domingo, 29 de junio de 2008

AVAT (asociación de veterinarios abolicionistas de la tauromaquia) ESTUVO EN GINEBRA

El pasado 21 de junio, se celebró en Ginebra un juicio simbólico contra los Presidentes de los Gobiernos de España, Francia y Portugal, a los que se acusó de colaborar con el maltrato animal, al permitir la celebración de corridas de toros, y de espectáculos de carácter popular en los que el protagonista es el toro de lidia.

AVAT estuvo allí presentando una ponencia técnica.

Si quieres saber lo que allí paso, y lo que se dijo, entra en la página de AVAT

ENTREVISTA A ALVARO MÚNERA, EX TORERO COLOMBIANO

Entrevista a D. Alvaro Múnera. De torero a luchador contra la tortura


Desde "Maltrato Animal: Un Crimen Legal" he tenido la gran satisfacción de que D. Alvaro Múnera Bailes, antiguo torero y desde hace muchos años defensor activo para acabar con la tortura a los animales, haya respondido a mis preguntas acerca de la tauromaquia. Este hombre que un día fue matador de toros y hoy, desde su cargo como Concejal por la Ciudad de Medellín (Colombia) y como integrante de la Fundación F.A.U.N.A., que engloba a varias Asociaciones contra el Maltrato Animal, lucha sin descanso por acabar con tanta crueldad, constituye un ejemplo no sólo de superación física, - una cogida le dejó en una silla de ruedas -, sino también de compromiso y esfuerzo por erradicar la tortura como una forma de negocio y diversión. Él, que formó parte de ese mundo, conoce como pocos la realidad de la tauromaquia y nos habla de ella con absoluta valentía y sinceridad, por lo que le doy las gracias y le expreso mi reconocimiento por su incansable labor por esta causa.


(Las fotografía en las que aparece el Sr. Múnera en su época de torero y con su familia han sido cedidas por él para la entrevista).




Quisiera empezar Sr. Múnera, pidiéndole que nos facilite algunos datos biográficos:


Nací en la Ciudad de Medellín; desde que tenía cuatro años mi papá me llevaba a los toros. No solamente a todas las corridas en Medellín sino también en Manizales. Era la afición de mi padre, eso era lo que se respiraba en mi casa, toros por todos los lados, allá no se hablaba de fútbol ni de otras cosas, solamente de toros. Yo crecí con eso y cuando estaba en Segundo de Bachillerato, a los doce años, decidí que quería ser torero. Inicié mi carrera taurina y cuando tenía 17 años resulté triunfador en la Feria de Medellín, eso me sirvió para que el apoderado de José Cubero "El Yiyo", Tomás Redondo, me apoderara y me llevara para España. Allí toreé en 22 oportunidades y en la Plaza de Toros de Munera, en Albacete, el 22 de Septiembre de 1984, un toro me cogió por la pierna izquierda y me tiró por los aires. Tuve lesión medular completa, trauma craneoencefálico y un diagnóstico contundente: no podría volver a caminar. A los cuatro meses me llevaron para Estados Unidos donde comenzó mi periodo de rehabilitación, tiempo que aproveché para ingresar en la Universidad y fueron cuatro años que viví en un País no taurino como un absoluto delincuente por lo que le hacía a los toros, me convertí entonces en defensor de animales y desde esa época hasta ahora he trabajado por el derecho que tiene todo ser vivo a no ser torturado y espero no dejar de hacerlo hasta el último día de mi vida.


¿Cuándo y por qué decidió que quería dedicarse al toreo?

La razón que me llevó a convertirme en torero fue herencia familiar; no porque mi papá hubiera sido torero ya que él era arquitecto, sino porque esa era su pasión, su vida. El todavía vive pero ya no es su afición, culturalmente ha cambiado mucho en este sentido pero en aquel momento era su mayor deseo, lo que le hacía vibrar y lo que más le gustaba. Así, a los doce años, fruto de esa herencia y de haberme llevado a todas las corridas de toros desde que tenía cuatro años fue que yo decidí que quería ser torero. No era en mi caso por una situación económica precaria pues mi familia no disponía de recursos limitados, yo tenía la oportunidad de estudiar y de hecho lo estaba haciendo. Terminé mi Bachillerato antes de irme para España en una Universidad muy reconocida aquí en Medellín, la Universidad Pontificia Bolivariana, pero entiendo que la mayoría de los toreros llegan al toreo por situaciones económicas muy precarias y ven en él una oportunidad de resarcir económicamente a su familia y a ellos mismos y de escapar de la miseria. Por eso yo soy más culpable, por haber hecho de algo bárbaro y cruel parte de mi mundo cuando
yo sí tuve la oportunidad de estudiar, de capacitarme y es inconcebible que con una formación educativa importante yo hubiera optado por una profesión de tortura y crueldad con los animales


Durante su vida como torero, ¿nunca reflexionó acerca del sufrimiento que su actividad implicaba para otros seres vivos y de lo innecesario de semejante atrocidad?

Hubo varios momentos críticos en mi carrera taurina donde vi tanta crueldad que quise dejarlo: cuando maté a una vaquilla en estado de preñez y me tocó ver cómo sacaban a su feto del vientre, en esos momentos quise abandonarlo porque había matado a dos y la escena era tan dantesca y tan impresionante que dije "no más", me puse a llorar y vomité, pero me dieron la palmadita en la espalda y mi apoderado me dijo "tranquilo, tú vas a ser una figura del toreo, estos son gajes del oficio", así que desaproveché esa primera oportunidad continuando mi carrera taurina, lo que hoy en día me resulta inconcebible y de lo que me avergüenzo, pero en ese momento yo tenía 14 años y no tomé conciencia suficiente para dejarlo. Luego, cuando a puerta cerrada maté a un toro al que le pegué cinco o seis espadazos y el animal, con parte de sus órganos internos también afuera, luchando por su vida, aferrándose a ella con las pocas fuerzas que le quedaban también me impresionó mucho y me indicó el retiro, sin embargo ya tenía preparado mi viaje a España y crucé el Atlántico, donde vino la tercera, contundente, ya Dios dijo "si es que no quiere comprender por la razón va a hacerlo ahora por otro método" y ahí si aprendí muy bien la lección, fue una experiencia muy bonita porque como ser humano significó superar mi situación clínica y encima trabajar por reparar todos mis crímenes, ha sido una gran experiencia para mí.








Una terrible cogida le apartó de los ruedos pero, ¿qué fue lo que le impulsó a convertirse de forma activa en defensor de los animales?


Hay que pensar que mi carrera taurina fue entre los doce y los dieciocho años, que es cuando fue la cogida. De allí me trasladaron a Estados Unidos y fue realmente en este País en donde yo cambié mi forma de pensar. Primero tuve contacto con gente en el Hospital y luego, fuera, cuando ya me enfrenté a una Sociedad antitaurina totalmente, en la que no conciben que existan pueblos donde se estén torturando y matando animales. Ese rechazo y ese repudio me lo hacían sentir en donde yo me movía: en el Hospital, la Universidad, en mi círculo de amigos. Al principio trataba de defender el toreo con los mismos argumentos que esgrimen los taurinos, pero la fuerza y la contundencia de las razones en contra de la tortura son de tal magnitud que haciendo una cosa sensata acepté que el equivocado era yo, que la razón le asistía a un 99% de la humanidad que está en contra de los espectáculos crueles con los animales y entendí que Dios me estaba dando ahora una oportunidad para aceptar que yo era el equivocado y para reparar mis crímenes. Lo que me hizo estar en contra de las corridas de toros y defender a los animales no fue la cogida en sí, tal vez si hubiera seguido en España yo hubiera continuado siendo taurino; fue el haber vivido todo mi periodo de rehabilitación en un País en el que no conciben que la gente se divierta torturando animales, que nos ven como pueblos atrasados, que yo realmente tomé conciencia de que lo que yo hacía era una absoluta barbaridad.


¿Qué le parecen los argumentos empleados una y otra vez por los defensores de las corridas, tales como: que el toro nació para eso, que genera empleo, que es una tradición, que no sufre, que es una lucha de igual a igual, que vive muy bien hasta que es toreado, etc.?.


