sábado, 22 de septiembre de 2007

EL TORO DE LA VEGA: "LAS RAICES DE UN PUEBLO"







Hace pocos días, concretamente el 11 de septiembre, se celebró en Tordesillas (Valladolid), una "burrada" que llaman Torneo, en el que unos cuantos humanos -dicen y será verdad, que miles- armados con lanzas, unos a pie y otros a caballo, persiguen a un toro bravo, de unos 6oo kilos a campo abierto, para que el destino, si es que toca, conduzca a uno de ellos a dar muerte al animal, para su gloria. Según dice la tradición (vaya palabrita que se usa para un roto y un descosido), el toro tiene la posibilidad de salir airoso de tan "igualitario" enfrentamiento, si es que consigue llegar a un determinado lugar. Evidentemente, no le han explicado nunca en donde se ubica la salvación, ni le han dado una brújula para que lo encuentre. Dicen que alguno se ha salvado, y que otros, a pesar de llegar, murieron después a causa de las heridas producidas por las lanzas. ¡Hasta tres veterinarios he leído en algún sitio, que se afanaron por salvarle! ¡Que gran corazón el de algunos compañeros de profesión! Debía ser que casualmente pasaban por allí o que quizás en el torneo de Tordesillas, sea obligatoria la presencia de una UVI móvil veterinaria. En cualquier caso es una norma de obligado cumplimiento socorrer a un animal herido, y si te pagan por ello, supongo que aún es más obligatorio.
He entrado a leer con alguna frecuencia la web dedicada al toro de Tordesillas. He intentado copiar y pegar algunos párrafos de lo que allí se escribe, pero no sé por qué razón no puedo hacerlo. He decidido pues, transcribir un texto que allí se encuentra para ver que os parece.
Dice así:
"El inmemorial Torneo del Toro de la Vega es el hecho anualmente por los hombres y mujeres que voluntariamente lo desean, para examinar su estado anímico y físico, sometiendose en diferentes niveles al enfrentamiento con el toro".
"Es costumbre inmemorial, práctica consciente antropológica, patrimonio común y bien público".
"Es un hecho de plena civilización en atención a estar normalizado por la costumbre resumir el modo de pensar de un pueblo y ser de grandiosa utilidad a todos y cada uno".
"Tiene sus orígenes en los antiguos ritos solares celtibéricos. Evoluciona a lo largo de la historia tomando carácter de torneo, por causa de discurrir paralelamente a la formación del modo caballeresco del ser castellano y de la hidalguía tordesillana.

Existe en internet amplia información sobre el festejo en cuestión, pero según vas leyendo lo que allí se encuentra, te das cuenta, por fortuna, que son muchos más sus detractores que sus defensores. A lo largo de la entrada, iré haciendo mención a lo más interesante que vaya encontrando. Yo pienso que examinar mi estado anímico y físico, enfrentándome a un toro, no deja de ser algo de muy difícil entendimiento. Casi sería más cómodo ir al psicólogo, por lo psíquico, y al gimnasio por lo físico. Pero bueno, será un mensaje con un fondo tan profundamente filosófico, que mis cortas entendederas son incapaces de captar. Resulta "curioso" que en la ¿medieval? web del Toro de Torsedillas, no aparece ni una sola foto del toro alanceado con las lanzas clavadas. Pensar que es de gran utilidad para todos la celebración de un acto tan bárbaro, que no olvidemos tiene su origen en los celtas, pues ya cuadra un poco más. En cuanto al tema de los hidalgos y los caballeros, pues nada que decir, porque realmente me importa un pimiento. Desde luego ninguno de los arquetipos de los que se habla en el texto que he copiado y pegado, tienen para mi ninguna actualidad, y tampoco me interesa buscar mis raíces en algo tan sublime.

Desde aquí, puedes presentar tu protesta.

