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sábado, 16 de enero de 2010
TAUROMAQUIA VS PEQUEÑOS ANIMALES (RESPUESTA A UN ARTÍCULO PUBLICADO EN MUNDOTORO)
El 27 de Diciembre, la página digital Mundotoro, publicaba un artículo que titulaba: "Cuanto más humano, más negocio". Si no recuerdo mal era la segunda entrega de una serie de textos elaborados para desacreditar a la Plataforma PROU, precursora de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) en favor de la abolición de las corridas de toros en la comunidad autónoma de Cataluña, respaldada por más 180.000 firmas de ciudadanos catalanes. Dado que en esta entrega se hacía referencia al mundo de los pequeños animales y se le relacionaba con los movimientos abolicionistas de la tauromaquia, me he dedicado a recopilar algo de información para dejar en evidencia al autor (cuyo nombre desconozco) de tan nefasto copia-pega. La mayoría de la información que nos aporta está sacada de Wikipedia, la que yo ofrezco es fruto de una experiencia personal de más de 27 años como veterinario clínico de pequeños animales, y está adecuadamente documentada.
Mi actividad profesional como veterinario clínico de pequeños animales se inició hace 27 años. Por aquel tiempo, si mal no recuerdo, había en Madrid más o menos 150 clínicas veterinarias. Hoy, es probable que estén cercanas a las 1000, incluso existen ya las franquicias. Mi número de colegiado no pasa del número 1500; en el año 2010 es probable que los compañeros que se colegien en Madrid tengan un número superior al 5000. El sector de los pequeños animales ha ido creciendo a lo largo de los años, y yo he sido testigo de todos esos cambios. Aún recuerdo los congresos (entonces llamados jornadas) de veterinarios de AMVAC (Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía, fundada en 1981), y de AVEPA (Asociación de Veterinarios Españoles de Pequeños Animales) fundada en Barcelona en 1963, lo que demuestra que hasta en ésto los catalanes iban un poco por delante; las charlas eran impartidas por veterinarios franceses, británicos, y americanos. En los primeros años, estas reuniones profesionales se celebraban en algún hotel del extrarradio de Madrid, y apenas eramos 40 los que a ellas acudíamos. Hoy en día, el congreso anual de AMVAC, se celebra en el IFEMA. coincidiendo con la Feria para el Profesional del Animal de Compañía, y reune a más de 2000 veterinarios, auxiliares de veterinaria, y a numerosos expositores. La mayoría de los ponentes de estos congresos (que se celebran una vez al año), son ya veterinarios españoles. Además de estas reuniones anuales, se pueden contar a cientos las jornadas, y conferencias que se celebran a lo largo del año sobre temas concretos que rodean al mundo de los animales de compañía, y que son organizadas por laboratorios, organizaciones profesionales, o fabricantes de piensos. Nuestro nivel de preparación se ha equiparado al de nuestros colegas extranjeros, que ya no tienen casi nada que enseñarnos. Son numerosos los cursos de reciclaje y de actualización con los que contamos, que son fiel reflejo de lo que los propietarios de pequeños animales nos demandan.
Pero no piense usted que esto es fruto de una confabulación de grupos antiglobalización, veganos, y antitaurinos.
En la década de los 80 tuve el privilegio de acudir al Congreso Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales que se celebró en París, y lo que allí viví no tenía nada que ver con la clínica que practicábamos en España. Nuestro atraso era notorio, y a lo largo de todos estos años hemos ido mejorando, y adaptándonos a lo que el mercado nos pedía, como todos los sectores de la economía. Por aquellos años practicamente toda la literatura que teníamos que consultar para estar al día se publicaba en inglés o francés; hoy podemos encontrar las ultimas novedades en castellano, en numerosos libros, y revistas. Las equipaciones de nuestros centros de trabajo han sufrido en estos años una enorme transformación. En nuestros quirófanos hay monitores de las funciones vitales, nuestras protocolos anestésicos son mucho más seguros; somos capaces de dormir a perros y gatos, y una vez terminada la intervención revertir los efectos anestésicos, y despertar al paciente; hoy, producimos analgesia antes y después de las cirugías, cosa impensable hace muy pocos años. Nuestras técnicas han mejorado, así como el material que utilizamos, lo que nos garantiza en la mayoría de las ocasiones que las intervenciones sean un éxito. Tenemos ecografos, fibroendoscopios, potentes aparatos de rayos X, e incluso contamos (en Madrid) con dos centros que nos permiten realizar TAC y RMC. El veterinario ha pasado a ocupar en la sociedad el lugar que le corresponde como garante de la sanidad, y del bienestar animal. No se debe olvidar que de nuestro trabajo depende en muchos aspectos la salud humana. El control sanitario de los alimentos, y la prevención y control de determinadas zoonosis pasan por nuestras manos. La imagen del veterinario rural es, afortunadamente, historia. Todavía nos queda un largo camino por recorrer, pero el esfuerzo ha merecido la pena, y vamos por el buen camino.
