Recorte de prensa, healthfinder.gov (2007-09-27) <>
Un estudio busca el "localizador del dolor" en el cerebro.
Un estudio reciente halla que varias regiones del cerebro están involucradas en la determinación de la ubicación del dolor. El hallazgo, publicado en el Journal of Neuroscience por investigadores de la Facultad de medicina de la Universidad de Wake Forest, podría conducir a mejores métodos para tratar el dolor.
En muchos casos, resulta difícil para los pacientes determinar la ubicación real del dolor, anotaron los investigadores. Por ejemplo, el dolor por la lesión de un nervio se siente a menudo en áreas del cuerpo diferentes al lugar donde se encuentra en realidad la lesión. También, una lesión en un lado del cuerpo puede causar dolor en ambos lados del mismo.
"La comprensión científica de los aspectos espaciales del dolor está tan limitada que los pacientes con dolor generalizado podrían ser enviados al psiquiatra en vez de a una clínica para el dolor", dijo en una declaración preparada el neurocientífico Robert Coghill, investigador principal del estudio.
"Este estudio amplía nuestra noción sobre el lugar del cerebro donde se procesa el componente 'dónde' del dolor, y no es tan sencillo como creíamos. Los mecanismos del cerebro que procesan la ubicación del dolor parecen ahora bastante similares a los que procesan la ubicación de la audición y la visión", dijo Coghill.
En este estudio, los investigadores utilizaron la imaginología por resonancia magnética funcional (IRMf) para observar la actividad cerebral en 12 personas sanas, de 22 a 39 años, a la vez que se dirigían dispositivos de calor a puntos específicos de las piernas.
Durante mucho tiempo se ha creído que unas cuantas regiones del cerebro, incluida la corteza somatosensorial primaria, están involucradas en la determinación de la ubicación del dolor. Pero este estudio halló que otras áreas del cerebro, conocidas como el sistema medial del dolor y que se pensaba estaba involucrado en los aspectos emocionales del dolor, también son usadas para determinar la ubicación del dolor.
"Este hallazgo fue sorprendente. El dolor no se comprende bien, y se necesitan mejores tratamientos. Este cambio de dirección será importante para guiar la investigación y los tratamientos hacia la dirección correcta", aseguró el autor del estudio, el Dr. Yoshitetsu Oshiro, en una declaración preparada.
¿ Por qué algunas personas son insensibles al dolor?
"Tengo superpoderes", le susurra la niña Megan a su doctora en un episodio del programa de televisión Grey´s Anatomy. Ésa es la lógica de la niña al porqué es capaz de soportar heridas profundas y golpes con un bate de beisbol, sin sentir dolor. De hecho, Megan tiene un raro desorden genético que la vuelve insensible al dolor. Aunque su personaje es ficticio, su problema es real. Alrededor del mundo cientos de personas sufren de esta anormal enfermedades que los hace incapaces de sentir dolor desde que nacen. Recientemente se descubrió un nuevo tipo de este desorden entre personas de Pakistán del norte. Ahí, los científicos encontraron el gen mutante responsable de esta condición. El estudio, publicado en la revista Nature, podría ayudar a los científicos a comprender mejor el funcionamiento del dolor y así desarrollar nuevos analgésicos con menos efectos secundarios.
Gen defectuoso
Aquéllos que nacen sin sensación de dolor son el clásico caso del desorden de insensibilidad congénita al dolor con anhidrosis (ausencia de sudor). Generalmente estos pacientes padecen de una variedad de enfermedad que incluyendo un leve retraso mental. Sólo un puñado de enfermos son como el personaje de Megan: no tienen ningún otro síntoma además de la ausencia del dolor.
Los investigadores descubrieron la última versión del desorden cuando encontraron a un joven artista callejero en Pakistán. "Lo encontraron en el mercado, clavándose dagas en los brazos", dijo John Wood, un profesor de la Universidad College London de Inglaterra y miembro del equipo de investigación. Al platicar con los lugareños, los investigadores pudieron encontrar otras seis personas, de tres familias de la misma región, que también tenían la misma enfermedad.
Estas personas podían sentir frío, calor y presión, también podían diferenciar los objetos filosos al rozarlos con la piel. Se estimó que todos tenían al menos una inteligencia promedio. Pero ninguno de ellos sentía dolor.
Aunque todos los miembros afectados tienen mutaciones en el mismo gen, sorprendentemente las familias no están emparentadas. El gen culpable codifica una proteína que forma parte del canal que le permite a las partículas cargadas eléctricamente cruzar por la superficie de las neuronas, o células nerviosas. "Este canal es esencialmente crucial para la percepción del dolor", explicó Wood.
El estudio demostró que la mutación detiene el funcionamiento de la proteína. Al parecer esto impide que cierto tipo de células nerviosas, encargadas de informarle al cerebro cuando hay dolor, mandes las señales pertinentes.
Aprender con ejemplos
La infancia temprana puede resultar peligrosa para personas con insensibilidad total al dolor. Son capaces de morder repetidamente sus lenguas y dedos mientras les salen los dientes, o picarse los ojos, e incluso sufrir heridas graves sin darse cuenta. Las seis personas del estudio de Nature tenían heridas permanentes en los labios y lenguas causadas por morderse cuando estaban pequeños.
El niño que encontraron en Pakistán murió al arrojarse desde una casa antes de cumplir 14 años. Sin embargo quienes padecen este problema pueden aprender eventualmente a evitar algunas cosas sin la necesidad de tener el dolor como guía.
Paola Sandroni, neuróloga de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, y quien no colaboró en la investigación, tuvo un paciente con un desorden casi idéntico al de los sujetos de Pakistán. El paciente era muy inusual, pues tenía 20 años cuando le diagnosticaron un desorden nervioso.
Cuando era niño se quejaba con su madre de que algunos niños lo molestaban y herían sus sentimientos. Lo que no mencionó fue que también le habían roto el brazo. Eventualmente "aprendió a utilizar su intelecto, y encontró la experiencia necesaria al observar a los demás", manifestó Sandroni.
En una ocasión el paciente se electrocutó mientras trabajaba con unos cables. "Su brazo saltaba para todos lados, y él no sintió nada. De hecho, pensó que era algo muy gracioso... luego dijo: 'tal vez no debería de estar tocando estos cables'. Así que quitó la mano de ahí y notó que se había quemado" agregó Sandroni.
Cuando Sandroni reportó el diagnóstico a principios de este año, no encontró otros reportes con pacientes con los mismos síntomas. Pero los nuevos casos en Pakistán son muy similares, concluyó.
¿Tendrán los toros de lidia esta increible cualidad?
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