miércoles, 2 de julio de 2008

ATÓPIA CANINA

ATÓPIA CANINA

Son muchos los perros que atendemos en nuestras clínicas porque se rascan o porque se lamen en exceso determinadas partes de su cuerpo. A lo largo del presente artículo os contaré algunas de las causas que provocan tales conductas, y entenderéis las razones por la que casi nunca, los veterinarios, podemos controlar estos problemas en su totalidad.

Las enfermedades debidas a hipersensibilidad están perfectamente estudiadas en el perro. Podemos decir que la alergia es una reacción inmunológica dañina como consecuencia de la exposición a un alergeno ambiental, alimento, parásito o fármaco.
Podríamos nombrar hasta seis tipos de reacción de hipersensibilidad según los mecanismos celulares que intervienen en la respuesta del organismo, pero no es el objeto del presente artículo.

Se trata de una enfermedad con predisposición hereditaria por la cual el organismo responde con la producción de anticuerpos hacia alergenos ambientales, lo que resulta en una enfermedad alérgica.

Las causas más frecuentes son los alergenos ambientales inhalados o absorbidos por vía percutánea, y que incluyen a los pólenes de los árboles, malezas y pastos; mohos; polvo del hogar o ácaros del polvo del hogar; caspa animal y otros tales como hormonas (estrógenos y progesterona), parásitos externos e internos, y alimentos. No son raras las alergias a la saliva de la pulga o a las gramíneas, por poner algún ejemplo.

Ante la agresión del alergeno, el organismo reacciona produciendo una serie de sustancias que conducirá a la aparición de picor (prurito).

La vías de entrada más común para estas sustancias que provocan la alergia es la respiratoria, pero también por pueden ser absorbidos por vía percutánea en aquellas zonas corporales de escaso pelaje.

Estimaciones recientes sugieren que la dermatitis atópica afecta entre un 3-15% de la población canina. La forma de herencia es hasta ahora desconocida e involucra muchos factores alérgicos y no alérgicos. Por ello, el desarrollo de la dermatitis atópica clínica también puede desarrollarse por sucesos ambientales o problemas concurrentes, tales como una infestación por pulgas, una infección de piel por bacterias o por levaduras, e incluso por vacunaciones.

La edad promedio de aparición es entre 1 y 3 años, con un rango de 6 meses de edad hasta más de 6 años.
Se ha observado en casi todas las razas, y quizás, las menos afectadas sean el Pastor Alemán, Doberman, Dachshund, Cocker spaniel americano y Caniche.

Los signos clínicos más frecuentes son el frotado de cara, lamido de pies, y prurito axilar. Algunos perros, especialmente los jóvenes, muestran un patrón estacional que variará en función de la zona geográfica en que viváis. A medida que el perro envejece, estos signos se harán más intensos y frecuentes. Algunos perros atópicos tienen una historia de enfermedad alérgica todo el año (no estacional), especialmente en aquellos sitios en donde las estaciones del año son muy pronunciadas en cuanto a cambios de temperatura.

Las lesiones que presentan los perros afectados pueden ser muy variadas, ya que podrán ser agudas o crónicas, localizadas o generalizadas, y se podrán encontrar generalmente en la zona periorbitaria y los pies, el pabellón auricular, el flanco, el perineo, zona ventral del abdomen, y axilas. La mayoría de las lesiones son secundarias al prurito. Casi siempre nos encontraremos con infecciones secundarias por bacterias y levaduras (malassezia). Es frecuente encontrar decoloración del pelo en las zonas de lamido por efecto de la saliva. En algunas ocasiones, aunque es raro, nos encontraremos con perros que se rascan pero que no presentan lesiones.

El diagnóstico lo solemos hacer por la historia del perro y por nuestra propia experiencia. Puedo deciros que, en esta enfermedad nuestra intuición y el examen físico, pueden dar más frutos que cualquier prueba diagnóstica.

Aún así no estarán de menos los análisis de sangre y de orina, y raspados de piel. Las biopsias de piel, aunque no siempre, también pueden ser útiles, especialmente si se realizan al principio del proceso.

Lo ideal en estos casos es identificar lo que produce la alergia en vuestro perro, y la única manera de hacerlo es la realización de lo que se conoce como pruebas alérgicas. Pueden ser realizadas en la piel (pruebas intradérmicas) o en sangre. Existen una serie de paneles estandar y son bastantes los laboratorios en España que ya realizan este tipo de análisis. Antes de realizar estas pruebas, que son bastante costosas, lo mejor es hacer lo que se conoce como Screening, que es una prueba que se realiza en sangre y que nos dirá si el perro es o no atópico.
Aún así, hay dermatólogos veterinarios que ponen en entredicho la utilidad de ésta prueba.