Los argumentos que esgrimen los taurinos para defender las corridas de toros, más que argumentos son disculpas. Primero también hay que saber una cosa, hay varios correos electrónicos que circulan en la Red que dicen que a los toros antes de las corridas les untan algunas sustancias en los ojos, les pegan en los riñones, les introducen cosas por el recto y por lo menos en lo que yo tuve oportunidad de ver nunca me tocó contemplar algo semejante. Al toro le afeitan la punta del cuerno, es algo ilegal pero lo hacen en casi todas las plazas, pero yo diría que ahí no hay tortura porque al toro eso no le llega como dolor. Creo que la tortura del animal en si, aunque también existe con el transporte, empieza cuando al toro le clavan la marca de la ganadería y luego viene la pica, las banderillas, la estocada, y en el rejoneo los rejones de castigo.


Los taurinos dicen que el toro nació para eso y que si no existieran las corridas desaparecería una especie. Primero decir no es cierto que el toro haya nacido para eso, nadie nació para ser torturado; el toro de lidia tampoco es una especie, es una raza creada por el hombre, diseñada y manipulada por él para llegar a lo que es hoy en día el toro de lidia en base a muchos cruces y no es una especie, que sería el bovino, así el toro de lidia no deja de ser una raza más de esta especie. Entonces, criar a los animales para ser torturados eso es algo que éticamente jamás podremos aceptar. La Sociedad civilizada nunca puede aceptar que se críe a un animal, que es un ser vivo, con sistema nervioso central similar al nuestro, para ser torturado y que encima la gente se divierta con su suplicio; eso se cae por su propio peso y como le he dicho, nunca la tauromaquia tendrá argumentos para ser defendida, de pronto disculpas pero nunca argumentos. ¿Qué más pueden decir ellos?, que generan muchos empleos, que si el turismo, que mucha gente vive de ello. Si ese argumento fuera sostenible también podríamos decir que por qué motivo vamos a suprimir el terrorismo, el narcotráfico, el secuestro, la extorsión, la misma guerra que también genera muchos ingresos y hay mucha gente que vive de ella; entonces nunca algo cruel, bárbaro, sangriento puede valer de argumento para que la gente obtenga de ahí su modus vivendi.


Defender una tradición cruel, donde la víctima primero es inocente y donde es salvajemente torturada y masacrada, como tradición éticamente es inconcebible. Si así fuera deberíamos haber defendido en su momento como tradición los sacrificios humanos de los Pueblos Mayas o los Aztecas. La manera es ir superando tradiciones bárbaras que hoy en día se ven como negras páginas de la Historia; yo estoy seguro que muy pronto la tauromaquia será vista como una negra página de la Historia de la Humanidad. En algunos Países, en un futuro muy cercano la gente se preguntará: ¿cómo es posible que nosotros permitimos divertirse torturando y matando animales?

El toro no sufre. Esto es una falacia absoluta y total; aparte de cómo se rebrinca cuando le clavan las banderillas y los rejones de castigo o la pica, para entender que el toro sufre como nosotros - y de hecho la biología y la fisiología lo ha mostrado claramente -, basta saber que el toro tiene un sistema nervioso central que responde a los estímulos del dolor de la misma forma que el nuestro y decir que el toro no sufre, más que una disculpa que ellos inventan es un acto de atrevimiento tal y de ignorancia que raya en lo absurdo y en la estupidez.


No es cierto que sea una lucha de igual a igual, si así fuera el promedio de toreros muertos debería ser igual al promedio de toros muertos; el torero cuenta con la destreza física, con el uso de la razón, tiene los argumentos mentales para engañar al toro, se le pica para disminuirlo físicamente, el toro simplemente se defiende ante quienes le agreden pero no tiene esa capacidad que es la razón para distinguir claramente qué es el engaño y quién es el que le engaña y por eso los toreros muertos son muy pocos, es un índice insignificante al lado de los toros que se matan cada día en las corridas.


El animal vive muy bien hasta que llega a la Plaza: ya tendríamos que meternos en comparativas con los demás animales utilizados en la industria alimenticia y yo reconozco que hay mucha tortura o más tortura y crueldad en la crianza de animales de abasto que en la del toro bravo; sin embargo, criar un animal para que su destino final sea la crueldad, la tortura y la muerte, para que la gente pague para ir a ver esto y disfrute con ello y que sea motivo de algarabía y de gozo, me parece que es la práctica más aberrante, inhumana y salvaje que puede tener una Sociedad. Jamás podrá ser un argumento que al toro se le cuida muy bien para luego llegar a torturarlo, esto sería algo similar a lo que decía antes, los Aztecas y los Mayas que escogían a las doncellas más bellas para luego sacrificarlas. No, nunca podrá ser este un argumento válido.


¿Quiénes son realmente los que se lucran del toreo y los interesados en que esta costumbre salvaje continúe?


Pues en la primera escala yo diría que están las grandes figuras que ganan muchísima plata, luego vienen los empresarios, apoderados y algunos periodistas, que son básicamente los que de manera "grande" se lucran del toreo. Hay gente que sobrevive con él como son banderilleros, picadores, mozos de espadas que son asalariados; el toreo les da para comer y medio educar a sus hijos, pero yo diría que los grandes beneficiados son en primer lugar las grandes figuras y luego empresarios y apoderados. Los ganaderos no creo, la ganadería de toros no es rentable, yo pienso que los ganaderos son personas muy potentadas, de mucha capacidad económica, que cuentan con unos importantes recursos económicos y que tienen esto por afición.


¿Cuál es su impresión acerca de la situación actual de la tauromaquia en lo que a número de aficionados y "salud" de la misma se refiere, así como a la importancia de los movimientos abolicionistas y cuál cree que será el futuro al respecto?

La Sociedad evoluciona, el ser humano evoluciona y cada día la gente toma más conciencia de que tenemos que dejar atrás los espectáculos crueles con los animales. El primero que pierde al sostenerlos es el mismo hombre porque se está degradando, al presenciar el sufrimiento de un animal y disfrutando con ello. Yo estoy seguro de que a la juventud de hoy en día no le interesan para nada las corridas de toros, no quieren saber nada de crueldad con seres vivos que son inocentes porque el toro, hay que decirlo, no tiene afición por las corridas, el toro no disfruta de los "olés", de los pasodobles, no sabe qué es eso; llega a un sitio extraño para él y es torturado y matado salvajemente sin entender porqué. Entonces la corriente abolicionista ya se inició, no creo que tenga reversa, lo importante es que aceleremos el proceso y mucho más temprano que tarde hagamos que se supriman las corridas, las peleas de gallos, el coleo, las corralejas, los circos con animales, etc., todos los espectáculos abyectos y violentos con los animales y por eso yo creo que cada día irá menos gente a la Plaza, porque cada día más gente toma conciencia. El fin de la tauromaquia lo veo cercano, es difícil pero no tienen futuro alguno, no tienen como expandirse a otros Países, a otras culturas; los otros Países no taurinos jamás admitirán que ingresen en su Cultura espectáculos crueles con los animales, entonces en ese sentido yo soy optimista y en manos de la juventud está que este proceso se acelere.


Si según las estadísticas cada día es menor el número de personas que acude a las corridas o los aficionados a las mismas, ¿por qué desde el Estado se sigue subvencionando y dando cobertura legal a una actividad que rechaza una proporción tan importante de los ciudadanos?


Creo que debido al "matrimonio" que mantienen la clase política y los altos estratos de la Sociedad con los taurinos y con los toreros. El ir a la Plaza significa un estatus social, es el ir a exhibirse, siempre ha sido calificado como un espectáculo muy elitista y en ese sentido el político quiere darse el caché de estar con la alta sociedad y por eso ha sido difícil que ellos mismos tomasen conciencia; pero el sentir popular es tan grande y la juventud tiene la conciencia tan clara que yo diría que más temprano que tarde los legisladores van a tener que unirse a su demanda porque sino se van a quedar obsoletos.




¿Qué hacen los Gobiernos Colombiano y Español por poner fin a la tauromaquia?, ¿son receptivos en este aspecto a la demanda popular?


