jueves, 24 de enero de 2013

¿Es la puntilla un método certero de dar muerte a un animal y que no provoca dolor ni sufrimiento?



¿Es la puntilla un método certero de dar muerte a un animal y que no provoca dolor ni sufrimiento?

"Las respuestas cerebrales y espinales estuvieron presentes en el 91% de los bóvidos después de ser apuntillados". Existen respuestas cognitivas después de la aplicación de la puntilla.

“A review of humaneness of puntilla as a slaughter method”. G. Limon, J Guitian and NG Gregory. Animal Welfare 2012, 21 (S2): 3-8. Universities Federation for Animal Welfare.

El uso de la puntilla para dar muerte a los bóvidos en los mataderos fue prohibido por la Organización Mundial de la Salud Animal en el año 2006 por considerarse cruel e inhumano. Aún así, en las corridas de toros, todos los animales son apuntillados. En algunos casos, y de forma previa a la utilización de la puntilla por el puntillero, algunos toros son descabellados por el torero. Mientras que la acción de descabellar se realiza con una espada que lleva un tope a 10 cm de su punta, la puntilla se aplica con un cuchillo de 10 cm de largo. Mientras que el descabello lo que persigue es hacer que el toro quede tetrapléjico (“descordar”) y que caiga si estaba de pie, o que si estaba tumbado no pueda levantarse, efecto que se consigue seccionando la médula espinal a nivel de primera y segunda vértebra cervical o a nivel del orificio occipito atlantoideo, la puntilla persigue rematar al toro, es decir provocar su muerte.

Descabellar no es lo mismo que apuntillar, como hemos mantenido siempre y se certifica en el artículo traducido. Mientras que el descabello, como hemos dicho, secciona la médula y sólo a veces, parte del tronco encefálico, también llamado bulbo raquídeo, el cuchillo del puntillero persigue destruir este centro nervioso que pone en comunicación la médula espinal con el encéfalo. Todos los toros lidiados son apuntillados, pero no todos son descabellados.

Deberíamos suponer que la lesión de este importante centro nervioso, el bulbo (que se ocupa entre otras funciones de regular el latido cardiaco y la respiración), supondría la muerte prácticamente instantánea del animal, pero siempre hemos tenido dudas, que se acrecentaron cuando un mulillero de la plaza de toros de Las Ventas (Madrid), dijo: “menos mal que algunos toros de los que conducimos al desolladero no se pueden levantar”. Venía a decirnos que muchos de esos toros llegan vivos a la instalación de la plaza en la que son desangrados, vivos y conscientes. Debemos suponer que aquellos toros a los que se cortaron las orejas para entregarlas como trofeo al torero, podrían haber estado conscientes durante esta práctica y por lo tanto haber padecido dolor durante la misma.
El estudio que presentamos a continuación y que hemos traducido del original en inglés parece demostrar que es más que posible que nuestras sospechas sean fundadas.

Recomendamos su lectura y su difusión.

Las respuestas cerebrales y espinales estuvieron presentes en el 91% de los bóvidos después de ser apuntillados.

La puntilla es un método de matanza tradicional, que consiste en introducir un cuchillo en la parte posterior del cuello para seccionar la médula espinal. El objetivo es provocar el desplome inmediato del animal. La puntilla no está permitida como método de aturdimiento por la Organización Mundial de la Salud Animal desde el año 2006 por considerarse inhumano. La razón de dicha prohibición fue la preocupación de que los animales podrían estar conscientes durante y después de la aplicación de la puntilla. No obstante todavía se utiliza en algunos países.
El estudio se realizó para evaluar la eficacia y la ética de la puntilla seguida del desangrado en dos mataderos de Bolivia. Este estudio se realizó sobre llamas y sobre bóvidos, pero en el presente resumen vamos a centrarnos en los resultados obtenidos sobre estos últimos ya que pertenecen a la misma especie que los toros de lidia.