El debate que surgió hace tiempo y que aún hoy se mantiene, es saber cual de las dos pruebas es más fiable, si la que hacemos en piel o la que hacemos en sangre. Las últimas tendencias nos llevan hacía la segunda opción, pero tan sólo porque es más cómoda para el perro. Lo cierto es que si a un perro le hacemos las dos pruebas, la concordancia entre ambas es de solamente el 50%, y parece ser que las intradérmicas son más fiables. Quiero decir que las positividades a determinados alérgenos sólo coincidirán en la mitad de ellos. Además, la interpretación de los resultados de la prueba en sangre es bastante más sencilla que la intradermica.

Lo cierto es que tener un perro atópico es un gran problema para sus propietarios y un quebradero de cabeza para los veterinarios.
Lo primero que por lógica debemos hacer es evitar el contacto con los alérgenos, usar medicaciones tópicas y/o sistémicas cuando resulten necesarias, considerar la hiposensibilización y tratar todos los problemas concurrentes.

Una pequeña carga alérgica puede ser soportada por un perro sin manifestar signos clínicos; pero un pequeño aumento en la carga de alergenos puede llevar al perro a superar el umbral e iniciar los síntomas clínicos (pico alérgenico). Este umbral no es algo fijo y puede aumentar o disminuir por la acción de varios factores que afecten al perro, incluyendo la condición general de la piel, el estado nutricional, infección, estado parasitario y medio ambiente.

En un cuadro adjunto quedan resumidas las cosas que podéis hacer para reducir el contacto con determinados alergenos ambientales dentro de vuestras casas.

En cuanto a la terapia que podemos utilizar para mejorar los síntomas de vuestros perros, podemos nombrar en primer lugar la tópica, que utilizaremos para reducir rápidamente el picor. Un dato importante que debéis conocer es que los baños con agua caliente agravan el prurito, por lo que si debéis bañar al perro, lo haréis con agua fría. Estos baños se realizarán con la frecuencia que sea necesaria, utilizando los champús, acondicionadores o lociones adecuados para estos casos. Deberá ser vuestro veterinario el que os indique los más adecuados en función de los problemas que detecte en la piel de vuestros perros.

Los corticoesteroides por vía oral serán utilizados de forma rutinaria, aunque en caso de lesiones muy localizadas podremos tratarlos con cremas, o ungüentos.
Os debo decir que, fármacos tan útiles en medicina humana para tratar las alergias como son los antihistamínicos, tan sólo funcionan en el 25-35% de los casos en perros, y que deben ser utilizados con cautela en perros con arritmias.
Los ácidos grasos también deben formar parte de la terapia en el perro atópico.
En muchas ocasiones, cómo he comentado anteriormente, las alergias se complican por la presencia en la piel del perro de bacterias y levaduras. En estos casos se hará necesario el uso de antimicrobianos.
En la actualidad se están probando nuevos tratamientos, y quizás el más interesante sea el uso de una sustancia llamada ciclosporina, que ya ha sido comercializada en España hace tiempo, como tratamiento específico de la atópia, aunque en mi opinión debe ser manejada con mucho cuidado y ser utilizada sólo en aquellos casos en que el resto de las terapias hayan fracasado y la intensidad de los síntomas y lesiones que presenta el perro lo hagan recomendable.

La inmunoterapia puede resultar también útil si conocemos los alergenos que provocan el cuadro alérgico en el perro. La hiposensibilización podremos tenerla en cuenta cuando los síntomas se manifiestan o perduran más de cuatro meses al año. Si el tratamiento resulta efectivo, y no siempre es así, la mejoría del perro se observara por término medio a los 9 meses de iniciada la terapia, y oscila aproximadamente en el 50% de los casos, aunque una respuesta excelente tan sólo se observa en el 25% de ellos. Debo añadir que éste tipo de tratamientos son bastante caros, al igual que las pruebas que realizamos para determinar lo que a vuestro perro le produce la alergia. Es raro encontrar un perro que sea alérgico a una sola cosa, por lo que los tratamientos de hiposensibilización suelen contener el “cóctel” de sustancias ante las que el organismo de vuestro perro responde desencadenando los síntomas de la alergia.

Si hemos llegado a la conclusión de que el perro presenta alergia a algunos de los componentes del alimento, deberemos buscar la dieta adecuada que no los contenga. Podremos optar por una dieta casera o por una de las muchas que las fábricas de piensos ponen a nuestra disposición.
A veces, este tipo de alergias alimentarias se manifiestan, además de por prurito, por trastornos digestivos como vómitos y diarreas.
Si la causa de la alergia son las pulgas, o mejor dicho, la saliva de éste parásito, deberemos actuar sobre ellas a nivel del perro y del entorno en donde habita.