Ha habido intentos legislativos para acabar con la tauromaquia pero el poder económico y político de los taurinos es grande y han logrado conseguir esas mayorías alegando el derecho al trabajo y a la tradición. Pero más que los Gobiernos quien ha venido a manifestarse en contra de esto es la Sociedad y sobre todo la juventud. En cualquier artículo taurino que tenga comentarios en un diario, el 95% de los mismos son en contra de la tauromaquia, es tan aplastante el sentir de la Sociedad que yo creo que la clase política y los Gobiernos tendrán que aceptar que están en contra del sentir popular, de la gran mayoría de la gente y tendrán que legislar en ese sentido. Pienso que la presión que nosotros podemos hacer moviendo masas en este sentido es importantísima para que los Gobiernos y los legisladores tomen la conciencia que ya tomamos la gran mayoría del Pueblo.


España está sometida a presiones en el Parlamento Europeo para acabar con las corridas pero parecen insuficientes, ¿podría llegar a ser decisiva la intervención internacional para suprimir este espectáculo vergonzoso?

Bueno, ya es un paso adelante que el debate sea llevado al Parlamento Europeo o aquí, en Colombia, al Congreso de la República. En la década de los 80 los toreros eran héroes, se concebían como tales, nadie se cuestionaba el sufrimiento del animal; con el boom de los 90 y ahora ya en el nuevo siglo la gente está viendo la crueldad que existe en los espectáculos taurinos; ahora se trata de llevar esta realidad cruda de lo que le pasa al toro en la Plaza a todos los Eurodiputados, a todos los concejales, diputados de las Comunidades Autónomas, al mismo Congreso en España, y aquí al Congreso de la República, para que entiendan esa realidad y empiecen a unir esfuerzos y legislar desde esas Corporaciones para prohibir estas costumbres bárbaras.



En Madrid, durante la Feria de San Isidro, han tenido lugar diferentes acciones en la Plaza de las Ventas por parte de colectivos contra el maltrato, ¿cuál cree que es su repercusión y considera que cada vez es mayor la implicación de la gente y la difusión del movimiento abolicionista desde los medios de comunicación?


Yo estoy de acuerdo con las manifestaciones y expresiones públicas que sean pacíficas, que no agredan ni insulten porque uno no puede luchar contra el salvajismo con otra forma de salvajismo, entonces mientras sean pacíficas totalmente de acuerdo. Pero creo que el debate importante es en la Academia, es en los colegios, educando a los niños, en los medios de comunicación, con campañas publicitarias y ese es el gran éxito que podemos obtener, a través de Internet, de los foros, de los grupos, de las comunidades virtuales. Allí es donde nosotros cada vez vamos concienciando a más gente, mostrando los videos de la realidad de lo que le pasa al toro en la Plaza, no lo que muestran en los noticieros que son cuatro o cinco lances de capa, otros tantos de muleta o el torero dando la vuelta al ruedo; no, hay que mostrar una pica de cerca, hay que enseñar cómo reacciona el toro cuando le clavan banderillas, como reacciona cuando le clavan los rejones, cómo vomita sangre con una estocada incrustada en sus pulmones, esto es lo que hay que mostrar a los jóvenes para que comprendan lo que en realidad pasa allí, cómo a los toros todavía les cortan las orejas aún estando vivos; entonces, cuando uno pone estos videos en colegios o en conferencias automáticamente ahí todos los niños se convierten ya en antitaurinos y nunca más van a asistir a una Plaza de Toros. Yo diría que el debate es ahí y ahí es donde nosotros vamos a ganar la batalla




Existen muchos Grupos y Asociaciones que trabajan por el fin de la tauromaquia sin embargo, actúan de forma independiente, apenas hay colaboración entre ellas ni aúnan sus esfuerzos, ¿no es esta disgregación algo negativo para alcanzar el objetivo que persiguen?


Todo depende de cómo actúen. Si hay celos o rencillas entre ellos, si no se ponen de acuerdo en la forma o en el fondo entonces diría que estamos actuando en contra de nuestra propia causa. Lo ideal sería una unión general, una Plataforma que aglutinara todos los movimientos en defensa de los animales como lo hicimos acá en Medellín, a través de F.A.U.N.A, que reúne a todos los movimientos defensores de los animales. Sería muy bueno que existiera una Plataforma internacional que los englobase para que todos utilizáramos las mejores estrategias, las que mejor funcionen y en ese sentido obtuviéramos mejores resultados. Sin embargo no está mal tampoco que actúen por su cuenta siempre y cuando vayan en el sentido correcto.



¿Qué método cree que es el más efectivo para poner fin a las corridas de toros?


Hay un error grande en las formas que muchas veces los movimientos antitaurinos utilizan para tratar de imponer su idea. No me parece que esté bien que la gente vaya afuera de las Plazas de Toros para insultar o agredir, a decirle a los taurinos Vds. son bárbaros, Vds. son asesinos, me parece que la confrontación a base de insultos derrumba los argumentos que de por si están de nuestro lado, cualquier persona sensata lo entiende. El debate tiene que ser desde el punto de vista desde la Academia, desde las ideas, desde los medios de comunicación, con campañas educativas en los colegios, ir afuera de la Plaza a insultar y agredir me parece de alguna manera colocarnos al mismo nivel que ellos y yo no soy amigo de ese tipo de expresiones. Sí de manifestaciones pacíficas, caminatas, con pancartas, pero no en las Plazas de Toros, en los parques, afuera de los colegios, de los medios de comunicación, en el exterior de las iglesias, para que la Iglesia Católica se replantee cómo es que patrocina semejante barbarie bajo el manto de sus iconos de santidad; entonces me parece que el debate hay que darlo en estos escenarios y que son mucho más productivos.


Para mí el mejor método es mostrar a través de videos lo que le pasa al toro en la Plaza y llevar esto a través de conferencias a los colegios, comunidades, grupos sociales, juveniles, con proyección de estos videos en plazas públicas, antes de las películas en los teatros, donde la gente vea esa realidad que tapan en los noticieros, que no muestran el detalle de una pica de cerca, como el toro muere ahogado en su propia sangre; eso por muy cruel que sea hay que hacerlo. Desafortunadamente, si no es mostrando esta realidad la gente no toma conciencia. Yo diría que una mezcla de mostrar esa realidad con los programas educativos en todas las instancias, es el secreto para que desaparezcan todos los espectáculos crueles con los animales



¿Cómo ve el futuro de la abolición de las corridas de toros a corto y medio plazo?


Yo opino que las corridas de toros se pueden acabar por dos vías. Porque la gente ya no vaya a la Plaza, que no exista ese recambio que yo estoy convencido que no lo va a haber de la afición actual; la gran mayoría de los jóvenes no quieren saber nada de eso y creo que es algo que va a ser importante para la abolición de las corridas. Y sería muy bueno también empujar para que se haga más temprano que tarde legislación en este sentido convenciendo a los políticos de que la gran mayoría de la gente rechaza esto y que no pueden ir en contra de ese sentir popular. Que los medios de comunicación se involucren también, ayudando y mostrando esta realidad; estoy seguro que por ahí es la clave: mostrar la realidad de lo que le pasa al toro en el ruedo, lo que no se ve ni en las noticias ni en los programas taurinos.




¿Qué le diría a toda esa gente que a pesar de no gustarle la tauromaquia y estando en contra de causar sufrimiento a los animales, no hace absolutamente nada por contribuir a poner fin a esta realidad?

Esa labor nos compete a las personas sensibles al maltrato animal. Hay que hacer que la gente tome conciencia de que a pesar de que no les gusten la tauromaquia ni hayan acudido a ninguna corrida de toros, en su Ciudad, donde hay toros, eso está pasando; que a sus espaldas están torturando y masacrando animales para que la gente se divierta y tratándolo como si fuera de interés económico o que eso le da empleo a muchas personas. Es importante que la gente se sensibilice con el dolor ajeno y aunque no participen del espectáculo entiendan que tienen que contribuir para su abolición, porque yo no puedo tener el comportamiento del avestruz cuando hay tanta crueldad que sucede a mis espaldas y esa labor le compete a los movimientos antitaurinos y los de defensa de los animales para sensibilizar al resto de la Sociedad sobre nuestra causa.