Se registró el número de apuntillamientos y luego se evaluaron las funciones del cerebro y la médula espinal (respiración rítmica, reflejo de los párpados (palpebral) y la rotación del globo ocular). Además, también se evaluó la presencia de respuestas cognitivas específicas (tales como respuesta a un estímulo de amenaza y ruido, así como a los sabores y olores en los animales).

En el 24% de los animales fue necesaria la repetición de la puntilla. Este hecho es muy frecuente verlo en las plazas de toros.
Las respuestas cerebrales y espinales estuvieron presentes en el 91% de los bóvidos. Cuando trataban de ponerse en pie, después de ser apuntillados, tuvieron más probabilidades de presentar respiración rítmica, respuesta palpebral positiva y capacidad de respuesta a la amenaza, al ruido y al estímulo breve de aire aplicado sobre su cara.

Estos hallazgos indican que es difícil en la práctica penetrar en la médula espinal con una sola puntilla. Algunas vías nerviosas son a menudo funcionales después de la escisión en el cuello y por tanto es muy probable que los animales permanezcan conscientes, al menos en algunas modalidades en la siguiente fase del proceso de matanza.

En el ser humano, 4 de cada 17 pacientes con heridas transcraneales por arma blanca que afectaban al mesencéfalo o tronco cerebral, sobrevivieron a las lesiones, aunque se observó hemiplegía persistente en 1 de 4 sujetos. Este estudio mostró que la resección incompleta del cerebro inferior no siempre induce inconsciencia irreversible. Además, el dolor a los estímulos normalmente no dolorosos (es decir, el comportamiento alodínico), puede ser inducido cuando algunas fibras ascendentes se dejan intactas.

La medición de los parámetros a los que hace referencia este estudio se realizó después de aplicar la puntilla y que el animal fuera expulsado de la manga de sacrificio. Se trataba de ver si estos animales mostraban o no función cerebral y espinal después de la puntilla. Además se registró si presentaban o no respuestas cognitivas. También se valoró la condición corporal, la edad y el sexo. Se puntuó como 1 a los animales muy delgados y como 5 a los que presentaban obesidad.

FUNCIÓN CEREBRAL Y ESPINAL DESPUÉS DE LA PUNTILLA

Los parámetros registrados y por tanto medidos fueron: presencia de respiración rítmica, reflejo palpebral, rotación del globo ocular, nistagmo (parpadeo involuntario rápido del globo ocular), y reflejo pupilar. Cuando la rotación del globo ocular estuvo presente, no se chequeó el reflejo pupilar.

Se determinó que existía función cerebral y espinal si uno o más de los criterios anteriores estaban presentes inmediatamente después de la puntilla y también en aquellos animales que intentaban ponerse en pie tras su aplicación.

Con el fin de evaluar si hubo respuesta cráneo espinal, se evaluó la aceleración cardiaca por auscultación aproximadamente 30 segundos después de que los animales habían sido expulsados de la manga de sacrificio, en respuesta a la introducción de hasta de 5 ml de agua fría en una oreja. La aceleración cardiaca fue reconocida si el ritmo del corazón se incrementó a un nivel mayor de 120 pulsaciones por minuto.

RESPUESTAS COGNITIVAS DESPUÉS DE LA PUNTILLA

Con el fin de evaluar si las respuestas de los nervios craneales eran todavía patentes y qué zonas de la médula espinal estaban todavía intactas, las siguientes respuestas se evaluaron inmediatamente después de que los animales fueran apuntillados y expulsados de la manga de sacrificio.

-Respuesta al estímulo de amenaza: se llevó a cabo acercando una mano hacía los ojos y observando si el animal reaccionó cerrándolos. Algunos de ellos también echaron la cabeza hacia atrás.

-Respuesta a un estímulo de ruido repentino: se hizo aplaudiendo con las manos a 5 cm de la oreja del animal y observando el movimiento de las mismas y la respuesta de alerta.