Lo que escribió Arturo Peréz Reverte, sobre el Toro de la Vega en el año 2003:
"Sobre la chusma y los cobardes"
Se me han cabreado unos vecinos de Tordesillas porque el otro día califiqué de chusma cobarde a la gente que se congrega cada septiembre para matar un toro a lanzazos mientras la junta de Castilla y León, pese a las protestas de las sociedades protectoras de animales, mira hacia otro lado y se lava las manos en sangre, con el argumento de que se trata de una tradición y un espectáculo turístico. No sé si es que los llamara chusma o los llamara cobardes, o las dos cosas, lo que pica el amor propio de mis comunicantes. El caso es que se dicen «lanceros de Tordesillas, y a mucha honra», y preguntan cómo yo, que alguna vez he escrito que me gusta asistir de vez en cuando a una corrida de toros, me atrevo a hablar así de lo que desconozco, o sea, de «un duelo atávico y mágico, un combate de la bravura contra la inteligencia, un ritual de valor y de bravura que se celebra desde tiempo inmemorial». Exactamente eso es lo que dicen y lo que preguntan. Así que, con el permiso de ustedes, se lo voy a explicar. Despacito, para que me entiendan.
Amo a los animales. Por no matarlos, ni pesco. Tengo un asunto personal con los que exterminan tortugas, delfines, ballenas o atún rojo. También prefiero una piara de cerdos a un consejo de ministros. Creo que no hay nada más conmovedor que la mirada de un perro: mataría con mis propias manos, sin pestañear, a quien tortura a un chucho. Sostengo que cuando muere un animal el mundo se hace más triste y oscuro, mientras que cuando desaparece un ser humano, lo que desaparece es un hijo de puta en potencia o en vigencia. Eso no quiere decir, naturalmente, que caiga en la idiotez de algunas sociedades protectoras de animales que dicen que cargarse a un bicho es un acto terrorista. Incluso, como apuntaban mis comunicantes, cada año voy un par de veces a los toros. Cada cual tiene sus contradicciones, y una de las mías es que me gustan el temple de los toreros valientes y el coraje de los animales nobles. Es una contradicción -tal vez la única, en lo que tiene que ver con los animales- que asumo sin complejos; y sólo diré, en descargo, que nunca me horroricé cuando un toro mató a un torero. Al torero nadie lo obliga a serlo; y a cambio de jugarse la vida, gana dinero. Si no murieran toreros, cualquier imbécil podría estar allí. Cualquier cobarde podría dárselas de matador de toros. Cualquier mierdecilla podría justificar por la cara, sin riesgo, su crueldad y su canallada.
Yo he visto matar. Con perdón. Matar en serio. He visto hacerlo de lejos y de cerca, a solas y en grupo, y me he formado ciertas ideas al respecto. Una de ellas es que degollar y cascar tú mismo, cuando toca, forma parte de la condición humana; y que son las circunstancias las que te lo endiñan, o no. También tengo una certeza probada: muy pocos son capaces de matar cara a cara, de tú a tú, jugándosela sólo con su inteligencia y su coraje, si alguien no les garantiza impunidad. Recuerdo a verdaderas ratas de cloaca, incapaces de defender a sus propios hijos, enardecerse en grupo y gallear, pidiendo sangre ajena, cuando se sentían respaldados y protegidos por la puerca manada. Conozco bien lo miserable, cruel y violento que puede ser un individuo que se sabe protegido por el tumulto. También leo libros, vivo en España, conozco a mis paisanos, y sé que para linchar y apuñalar por la espalda, aquí, somos unos artistas. Lo hacemos como nadie. Por eso, que media docena de tordesillanos, o más, se quejen porque a estas alturas de la feria me asquea lo del toro de la Vega y me cisco en los muertos de los lanceros bengalíes, me tiene sin cuidado. Lo dije, y lo sostengo. Llamar combate, torneo y espectáculo de épica bravura a miles de fulanos acosando a un animal solitario y asustado, y después tratar de héroes a una turba enloquecida por el olor de la sangre, que durante media hora acuchilla hasta la muerte al toro indefenso, refugiado en un pinar, y que luego salga la alcaldesa diciendo que «el combate fue rápido y ágil», y que el Aquiles de la jornada, o sea, el cenutrio que le metió el primer lanzazo, alardee, como el año pasado, de que «el toro estaba a la defensiva y se escondía en los arbustos, así que era difícil alancearlo», es un sarcasmo, una barbaridad y una canallada. Se pongan como se pongan. Al menos, en las plazas de toros el animal tiene una oportunidad: empitonar a su verdugo, de tú a tú. El consuelo, tal vez, de llevarse por delante al cabrón que lo atormenta. Así que, por mi, todos los heroicos lanceros de la Vega pueden irse a hacer puñetas."

Los "animalitos" impiden la grabación de Tele 5. (2007) ¿Que tendrán que ocultar? Si tan sólo están buscando sus raices.

