Extraído del periódico Público:
Los antitaurinos, de uñas con González-Sinde: "Los toros no dejarán de seducirme"
La palabra "seducir" tiene tres significados, según la Real Academia Española, que cito a continuación:
1. tr. Engañar con arte y maña; persuadir suavemente para algo malo.
2. tr. Atraer físicamente a alguien con el propósito de obtener de él una relación sexual.
3. tr. Embargar o cautivar el ánimo.
Cuando la señora González Sinde reconoce en su carta, publicada en El País en el mes de mayo de 2008, bajo el título: "Elogio del silencio", qué, "sé que está mal y debería curarme de esto, pero amo tanto ese bien escaso, un emocionante silencio", ¿a qué se está refiriendo?: a algo que la embarga o cautiva el ánimo, o, a algo que a través de engaños con arte y con maña, la persuade suavemente.
Cualquiera de estos dos significados de la palabra "seducir" valdría para la explicación de doña Ángeles, pero a mí, como antitaurino, me atrae mucho más la primera acepción, y más teniendo en cuenta que el toreo no es más que una manera de engañar al toro hasta darle muerte. La nueva ministra de cultura en un ejercicio de sinceridad, reconoce que sabe que está mal y que debería curarse...
Pues nada señora González Sinde, los abolicionistas de la tauromaquia no vamos a engañarla, con arte o sin él. Háganos caso y no se deje seducir por algo que como usted reconoce, es malo. El silencio lo puede usted encontrar en lugares muchos más enriquecedores.
Espero no estar equivocado.
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