Aquí le dejo un interesante documento que lleva por título: "Plan estratégico de potenciación de la profesión veterinaria", publicado en el año 2007.
No podemos decir, por desgracia, que el colectivo profesional al que pertenezco se haya caracterizado por su aversión al mundo del toro. Tanto los organismos oficiales como la mayoría de las facultades lo han apoyado sin reparos. Evidentemente no vamos a negar que el negocio de los pequeños animales también les reporta importantes beneficios, pero le diré una cosa: cada día somos más los que estamos en contra de que nuestra profesión apoye esta manifestación que me abstendré de calificar. Las nuevas generaciones de veterinarios tienen otra forma de pensar, y ven la relación con los animales de otra manera. Aquí le dejó lo opinan el catedrático de Medicina y Cirugía de la UAB, el señor Lluís Ferrer, el Presidente del Consejo General de Veterinarios de España, Señor Badiola, y el cirujano que operó al ya desgraciadamente famoso "Patanegra", el señor Ramón Herrán. Desconozco los gustos alimentarios de estos compañeros, sus ideas políticas y religiosas, pero dejan clara su posición con respecto a la tauromaquia.
Como vicepresidente y socio fundador de la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia (AVAT), no le voy a ocultar nuestra posición sobre la lidia, y la tauromaquia en general, pero dado que en alguno de los artículos publicados recientemente en Mundotoro hace usted referencia a una parte de mi colectivo que ha sido atraído por las tesis que manejan los colectivos animalistas, le diré que somos una asociación totalmente independiente, lo que no quita, como consta en nuestros estatutos, que apoyemos y estemos dispuestos a asesorar y colaborar con todas aquellas organizaciones abolicionistas que nos lo pidan. Tampoco le voy a ocultar que una de las razones que inspiró la creación de nuestra asociación fue la de repeler la agresión que supuso para nuestra inteligencia la aparición de un estudio que negaba, o mejor dicho, hacía casi inexistente el sufrimiento del toro durante la lidia. Como no podía ser de otra manera, nos preocupamos de responder de forma científica a esas afirmaciones: "Informe técnico veterinario sobre las corridas de toros. Por qué el toro si sufre. Además, algunos miembros de AVAT han sido invitados por Libera a algunas jornadas antitaurinas, como lo han hecho otras asociaciones (Equanimal, Fundación Altarriba, Huellas Cantabría, Fundación Franz Webber) a lo largo de los dos últimos años. En nuestra página tiene usted toda la información que precise al respecto. Tampoco vamos a ocultar que estuvimos en Bruselas invitados por el grupo parlamentario de Los Verdes el mismo día que la Mesa del Toro, desplazada allí, hacía una exposición sobre el arte y la cultura que rodea al mundo del toro de lidia: "Entre el hombre y el toro". De igual manera le informo, que para pertenecer a nuestra asociación no hace falta ser vegano, ni vegetariano, ni omnívoro, el único requisito que exigimos es ser veterinario de carrera y estar a favor de la abolición de la tauromaquia. De momento setenta veterinarios se han unido a la asociación, que no cobra cuotas ni recibe subvenciones de ningún tipo.