MÁS SANGRE
Rosa Montero
EL PAÍS. Martes, 14 de septiembre de 2004
Intenten visualizar una lanza con una ancha hoja alveolada de 33 centímetros de longitud. Es un arma terrible cuya visión produce espanto. Ahora imaginen a una horda de energúmenos enarbolando esa cuchilla atroz y acosando a un toro al cual hieren, pinchan, tajan y alancean atropelladamente, allí por donde atinan a hincarle el hierro.
Ha habido lanzas que han atravesado el cuerpo del animal, que aún ha seguido corriendo despavoridamente durante media hora más, con el asta deshaciendo sus entrañas. Porque son criaturas fuertes y, para su desgracia, aguantan el inaguantable sufrimiento durante mucho tiempo. Al final, el 'vencedor' le corta el rabo, a veces con el toro todavía vivo, y cuelga el triste despojo de su lanza, ufano de ser verdugo y matarife. Todo este sadismo, que parece salido de una película de psicópatas, es una pálida descripción de un hecho real: del Toro de la Vega, en Tordesillas. Los partidarios de esta monstruosidad sostienen que es una fiesta, y llevan a sus niños a verla y aplaudirla, y celebran la lenta sesión de tortura cada año.
Hoy es ese día infamante; mientras están leyendo este artículo tal vez el pobre bicho esté siendo martirizado por una docena de lanzas.En mayo de 2003, el Procurador del Común (el Defensor del Pueblo) de Castilla y León sacó dos resoluciones calificando muy duramente "la crueldad del espectáculo". Poco después de la matanza del año pasado, y ante el escándalo y el asco general que esta atrocidad siempre produce, el Ayuntamiento de Tordesillas y la Junta de Castilla aceptaron las resoluciones del Procurador para "humanizar" el espectáculo, y el Ayuntamiento se comprometió a reformar las bases del torneo. Pero las bases no han sido reformadas y los hierros están desgarrando una vez más las carnes del toro.Pobre Tordesillas, una ciudad tan bella y con tan larga historia, de la que hoy sólo sehabla por las salvajadas que cometen unos cuantos cientos de salvajes. Y pobres todos nosotros, que en este mundo agónico y feroz, tan anegado de sangre, seguimos permitiendo esta orgía de sufrimiento y crueldad, esta enfermiza celebración festiva que añade un dolor innecesario al dolor insoportable de la vida.

