martes, 28 de septiembre de 2010

LA TERCERA EDAD EN EL PERRO

                                                             
                                                             LA VEJEZ EN EL PERRO


Por desgracia, la longevidad del perro no es muy larga con respecto a otros mamíferos, y en especial con respecto a la especie que los atiende y cuida, es decir, la humana. El tiempo no pasa en balde, y llegará un momento en que nuestros compañeros, empezarán a presentar los "achaques" lógicos, que son consecuencia del desgaste orgánico. Nos encontraremos entonces con algunas enfermedades que tomarán lo que llamamos un carácter crónico, y que, aunque en muchas ocasiones no van a provocar la muerte del perro, si hará necesario su correcto diagnóstico y su adecuado tratamiento, para evitar un desenlace fatal antes de tiempo.

Pero, ¿cuándo podemos considerar que un perro es viejo? Generalizando, podríamos decir que a partir de los 8 años, pero esta consideración no me parece demasiado adecuada, ya que muchos perros a esa edad, habrán recorrido únicamente la mitad de su vida.

Podemos decir que la alzada es un parámetro sumamente importante para pronosticar la edad a la que probablemente morirá nuestro perro. Sabemos a ciencia cierta que, un perro de pequeña tamaño, vivirá más que uno mediano, y éstos a su vez más que los grandes o gigantes, pero no debemos olvidarnos de cuestiones tan importantes como la raza, en caso de que la tengan, la alimentación recibida a lo largo de su vida, las enfermedades que hayan padecido,  los tratamientos que se les hayan dispensado para tratarlas, y los cuidados que se les hayan suministrado por parte de sus propietarios.

En muchos libros de divulgación, aparecen unas tablas de correspondencia de edades, que sirven para trasformar la edad del perro con respecto a la nuestra. Antes, se decía que 7 años de vida de un perro, correspondían a 1 año de vida de un humano, pero esto, no es cierto. Por lo general los perros al cumplir el año, han alcanzado la madurez sexual, y en muchos casos están completamente desarrollados.


Cuadro: Relación "aproximada" de la edad de un perro con la de la especie humana.

 Edad                   0-9 kilos          9-22 kilos          22-40 kilos          más de 40               

 6  años                  40                   42                     45                    49

 7  años                  44                   47                     50                    56

 8  años                  48                   51                     55                    64

 9  años                  52                   56                     61                    71

10 años                  56                   60                     66                    78

11 años                  60                   65                     72                    86

12 años                  64                   69                     77                    93

13 años                  68                   74                     82                   101

14 años                  72                   78                     88                   108                                                      

15 años                  76                   83                     93                   115

16 años                  80                   87                     99                   123

17 años                  84                   92                    104

18 años                  88                   96

19 años                  92                  101

20 años                  96


Si hacemos un repaso a los problemas orgánicos que pueden afectar al perro "entrado en años", y empezamos por los ojos, podemos referirnos a las CATARATAS, que son ni más ni menos que la opacificación del cristalino, que llevará a lo que se conoce como "nictalopatía", que es la dificultad para ver en condiciones de escasez lumínica. Tradicionalmente, las cataratas se han reconocido como "inmaduras", si sólo está afectado parte de el cristalino, "maduras", si todo el cristalino es opaco, e "hipermaduras" si ha ocurrido la licuefacción lenticular. Si las cataratas ocupan menos del 30% del cristalino, o si afectan a un sólo ojo, muchas veces pasarán inadvertidas. Las que ocupan más del 60% del cristalino, por lo usual, son reconocibles. La "turbidez" antes de que se presente el deterioro visual, es una esclerosis más que una catarata. Por supuesto me estoy refiriendo a lo que se conoce como cataratas espontáneas, que son las que se presentan con la edad, y no a aquellas que presentan un carácter congénito, o las que presentan los perros con diabetes mellitus o las que presentan en enfermedades capaces de provocar hipocalcemia. El tratamiento de elección, una vez hecho un profundo estudio del ojo, es la cirugía, que da excelentes resultados en el 90% de los casos. Las gotas antioxidantes/antiglicación han sido recientemente comercializadas afirmando que su aplicación tópica reduce la opacificación del cristalino en perros. Aunque no se han hecho estudios bien controlados, los informes preliminares de oftalmólogos veterinarios no apoyan tal afirmación sobre su eficacia.
Es importante saber que una vez desarrollada la catarata, su velocidad de progresión varía, según su localización dentro del cristalino y la edad del paciente. En ocasiones se pueden presentar como complicaciones: uveitis, glaucoma, y desprendimiento de retina.