No sé si usted es capaz de captar todo lo que esto significa, y que recibe el nombre de progreso. No sé si estará usted a favor o en contra del mismo, pero de su artículo creo poder deducir que igual lo que pretende es que el perro siga siendo única y exclusivamente guardián de rebaños o de propiedades y el gato un cazador de ratones. El animal de compañía no ha sufrido un proceso de desnaturalización, sino que ha entrado a formar parte en la sociedad española del núcleo familiar o si se prefiere de la evolución del comportamiento del ser humano con respecto al resto de las especies animales, y particularmente con las que en un momento determinado de su historia decidió domesticar. Es por esto que deben ser dotados de derechos, que no de deberes. Derechos a no ser maltratados y a no ser utilizados como cosas, o como meros instrumentos de los caprichos de los humanos, con todo lo que esto supone, y por supuesto derecho a ser curados cuando están enfermos, y a ser alimentados correctamente, lo que en nada les hace diferentes a un toro de lidia. Al mismo tiempo, esas leyes de protección animal, que por lo que parece usted cuestiona, son las que el progreso ha creído convenientes para asegurar su bienestar, y por las que tanto luchan los colectivos a los que usted acusa. Tampoco debe usted olvidar que muchos de los progresos que se han implantado con respecto a nuestras relaciones con los animales, no son exclusivas de los de compañía sino que afectan a otras especies animales. De usted un repaso a los reglamentos de mataderos, y verá el profundo cambio que han sufrido en los treinta últimos años. Me consta que algunos reglamentos taurinos también han sido modificados con el transcurso de los años, aunque por mucho que se introduzcan cambios, nunca podrán evitar el maltrato, el dolor, y el sufrimiento inútil al que son sometidos los toros en la plaza.
Tampoco deberíamos olvidarnos de los numerosos estudios e investigaciones que se realizan alrededor del toro de lidia, merecedor incluso de alguna que otra tesis doctoral. ¿Cuánto tiempo y dinero se ha invertido en estudiar el síndrome de la caída del toro, investigado desde 1953? ¿Cuántas jornadas, congresos, symposium, y reuniones son programadas a lo largo del año para hablar de las mejoras productivas, y genéticas de este animal? ¿Cuántas asociaciones profesionales de veterinarios especialistas en el toro de lidia existen? ¿No existe un organismo que recibe del nombre de Centro Etnográfico del Toro de Lidia que depende del gobierno de Castilla y León? ¿No existe la Feria Mundial del Toro? Sé que este año no se va a poder celebrar, y que a partir de ahora tendrá carácter bienal, pero durante once años ha sido programada sin ningún tipo de problema. ¿No se pasan ustedes media vida entregandose trofeos, premios y parabienes?
No nos engañemos, el sector de los animales de compañía, ha avanzado a pasos agigantados en nuestro país en los últimos 30 años, pero en otras naciones como Italia, Francia, Inglaterra, Suecia, Alemania, Bélgica, y por supuesto EEUU, ya había adquirido un gran desarrollo muchos años antes; y le recuerdo que estos países (salvo en el sur de Francia) no había, ni por supuesto habrá, corridas de toros, y en los que se llegaron a celebrar fueron abolidas sin ningún tipo de contemplaciones. ¿También son culpables los movimientos animalistas? No señor, no, la culpa la tuvo la evolución, el desarrollo y el progreso.
España había sufrido un gran atraso en lo que se refiere al cuidado y tenencia de animales de compañía, y hemos tenido que correr contrareloj para equipararnos a los países desarrollados. La normativa europea en cuanto a instalaciones y planes de estudio, hizo necesaria la creación de grandes hospitales veterinarios en los centros en que se imparte la carrera de veterinaria. De no haberlo hecho, nuestra titulación académica hubiera quedado seriamente dañada con respecto a los países punteros de la UE. Evolución, adaptación y progreso. La Deontológia, la Medicina Legal, y la Legislación Veterinaria, ocupan ahora un lugar importante en los programas de estudios de las facultades de veterinarias, cuestiones que hasta hace muy pocos años no merecían la menor atención.