Publicado por NoDestruyasCrea

http://www.findelmaltratoanimal.blogspot.com/

(En el blog Maltrato Animal: Un crímen Legal, podéis ver más fotografías cedidas por el señor D. Álvaro Múnera )

jueves, 19 de junio de 2008

ARTE DE MATAR (ARTÍCULO DE ANTONIO MUÑOZ MOLINA)

CRÓNICA: IDA Y VUELTA

Arte de matar

ANTONIO MUÑOZ MOLINA 14/06/2008

Cuando yo tenía seis o siete años mi padre me llevó una vez a una corrida de toros. A él le gustaban mucho y le ilusionaba transmitir a su hijo esa afición. Se acordaba siempre de la tarde de agosto en que alguien bajó por la vereda de la huerta en la que trabajaba y le dijo llorando que un toro acababa de matar a Manolete, muy cerca, en la plaza de Linares. Manolete era para ellos un héroe y también una persona muy próxima. Más aún lo fue veinte años después otro matador de éxito más bien pasajero, Carnicerito de Úbeda. No sólo era de nuestra misma ciudad: su padre, de quien le venía el sobrenombre, tenía un puesto en el mercado justo enfrente del mío. De pronto ese niño al que mi padre había visto crecer era una figura del toreo que llenaba las plazas y aparecía a página entera en aquella revista taurina que se llamaba Dígame. Era, literalmente, uno de nosotros, e incluso los niños nos enorgullecíamos de que hubiera nacido en nuestra ciudad y celebrábamos su éxito. Algunas veces lo veíamos pasar en un Mercedes blanco.

Quién nos iba a vaticinar que todo aquello que nos repugnaba por pertenecer a los peores residuos del pasado regresaría convertido en modernidad

Lo que se celebra es lo más retrógrado, ahora convertido en 'cool'. Mentes selectas han decidido que las corridas de toros son alta cultura

Con los años, la corrida a la que me había llevado mi padre sólo fue un recuerdo vago de aburrimiento y disgusto. Él, sin embargo, se acordaba muy bien, con esa buena memoria para las desilusiones y los agravios menores que tienen en común los padres y los hijos. Mi padre se acordaba de que a los pocos minutos de empezar la corrida yo ya estaba preguntándole cuánto quedaba para que terminara. "¿Por qué toro van ya?". Imaginaría, con razón, que mi desinterés en los toros era otro signo de mi discordia inexplicable hacia las cosas que a él más le gustaban, las que constituían su mundo, las que yo hubiera debido aprender de él como él las aprendió antes de su padre: el campo, los animales, la hermosa agitación del mercado de abastos, las canciones flamencas que sonaban siempre en la radio. Ése era el mundo de la gente trabajadora campesina: nuestros padres estaban seguros de pertenecer a él de la misma manera visceral en que muchos de nosotros queríamos abandonarlo. No era ni el paraíso que inventa luego la nostalgia ni la cultura inmemorial y a ser posible inalterada que tanto gusta a los antropólogos y a los fabricantes de raíces vernáculas: el mundo de los campesinos pobres españoles de los años cincuenta y sesenta era el paisaje de ruinas posterior a la Guerra Civil, y su apariencia de perduración el resultado de un retroceso traído por la victoria militar de las clases sociales más retrógradas y de sus aliados eclesiásticos.

En esa aspereza sin demasiados horizontes la afición a los toros deparaba a nuestros mayores una emoción estética y la ocasión de admirar el triunfo de alguien salido de su misma clase. Raramente advertirían la brutalidad de un espectáculo sanguinario quienes la experimentaban a diario en sus propias vidas. Nosotros, los hijos de aquella gente, crecimos en el mundo que ellos habían hecho posible con su trabajo sin recompensa, y fue precisamente lo que ellos nos dieron lo que alimentó nuestra vocación de lejanía. Porque nuestra vida era mejor y más ancha de posibilidades ya no nos gustaba lo mismo que a ellos. De muy niños nos habíamos retorcido de risa viendo correr delante de un novillo a los enanos de la troupe del Bombero Torero; incluso, aunque a veces se nos partiera el corazón de lástima, no nos habíamos rebelado contra el trato brutal que recibían los más indefensos, los tontos a los que perseguían a pedradas adolescentes feroces, los perros enganchados a los que alguna mala bestia separaba con una navaja.

En esa España chillona retrógrada que se nos volvía afortunadamente tan ajena estaban incluidos los toros, a veces sólo por razones estéticas, antes de que empezáramos a tener alguna sensibilidad hacia el sufrimiento de los animales. Los pasodobles, las monteras, los trajes de luces, la grosera simbología de la sangre, la arena, la cornamenta, la espada. Era la España negra: la de los lugares comunes baratos del turismo, la de la intelectualidad extranjera que fingía apreciar nuestro exotismo y al mismo tiempo nos miraba de arriba abajo, brutos domados por un dictador y tan prisioneros de sus pasiones y sus rituales que no podían entrar seriamente en el mundo moderno.

Creíamos que la libertad, al ventilarnos el país, iría despejando toda esa panoplia de espectros; que el ejemplo de nuestra democracia y la riqueza de nuestra mejor tradición ilustrada disiparían poco a poco en el mundo la fama negra de España. Quién nos iba a vaticinar que bien entrado el nuevo siglo todo aquello que nos repugnaba por pertenecer a los peores residuos del pasado regresaría convertido en modernidad, incluso en sofisticación. Una mezcla letal de ignorancia, penuria cívica y especulación urbana se ha llevado por delante muchos de nuestros paisajes más hermosos y destruido para siempre el legado de nuestra arquitectura popular: del pasado ahora lo único que queda, lo que se celebra, lo que se conmemora, es lo más retrógrado, ahora convertido en cool, elevado a la categoría inatacable de cultura autóctona, incluso de arte de vanguardia.

Puedo comprender que mi padre se conmoviera viendo una corrida de toros: ahora veo la foto de un torero en la primera página de los periódicos más serios, leo los ríos de prosa artístico-taurina que vuelven a derramarse, y siento vergüenza de mi país, y un aburrimiento sin límites. Ya sé que en España la defensa del trato digno hacia los animales merece el mismo escarnio que se reservaba hace un siglo para las sufragistas. ¿Realmente hay mucha nobleza en el espectáculo de atormentar a un animal y de acabar con él no en ese instante de arte supremo que tanta emoción provoca entre los intelectuales de mi época, sino, como suele ocurrir, después de una repulsiva sucesión de torpes estocadas? Mentes selectas han decidido que las corridas de toros son alta cultura: no deberá extrañarnos que fuera de nuestro país mucha gente siga pensando que toda nuestra cultura son las corridas de toros. Si yo fuera pintor español, incluso si fuera pintor español aficionado a los toros, me causaría cierta desolación que el único artista español digno de la atención del crítico estrella del New York Times sea el torero José Tomás. Leo también, desde lejos, que además de artista José Tomás es poeta. Y no puedo menos que pensar en la vieja tradición de literatos caprichosos dedicados a llenarle la cabeza de pájaros a algunos toreros que tal vez se dedicaron a ese oficio por la simple razón de que les ofrecía la posibilidad de no morirse de hambre. El Llanto por Ignacio Sánchez Mejías es un gran poema, desde luego. Pero no sé si compensa las toneladas de lirismo taurino tan pegajoso como pringue de chorizo que han vuelto a inundar los periódicos, justo cuando los toros, por fin, se van convirtiendo de verdad, para la mayor parte de la ciudadanía, en una penosa antigualla que sólo sobrevive gracias a la subvención, como cualquier otra de nuestras identidades ancestrales.

PERROS Y GATOS EN CHINA (PAÍS OLÍMPICO)

domingo, 8 de junio de 2008

¿HAY TANTA DIFERENCIA?



La foto es pequeña, pero la podéis ver ampliada aquí (derechos reservados). Pertenece a la corrida del viernes en Las Ventas. La vi por TV, como otras muchas de la feria de San Isidro. Me cuesta, pero creo que debo verlas para después opinar. No me interesan los pases del torero, y si lo hace bien o lo hace mal. Me interesa ver al toro, como reacciona ante el castigo, ver como se merman sus facultades físicas a lo largo de la lidia, y analizar cada una de las suertes en que es torturado; sí, es la palabra adecuada, se pongan como se pongan y nos cuenten los cuentos que nos cuentan.