Rosa Montero
LOS ASESINOS TORDESILLANOS-2005
Las fiestas mayores de Tordesillas se celebran la segunda semana de Septiembre. Se hacen en honor a Nuestra Señora la Virgen de la Peña, patrona de la Villa y Tierra de Tordesillas. El día más sangriento es el martes, cuando se corre el famoso "Toro de la Vega". Este tradicional espectáculo taurino viene celebrándose desde hace siglos. El Toro de la Vega es, además, la pervivencia de uno de los rituales taurinos más antiguos y únicos de España: El Alanceamiento del Toro, una suerte que era la estelar del torneo antes de la introducción de las corridas en el siglo XVIII. Para ello se pone mucho cuidado en escoger un buen ejemplar, de por lo menos 500 kilos de peso y varios años de edad que además haya procreado, y desde luego, tenga estampa.
Hacia las 11 de la mañana del martes, da comienzo el Toro de la Vega, tradicionalmente en la Plaza Mayor ( aunque actualmente se hace desde una calle cercana - la de San Antolín ). Desde allí va haciendo el recorrido tradicional por las calles de la villa hasta el puente. Atravesando el puente, el toro se enfrenta a su suerte. Al otro lado le esperan caballistas y peones provistos de lanzas que no pararán hasta matarle a través de un espacio acotado de la amplia vega que se extiende al otro lado del río. Este Torneo se rige actualmente por unas normas establecidas por el Ayuntamiento de Tordesillas, que básicamente consisten en la prohibición de intentar abatir el toro hasta que no llega a una zona delimitada a tal efecto y la total prohibición del uso de cualquier vehículo a motor en la zona del Torneo.
El mozo que haya conseguido darle al lanzazo mortal tiene el derecho de arrancar los testículos al toro y mostrarlos orgulloso en el extremo de su pica.(Desde hace varios años, esto último no se permite, aunque algunos bestias lo intenten). El Ayuntamiento otorga al ganador una insignia de oro y le obsequia con una lanza de hierro forjado. " Cada año, en Septiembre este pasado, se perpetró, un año más, una de las mayores bestialidades del reino de España: el Toro de la Vega de Tordesillas. Es una de esas salvajadas repetitivas a la que los energúmenos llaman pomposamente "tradiciones", otorgando a la palabra un carácter sacrosanto. Pero el circo romano también fue una tradición centenaria en nuestro país, y desde luego ha sido de lo más tradicional, durante siglos, el poner a los "herejes" en la picota. Sólo que, por fortuna, la sociedad ha superado esa barbarie.
Sin embargo, y para nuestra vergüenza, todavía existe el Toro de la Vega, una "fiesta" consistente en que más de cien lanceros acosan al animal por el campo dándole lanzazos, hasta que el pobre bicho, chorreando sangre, acribillado, con la carne hecha piltrafas por las puñaladas presurosas, se derrumba sin fuerza, momento en que se supone le dan la puntilla y le cortan los testículos. Esto último, a menudo, cuando aún está con vida, como han asegurado testigos presenciales. Es una tortura lenta, vociferante y tumultuosa, una sádica diversión de matarifes. Y a este horror sin nombre llevan a los niños para que aprendan.
Esta indecencia lleva celebrándose unos tres siglos, aunque fue prohibido varios años, pero lo más inconcebible es que era ilegal hasta que la Junta de Castilla y León la legitimó en 1999. Lo cual ya me parece el colmo del reaccionarismo y la burricie política. La Asociación Nacional para el Bienestar Animal ha pedido al menos la "humanización de la fiesta", y ha entregado como prueba un documento en el que el Ayuntamiento de Tordesillas solicitaba que se permitiera el Toro de la Vega, prometiendo que la humanizarían y que y que no herirían ni golpearían al toro de ningún modo. Luego ellos mismos han admitido que la tradición no exige el alanceamiento del
animal. Por otra parte, no hay tradición que valga frente a una crueldad tan monstruosa que contraviene toda la legislación vigente (incluido el reglamento taurino), además de la compasión y cordura. Pobre Toro de la Vega (y otros toros que como en Arcos de la Frontera, Coria, etc., corren la misma suerte) que huele a dolor y sangre en esta España tenebrosa e inmovilista.