Nombra en su artículo a algunas de las grandes multinacionales (cinco según usted) del sector de la alimentación de los pequeños animales: Mars, Nestlé-Purina, P&G, y Ralston. Creo que sobran dos, ya que Protect and Gamble es una sola empresa, al igual que Nestlé-Purina, y Ralston (antigua marca de Purina, "Ralston-Purina") deja de existir en el año 2001, cuando Nestlé, que comercializaba sus comidas para animales bajo la marca Walthan, se fusiona con Ralston-Purina. Está fusión o absorción no es precisamente interpretada en el sector alimentario de los pequeños animales, como un "favor", sino que nace de una normativa europea que afecta a la libre competencia. Un producto estrella que comercializaba dicha compañía, la marca Proplan, desaparece de la noche a la mañana, y pasa a denominarse Affinity, marca de Advance. De cualquier forma, las fusiones, compras y ventas de marcas, no son nada raro en el sector alimentario de los pequeños animales: le puedo decir que Mars controla en la actualidad, Whiskas, Perfect Fit, Greenies, Nutro y Royal Canin. Ésta última, una empresa francesa, fue adquirida por el grupo Mars en 2002. Y le dejo una primicia: la marca Royal Canin está empezando a ser comercializada en las ¡farmacias!. P&G compró Iams/Eukanuna en el año 1999. Colgate Palmolive comercializa desde hace muchos años, la marca de piensos Hills, pionera, junto con Purina, en las dietas específicas para tratar determinadas enfermedades en los pequeños animales; esta linea de mercado ha sido imitada en los últimos años por todas las grandes marcas de piensos. Mars, por poner un ejemplo, dedica un 58% de su comercio a chocolates, un 2% al sector de la alimentación, y un 40% a la comida de mascotas. Tampoco podemos olvidar que Purina ha sido y es uno de los más importantes fabricantes de piensos para el sector ganadero.
Nombra usted a Nutreco y a Bayer como empresas líderes del sector. Sobre la primera le diré que si lo es, pero como fabricante de piensos para animales de producción, y no de pequeños animales. Su filial, Nanta, produce una gama de piensos para animales de compañia que comercializa con el nombre de "Arion", pero que está muy lejos de sus más directos competidores. Con respecto a Bayer, le puedo decir que hace muchos años trató de entrar en el mercado de piensos de alta gama, siendo su incursión un auténtico fracaso. En la actualidad comercializa una marca de piensos con el nombre de "Mira" con escaso éxito.
Cuando se refiere usted a P&G y habla de su volumen de negocio y de los empleados que tiene, mezcla de forma premeditada los que se dedican al sector de los pequeños animales (una mínima parte) y los que trabajan en el resto de actividades en dicha empresa. P&;G sólo comercializa una marca de comida para perros, que es Iams/Eukanuba, que si bien tuvo un gran impacto en España en el momento en que se introdujo en los canales de distribución de nuestro país, no es ni mucho menos la líder en ventas actualmente en ningún estado.
Resulta curioso que haga usted alusión a la potente P&G como empresa que experimenta con animales sus productos cosméticos, ya que son muchas las organizaciones animalistas que piden el boicot a sus productos desde hace mucho tiempo. Libera también lo hace. Debe usted saber que la UE prohibe tales prácticas. Una muestra más de evolución, desarrolo, y progreso.
El lema "no compres, adopta" figura en la cabecera de practicamente todas las webs que dedican su esfuerzo al bienestar animal, y que forman parte de los movimientos antitaurinos. Cada uno de estos animales que son adoptados son castrados antes de ser entregados, o bien, si son demasiado jóvenes, se adquiere por parte del nuevo propietario el compromiso de la esterilización. Convendrá usted conmigo en que esta forma de actuar no beneficia demasiado a las grandes multinacionales a las que nombra en su artículo. Se entiende con una sencilla regla matématica: menos gatos y perros, menos negocio.
Las cifras que yo manejo, y que proceden de un informe publicado en el año 2005, son las siguientes: en ese año, se vendieron 46.462,5 millones de euros en alimentos y productos para el cuidado de los animales de compañía.