La cavidad bucal es otra de las zonas que se puede ver más afectada con el paso de los años. Es conveniente aprovechar las visitas de rutina al veterinario, para que éste valore su estado, y sugiera, si es necesario, los tratamientos adecuados, que en la mayoría de las ocasiones pasarán por una profunda limpieza dental, y la instauración de una serie de pautas de obligado cumplimiento por parte del propietario. No debemos olvidar que en algunos casos, un mal estado de la boca, puede conducir a serios problemas cardiacos, en especial en aquellos perros que ya presentan alguna patología en este músculo fundamental para la vida. Una de los problemas más frecuentes, si es que no se han seguido las indicaciones del veterinario, serán las fístulas oronasales, las infecciones, la periodontitis, y las pérdidas de piezas dentales.

Con respecto al corazón, es muy frecuente que cuando vuestro perro haya cumplido determinados años, empiece a manifestar cierta fatiga después de esfuerzos de los que antes se recuperaba con suma rapidez. Evidentemente esta circunstancia puede ser achacable a la edad, o a determinados problemas osteoarticulares a los que me referiré luego, pero, si este cansancio va a acompañado de un sonido unas veces seco y otras húmedo, que sale de su garganta, es recomendable una visita al veterinario. En muchos casos, la tos, se hará más evidente por la noche. Si aparecen los síntomas descritos, es más que probable que vuestro perro tenga una INSUFICIENCIA CARDIACA CONGESTIVA.
En estos casos, el corazón tendrá dificultades para impulsar la sangre en cantidades suficientes para satisfacer las necesidades metabólicas del paciente o para impedir que la sangre se acumule dentro de la circulación venosa sistémica. Debido a esta dificultad, todos los sistemas orgánicos pueden verse afectados por la escasa oferta de sangre o los efectos de la congestión pasiva por el encharcamiento de sangre venosa. Las consecuencias más graves que se pueden presentar son: efusión pleural, ascitis, edema periférico, o edema de pulmón.
Cuando examinamos un perro con ICC en la clínica, nos solemos encontrar con un soplo cardiaco audible por auscultación, y con un aumento del tamaño del corazón, ya sea del lado derecho o del lado izquierdo, por afectación de las válvulas cardiacas mitral o tricúspide, y dilatación de los grandes vasos de la cavidad torácica. El electrocardiagrama es frecuente que presente alteraciones, al igual que si medimos la presión arterial. También se harán evidentes en muchos casos, alteraciones del ritmo cardiaco.
El tratamiento dependerá del grado de afectación cardiaca, ya que en procesos incipientes, bastará con la utilización de un vasodilatador por vía oral, es decir un IECA. En otras ocasiones, se hará necesario el uso de: diuréticos, digoxina, venodilatadores, antiarrítmicos, agentes inotrópicos positivos, dilatadores arteriolares, bloqueantes de los canales del calcio, y beta bloqueantes.
El tratar con prontitud estos problemas, va a garantizar en la mayoría de las ocasiones, que el perro pueda vivir años sin demasiados problemas, pero la dejadez, hará que se presenten graves complicaciones que podrán acabar con su vida en un lapso corto de tiempo.

Entre los problemas endocrinos que nos podemos encontrar en los perros geriátricos, el más frecuente es la DIABETES MELLITUS, que es ni más ni menos que, un disturbio metabólico de carbohidratos, grasas, y proteínas causado por la deficiencia de insulina absoluta o relativa. Las consecuencias lógicas de este proceso serán: hiperglucemia (aumento del azúcar en sangre), glucosuria (presencia de glucosa en la orina), y presencia de polidipsia (aumento de la ingestión de agua), poliuria (aumento de la eliminación de orina), y polifagia (aumento de la ingestión de comida). El menor uso de la glucosa para obtener energía, dependiente de la insulina, va a provocar un mayor metabolismo de las proteínas, con pérdida de peso, y aumento en la movilización de las grasas.
Dado que es una enfermedad que se da con más frecuencia en hembras, es importante apuntar que, las afectadas deberían ser esterilizadas una vez que la diabetes está controlada con los tratamientos oportunos, ya que la progesterona descargada durante el diestro dificulta el manejo de la enfermedad.
Para el tratamiento de esta enfermedad en el perro, se hace necesario el uso de insulina, y de dietas adecuadas, en función del peso que tenga el animal cuando presente el problema, ya que muchos suelen ser obesos.

