en un encierro, tienen niveles de ACTH y cortisol más altos que los lidiados. De ahí concluye que los toros no lidiados sufren más que los han sido lidiados. Pero, cómo ya he explicado los segundos han sufrido lesiones en su sistema nervioso y los primeros no. ¿Que pasa en los que han pasado por ambas experiencias estresantes? ¿Tenemos datos sobre ellos en el estudio del Dr. Illera? Habrá que esperar a que los datos por el aportados sean científicamente analizados e individualizados.

Sobre el uso, abusos y destrozos causados por las banderillas, lo dejaremos para mejor ocasión.
Seguiremos informando.
















domingo, 14 de octubre de 2007

MÁS DE 50000 LECTURAS Y CASI 40000 ENTRADAS

Desde que abrí este blog (17 de febrero de 2007), son más de 50000 lecturas y casí 40000 entradas las que se han producido.

Debemos añadir las muchisimas que se producen en el blog inicial.



MUCHAS GRACIAS A TODOS.

viernes, 12 de octubre de 2007

SOBRE EL DOLOR: ÚLTIMOS AVANCES

Recorte de prensa, healthfinder.gov (2007-09-27) <>
Un estudio busca el "localizador del dolor" en el cerebro.
Un estudio reciente halla que varias regiones del cerebro están involucradas en la determinación de la ubicación del dolor. El hallazgo, publicado en el Journal of Neuroscience por investigadores de la Facultad de medicina de la Universidad de Wake Forest, podría conducir a mejores métodos para tratar el dolor.
En muchos casos, resulta difícil para los pacientes determinar la ubicación real del dolor, anotaron los investigadores. Por ejemplo, el dolor por la lesión de un nervio se siente a menudo en áreas del cuerpo diferentes al lugar donde se encuentra en realidad la lesión. También, una lesión en un lado del cuerpo puede causar dolor en ambos lados del mismo.
"La comprensión científica de los aspectos espaciales del dolor está tan limitada que los pacientes con dolor generalizado podrían ser enviados al psiquiatra en vez de a una clínica para el dolor", dijo en una declaración preparada el neurocientífico Robert Coghill, investigador principal del estudio.
"Este estudio amplía nuestra noción sobre el lugar del cerebro donde se procesa el componente 'dónde' del dolor, y no es tan sencillo como creíamos. Los mecanismos del cerebro que procesan la ubicación del dolor parecen ahora bastante similares a los que procesan la ubicación de la audición y la visión", dijo Coghill.
En este estudio, los investigadores utilizaron la imaginología por resonancia magnética funcional (IRMf) para observar la actividad cerebral en 12 personas sanas, de 22 a 39 años, a la vez que se dirigían dispositivos de calor a puntos específicos de las piernas.
Durante mucho tiempo se ha creído que unas cuantas regiones del cerebro, incluida la corteza somatosensorial primaria, están involucradas en la determinación de la ubicación del dolor. Pero este estudio halló que otras áreas del cerebro, conocidas como el sistema medial del dolor y que se pensaba estaba involucrado en los aspectos emocionales del dolor, también son usadas para determinar la ubicación del dolor.
"Este hallazgo fue sorprendente. El dolor no se comprende bien, y se necesitan mejores tratamientos. Este cambio de dirección será importante para guiar la investigación y los tratamientos hacia la dirección correcta", aseguró el autor del estudio, el Dr. Yoshitetsu Oshiro, en una declaración preparada.