He puesto la foto, porque echa por tierra ese mito del amor al toro del torero. El diestro, de nombre Perera, clavó el estoque al toro, esperó un largo rato, y le extrajo la espada. Se sentó en donde veis en la foto (estribo lo llaman), esperó, esperó, y esperó, mientras el toro agonizaba. ¿En qué estaría pensando? ¿Donde estaba el descabello? ¿Para qué tanto sufrimiento? Por mucho que lo intentando, no he conseguido entenderlo. Por la gran faena realizada se le premió con las dos orejas.

Y luego, en la misma revista, se indignan por la primera imagen, que por cierto no ha sido tomada en España, y en base a ella nos cuentan otro cuento.

sábado, 7 de junio de 2008

MESA DEL TORO EN BRUSELAS

Comunicado de prensa de la Fundación Altarriba:

Mesa del Toro en Bruselas

En un nuevo y delirante episodio, España se ha ido a Bruselas con la banderola taurina, enarbolada por el eurodiputado Luis de Grandes (PP), aterrizando nada menos que en el Parlamento Europeo con una exposición sobre las corridas de toros y su correspondiente defensa y encomio. No nos sorprende que parte de nuestra clase política, nacional e internacional, siga en la brecha taurina con una tozudez rayana en lo desesperado, y que los ha llevado en este caso a montar en Bruselas un chiringuito de 48 horas, con un presupuesto de 180.000 euros públicos que finalmente parece que se ha ido al doble.

Lo que nos sorprende, en este caso sí, aunque no debería conociendo al sector, es que en una vuelta de tuerca hayan llegado a utilizar el ocultismo, y hasta el engaño, para aparecer allí acompañados por eurodiputados que dieran brillo y esplendor a su parada de la muerte, hasta el punto de que, para vergüenza de todos los españoles, uno de ellos, el belga Gerard Deprez, ha considerado oportuno aclarar por escrito que cree haber sido manipulado y que “lamenta sinceramente que su nombre haya podido ser asociado a un objetivo que no desea promocionar”. Y algo así debería dar qué pensar a quien esté en capacidad de poder hacerlo.

Son los últimos coletazos de esta tradición indigna, que en nuestro país por más que les reviente está en una decadencia y rechazo casi general, y que ahora intenta salvarse a la desesperada recurriendo a Europa, aunque sea con engaños, como hacen con el toro.

Nos parece lamentable la acción de esta gente que nos pone a todos colorados, y nos parece además un fraude de quienes permiten que el dinero público se dilapide de esta forma. Pero ahí estamos, vestidos de grana y oro, torturando por las plazas a costa de sacrificar animales, conciencias, éticas y, si hace falta, también servicios sociales.

viernes, 6 de junio de 2008

PONENCIA PRESENTADA EN EL PARLAMENTO EUROPEO DE BRUSELAS

RAZONES PARA ABOLIR LA TAUROMAQUIA: POR QUÉ EL TORO SI SUFRE

Si bien es cierto que en los últimos años se han producido grandes avances en lo que respecta a la legislación sobre el bienestar animal a casi todos los niveles por parte de organismos internacionales, nacionales y autonómicos, quedan aún grandes vacíos que deben ser resueltos con suma urgencia.

Se me ha pedido que como veterinario, me pronuncie sobre los espectáculos que tienen como protagonista al toro de lidia, que es el toro que se utiliza en las corridas.

Existe legislación y amplias recomendaciones sobre protección animal en lo que respecta a la mayoría de las especies criadas para su posterior consumo, sobre animales de experimentación, y sobre animales de compañía, pero poco o nada se habla sobre los toros utilizados en este tipo de festejos.

Resulta curioso leer que el bienestar animal ha sido identificado como una de las prioridades del Plan Estratégico de la Organización Mundial de Sanidad Animal desde el año 2001, pero el campo de este código moral de conducta, se limita al trasporte de animales, sacrificio de animales destinados al consumo, y al sacrificio de animales con fines de control sanitario. Posteriormente se ha ampliado a los animales de experimentación y a los animales de compañía. También la Unión Europea ha desarrollado una amplia legislación al respecto.

¿Forman parte de alguno de estos grupos los toros que son utilizados en las corridas? ¿No hay nada que legislar sobre su bienestar? Podríamos decir que no, que no forman parte, ya que las recomendaciones y lo legislado hasta ahora no se refiere a ellos. Sabemos que son trasportados a los localidades en donde serán toreados y dados muerte, y que muchos de ellos serán después utilizados para el consumo, pero se olvidan del sufrimiento psíquico y físico al que son sometidos.

Cuando la norma europea dice: “que se respetarán las disposiciones legales o administrativas, y las costumbres de los Estados miembros relativas en particular a actos religiosos, tradiciones culturales y patrimonio regional”, se está hablando de ellos, pero también podemos interpretar que los organismos internacionales no harán nada al respecto. Se habla de forma indirecta, pero no se regula nada sobre su bienestar. En beneficio de unas mal interpretadas costumbres o tradiciones se permite el uso y abuso de estos animales, pervirtiendo la norma anteriormente citada.

Somos conscientes como he dicho antes, que se han producido grandes avances en las leyes de protección animal, debido a la confluencia de varios factores, entre los que podemos destacar:

-Un mayor conocimiento de las distintas disciplinas relacionadas con los animales de renta, como son el comportamiento animal, la fisiología del estrés o el manejo correcto de los animales.
-Una mayor concienciación social sobre las necesidades de estos animales y un rechazo hacía los abusos que se consideran intolerables y no justificados, ni moral, ni económicamente.

Cuando se habla de bienestar animal surgen una serie de discrepancias, pero podríamos limitarlo a una serie de premisas:

-El organismo en cuestión, dotado de un sistema neuroendocrino, es decir nervioso y hormonal muy similar al nuestro, debería no presentar alteraciones fisiológicas, es decir, sus manifestaciones emocionales no deberían diferir de las que presentan en condiciones normales.

-El bienestar animal tiene que ver con las sensaciones experimentadas por ellos, esto es: la ausencia de fuertes sensaciones negativas llamadas en general sufrimiento, y (probablemente) la presencia de otras positivas, que suelen denominarse placer.
Toda evaluación del grado de bienestar animal debe centrarse en las mediciones de esas sensaciones.

La preocupación por el bienestar animal es el resultado de dos elementos:
Por una parte el reconocimiento de que los animales pueden experimentar dolor y sufrimiento, y por otra, la convicción de que causarles sufrimiento no es moralmente aceptable, al menos en principio, si no hay una razón que lo justifique.

¿Podemos considerar que las corridas de toros, es decir, una tradición popular en la que se somete a una tortura a un animal, el toro, son una justificación a ese dolor y a ese sufrimiento? Mi respuesta como veterinario es categórica: NO.

Todavía hay quién se pregunta si someter a un toro a estas prácticas puede causarle sufrimiento físico y psíquico, y peor aún, todavía hay, entre el colectivo al que pertenezco, quién afirma que el toro utilizado en las corridas es un mamífero especial, y que merced a determinadas respuestas neuroendocrinas no sufre o por lo menos no lo hace con la intensidad con la creemos.

La pregunta es: ¿existen estudios dotados del suficiente rigor científico que nos digan si estos animales sufren ante estas situaciones? ¿Podemos decir que la corrida implica una seria alteraciones en el normal funcionamiento orgánico de estos animales? Podemos decir sin temor a equivocarnos, respondiendo a las dos preguntas que sí, y lo vamos a demostrar.

En su ambiente natural, el animal puede expresar su comportamiento normal, que se ve afectado cuando es restringido a un ambiente artificial. Cualquier alteración que saque a este animal de su medio natural, producirá miedo y ansiedad, lo que llevará a su organismo a manifestar una serie de respuestas neurofisiológicas perfectamente estudiadas. El miedo y el dolor son unos poderosos causantes de estrés.

¿Y qué es el estrés? ¿Para qué sirve? ¿Qué consecuencias tiene para la salud? ¿Qué mecanismos son responsables de él?