Algo de historia sobre el Toro de Tordesillas o la busqueda de sus raíces:
El Toro de la Vega
El festejo conocido como Torneo del "Toro de la Vega", es un exponente más de la tradición taurina de España. El Torneo estriba en la suerte de medir las fuerzas entre un hombre y un toro sin despuntar, de entre 500 y 600 kg. de peso y entre 4 y 7 años de edad, de acuerdo con los cánones establecidos, transmitidos oralmente de generación en generación y que en síntesis son que sólo puede alancearse al toro dentro de los límites establecidos, de forma que nadie puede molestar al toro, ni antes de entrar, ni después de salir de los límites, y que si el toro logra rebasar los límites sin que el torneante le haya alcanzado, se le dará como vencedor del torneo; que el torneo se debe celebrar en campo raso, estando prohibido cualquier tipo de vehículo; y que ambos, toro y torneante, deberán estar en igualdad de condiciones, el toro con sus defensas naturales, y el torneante, bien a pie o a caballo, provisto únicamente de una lanza.
Para intentar explicar lo que representa el denominado "Toro de la Vega" y por qué de forma continuada todos los años se celebra este festejo, es necesario remontarnos a tiempos remotos. Al igual que ocurría en la mayoría de las ciudades y villas castellanas, las fiestas de toros, quizá por su carácter social, político y a la vez religioso, sobresalieron en Tordesillas, desde tiempo inmemorial, sobre todas las demás diversiones. En las numerosas visitas reales a Tordesillas y otros acontecimientos importantes era costumbre celebrar diversos festejos taurinos, desde encierros, alanceamientos, toros enmaromados o embolados, hasta despeñamiento de toros y otras muchas variedades. Uno de los festejos de más honda raigambre, era el de aquellas lizas que frente a un astado, se verificaban en los cosos que más tarde habrían de convertirse en las plazas de toros actuales.
De todas ellas, según cuenta L. Ortiz Cañabate, había "una suerte de lanzada a pie, muy celebrada por el público consistente en aguardar la acometida del toro, un peón rodilla en tierra, en que el valor de una parte y la codicia de otra, movían a ejecutarla".Tordesillas, al igual que otros pueblos no sólo españoles sino también franceses, portugueses y de la antigua Creta, ha tenido en la figura del toro el punto de referencia donde depositar sus alegrías y sus frustraciones. Sin embargo la singularidad de Tordesillas reside en que en esta villa castellana se sigue manteniendo un festejo que, a pesar de los inevitables cambios introducidos en su desarrollo y a pesar del giro cultural acaecido en la propia sociedad a través de los años, conserva unas seña de identidad propias que le identifican como el más antiguo vestigio de las fiestas de los toros. Y esas señas de identidad que se mantienen en su mayor pureza por los actuales vecinos de la villa, hacen del Torneo del Toro de la Vega un referente antropológico fundamental.
Según algunos investigadores, el origen del torneo podría retrotraerse al año 1355, cuando Pedro I de Castilla, debido a la alegría que le causó el nacimiento de su hija Isabel, por Real Ordenanza, decretó que los torneros que se venían celebrando en el recinto de las plazas, lo fueran en lo sucesivo al aire libre, terminando la justa con el despeñamiento de un morlaco, distinguiéndose, más tarde en este peligroso juego el Condestable de Castilla D. Álvaro de Luna, durante el reinado de Juan II.Sin embargo, la primera referencia escrita en la que se mencionan toros en la Vega aparece en el año 1534 en el libro de la Cofradía del Santísimo Sacramento de Santiago Apóstol de Tordesillas, en el que se lee: "tubo sus festexos de toros, con dos toros por la mañana a la Vega y seis por la tarde". En los antiguos libros de actas siguen apareciendo noticias de este festejo. Así, en un libro de visitas de la iglesia de San Pedro, que da comienzo en 1555 y que firma el Visitador del Gremio, D. Gabriel Sánchez de León, de la Universidad de Salamanca, el día 26 de agosto dice: "respecto de estar informado que en esta Villa hay muchos sacerdotes que con hábitos indecentes y bara larga salen a caballo assi por las calles como por el campo, ... mandó S.I. que de aquí en adelante ninguno que esté ordenado de Orden Sacro salga en dicha forma ni de otra a correr los toros dichos" Y al margen de este