Entre los trastornos que con relativa frecuencia nos podemos encontrar en los perros machos de cierta edad, están los que afectan a la próstata. Así, podemos hablar de HIPERPLASIA PROSTÁTICA BENIGNA, PROSTATITIS/ABSCESO PROSTÁTICO, QUISTES PROSTÁTICOS, Y NEOPLASIAS PROSTÁTICAS.
La hiperplasia (aumento de tamaño) es un fenómeno provocado por alteraciones hormonales, con aumento de la relación estrógeno:andrógeno intraprostático asociado con la edad. Las manifestaciones clínicas de esta patología son mínimos o están ausentes, salvo que, se produzca una infección ascendente desde el tracto urinario con el posterior desarrollo de una prostatitis bacteriana.
La prostatitis es la inflamación de la próstata, que se puede presentar en asociación con una infección bacteriana, de curso agudo o crónico, y que puede evolucionar o progresar hasta provocar un absceso prostático.
Los quistes pueden ser primarios o secundarios a hiperplasia, neoplasia o inflamación. La presencia de mútiples quistes, suele estar asociada a una prostatitis previa.
La neoplasia más frecuente es el adenocarcinoma prostático, y su incidencia es similar en perros castrados que en perros enteros. El gran problema de este tipo de tumores, es que, en un tercio de los casos, se van a presentar metástasis óseas, en la columna lumbo sacra o en la pelvis.
Los perros afectados por alguna de estas patologías, pueden presentar una sintomatología muy variada: tenesmo, constipación, descarga uretral hemorrágica, disuria, estranguria, hematuria, vómitos, letargia, inapetencia, pérdida de peso, descarga uretral purulenta, piuria, infertilidad, marcha rígida, infección urinaria recurrente o crónica, y en caso de tumores, emaciación, disquesia, alteración locomotora del tercio posterior, dolor lumbosacro...
Como es evidente, los tratamientos estarán en función de la alteración prostática que presente el perro. En los casos de hiperplasia lo recomendable será la castración, aunque hay alternativas para perros con un alto valor reproductivo. En el caso de prostatitis aguda, se recomienda el uso de antibióticos, y en la crónica, en muchas ocasiones, si ésta medicación no funciona, o se hace recidivante, la castración. En caso de quistes, la castración también está indicada, mientras que en las neoplasias, se impondrá el uso de quimioterapia, y la extirpación de la próstata, aunque en muchas ocasiones, cuando se hace el diagnostico, ya hay metástasis.

Para terminar, haré referencia a una de la alteraciones más frecuentes que nos encontramos en los perros, una vez que llegan o están próximos a la vejez. La edad promedio de aparición son los 8 años. Más que una enfermedad en si, se trata de una condición que se da a nivel renal, y que es conocida como Insuficiencia Renal crónica. La falla renal crónica, se debe a una enfermedad renal primaria que ha persistido durante meses o años. Esta caracterizada por la disfunción irreversible del riñón que ha sufrido un deterioro progresivo. La reducción mayor del 75% de la masa renal funcional redunda en el deterioro de la capacidad de concentrar orina (que conduce a la poliuria y polidipsia), con retención de residuos que deberían ser eliminados a través de la orina. Esta circunstancia va a provocar un aumento de la urea en la sangre (uremia). Habrá una menor producción de eritropoyetina, y de calcitriol.
Los síntomas estarán en función del grado de deterioro renal: poliuria, polidipsia, nicturia, vómito, constipación, diarrea, ceguera aguda por hipertensión, convulsiones o coma (tardío), deshidratación, mucosas pálidas por anemia, ulceración bucal, aliento con olor urémico...
En un análisis de sangre, además de anemia y de elevación de la urea, nos vamos a encontrar con que la creatinina está por encima de su valor normal, y es éste el parámetro que nos servirá principalmente para hacer el pronóstico.
Si el fallo renal es compensado, el tratamiento podrá ser ambulatorio, y en caso contrario, el perro deberá ser internado durante unas horas, varios días, para recibir los cuidados pertinentes.
El diagnóstico precoz de esta patología es de suma importancia, por lo que es recomendable que cualquier perro, a partir de los 8 años, sea chequeado con cierta frecuencia, y que acudáis al veterinario en cuanto observéis cualquier cambio en cuanto a la ingestión o eliminación de orina. Del mismo, aprovechad las visitas de rutina, para pedir consejo a vuestro veterinario, que deberá hacer una revisión completa de todos los sistemas orgánicos con el objeto de asegurarse que todo marcha bien.
Es importante que sepáis que a partir de determinadas edades es básico el cambio de alimentación, para lo que tenemos excelentes dietas en el mercado veterinario.