CUADRO: ACTUACIONES SOBRE EL MEDIO AMBIENTE DEL HOGAR (Nesbitt-Ackerman)

-Alergia a mohos

-Limpiar periódicamente los humidificadores, vaporizadores, deshumidificadores y equipos de aire acondicionado.
-Colocar en diferentes áreas de la casa platos con rodaja de patata cruda apenas cubiertas de agua. Comparando la velocidad de crecimiento y la cantidad de mohos que han crecido se puede deducir cuáles son las áreas problema de la casa.
-Las plantas de interior son una fuente común de alergenos de mohos para los perros, por lo que deben ser retiradas. Si no puede hacerse deberán colocarse pedacitos de carbón de filtro de acuario en la superficie de arena de la maceta.
-Los acuarios son una importante fuente de mohos, por lo que es conveniente el uso de algicidas y lavar con mucha frecuencia los accesorios.
-Es muy importante una buena ventilación para evitar su crecimiento.
-Tratar el piso y las paredes con pinturas o productos antihongos.
-Las almohadas y colchones también son una fuente de mohos y hongos. Las almohadas deberán ser de fibra sintética o trocitos de goma espuma, y los colchones deberían ser forrados con fundas removibles para poder ser lavadas con frecuencia.

-Alergia al polvo y a los ácaros del mismo.

-Un gramo de polvo casero puede contener hasta 500 ácaros, y una almohada de seis años de antigüedad puede tener cerca del 10% de su peso en ácaros.
-Imprescindible aspirar las alfombras con mucha frecuencia, aunque sería preferible retirarlas. Las aspiradoras que no tienen vacío filtrado no remueven los ácaros de las alfombras.
-El relleno de cualquier acolchado para mascotas debería ser de un material sintético, como fibras. Debe evitarse el uso de rellenos de estopa, plumas, lana y pelo de caballo. Se puede usar algodón pero no es tan bueno como la fibra.
-Lo ideal es el uso de almohadas antibacterianas y antimicrobianas y usarlas con cubiertas no alergénicas impermeables.
-Los colchones deberán ser enfundados o en su defecto lavados con mucha frecuencia en agua caliente y secados en el exterior.
-Los muebles rellenos de estopa y las plantas de interior pueden provocar fuertes reacciones alérgicas en perros alérgicos al polvo.
-Los sistemas de calefacción y refrigeración de los hogares atrapan mucho polvo, por lo que los conductos y filtros deben ser limpiados con mucha frecuencia.
-Una casa debería tener una humedad relativa entre 30 y 50% dado que los ácaros no pueden reproducirse en niveles de humedad menores al 60%. Un higrómetro permite saber la humedad que tenemos en casa.
-Es aconsejable utilizar una aspiradora de tipo cilíndrico, dado que los modelos verticales con bolsa regresan el polvo al ambiente a medida que pasa a través de la bolsa, y así el polvo no es continuamente recirculado al aire.
-Existen en el mercado productos acaricidas del polvo que pueden ser utilizados en el hogar.

José Enrique Zaldivar Laguía
Clínica Veterinaria Colores.
Pso de Santa María de la Cabeza 68 A.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Hola! Ante todo enhorabuena por este grandioso trabajo que espero que continúe para seguir enriqueciéndonos a los que aún sabemos poco, gracias.

Mi perro se rasca los ojos y es muy burro, le han salido dos puntos blancos que se extendían pero con tratamiento se le han quedado en dos puntos que no se le eliminarán pero que no le quitan visión (según dijo el veterinario). El problema está en que no deja de rascarse y nos dijo que era alergia a "algo" pero que ese "algo" era casi imposible averiguar porque las pruebas de alergía no lo iban a detectar, sería casi imposible. El perro ha estado en varios ambientes y por esa razón no podemos saber a qué es alérgico. Dice el veterinario que es a algo que principalmente se introduce por su nariz (polvo, aromas...) y le produce escozor en los ojos. No sé cómo encontrarle solución al problema que parece permanente. ¿Cómo adivinar a qué es alérgico el perro si las pruebas de alergia no encubren todas las posibilidades?

jezl dijo...

No creo que si el problema se reduce a picor en los ojos, sea consecunecia de una alérgia. Supongo que lo que ha tenido serán úlceras de córnea y los puntos blancos de los que hablas sean consecuencia de la cicatrización de las mismas. Podrías probar con un collar isabelino, hacer un estudio del ojo, a ver si el problema se produce por un entropión.