mandato número 12 dice: "Que no salgan los sacerdotes con bara larga a los toros de la Vega".Posteriormente y ya en el año 1642, se encuentra una cita que habla de un solo toro en la Vega: "El día 3 de agosto fue una fiesta sagrada... el día siguiente hubo 6 toros con sus toreros… uno por la mañana a la Vega con sus clarines..."D. Eleuterio Fernández Torres, en su Historia de Tordesillas, publicada en 1905, hablando de los festejos que en honor de la Virgen de la Peña dedica la Villa a su patrona, afirma: "Esto me induce a creer que esta fiesta (el "estradillo") es relativamente moderna, no remontándose mas allá de los primeros años del siglo XIX o cuando menos a últimos del XVIII, no quedando de la antigua fiesta mas que el "Toro de la Vega", al que en lugar de despeñarle por la vertiente que había desde el mirador de los pobres al río Duero, se le da suelta para alancearlo al campo libre". Queda pues suficientemente demostrada la antigüedad del festejo del "Toro de la Vega", y desde entonces en el marco grandioso de la vega del Duero, el martes siguiente al 8 de septiembre, festividad de la Virgen de la Guía, a las once en punto de la mañana, sale cada año de la Plaza Mayor, o en la actualidad desde la calle de San Alntolín, un hermoso toro, que tras cruzar el puente medieval sobre el río Duero llega en pocos segundos al aire libre de los prados, al lugar del torneo, a la vega tordesillana.
La tradición exige que la lidia se desarrolle según determinados cánones, y estos cánones han sido recopilados y actualizados por el Ayuntamiento de Tordesillas, que aprobó en su día unas Ordenanzas o Normas de obligado cumplimiento para participar en el Torneo. A modo de muestra, reproducimos literalmente algunos de los artículos de dichas ordenanzas:
Art. 28.- El alanceamiento del toro, deberá ser a cuerpo limpio, sin ningún tipo de engaño y en la salida o huída del lancero no deberá haber ninguna defensa u obstáculo artificial que beneficie al lancero para su posible cobijo.
Art. 29. – Se intentará el orden en la lidia, respetando al primer lancero que haya osado alancear al toro. El vencedor será el que procure al toro la lanzada más certera, valiosa y grave. Siempre bajo la idea de que lo más importante es la calidad y no la gravedad de dicha lanzada.
Art. 30. – Queda terminantemente prohibido alancear premeditadamente al toro con el fin de no matarlo, sino mermarle sus facultades físicas. Si así ocurriera, el jurado emprenderá las medidas necesarias sobre dichos lancero.
Art. 31. – Queda terminantemente prohibido alancear al toro después de haber doblado, respetándolo así hasta su muerte.
Art. 32.- En el lugar de la muerte habrá una persona cualificada para apuntillar al toro.
Art. 41. – Ningún lancero sea de a pie o de a caballo deberá arrojar la lanza al toro con la intención de herirle con el fin de mermar sus facultades. Igualmente, se prohíbe a todos los torneantes arrojar piedras ni otros objetos que puedan dañar al toro. En el caso de hacerlo serían sancionados.
En el Tornero se adoptan las medidas oportunas para evitar actos de crueldad gratuita y además, son conocidas por todos los participantes, las rigurosas medidas que se adoptan para velar por la pureza del torneo y por el cumplimiento de esas normas tradicionalmente impuestas para este festejo. El Torneo del Toro de la Vega fue declarado Fiesta de interés turístico de España por Resolución de la Secretaría de Estado de Turismo de 18 de enero de 1980 (BOE de 16 de febrero). El Pleno de la Corporación Municipal de Tordesillas aprobó, el 17 de julio de 1999, las Bases reguladoras del desarrollo del Inmemorial Torneo del Toro de la Vega, adaptándolas al Reglamento de Espectáculos Taurino Populares aprobado por la Junta de Castilla y León mediante Decreto 14/1999 de 8 de febrero, por lo que el desarrollo del Torneo se realiza al amparo de unas Ordenanzas, Normas o Reglas acordes con dicho Reglamento.La Orden de la Consejería de Presidencia y Administración Territorial de la Junta de Castilla y León, de 7 de septiembre de 1999, lo declara Espectáculo taurino tradicional (BOCyl. de 10 de septiembre). El Toro de la Vega constituye el eje de las tradicionales fiestas de Tordesillas, miles de ciudadanos de diferentes partes de nuestro país y de fuera de nuestras fronteras llegan a Tordesillas para presenciar este singular festejo.