José Enrique Zaldívar

Artículo publicado en la revista El Mundo del Perro.

Clínica Veterinaria Colores: Pso de Santa María de la Cabeza 68 A. 28045 Madrid.

8 comentarios:

Unknown dijo...

Hola:

Felicidades por el blog. Te escribo porque tengo un perro, labrador, de 12 años y desde aproximadamente un año tiene episodios en los que no mueve el cuello hacia un lado. Lo llevé a varios veterinarios y ninguno dio con la solución (o por lo menos con la causa). Te lo comento por si se te ocurre algo.

Yo creo que es una contractura muscular en la zona lateral debajo del cuello y próximo a la pata delantera. Le hicieron radiografías de la pata y tiene un poco de artrosis. Le recetaron antiinflamatorios (metacan, rymadyl, previcox) pero no le hicieron nada. Lo más efectivo, sin ser gran cosa, es la aspirina. La última vez le recetaron adolonta pero cuando se lo iba a dar ya le pasó, por lo que no sé si le hace efecto.

Le suele durar dos días el dolor y pasado este tiempo mueve el cuello con normalidad.

¿se te ocurre algo?

gracias por todo
xenxo pérez

Marisa dijo...

Por favor necesito ayuda. Mi perro es un yorkshire con trece años y muchos achaques, con insuficiencia cardiaca tratándosela desde hace más de cinco años, milagrosamente pasó una bronconeumonía quedándole muy mermados los bronquios, pero a día de hoy juega y no para de moverse lleva una vida bastante normal. Esta primavera después de haberle estado tratando durante casi un año con cortisona le surgieron más problemas al disparársele la urea. Después de dos meses dándole comida especial y tres veces al día un octavo de pastilla de Tagamet 200mg. Hoy me encuentro que lo dejaron de fabricar y las pocas farmacias que lo tienen son dosis más altas. Esta mañana estuve en el veterinario y se vuelve loco para poder encontrar otras pastillas que puedan hacerle el mismo efecto al ser un perro tan pequeño, pesa un kilo novecientos gramos. El posee unas ganas de vivir que nos tiene asombrados no solo se pasa el día de un lado para otro, tiene unas ganas enormes de comer y no hace falta añadirle nada a su comida de régimen que casi ningún perro acepta. Pero ahora nos encontramos con el problema de las pastillas que solo me quedan para unos días.

clariana dijo...

Te agradezco este artículo tan completo sobre la tercera edad en el perro, pues son aspectos importantes a tener en cuenta, que se presentan y va muy bien conocer algo de ellos con antelación. Yo ahora tengo de viejecita a la Missa con 17 años (gata) y empiezan a presentársele algunos de ellos: una catarata espontánea en un ojo, le cuesta evacuar y una vez a la semana le damos un edema, también le molesta la boca, pero no me atrevo a hacerla operar por la edad y lo voy trampeando como puedo. Con la boca, baños constantes con la jeringuilla, de tomillo y de tanto en tanto al veterinario para ponerle una inyección de cortisona y antibiótico. Te explico ésto para que tengas constancia de lo importante que son estas recomendaciones de veterinaria que de tanto en tanto expones en tu blog. Un saludo.

BLUE dijo...