Las ventas de alimentos para perros y gatos en la UE durante 2005 fueron de 13.156 millones de euros. En este mismo informe, puede consultar el número de empleos directos e indirectos que genera este sector. Verá que los números están muy lejos de los que usted, de forma tendenciosa, ha copiado y pegado.
Le dejo un apunte de sumo interés para demostrarle que no es desde hace unas pocas décadas cuando se produce el "boom" en el sector alimentario de los pequeños animales: Purina PetCare fue fundada en 1894 en Missouri bajo el nombre de Ralston Purina Company. Ya en 1920 inaugura un centro de investigación para nutrición de mascotas, y en 1940 introdujo el concepto de programas de nutrición para todas las etapas de la vida, con alimentos especiales para cachorros y adultos. ¡Hace 70 años!. En 1960, Purina introdujo los alimentos para perros y gatos en los supermercados, y en 1970 lanza al mercado las dietas de alta digestibilidad. En 1980 aparece lo que se conoce la gama super premiun, bajo la marca Purina Proplan. Pues bien, no es hasta la década de los 90, cuando los veterinarios españoles empezamos a poder prescribir este tipo de productos a nuestros pacientes. Transcurren por tanto 50 y 20 años respectivamente, lo que deja bien claro el atraso de nuestro país con respecto a otros. Lo único que hemos hecho es ponernos al día. Los movimientos antitaurinos nada tienen que ver en esto.
Sé que no es su obligación estar al tanto de tantas cosas, pero cuando se escriben informaciones como las que usted hace públicas, hay que saber de lo que se está hablando: Le pongo un ejemplo bastante ilustrativo. En la década de los 80, tratar un perro de leishmaniosis en España era muy caro. El antimoniato de N-metilglucamina (glucantime), lo comercializaba en nuestro país un laboratorio dedicado a los animales de producción llamado Ovejero que lo importaba de Francia, y nos lo vendía a los clínicos a precio de oro. Una caja de 5 ampollas nos costaba cerca de 8000 pesetas (a día de hoy serían 48 euros) en el año 1985. ¿Sabe usted lo que cuesta hoy ese mismo medicamento? Pues yo se lo digo: 13 euros.
¿Le parece a usted mal que exista un censo de mascotas? Dice usted que los gobiernos invierten en dichos censos. Voy a explicarle como funciona esto, porque no es exactamente como lo cuenta. Obviaré el censo de los peces, porque en nuestro país no existe, y me cuesta mucho creer que un animal con tan alto índice de mortalidad pueda ser censado. Se sabrán las toneladas de peces decorativos que importa cada país, pero poco más. ¿Qué me dice usted del censo de toros de lidia? ¿Y del de pura sangre inglés? ¿Y del de vacas o cerdos? Si quiere podemos hacer comparaciones.
La Comunidad Autónoma de Madrid obliga a la identificación de perros y gatos a partir de los tres meses de edad, como obliga a la vacunación antirabica de todos los perros, de forma anual, cosa que no ocurre que en otras comunidades, aunque en breve será una realidad en todas ellas. Una vez identificado el animal, acto que se realiza en clínicas veterinarias privadas o durante las campañas oficiales que se desarrollan para tal fin durante unos pocos días en los meses de junio y julio, la documentación pertinente es enviada al colegio de veterinarios de Madrid en donde es introducida en una base de datos, el RIAD (Registro de Identificación de Animales Domésticos) ¿Por qué se optó por la identificación de los pequeños animales en nuestra comunidad? Pues fundamentalmente para reprimir el abandono, y para facilitar la localización por sus propietarios en caso de extravio. Sabiendo los datos personales del propietario es mucho más sencillo perseguir estos actos que son delito. Hasta que hicieron su aparición los microchips, el censo canino en Madrid lo llevaba el Ayuntamiento a través de los partes de vacunación antirábica que emitíamos los veterinarios mensualmente. Cada perro llevaba una chapa metálica en su collar con el número correspondiente, y dicho censo tenía un único fin, el de recaudar el impuesto por tenencia de perros, que hace muchos años que no se cobra. Quizás prefiera usted que nuestras ciudades estén pobladas de perros abandonados, según el capricho de sus propietarios. Aún así los albergues y protectoras siguen llenos. ¿Sabe usted cuantos animales son abandonados en España a lo largo del año? Miles, miles.