Esta entrada queda abierta para todo aquel que quiera aportar documentación o comentarios sobre el tema, y queda cerrada a "voceras", hidalgos, primos y hermanos del "Caballero de las Raíces Perdidas".
Que mal les ha sentado a algunos oír hablar de Don Quijote, por lo de la lanza más que nada.
Don Quijote retorna, al fin, a la cordura. Enferma y muere de pena entre la compasión y las lágrimas de todos. Mientras se narra la historia, se entremezclan otras muchas que sirven para distraer la atención de las intrigas principales. Tienen lugar las divertidas y amenas conversaciones entre caballero y escudero, en las que se percibe cómo Don Quijote va perdiendo sus ideales progresivamente, influido por Sancho Panza. Va transformándose también su autodenominación, pasando de Caballero de la Triste Figura al Caballero de Los Leones. Por el contrario, Sancho Panza va asimilando los ideales de su señor, que se transforman en una idea fija: llegar a ser gobernador de una ínsula.
Pues eso...
Actualizaciones:
JOAN HERRERA (ICV) PREGUNTA AL GOBIERNO SI PROHIBIRÁ LA FIESTA DEL TORO DE TORDESILLAS POR SER "SALVAJE Y DESPIADADA" SERVIMEDIA
MADRID, 12-SEP-2007El diputado de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) en el Congreso de los Diputados y vicepresidente de esta formación, Joan Herrera, registró hoy una pregunta en la que pide al Gobierno que se pronuncie sobre si piensa prohibir la fiesta del Toro de la Vega de Tordesillas por ser una celebración "salvaje y despiadada". En un comunicado, la formación explicó que este festejo se prolongó ayer "durante una hora en la que el toro recibió más de un centenar de impactos de lanza hasta ser rematado". Herrera se pregunta para qué servirá la nueva ley de protección de los animales, aprobada en el Congreso el pasado junio y que se tiene que debatir ahora en el Senado, si con el redactado actual no se podrá actuar ante un "acto bárbaro", en el que "bajo la etiqueta de tradición y de festejo de interés turístico, se tortura a un animal de forma salvaje y cruel". Asimismo pregunta al Gobierno su opinión sobre la celebración de este festejo y de sus características y si cree que un acto de "tortura pública y muerte de un animal se puede justificar aduciendo que se trata de una tradición". Herrera también interpela al Ejecutivo si piensa "tomar medidas efectivas para la prohibición de este tipo de manifestaciones crueles en España". En la exposición de motivos de la pregunta, el diputado afirma que El Toro de la Vega de Tordesillas es "una de las mayores bestialidades de España que se efectúa bajo el escudo de lo que algunos llaman pomposamente 'tradiciones&apos.
Crónica de Carmen Morán en El País:
Una hora huyendo de la muerte. El toro alanceado muere tras una larga agonía
12 Septiembre de 2007
Fuente: El Pais
El toro de la Vega cayó asaeteado en el campo tras el recorrido entre lanceros y caballos en las polémicas fiestas de Tordesillas. La crónica oficial, es decir, la versión del Ayuntamiento de Tordesillas, dice que este año el famoso Toro de la Vega ha muerto de dos lanzadas. Las fotos revelan alguna más. También se cuenta que esta sangrienta tradición tiene su origen en tiempos de Juana la Loca. Y bien puede ser.El parecido con las despiadadas costumbres de aquellas épocas es innegable. Docenas de lanceros a pie y a caballo persiguen al animal, lo rodean, lo acosan y lo matan como mejor pueden, que siempre es de mala manera.Envuelto en la polémica año tras año, los lugareños apenas dejan que los medios de comunicación graben el torneo y mucho menos que se acerquen al animal cuando hinca las rodillas en tierra para morir. Permiten que las lanzas medievales le atraviesen el costado, pero no que le alcancen las miradas críticas, ni siquiera las curiosas. Manda la tradición y es difícil que un pueblo se apee de ella. No hay argumentos. "Siempre ha sido así. Si tan salvaje les parece, por qué no prohíben las corridas de toros", contesta una mujer al que pregunta.Las respuestas no tienen un recorrido muy largo. Tampoco lo es el que hace el toro minutos antes de morir, aunque al animal debe hacérsele eterno. A las 11 en punto de la mañana Enrejado salió ayer perezoso entre una multitud bullanguera vestida al modo pamplonica y armada de garrotas. Tardó casi una hora en morir. Defendió sus 520 kilos calles abajo y cruzó el puente sobre el Duero, protegido por talanqueras. Pero, ay, este encierro no acababa en la plaza, sino en un recinto vallado en medio del campo. El toro no logró huir entre los pinares. Lo que no pudieron sus cuernos, pudo la multitud desaforada, que arrancó la valla para salir despavorida.Ya era tarde para Enrejado. La marabunta de lanceros lo tenía acorralado en una polvareda irrespirable y alguna puya se había clavado en la piel del animal.Se refugió en un rincón de la finca y aún resistió algunos minutos más, hasta que la lanza de José Ángel González quedó clavada en la barriga del animal. Sin contemplaciones. La jabalina se rompió. El jinete echó pie a tierra con otra lanza prestada y allí remató la faena. Manda la tradición que el que asesta el primer golpe es el que gana el derecho a matar. Ayer nadie tenía duda de que el jinete salmantino tocado con un casco tenía merecido tan denostado honor. Es la primera vez en la historia que un mozo de fuera gana la lanza de oro por semejante hazaña y la alcaldesa lo hizo notar como muestra, dijo, del aperturismo que vive el festejo.El ganadero de San Muñoz (Salamanca) no cabía en sí de gozo. Corto de palabras, agradeció a los tordesillanos que hubieran colaborado con él en la matanza y prometió repetir al año que viene para devolver el favor. En su pica al cielo lucía el rabo de Enrejado y los aplausos le acompañaron la calle San Antolín arriba hasta llegar a la plaza mayor y subir al balcón. Como si hubiera ganado la Vuelta ciclista. Asustado ante la multitud, poco más tarde decía que no es al toro a lo que él tiene miedo, sino a los micrófonos y a las cámaras.Lo mismo, entonces, que los lugareños que le ayudaron a lancear y que impidieron a voces y empujones que los medios pudieran registrar los últimos momentos de la muerte en el campo. Sobre el animal herido de muerte se echaron los vecinos. Dicen que le apuntillaron, que murió sin sufrimiento. No debieron contar el que pasó hasta que perdió el rabo para adornar los 30 centímetros de acero del campeón.El toro de la Vega fue valiente, dijo la alcaldesa, María del Milagro Zarzuelo. Prueba de ello es que lo mataron a caballo, cuando lo normal es que lo hagan los lanceros a pie. Fue valiente pero no tuvo suerte. Este año le tocaba morir al toro que corrieron el día anterior, pero el pueblo habló, y dijo que era demasiado manso para enfrentar la valentía de los medievales lanceros. Así que sacaron al sobrero.El torneo rezuma un inconfundible aroma a hombría mal entendida, que en otros tiempos acababa con la corta de los testículos del toro caído. Quizá las protestas y los focos contanstes sobre la tradición más salvaje de este precioso pueblo en el corazón de Castilla han limado algunos detalles escabrosos. Un reglamento ha fijado algunos límites, de los que se congratula la alcaldesa, que recuerda que no han perdido la divisa de Interés Turístico Regional que les concede la Junta.