UN ARTICULO SUPER DIDACTICO E INTERESANTE.. A VECES UNO NO KIERE PENSAR EN QUE ELLOS ENVEJECEN PERO ASI OCURRE Y UNO DEBE TOMAR TODAS LAS PREVISIONES.

UN SALUDO FUERTE DESDE PERU

www.animalistas-sa.blogspot.com

Anónimo dijo...

muy buen blog.Tengo un perro de 6 años de edad, es de raza pequeña creo que es un mestizo por que a ninguna raza se le parece, nunca ha tenido que ir al veterinario por enfermedad, es jugueton, corre muchisimo, alegre pero me gsurai saber cuando va entrar en la vejez leo en muchas paginas de alimento para perro que entran a los 7 años y me parexce que son muy jovenes para ya entrar a la vejez a mi me parece que entran a la vejez a los 10 años cuando ya no ven, sordos eso.Ademas el que teniamos antes murio a los 11 años y era de tamaño pequeño ya no veia, y estaba sordo por eso es lo que quedria saber gracias.

Anónimo dijo...

Buscando en la red, encontré su blog, que me ha parecido muy interesante y después de estar pensándolo durante un tiempo, me he decidido a escribirle.
Hasta hace 2 meses, hemos tenido una perra bull terrier, preciosa, muy buena y educada, que murió a los 10 años. Es un momento muy doloroso el que estamos pasando mi marido y yo. Para nosotros era una hija, todo lo que hacíamos estaba supeditado a ella. Personalmente, no consigo dejar de darle vueltas a la cabeza pensando en qué era lo que le pasaba y por eso le agradecería su opinión al respecto, ya que no se le pudo diagnosticar exactamente su enfermedad.
En 9/2008 se le diagnosticó una Polimiositis idiopática inmunomediada, que remitió con tratamiento de prednisona y flagil, perdiendo parte de su musculatura. De 23 Kg que pesaba, pasó a 20 Kg y su actitud desde entonces fue más pasiva.
Desde la enfermedad, pasaba controles con hemogramas periódicamente.
Este verano pasado, en 6/2010 se le apreció Hipotiroidismo, que se trató con Dexnon. Al cabo de un mes, pasó otro control, en 7/2010 y tenia Hipertiroidismo, por lo que se le redujo la dosis de Dexnon.
Al cabo de 15 dias, en 8/2010, dejó de comer, vomitando liquido amarillo de reflujo. A partir de entonces se le administró el alimento forzado con jeringa, ya que tenía dificultat al deglutir y no quería comer. Tenía la mandíbula rígida y las glándulas del cuello inflamadas.
A los dos días, regurguitaba como una flema blanca espesa, que le costaba mucho esfuerzo expulsar, a la vez que al caminar, cada pocos pasos, contraía el cuello y espaldas y regurguitaba continuamente.
Desde el principio recibió asistencia médica, ya que la llevamos a urgencias, se le hicieron pruebas diversas, endoscopias, radiografías, biopsias de las glándulas y de la mucosa gástrica y laríngea, resonancia magnética de la zona laríngea, análisis de sangre, de antireceptores de colinesterasa. Incluso estuvo 12 días hospitalizada para hidratarla.
Se le administró prednisona ante la posibilidad que fuera Miositis, también tomó temporalmente Mestinon mientras se esperaba el resultado de la Miastenia Gravis, que dio negativo. Tomó Imurel . Mientras, seguía tomando Dexnon en mínima cantidad. Ningún tratamiento le hizo efecto alguno. También tomó medicina ortomolecular y bioactivadores.
Desde el primer día, hasta el último, incluso los días que estuvo hospitalizada, perdió aprox. 150 gr diarios, a pesar de administrársele la cantidad mínima de alimento (requerimiento energético)para mantenerse y no dejó de regurgitar la flema blanca espesa en ningún momento (dia y noche. No tuvo diarrea en ningún momento.
El último día, pesaba 10 Kg., no le pasaba la comida, se le quedaba en la boca, su aliento desprendía un olor fuerte, tenía los pàrpados, los ojos (con lipidosis corneal en la parte inferior del globo ocular)y la cara paralizados, estaba postrada y aletargada. Estaba deshidratada a pesar de que le administrábamos agua y tenía la urea muy alta, la temperatura era de 34,7º. Los riñones no le funcionaban.
Las opciones eran dejarla hospitalizada de nuevo para intentar hidratarla, sin que se solucionara el problema que realmente tenía y sin saber si moriría hospitalizada, o dormirla. Decidimos ésta última para no alargarle el sufrimiento, ya que el pronóstico era muy malo.
Puedo pasarle, si lo desea, datos de los hemogramas.
Muy agradecida por su atención.
Mª Teresa

Mart dijo...