Por tanto, le puedo decir que no existe un censo estatal de animales de compañía. Ni existe ni ha existido nunca. Cada comunidad autónoma a través de los colegios veterinarios tiene sus propios censos, y le aseguro que éste es un gran problema: localizar al propietario de un perro censado e identificado en León (por poner un ejemplo) que se pierde en Madrid, es una aventura digna de Kafka.
Como verá comparar el censo de los pequeños animales con el de los humanos es un auténtico despropósito.
Fruto de la legislación que se ha ido desarrollando en función de la evolución que ha tenido el mundo de las mascotas, es necesario en la actualidad, que cualquier perro tenga un seguro de responsabilidad civil subsidiaria. Supongo que a usted esto también debe parecerle mal, pero a mi me parece una medida estupenda. Por un módico precio las compañías de seguros pagan los desperfectos que un perro pueda ocasionar. Una vez más debemos retomar el tema de la evolución, adaptación y progreso. Podemos decir que todavía nuestros perros no pueden entrar en la mayoría de centros públicos o en medios de transporte, como si sucede en otras naciones del mundo civilizado, pero éste es un problema de educación ciudadana, no de los propios animales. Desgraciadamente a lo que yo entiendo por tenencia responsable todavía le queda mucho recorrido.
Volviendo al tema del gran negocio que supone la correcta y por tanto responsable tenencia de un animal de compañía, debo referirme a otro de los sectores que ingresa grandes cantidades de dinero, y que es el de los laboratorios farmacéuticos. En primer lugar debemos entender que la mayoría de ellos, los punteros, no se dedican exclusivamente a los pequeños animales, sino que, éstos suponen una pequeña parte de su cifra de negocio. Empresas como Pfizer, Schering Plough-Intervet (reciente fusión absorción), Novartis, Boehringer Ingelheim, Bayer, o Esteve, se dedican a la investigación, producción, y comercialización de medicamentos para la especie humana, y también al sector de los animales de abasto. Todos ellos facturan mucho más en medicamentos destinados a éstos últimos que a los que van al canal de pequeños animales, y desde luego no podemos comparar la facturación que les reporta el mundo animal con la que les supone la medicina humana. Le aportaré un dato que seguramente desconoce: ante un caso clínico en que yo tenga que prescribir un medicamento que existe como especialidad en el vademécum de veterinaria, y que tiene su correspondiente en el vademécum de medicina humana, estoy obligado por ley a utilizar el de veterinaria. Tampoco le ocultaré que muchos productos veterinarios, aún teniendo la misma composición que la de los humanos, son más caros, pero también más seguros ya que han sido formulados para uso exclusivo veterinario. De esta forma se han reducido considerablemente las alergias a los medicamentos, y tenemos más facilidad para dosificarlos. También le informo de que están apareciendo muchos productos genéricos en el sector en el que trabajo, lo que hará más baratos los tratamientos. Evolución, desarrollo y progreso.
Evidentemente existen otros laboratorios que enmarcan sus investigaciones y su negocio en el sector de los animales, de todos los animales: Merial, Vetoquinol o Virbac.
Los perros y gatos son vacunados, desparasitados, y tratados de sus dolencias, como lo son los bóvidos (el toro de lidia pertenece a esta familia), los conejos, las gallinas, los cerdos y los caballos, y sin querer ser demasiado insistente, son éstos últimos los que les reportan mayores beneficios a los laboratorios y a los fabricantes de piensos; la explicación es sencilla: cojamos un frasco de un medicamento llamado Vetione, (frasco de 50 ml) y miremos su prospecto. La dosis para un perro o un gato, en función de su peso, oscila entre 0.5 a 2 ml por animal. La dosis para un équido o un bóvido, entre 15 y 25 ml, y para un cerdo entre 10 y 12 ml. Eche usted las cuentas, y piense el dinero que le reporta al laboratorio que lo fabrica, tratar a un perro durante 5 días en comparación con lo que ingresa por un tratamiento para un toro de lidia durante el mismo espacio de tiempo. No voy extenderme más en esta explicación porque es de sentido común. También es de sentido común saber la diferencia entre el consumo diario de pienso por parte de un toro de lidia, y por parte de un animal de compañía, guardando las distancias en cuanto a precio/kilo de este alimento.