El estrés se define como una “agresión contra un organismo vivo” o también como “el conjunto de reacciones biológicas y psicológicas que se desencadenan en un organismo cuando se enfrenta de forma brusca con un agente nocivo, cualquiera que sea su naturaleza”. Se define también como: “ la situación de un individuo o de alguno de sus órganos o aparatos qué, por exigir de ellos un rendimiento superior del normal, los pone en riesgo de enfermar”

¿Podemos adaptar alguna de estas definiciones a lo que le ocurre a un toro durante la corrida, desde es que es sacado de su hábitat natural hasta que se le da muerte en una plaza de toros? Cómo veterinario no me cabe la menor duda.

La sorpresa nos la llevamos en febrero del año pasado, cuando numerosos medios de prensa de nuestro país, se hicieron eco de un estudio hormonal realizado en los toros utilizados en este tipo de espectáculos (que han pasado por los tercios de varas, banderillas, faena con la muleta, estocada, descabello, y/o puntilla) o que lo han sido parcialmente (es decir, aquellos que han pasado por el tercio de varas y devueltos a los corrales, o que han pasado por el tercio de varas y banderillas y que han sido devueltos a los corrales). Debo aclarar que la mayoría de estos análisis hormonales se realizaron sobre toros muertos, ya los que son devueltos a los corrales tras salir a la plaza, o después de ser picados, o después de ser picados y banderilleados son una mínima parte.

Antes de continuar con la exposición y aunque luego ampliaré la información al respecto, debo decir que el tercio de varas es aquel en el que al toro se le clavan lo que se conoce como las puyas, que es un instrumento cortante y afilado de 9 cm de longitud (tres de púa en forma de pirámide y 6 cm de acero encordado); las banderillas (se le ponen 6) son unos arpones sujetos por palos de 6 cm de longitud. Existe una variedad que son las conocidas como de castigo que miden algunos cm más. La faena es el tiempo en el torero practica pases de distinto tipo con el capote o la muleta. La estocada consiste en clavar al toro una espada curvada de 80 cm de longitud. El descabello consiste en seccionar la médula del toro con una espada recta que lleva un tope, y la puntilla cumple la misma función que el descabello, pero se hace un cuchillo.

Una vez realizado este pequeño inciso, continuaré con la exposición: se dice en dicho estudio que los niveles de estrés en estos animales son menores que los detectados en un toro “simplemente” trasportado en un camión.

Este estudio, que muchos de ustedes conocerán, ha ido aún más lejos, ya que según se nos informa, el toro, durante corrida, es capaz de producir una gran cantidad de hormonas conocidas como betaendorfinas que serían capaces de neutralizar el dolor provocado por las puyas, las banderillas, el estoque y el descabello.

Se abre así un nuevo concepto de la respuesta del toro ante la corrida con los datos obtenidos en dicho estudio. Estudio que todavía no ha sido publicado en ninguna revista o medio de carácter científico. A pesar de que ésta premisa, que resulta fundamental para darle cierta credibilidad no se ha cumplido, yo he basado mi respuesta en él, y he llegado a una conclusión totalmente contraria: lo único que demuestra es que el toro es sometido durante la corrida a una de las mayores torturas a las que un animal puede ser sometido.


Según dicho estudio, basado como he dicho, en una serie de determinaciones hormonales, el toro sufre, pero no tanto como se podía pensar. Se decía que dicho estudio echaría por tierra muchos de los vacuos argumentos que esgrimimos los antitaurinos y los animalistas.

El primer medio de comunicación que se hizo eco de él, fue la revista taurina 6 toros 6, que tituló su reportaje publicado en el número 656 de 23 de enero: “Por qué el toro no sufre”. Luego, varios periódicos de tirada nacional como ABC, El Mundo o La Razón, publicaron amplios reportajes al respecto.
En Francia, el periódico Liberation, también informaba en sus páginas sobre dicho estudio, y más tarde lo han hecho bastantes medios de prensa de América Latina.

Desconozco la razón por la que se le dado tanta importancia mediática al asunto pero, por esa época, la ex ministra Narbona ya había hecho algunas declaraciones que no gustaron a los sectores pro taurinos y además los movimientos pro abolición de las corridas de toros cada día se hacen más incómodos con sus masivas protestas en la calle y en los medios de comunicación. Por otro lado, la opinión pública se está cuestionando la razones por la que se sigue adelante con este tipo de espectáculos. La prueba más palpable de que ha surgido un importante movimiento abolicionista de las corridas de toros en todos los países en que todavía existen, y algunos otros europeos, es la presencia del lobby pro taurino estos días en Bruselas. Nunca habían lanzado a una contraofensiva tan intensa, y sospecho que la posible retirada de las subvenciones por parte de la UE a las ganaderías de este tipo de toros tiene bastante que ver con esto.

Centrándonos en el estudio que nos ocupa debemos decir que, como su autor ha reconocido, se han derivado fondos de otros proyectos de investigación para su elaboración, y que seguramente existen subvenciones del sector privado para llevarlo a cabo.

Dado que la mayoría de ustedes son profanos en la materia que voy a tratar les diré, para que los conceptos queden claros que, el cortisol, y su precursor la ACTH, son las hormonas por la que podemos medir el estrés, es decir el sufrimiento psíquico de un animal, y que las betaendorfinas son hormonas que podemos considerar como mediadoras del dolor y del estrés.

A modo de resumen lo que se dice en el estudio en que se basa mi réplica es:

• El toro que se utiliza en las corridas es un animal, entre comillas, “especial” endocrinológicamente (hormonalmente) hablando, ya que tiene una respuesta totalmente diferente a la de otras especies animales, en cuanto al dolor y el estrés.

• El toro tiene más estrés en el momento de saltar al ruedo que durante la corrida, es decir, desde que está en los corrales hasta que transcurren sus cinco primeros en el ruedo.

• Los niveles de cortisol (hormona del estrés) son más altos en los toros devueltos a los corrales sin picar que los que si lo han sido. A su vez, estos toros picados y que son devueltos a los corrales después, tienen más cortisol en sangre que los que son devueltos después de picados y banderilleados, y curiosamente, los toros analizados después de picados, banderilleados y sacrificados por el estoque y el descabello, tienen menos cortisol que los anteriores. En resumen, que cuanto más alto es el castigo físico y psíquico al que son sometidos, menor es su estrés, ya que sus niveles de cortisol y de la hormona precursora de éste, la ACTH, son menores. La ciencia indica que debería ser al contrario.

• El toro durante el transporte sufre tres veces más estrés que durante la corrida, lo que demostraría que el toro es un animal perfectamente adaptado para este fin.

• Se puede decir que tras pasar el tercio de varas (puyas) los niveles de cortisol en estos toros llegan a ser prácticamente normales.

• Cuando hay sufrimiento o estrés, debido a una acción externa (un pinchazo, un pellizco, una quemadura) se pone en funcionamiento todo el sistema nervioso y se liberan betaendorfinas. Son lo que se conoce como hormonas del placer. Se pregunta el autor del estudio: “¿qué quiere decir esto?”, y se responde: “que si yo estoy provocando un dolor y la persona (no habla de toros, pero da lo mismo) libera muchas betaendorfinas lo que está haciendo es paliar ese dolor, porque está liberando la hormona de la “felicidad” como también se conoce”. Y añade: “la betaendorfina bloquea los receptores del dolor en el sitio donde este se produce, hasta que llega un momento en que dolor y placer se equiparan, y deja de sentirse dolor”.

• Los toros, durante la corrida, liberan 10 veces más betaendorfinas que las personas y siete veces más que durante el transporte. La puya es la que hace que el toro libere betaendorfinas en grandes cantidades, lo que hace que ese dolor sea matizado.

• El toro bravo tiene un mecanismo especial para llegar a controlar su propio dolor. Por supuesto que dolor va a sentir, pero no es lo mismo que un organismo pueda controlarlo y contrarrestarlo, hasta casi no tener sensación de dolor, que otro que no puede poner en funcionamiento este mecanismo.

