Copio y pego de un informativo taurino:
Existen PRUEBAS de CAMPAÑA ANTITAURINA
Extra 19/02/07 (20:11)
No hay que ser muy listos para afirmar que la Ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, está trabajando de forma directa en una campaña en contra de la fiesta de toros. Más aún, está allanando el camino de una acción política a través de mensajes reiterados y en progresión de contenidos antitaurinos. Presenciamos entonces, sin lugar a ningún género de duda, una campaña política antitaurina, la primera en la historia de la democracia, de cara a las próximas elecciones legislativas. Así de claro lo ha dejado la Ministra en rueda de prensa celebrada hoy: en el próximo debate electoral a lo mejor algún partido incluye en su programa una legislación contraria al toreo.
Para quien, por afinidad política o cerrazón, o por mera incredulidad, no constate esta nueva situación política, destaquemos los componentes e ingredientes que cualquier manual de sociología política describe como componentes de una campaña. En primer lugar la ausencia de necesidad del mensaje que se envía a la opinión pública: sin haber debate social o urgencia vital sobre la fiesta, la Ministra no cesa en sus opiniones contrarias al espectáculo.
Segundo: la elaboración planeada y planificada de un discurso antitaurino cada vez más evidente en su finalidad o meta: primero fue la opinión "personal" sobre la no idoneidad de la muerte del toro en la plaza, luego sus artículos de opinión "personales" sobre la Fiesta en diarios nacionales, luego, ahora, la amenaza: legislar en un futuro próximo (en éstas o sucesivas legislaturas) contra los toros. Todo ello amparada en la "mayoría de la sociedad", en la "evolución" de la misma y, ahora, en una supuesta encuesta. (Lo de menos es la encuesta, lo demás, su utilización).
Tercero: la utilización de distintos contextos o momentos para lanzar su mensaje en crecimiento antitaurino: una cena de Navidad, una reunión informal, una rueda de prensa que nada tiene que ver con la fiesta de toros.
Siempre con el común denominador de aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid y sin que nadie, jamás, haya preguntado por cuestión tan importante para la Ministra. Sumamos los tres ingredientes y es fácil deducir con mínimo margen de error que asistimos a una campaña antitaurina.
¿Por qué?. ¿Acaso el PSOE va a introducir un contenido antitaurino en su próximo programa electoral? Sinceramente, no parece que sea lo más lógico, aunque todo es posible. Más bien obedece esta campaña a la apertura de puertas o allanamiento del camino a las fuerzas minoritarias que apoyarían al gobierno del PSOE tras las próximas legislativas. Si miramos alrededor, un partido, la Esquerra Republicana de Cataluña, más el grupo de Los Verdes (incluidos en las listas de grupos de la izquierda política) serían los que podrían incluir el debate sobre el toreo en sus próximos programas electorales.
Un debate que se pondría en práctica con el futuro gobierno, al menos en un paso hacia delante. En una avanzada del denominado "progresismo" frente a lo no progresista. Un planteamiento de cortijo, cateto y rancio, obsoleto y zafio, hipócrita y perverso, sin duda. Pero deseado por sus coaligados futuros. Es curioso que la señora Ministra plantee la fiesta desde el punto de vista de las sociedades avanzadas y las morales desarrolladas. Lo es porque justo al norte, en el país de la Revolución de las Revoluciones, en el país origen de las Revoluciones Atlánticas y las emancipaciones de los pueblos, en el país pionero en leyes de defensa de los animales, en Francia, este planteamiento provocaría una carcajada. Sonora.
El mensaje de primaria o parvulario de la Ministra sitúa a nuestra clase política en el lugar más bajo de su argumentación o discurso. Sin ir más lejos, el conservador Sarkozy y la socialista Royal, candidatos ambos a la Presidencia en París, se dejan ver sin prejuicios en los cosos taurinos por dos cuestiones de modernidad mental y saneada: la primera, que se trata de un gusto o afición del ámbito privado. Segundo: que en Francia la legislación es clara y evidente. Pero esto merece otro Dardo: cómo se puede mentir sin mentir sobre la posibilidad (imposibilidad) de hacer una ley estatal en contra de los toros. Porque, lo peor del asunto, es que no se puede. Aunque se amenace.
Sin comentarios. Gracias señora Narbona, y no amenace (?), actue.
2 comentarios:
Por mucho que algunos opinen que es una fiesta nacional, bla, bla, bla, a mí me parece que la ministra tiene toda la razón del mundo. Vale, sí soy muy roja, hasta la médula, y?
Soy estudiante de Veterinaria y una de las cosas que nos dicen a menudo es que por encima de todo está el bienestar animal. El pobre toro no tiene la culpa de que muchos humanos sean unos sádicos, por lo que no es justo que sean ellos los que lo paguen. Ojalá prohiban esta "fiesta" por muy española que sea, es preferible que nos conozcan por la gastronomía y las playas, no?
Además, se supone que el asesinato y la tortura están prohibidos, por qué hacer una distinción en el ruedo?
Completamente de acuerdo. Nos asustamos cuando vemos gladiadores matándose en películas sobre la antigua Roma, parece que en España se pasó de eso a la lucha (muy desigual e injusta) entre hombres y toros, patos, cabras y todo pobre ser viviente que se les cruce.
Machismo y virilidad = homosexualidad no aceptada
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