No sé si lo que usted pretende con sus críticas es que los perros anden por la calle o por el campo llenos de garrapatas, o que su aparato digestivo esté lleno de parásitos, o quizás pretenda hacernos entender que los gatos deben seguir alimentándose de raspas de pescado o de hígado crudo de cerdo, y los perros de restos de la comida, cosa que como veterinario le diré que es insano. Todavía oigo algún comentario de gente mayor que viene a la clínica diciendo que los perros o los gatos comían antes de todo y no les pasaba nada. Cuando les pregunto cual era la media de vida de esos animales, suelen perder la memoria temporalmente. Los veterinarios estamos orgullosos de haber conseguido (gracias a nuestro trabajo y a las grandes empresas del sector) que nuestros pacientes vivan mucho más que antes gracias a la excelente nutrición que podemos ofrecerles, y a los extraordinarios medios que tenemos para prevenir, diagnosticar y tratar sus enfermedades. Tampoco le voy a negar que para nosotros es un negocio, como usted debe pensar que lo es la lidia para los toreros, subalternos, ganaderos, o empresarios taurinos.
Supongo que a usted no le parecerá mal que, con la hambruna que hay en el mundo, un torero cobre más de 150.000 euros (alguno llega a los 250.000) por hacerle la faena a dos toros en una tarde, así que, ¿por qué le parece mal que un propietario con un perro medianamente sano, gaste 400 euros al año de media en sus cuidados? Alguno de estos despilfarradores, estoy seguro de que cometen la osadía de sacar un abono para la feria de San Isidro que se celebra todos los años en mi ciudad. ¿Es moralmente reprobable? Lo he dicho muchas veces: lo que separa al animal de compañía del animal de abasto o del toro de lidia en cuanto a su consideración y respeto por parte del ser humano es su proximidad, que deriva en el desarrollo de determinados sentimientos. Hace años que está llevando a cabo en China (país consumidor de carne de perro y de gato) un curioso experimento: se cede a determinadas familias uno de estos animales para que convivan con él. ¿Sabe usted lo que ocurre al cabo del tiempo? Pues es sencillo de imaginar: en dichas familias se deja de consumir carne de esos animales. Supongo que no tendré que explicarle las razones por las que se produce este "extraño" fenómeno. De cualquier forma le diré que esta iniciativa no parte del gobierno chino, sino de algunas asociaciones de protección animal que trabajan en ese país.
No nos culpe a los que creemos que un mejor trato para los animales, no es una incoherencia existencial, habiendo tanta hambruna en el mundo. Las causas de la existencia de este fenómeno son mucho más profundas y nada tienen que ver con el fructífero negocio que rodea el mundo del animal de compañía. Si sus principios morales son tan rígidos en este tema, por qué no lo son también con los toreros y los ganaderos, cuyo poder adquisitivo ya quisiéramos muchos para nosotros.
Con respecto al tema de las clonaciones, hay mucho de mentira y muy poco de verdad, aunque ya hace algún tiempo escribí un artículo al respecto para una revista de pequeños animales. De cualquier forma, y si los medios taurinos no nos engañaron, también los ganaderos del toro de lidia mostraron su interés por la clonación de sus mejores ejemplares, como son los casos de El Zalamero o Alcalde . Entiendo que será igual de despilfarro clonar a un gato o a un perro, que a un toro de lidia. ¿Cuánta gente puede permitirse este lujo? Aquí le dejo lo que opinaba Javier Cañón al respecto. Hasta en la UE se planteó en su momento si se podría consumir la carne de los toros o vacas descendientes de un toro clonado.
Supongo que sabrá usted lo que es la Encefalopática Espongiforme, la gran cantidad de muertes que produjo, y la causa de la aparición de esta enfermedad. ¿A quién se le ocurrió alimentar al ganado bovino con proteinas animales? Y todavía se atreve usted a hablar de las compras de transgénicos.