¿ Por qué algunas personas son insensibles al dolor?
"Tengo superpoderes", le susurra la niña Megan a su doctora en un episodio del programa de televisión Grey´s Anatomy. Ésa es la lógica de la niña al porqué es capaz de soportar heridas profundas y golpes con un bate de beisbol, sin sentir dolor. De hecho, Megan tiene un raro desorden genético que la vuelve insensible al dolor. Aunque su personaje es ficticio, su problema es real. Alrededor del mundo cientos de personas sufren de esta anormal enfermedades que los hace incapaces de sentir dolor desde que nacen. Recientemente se descubrió un nuevo tipo de este desorden entre personas de Pakistán del norte. Ahí, los científicos encontraron el gen mutante responsable de esta condición. El estudio, publicado en la revista Nature, podría ayudar a los científicos a comprender mejor el funcionamiento del dolor y así desarrollar nuevos analgésicos con menos efectos secundarios.
Gen defectuoso
Aquéllos que nacen sin sensación de dolor son el clásico caso del desorden de insensibilidad congénita al dolor con anhidrosis (ausencia de sudor). Generalmente estos pacientes padecen de una variedad de enfermedad que incluyendo un leve retraso mental. Sólo un puñado de enfermos son como el personaje de Megan: no tienen ningún otro síntoma además de la ausencia del dolor.
Los investigadores descubrieron la última versión del desorden cuando encontraron a un joven artista callejero en Pakistán. "Lo encontraron en el mercado, clavándose dagas en los brazos", dijo John Wood, un profesor de la Universidad College London de Inglaterra y miembro del equipo de investigación. Al platicar con los lugareños, los investigadores pudieron encontrar otras seis personas, de tres familias de la misma región, que también tenían la misma enfermedad.
Estas personas podían sentir frío, calor y presión, también podían diferenciar los objetos filosos al rozarlos con la piel. Se estimó que todos tenían al menos una inteligencia promedio. Pero ninguno de ellos sentía dolor.
Aunque todos los miembros afectados tienen mutaciones en el mismo gen, sorprendentemente las familias no están emparentadas. El gen culpable codifica una proteína que forma parte del canal que le permite a las partículas cargadas eléctricamente cruzar por la superficie de las neuronas, o células nerviosas. "Este canal es esencialmente crucial para la percepción del dolor", explicó Wood.
El estudio demostró que la mutación detiene el funcionamiento de la proteína. Al parecer esto impide que cierto tipo de células nerviosas, encargadas de informarle al cerebro cuando hay dolor, mandes las señales pertinentes.
Aprender con ejemplos
La infancia temprana puede resultar peligrosa para personas con insensibilidad total al dolor. Son capaces de morder repetidamente sus lenguas y dedos mientras les salen los dientes, o picarse los ojos, e incluso sufrir heridas graves sin darse cuenta. Las seis personas del estudio de Nature tenían heridas permanentes en los labios y lenguas causadas por morderse cuando estaban pequeños.
El niño que encontraron en Pakistán murió al arrojarse desde una casa antes de cumplir 14 años. Sin embargo quienes padecen este problema pueden aprender eventualmente a evitar algunas cosas sin la necesidad de tener el dolor como guía.
Paola Sandroni, neuróloga de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, y quien no colaboró en la investigación, tuvo un paciente con un desorden casi idéntico al de los sujetos de Pakistán. El paciente era muy inusual, pues tenía 20 años cuando le diagnosticaron un desorden nervioso.
Cuando era niño se quejaba con su madre de que algunos niños lo molestaban y herían sus sentimientos. Lo que no mencionó fue que también le habían roto el brazo. Eventualmente "aprendió a utilizar su intelecto, y encontró la experiencia necesaria al observar a los demás", manifestó Sandroni.
En una ocasión el paciente se electrocutó mientras trabajaba con unos cables. "Su brazo saltaba para todos lados, y él no sintió nada. De hecho, pensó que era algo muy gracioso... luego dijo: 'tal vez no debería de estar tocando estos cables'. Así que quitó la mano de ahí y notó que se había quemado" agregó Sandroni.
Cuando Sandroni reportó el diagnóstico a principios de este año, no encontró otros reportes con pacientes con los mismos síntomas. Pero los nuevos casos en Pakistán son muy similares, concluyó.
¿Tendrán los toros de lidia esta increible cualidad?

viernes, 5 de octubre de 2007

MÁS DE LO MISMO OCHO MESES DESPUÉS...