• El toro de que sale a la plaza tiene un mecanismo especial que responde en milisegundos, con la liberación de cortisol y catecolaminas. El toro es distinto a los demás animales, porque en cuento siente estrés, en mucho menos tiempo que un segundo ya está liberando hormonas para contrarrestar esa situación. Las descarga para bien, para contrarrestar el dolor hasta que llega un momento en que deja de sentirlo. En cuanto avancemos en la investigación, podré afirmar que no existe ninguna sensación de dolor.

Si nos atenemos a las mínimas exigencias científicas que debe tener cualquier estudio de esta magnitud, mi opinión es que hace agua por muchos sitios.

• No se puede hablar de un estudio hormonal que trata de la respuesta de un animal (el toro) ante una situación determinada (la corrida), cuando la mayoría de los resultados hormonales se obtienen sobre un cadáver. No es adecuado por tanto el término de determinaciones hormonales durante la corrida, y sería más correcto el término de, determinaciones hormonales en un toro después de haber pasado por ella.

• No se puede decir que el toro responde en menos de un segundo con la liberación de hormonas neutralizadoras del dolor, cuando esas sustancias se determinan en un toro muerto, es decir, no se ha hecho una determinación seriada de estas sustancias a lo largo de las diversas suertes a las que es sometido el animal en la plaza.

• ¿Cómo se puede asegurar que tras la puya el toro libera en menos de un segundo betaendorfinas? Nadie ha medido las betaendorfinas inmediatamente después de los puyazos, ni inmediatamente después de las banderillas, ni inmediatamente después de le estocada o del descabello. ¿Cómo se puede hablar entonces de una respuesta tan rápida y tan intensa?

La valoración del eje hipotálamo-hipófisis-adrenales, las tres glándulas implicadas en los mecanismos que el organismo pone en marcha ante situaciones de estrés que se ha hecho en el estudio, no tiene en cuenta un importante principio científico en lo que se refiere a la medición en concreto de este tipo de respuesta hormonal:

“ES INDISPENSABE QUE, PARA QUE SE PUEDAN TENER EN CONSIDERACIÓN CIERTAS RESPUESTAS ENDOCRINAS, COMO ES LA LIBERACIÓN DE CORTISOL A TRAVES DE LA ACTH, QUE ESTÉN INTACTOS EL ESTÍMULO NEURONAL Y LA TRANSDUCCIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO”. Quiere esto decir que si existe cualquier lesión que haya dañado el sistema nervioso, este tipo de respuestas hormonales no pueden ser valoradas, ya que no se producirán con normalidad.

Sabemos que el sistema nervioso del toro durante la corrida, sufre serías lesiones como ha sido publicado en numerosos artículos y libros por veterinarios nada sospechosos (favorables a la tauromaquia), en las que se explican con todo lujo de detalles las lesiones que provocan las puyas, las banderillas, el estoque y el descabello:

“Rotura de apófisis espinosas de vértebras, sección de ramas dorsales de nervios espinales, hemorragias internas que afectan al canal medular, y lesiones en la parte alta de las costillas”. Para los que no sepáis lo que ocurre realmente durante la suerte de varas (puyas) os diré que son numerosos los estudios que demuestran que éstas no son colocadas en el lugar “adecuado”, es decir en la zona más musculada del cuello que se conoce como morrillo. El fin de las puyas, si fueran colocadas en el lugar mencionado, sería la rotura de determinados músculos y ligamentos para evitar que el toro levante en exceso la cabeza, y facilitar de esta manera el trabajo del torero. En más del 90% de los casos, las puyas son aplicadas en zonas desprovistas de una amplia masa muscular que preservarían de lesiones a importantes estructuras nerviosas, como vértebras, nervios periféricos, y médula espinal. Además, determinadas maniobras ilícitas que realizan los picadores, hacen que las lesiones provocadas por este instrumento sean mucho más graves y profundas de lo que deberían ser. El sacacorchos (que es girar la puya sobre el cuerpo del toro como si se tratara de un instrumento para descorchar una botella de vino) y el mete-saca, que es introducir la puya, sacarla, meterla, y así sucesivamente, supone provocar heridas de más de 20 cm de profundidad, cuando en realidad la puya no mide más de 9 cm. Se han descrito heridas con más de 7 trayectos diferentes provocadas por un solo puyazo. Merced a este tipo de maniobras, el toro pierde mucha más sangre de la que debería y que en muchas ocasiones no sale al exterior, sino que afecta seriamente a su canal medular, y por lo tanto afecta a las respuestas del sistema nervioso, que como he dicho es indispensable para una adecuada respuesta hormonal en lo que se refiere a los medidores del estrés (ACTH-Cortisol). No olvidemos que la médula espinal y los nervios periféricos son el hilo conductor de las órdenes que deban llegar a las glándulas encargadas de iniciar la respuesta hormonal que terminará con las adecuadas descargas de cortisol en las glándulas adrenales. Es muy típico que al toro, tras la suerte de varas, al salir del caballo, le fallen las extremidades anteriores prueba evidente de que su sistema nervioso se ha visto afectado. No es ésta la única causa de este fenómeno se produzca, pero como han reconocido los veterinarios especialistas en el toro de lidia, es muy frecuente que se deba a este hecho. Tampoco podemos olvidar que en muchas ocasiones, las puyas traspasan la pleura y provocan neumotorax lo que se traducirá en una importante insuficiencia respiratoria.

Las banderillas, arpones de 6 cm de longitud, cumplen la misión de seguir lesionando nervios, músculos y vasos sanguíneos durante el resto de la corrida, merced a los movimientos del toro durante sus embestidas.

La llamada “suerte suprema”, es decir la estocada, persigue la muerte del toro. En la mayoría de las ocasiones, el estoque, espada curvada de 80 cm, no es colocada en el sitio “adecuado”, lesionando cordones nerviosos laterales a la médula, provocando lesiones broncopulmonares, con profusas hemorragias en la cavidad torácica, e incluso puede traspasar el diafragma, lesionando hígado y panza, haciendo más larga, si cabe, la agonía del toro.

El descabello y la puntilla sirven para desconectar todo el sistema nervioso, ya que seccionan la médula espinal. ¿Existe un daño neurológico más grande que éste? Se sabe que en personas que han sufrido graves lesiones de médula espinal como consecuencia de accidentes de tráfico, la respuesta hormonal que derivaría en la descarga de cortisol está minimizada e incluso abolida.

En cuanto a las betaendorfinas, las mal llamadas hormonas de la felicidad, leemos en el estudio que se las atribuyen propiedades que no tienen. Estas sustancias, también conocidas como opioides endógenos se descubrieron hace muchos años, y en ningún estudio de los que yo he consultado, y han sido numerosos, se las dota de la capacidad de neutralizar el dolor. A lo sumo, en algunos, se dice que son capaces de paliarlo.

Nadie niega que el organismo las produzca cuando se le provoca un dolor, que no debemos olvidar que es un mecanismo de defensa, y nadie niega que se descarguen en grandes cantidades ante situaciones de estrés.

Las betaendorfinas son MEDIADORAS Y MEDIDORAS del dolor y del estrés, pero nunca serán capaces de neutralizarlo como se nos quiere hacer creer en el estudio. Da lo mismo que el toro de lidia descargue diez veces más betaendorfinas que la especie humana. Tampoco sabemos que cantidad de ellas seriamos nosotros capaces de producir en circunstancias similares a las que sufre un toro durante la corrida. Ninguno de nosotros ha sido ni será lidiado, y por lo tanto este tipo de comparaciones carecen de validez científica. Cualquier trabajo científico que haga comparaciones entre especies, debe someter a las especies comparadas a las mismas situaciones.

Éste es otro de los grandes errores del estudio que estamos analizando. Si queremos entrar en estudios comparativos entre especies podemos afirmar que:

Existen muchos estudios realizados en mujeres durante el parto que demuestran que, a mayor cantidad de betaendorfinas detectadas en su sangre mayor es el dolor y el estrés que han padecido. Aquellas mujeres que calificaron su parto como insoportable eran las que más betaendorfinas tenían en su sangre y curiosamente los fetos que tuvieron un mayor sufrimiento durante el parto eran los que más altas tasas de betaendorfinas presentaban.
Podemos concluir por tanto que a mayor dolor y mayor estrés más betaendorfinas se detectarán en los análisis. Quedaría por tanto demostrado que las betaendorfinas no anulan, ni tan siquiera matizan el dolor, sino que más bien son unos excelentes medidores de la intensidad del mismo que el organismo está sintiendo.