5 comentarios:

Anónimo dijo...

Un año después y ha vuelto a ocurrir. Que pena de gente...

Saludos

pd: hemos enlazado desde nuestro blog al tuyo

jezl dijo...

Ya me dirás la dirección de vuestro blog.

Saludos

Unknown dijo...

Enfermedad mental llamada PSICOPATÍA. Es un claro ejemplo del perfil del Psicópata. Esta persona se caracteriza por DISFRUTAR Y GOZAR CON EL SUFRIMIENTO AJENO sea humano o no humano viéndose INCAPAZ DE EMPATIZAR con la víctima y cosificarla, es decir, CONVERTIRLA EN UN OBJETO inerte, inanimado, SIN VIDA. De hecho, muchos de ellos, antes de llegar a atacar a humanos han actuado con el resto de animales.
No soy de tendencia a generalizar, no me gusta hacerlo pero, en este caso, no me queda remedio. Todos los que participan directa o indirectamente en este tipo de fiestas pueden considerarse perfectamente psicópatas o en vías de serlo. He leído las terribles pero significativas palabras de un participante que me recuerdan a las mismas que dijo un famoso asesino, Richard Ramírez: “Es un verdadero orgullo, una gran sensación, no se puede explicar”. Este participante alude al hecho de ver cómo tenía el poder suficiente como para ser capaz de terminar con una vida. Richard Ramírez, este hombre con perfil psicopático, alegaba que “era una gran satisfacción, una sensación que no se podía explicar pero que cuando la experimentas es impresionantemente maravillosa” el acabar con la vida de un ser vivo. Cuando se le preguntaba por sus actos cometido y él veía que los demás eran incapaces de ver lo que él veía decía: “… No me entendéis. Tal y como suponía, no sois capaces de hacerlo. Yo estoy mas allá de vuestra experiencia”.
Pues bien, señores tordesillanos, castellanos, españoles defensores y participantes activos de este tipo de conductas sádicas, crueles y con tinte de alevosía, sepan que cumplen con este tipo de perfil. Ustedes no pueden reconocerlo ni lo reconocerán porque implicaría ir en contra de muchas creencias y principios a los que durante toda su vida se han visto obligados a integrar como, por ejemplo, aquellos dados por la educación de sus padres que les dieron. Es muy duro para un hijo saber que sus padres se han equivocado y que su educación está basada en unas normas un tanto inmorales. Pero piénsenlo y busquen ayuda, porque la necesitan.
Un ser humano no se puede calificar en esencia como tal si gobierna el mundo bajo violencia, agresividad, sadismo, fundamentalismo, fanatismo. El ser humano está para progresar y crear, no para destruir. No sois asesinos, pero sí asesináis; no sois cobardes, pero actuáis con cobardía, no sois abusones, pero abusáis del más débil. NO SOIS, PERO SÍ HACÉIS.
DESCANSA EN PAZ VALENTÓN.
TE RECORDAMOS, NO CAERÁS EN EL OLVIDO.

Anónimo dijo...

www.cabaloria.blogspot.com

Saludos y enhorabuena por la página

Anónimo dijo...

Bonjorno, www.blogveterinario.com!
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