Olvidé la identidad para la respuesta del correo anterior referente a la Bull Terrier.

Mart dijo...

Buscando en la red, encontré su blog, que me ha parecido muy interesante y después de estar pensándolo durante un tiempo, me he decidido a escribirle.
Hasta hace 2 meses, hemos tenido una perra bull terrier, preciosa, muy buena y educada, que murió a los 10 años. Es un momento muy doloroso el que estamos pasando mi marido y yo. Para nosotros era una hija, todo lo que hacíamos estaba supeditado a ella. Personalmente, no consigo dejar de darle vueltas a la cabeza pensando en qué era lo que le pasaba y por eso le agradecería su opinión al respecto, ya que no se le pudo diagnosticar exactamente su enfermedad.
En 9/2008 se le diagnosticó una Polimiositis idiopática inmunomediada, que remitió con tratamiento de prednisona y flagil, perdiendo parte de su musculatura. De 23 Kg que pesaba, pasó a 20 Kg y su actitud desde entonces fue más pasiva.
Desde la enfermedad, pasaba controles con hemogramas periódicamente.
Este verano pasado, en 6/2010 se le apreció Hipotiroidismo, que se trató con Dexnon. Al cabo de un mes, pasó otro control, en 7/2010 y tenia Hipertiroidismo, por lo que se le redujo la dosis de Dexnon.
Al cabo de 15 dias, en 8/2010, dejó de comer, vomitando liquido amarillo de reflujo. A partir de entonces se le administró el alimento forzado con jeringa, ya que tenía dificultat al deglutir y no quería comer. Tenía la mandíbula rígida y las glándulas del cuello inflamadas.
A los dos días, regurguitaba como una flema blanca espesa, que le costaba mucho esfuerzo expulsar, a la vez que al caminar, cada pocos pasos, contraía el cuello y espaldas y regurguitaba continuamente.
Desde el principio recibió asistencia médica, ya que la llevamos a urgencias, se le hicieron pruebas diversas, endoscopias, radiografías, biopsias de las glándulas y de la mucosa gástrica y laríngea, resonancia magnética de la zona laríngea, análisis de sangre, de antireceptores de colinesterasa. Incluso estuvo 12 días hospitalizada para hidratarla.
Se le administró prednisona ante la posibilidad que fuera Miositis, también tomó temporalmente Mestinon mientras se esperaba el resultado de la Miastenia Gravis, que dio negativo. Tomó Imurel . Mientras, seguía tomando Dexnon en mínima cantidad. Ningún tratamiento le hizo efecto alguno. También tomó medicina ortomolecular y bioactivadores.
Desde el primer día, hasta el último, incluso los días que estuvo hospitalizada, perdió aprox. 150 gr diarios, a pesar de administrársele la cantidad mínima de alimento (requerimiento energético)para mantenerse y no dejó de regurgitar la flema blanca espesa en ningún momento (dia y noche. No tuvo diarrea en ningún momento.
El último día, pesaba 10 Kg., no le pasaba la comida, se le quedaba en la boca, su aliento desprendía un olor fuerte, tenía los pàrpados, los ojos (con lipidosis corneal en la parte inferior del globo ocular)y la cara paralizados, estaba postrada y aletargada. Estaba deshidratada a pesar de que le administrábamos agua y tenía la urea muy alta, la temperatura era de 34,7º. Los riñones no le funcionaban.
Las opciones eran dejarla hospitalizada de nuevo para intentar hidratarla, sin que se solucionara el problema que realmente tenía y sin saber si moriría hospitalizada, o dormirla. Decidimos ésta última para no alargarle el sufrimiento, ya que el pronóstico era muy malo.
Puedo pasarle, si lo desea, datos de los hemogramas.
Muy agradecida por su atención.
Mª Teresa