Además, se sabe por estudios publicados muy recientemente que, las betaendorfinas descargadas por estrés no tienen la más mínima función analgésica. Estas hormonas fabricadas por el propio organismo, han sido purificadas e inyectadas en personas para comprobar dicho poder analgésico. Los resultados son claros: salvo que sean inoculadas por vía intracraneal son incapaces de paliar el dolor.

Podemos preguntarnos la razón por la que, si el cortisol es una hormona que nos sirve para medir el estrés y las betaendorfinas también lo son (además de para medir el dolor), el toro tiene menos cortisol del esperado y sin embargo su sangre está repleta de betaendorfinas. Para mí, la respuesta está en la integridad del sistema nervioso, que es indispensable para una normal descarga del cortisol, pero que no es necesaria para la descarga de betaendorfinas, ya que se sabe que estas últimas pueden ser producidas en los lugares donde se provoca el dolor (zonas donde son clavadas las puyas, las banderillas, el estoque y el descabello), sin mediación del sistema nervioso merced a una serie de mecanismos celulares. Podemos pensar además, que esa increíble ausencia de valores elevados de cortisol se podría deber a lo que se conoce como síndrome general de adaptación, y que se produce cuando un organismo agotado es incapaz de responder adecuadamente al sufrimiento al que se le está sometiendo. Este fenómeno fue estudiado por Selye hace muchos años y tiene plena vigencia en la actualidad, siendo igual de válido para personas que para animales.

Para concluir os diré que éste estudio que nos quiere hacer creer en la existencia del supertoro se contradice totalmente con otro que se publicó dentro de una tesis doctoral en el año 2002, que dejaba bien claro que la corrida suponía un enorme estrés para el toro. El estudio del que se extrajeron estas conclusiones se basó también en la determinación ACTH y el cortisol. En aquel eran altísimas, y en el actual son casi normales. Esta contradicción deberá ser explicada por el autor de ambos estudios.

Mis conclusiones con respecto al estudio al que hecho referencia son claras:

Las respuestas hormonales con respecto al estrés no son las esperadas por los daños neurológicos que se le provocan al toro durante la corrida, y que son causados por las puyas, las banderillas, el estoque, el descabello, la puntilla y el agotamiento al que es sometido el animal; las grandes cantidades de betaendorfinas detectadas en su sangre son la respuesta normal de un organismo sometido a un gran dolor y a un gran estrés, y nada tienen que ver con su capacidad para neutralizarlo; y como ya he comentado, creo que la forma y el fondo del mismo, así como el modo en que ha sido llevado a cabo, le hacen carecer del rigor científico necesario para poder ser considerado.


José Enrique Zaldivar Laguía.
Veterinario.

JORNADA ANTITAUROMAQUIA EN EL PARLAMENTO EUROPEO

El día 4 de junio, se celebró en una de las salas del Parlamento Europeo de Bruselas, un seminario con el título: "por una Europa sin corridas". Intervinieron como ponentes Raúl Roméva, Jennifer Berengueras, Claude Turmes, Jordi Portabella, Carl Schlyter, David Hammerstein, y José Enrique Zaldívar.

El seminario fue un éxito, y los ponentes desmontaron con sus argumentos todos aquellos de los que se valen los taurinos para defender las corridas: dehesas, desaparición de una raza de bóvido, apoyo de la ciudadanía, tradición, cultura, y estudios neuroendocrinos que afirman que el toro prácticamente no sufre durante la lidia porque está geneticamente adaptado para ella.

La sesión duro dos horas, y a continuación, se celebró un acto en la Plaza Luxemburgo delante del Parlamento Europeo del que podéis ver un vídeo más abajo.

El único punto oscuro de la tarde fue el impedir el acceso a las instalaciones del Parlamento a todos aquellos que llevaban una camiseta con el lema STOP-TOROS o mensajes similares. Dicha entrada fue impedida por el personal de seguridad del Parlamento a petición de los miembros de la que se ha denominado Mesa del Toro y que esa misma tarde celebraba un acto en el mismo lugar. No voy a hacer ningún comentario al respecto, ya que es obvio que la libertad de expresión de las personas se vio coaccionada. La oficina de Los Verdes de Europa, ha emitido una nota de protesta al respecto.

Todo se desarrolló de forma tranquila y pacífica salvo el lamentable hecho que he comentado más arriba.

En otra entrada del blog podréis leer mi ponencia, y en cuanto las tenga disponibles, pondré las fotos que se tomaron en dicho acto.

Además, el mismo día por la mañana y en el marco de unas jornadas organizadas por diversas asociaciones nacionales e internacionales, como adda, animal asociacad, cas, crack, flac, fondation Fran Weber, peta, league againts cruel sports, sos, y wspa, se presentó la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia (AVAT), recientemente creada, y que está a la espera de su aprobación por el Ministerio del Interior

Aquí os dejo diversos enlaces de prensa, y algunos de los artículos que han recogida con mayor o menor fortuna nuestra presencia en Bruselas. Lógicamente, el que ha dado mayor cobertura a la noticia ha sido el diario Público, al que quiero mostrar mi agradecimiento.

"LOS VERDES Y LOS GRUPOS ANTITAURINOS DENUNCIAN LOS "MITOS" QUE SUSTENTAN LAS CORRIDAS

El grupo de los Verdes en el Parlamento Europeo y una serie de organizaciones antitaurinas han denunciado hoy los "mitos" que, en su opinión, están en la base de las corridas de toros y han pedido que no se siga subvencionando con dinero público lo que califican de "negocio" en vías de desaparición.

Los adversarios de los espectáculos taurinos han reclamado "una Europa sin corridas" durante un seminario organizado como contrapeso al acto que la Mesa del Toro ha convocado para esta tarde en la misma sede del Parlamento Europeo en Bruselas.

La presidenta del seminario, la eurodiputada Caroline Lucas, del Partido Verde del Reino Unido, ha calificado de "vergonzosa" la pervivencia de las corridas en la Europa de hoy y ha animado a "desenmascarar" el "icono de la tauromaquia".

Uno de los ponentes, el veterinario José Enrique Zaldívar, ha criticado el primero de los supuestos "mitos", el de que los toros de lidia no sufren, porque serían una raza especial.

Según él, "carece de base científica" el estudio que el profesor de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid Juan Carlos Illera presentó el año pasado y en el que se concluía que los toros sufren menos estrés durante la lidia que en el transporte a la plaza.

Zaldívar ha cuestionado la fiabilidad de los valores hormonales hallados por Illera, porque fueron obtenidos en su mayoría en animales ya muertos o porque no tuvo en cuenta los daños neurológicos infligidos al animal durante las suertes de varas y banderillas.

"Ni siquiera los taurinos habían puesto en duda hasta ahora que el toro sufría durante la corrida", según este veterinario.

Por su parte, la ecologista española Jennifer Barengueras ha negado otro de los argumentos utilizados por los partidarios de las corridas: que sean buenas para la conservación del medio ambiente y la biodiversidad.

"No es cierto que las dehesas vayan a desaparecer sin los toros bravos", ha dicho la ponente, quien también ha asegurado con la ayuda de mapas que ni al lince ni al águila imperial les gustan las dehesas.

Barengueras ha calificado de "falacia" decir que los toros de lidia podrían "extinguirse" si se prohíben las corridas, porque no constituyen una especie, ni siquiera una subespecie, sino sólo una variedad "seleccionada por el hombre".

Por su parte, el presidente del grupo municipal de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) en el Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Portabella, invitado al acto como político y biólogo, refutó la afirmación de que los toros sean una tradición popular en España.

Portabella ha citado encuestas periodísticas y del instituto de sondeos Gallup según las cuales "entre el 70 y el 80% de la gente está en contra de los toros en el Estado español".

El republicano ha denunciado las "subvenciones encubiertas" de las administraciones públicas que recibe el sector.

Vídeo

La Vanguardia

El País

BBC Mundo

Dw.world