-Respuesta de soplar aire en la nariz: fue positiva cuando hubo movimiento de la cabeza hacia atrás.

-Respuesta a diferentes olores y sabores: incluida la melaza, zumo de limón, vinagre y sal, aplicados por separado. Para la respuesta a los olores se utilizó un palillo impregnado con olor a 5 cm de la parte frontal de la nariz, y para la respuesta a cada sabor, se introdujo en la boca un palillo impregnado con la sustancia ensayada. Se consideró una reacción positiva al olor cuando las fosas nasales del animal se dilataron; se reconoció una respuesta positiva al sabor cuando se produjo movimiento de la lengua.

-Respuesta a un estímulo de una aguja en la piel sobre el hueso frontal, utilizando una aguja de 10 cm (19G) y observando la respuesta localizada sobre la piel.

-Respuesta al introducir un palillo en el orificio nasal.

RESULTADOS

Las observaciones se realizaron en 309 bóvidos, de los cuales el 35% eran hembras (media de peso 345 kilos) y el 65% eran machos (media de peso 408 kilos). Casi el 63% de los animales más pesados recibieron más de una puntilla.

284 de los 309 animales, es decir, el 92%, presentaron uno o más de los parámetros que indicaban función cerebral y espinal tras la puntilla (respiración rítmica, reflejo en sus párpados, rotación del globo ocular, nistagmo y reflejo pupilar). Más del 70% presentó reflejo pupilar, más del 80% presentó respiración rítmica y casi el 40% respondió al olor a la melaza.

Los animales que trataron de ponerse en pie fueron más propensos a tener respiración rítmica, a tener reflejo palpebral positivo, a responder al estímulo de amenaza, a responder a los estímulos de ruido y a responder a los estímulos de aire.

DISCUSIÓN:

Estos resultados demuestran que, en la práctica, la puntilla es difícil de realizar con soltura. Es difícil penetrar el espacio occipito atlantoideo y se corre el riesgo de no cortar completamente la médula espinal con una sola puñalada, infligiendo dolor al animal al repetir el procedimiento.

La prevalencia de la función cerebral y espinal en el ganado bovino (91,1%) fue considerablemente mayor que la prevalencia (8,7%) encontrada en los animales al recibir una bala cautiva. El 80% de los bóvidos mostraban movimientos rítmicos de respiración en la región del flanco después de la puntilla, lo que indica que las columnas cortico espinal, ventral y lateral de la médula espinal no se seccionaron completamente. El 70% de los bóvidos presentaban reflejo palpebral lo que indica que la V y VII vías nerviosas craneales hacia y desde el tronco encefálico estaban funcionales.
Además, el 40% de los animales tuvo una respuesta positiva por lo menos a un olor, lo que significa que la vía del primer nervio craneal era todavía patente. Cerca de un tercio de los animales
respondieron por lo menos a un aroma, presentando movimientos de la lengua cuando un palillo se puso en su boca, por lo que se demuestra que las neuronas del nervio hipogloso de la vía nerviosa XII eran patentes, así como las vías nerviosas IX y X. Esta circunstancia podría deberse, en algunos casos, a la estimulación física en lugar del sabor; en este caso, el nervio craneal involucrado sería el V.
Por último el 21% de los animales respondieron a un estímulo sonoro, lo que indica que el núcleo coclear en la médula (vía nervio VIII) estaba todavía funcional.

Los animales que intentaron ponerse en pie tras la aplicación de la puntilla parecen indicar que sus vías nerviosas craneales eran a menudo funcionales y es muy probable que aún estuvieran conscientes.

AVAT (Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia)

Artículo original: “A review of humaneness of puntilla as a slaughter method”. G. Limon, J Guitian and NG Gregory. Animal Welfare 2012, 21 (S2): 3-8. Universities Federation for Animal Welfare.

Traducción de Virginia Iniesta, vocal de AVAT en Extremadura.

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