Lo he recibido por e.mail, desde Asanda. Al parecer en la facultad de veterinaria de Murcia el 4 de octubre, y en una conferencia el Dr. Illera, continua reafirmandose en sus teorias:
Copio y pego lo que me han enviado:

Profesor Illera dice toros sufren menos estrés en lidia que camino matadero

(jueves 4 de octubre, 10:29 AM)

Murcia, 4 oct (EFE).- El estrés que sufre el toro durante la lidia "es muy inferior" al que padecen las reses de vacuno cuando son trasladadas al matadero, según indicó hoy en Murcia el profesor de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid Juan Carlos Illera del Portal.
El profesor Illera del Portal, que intervino en los actos organizados por el Colegio de Veterinarios de Murcia con motivo de la festividad de su patrón, San Francisco de Asís, añadió que "ello es debido a que a lo largo de la lidia libera unas hormonas que bloquean los receptores del dolor".
El conferenciante comentó también que el análisis de los cinco mil toros y novillos estudiados por el equipo de investigación del que forma parte ha permitido concluir que las reses que son transportadas al matadero sufren un estrés que es cuatro o cinco veces superior al del astado en la plaza.
El estudio, dijo, ha permitido averiguar también que la situación estresante de los toros que participan en los espectáculos de recortadores, en los que no se les da muerte, y en las corridas que se celebran en Portugal, que son sacrificados al día siguiente, es en los dos casos superior al de los toros durante la lidia y muerte en la forma que se da en España, Francia y América.
Al salir al paso de algunas interpretaciones incorrectas de su teoría, "que me han valido más de un correo amenazante", dijo que "yo no digo que el toro no sufra, porque el sufrimiento conlleva un componente emocional que no se puede medir, sino que el estrés que sufre es muy inferior".
Dentro de las actividades programadas por el Colegio de Veterinarios, que se celebraron en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia, se celebró también una mesa redonda con la participación del torero Pepín Liria, del ganadero José Luis Algora, gerente del hierro Partido de Resina, y del veterinario del coso de Murcia Juan Seva.
En la tertulia, moderada por el crítico taurino Pepe Castillo, los tres se mostraron optimistas con respecto al futuro de la Fiesta, y señalaron que las críticas contra la misma "están condenadas al fracaso.

Bueno, el número de toros analizados, de repente se ha hecho infinitamente mayor, aunque podría se un error del periodista de la agencia EFE.
Menos mal que ahora el Dr. Illera introduce el componente emocional, del que yo llevo hablando desde el mes de febrero.
Tan sólo un apunte más: Las interpretaciones erróneas, PARA MI, las hace él, partiendo de los propios resultados que ha obtenido en su estudio. Sigue olvidandose de la integridad del sistema nervioso, condición indispensble para valorar la respuesta hormonal ante el estrés, que no se da en el toro lidiado y sí en el transportado y en el recortado.

martes, 2 de octubre de 2007

EL DÍA 18 DE OCTUBRE ESTAREMOS EN EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

El jueves 18 de octubre, a las 10:30h de la mañana, vamos a celebrar una Jornada Parlamentaria contra el maltrato animal y la tauromquia, en la Sala de Columnas del Congreso de los Diputados.
El acto, organizado junto a las organizaciones animalistas y ecologistas más importantes del país, constará de una primera parte, con las intervenciones de varios ponentes comprometidos con los derechos de los animales. Hasta hoy, tenemos confirmación de: Lucía Etxebarría (escritora), Alberto Vázquez Figueroa (escritor), Rosa Montero (escritora), Ruth Toledano (poeta y periodista), Jorge Riechmann (escritor), Joaquín Araujo (escritor y naturalista) y los dos diputados de LOS VERDES, Francisco Garrido y Joan Oms.
La segunda parte consistirá en la presentación de un manifiesto, que será firmado por las organizaciones animalistas y ecologistas presentes. Para la lectura de dicho manifiesto, está confirmada la participación de Liberto Rabal (actor), Adriana Davidova (actriz), Juanma Bajo Ulloa (director de cine), Mayte Martínez (atleta).
La entrada al evento, por la esquina de C/ Cedaceros, será libre a todo aquel que esté interesado, siempre y cuando se lleve consigo el DNI. Sin embargo, para evitar colas en el acceso, sería aconsejable que confirmaran asistencia, enviando un correo con los nombres y números de DNI, de las personas que van a venir, a este mismo correo o a losverdescongreso@gmail.com
Cartel disponible:
http://verdes.es/imagenes/imagenes1/Cartel%20Jornada%20DFS.jpg http://www.losverdesdeasturias.org/weblog/wordpress/?p=510
Agradeceríamos la máxima difusión de este evento.
Saludos, ana.puig@gps.congreso.es 91 390 60 73