Podría usted dedicar otro análisis comparativo a los gastos militares de determinados países, y el producto interior bruto de Etiopía o ya que por desgracia es actualidad, sobre el nivel de vida en Haití, o sobre el estado dramático en que se encuentran los pobladores de la franja de Gaza.
Sobre la prohibición de la caza del zorro que se produce en Gran Bretaña en el año 2004, y que usted también utiliza para criticar la ILP y a la plataforma PROU, se han producido importantes novedades hace un mes: El Tribunal de Estrasburgo ha desestimado todos los recursos presentados por los cazadores, y deja claro en su sentencia que: "Las prohibiciones pretenden eliminar la práctica de ese deporte de la caza y la matanza de animales de una forma que les causa sufrimientos y que es moralmente condenable". ¿Cómo es que los cazadores han presentado recursos a la sentencia, si matan el mismo número de zorros que hace 6 años? Aquí hay algo que no me cuadra.
El que usted no sea capaz de desarrollar determinados comportamientos afectivos por determinados animales, no es razón de peso para que ponga en duda la capacidad desinteresada de una mayoría (sí, podemos decir que mayoría) para ser capaz de generarlos y lo que es más importante, para ser correspondidos. Le recomiendo una extraordinaria experiencia: saque usted a un animal abandonado de la jaula de una protectora, llevelo a su casa, dele caricias, palabras de afecto, comida, agua y calor, y "sufrirá" usted una sensación que no soy capaz de expresarle con palabras.
Ilustra usted su artículo con la lápida de la tumba de una perra de raza Dogo de Búrdeos de nombre Amanda, y no sé si lo hace como mofa o como manifestación de su incredulidad o desaprobación. En realidad me da lo mismo. No sé el número de cementerios de animales de compañía que hay en EEUU, o en Gran Bretaña, o en Suecia, por poner ejemplos, pero le diré que en mi ciudad tan sólo hay uno: se llama "El Último Parque", y lleva en funcionamiento muchos años. Además de dar al propietario cuyo perro o gato han muerto, la posibilidad de darle sepultura, ofrecen un servicio de recogida e incineración colectiva. Le puedo decir que son muy pocos los propietarios que optan por enterrar a su mascota, poquísimos. Hadescan, empresa que empezó a funcionar hace más o menos tres años, si que le da al cliente la posibilidad de incinerar individualmente a su animal de compañia, entregando una pequeña urna con sus cenizas. De momento son muy pocos los que optan por llevarse este recuerdo de su perro o gato a casa, aunque tampoco habría ningún probema ético en que lo hiciera la mayoría.
Hay dos frases que sirven de introducción a su artículo. La primera, "a las mascotas sólo les falta que les legislen la libertad de religión para ser el mayor negocio del mundo", es de una necedad tan profunda que desprestigia por si misma a su autor, y por lo tanto no haré más que este comentario al respecto. Sobre la segunda, "cuanto más humano más negocio", si que le diré algo: nunca he sido partidario de humanizar a los animales, y creo que en esto tiene mucho que ver que sea veterinario, pero si tengo claro que es precisamente nuestra capacidad de admirarlos, de observarlos, de entenderlos, de respetarlos, y de cuidarlos lo que nos hace más humanos. Creo que de este concepto, el de humanidad, hablaba Konstantínos Kaváfis en su poema Ítaca, aunque es una interpretación muy personal la que hago de su maravillosa obra.
No por pertenecer a la especie humana se es humano, hay que aprender a serlo. Para éso existen las Ítacas.
José Enrique Zaldívar Laguía.
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3 comentarios:
Voy un poco despistado. Leí a medias una especie de artículo donde se acusaba a los promotores de la ILP de estar confabulados con las multinacionales fabricantes de piensos para mascotas pero.... es que, verás, me sentí cansado sólo de intentar encontrar la más mínima lógica en todo ello. ¿Qué tiene que ver? ¿Qué es lo que intentaban dar a entender? ¿Qué relación tiene dejar de "celebrar" corridas de toros con la comida para gatos? Si tu sabes de que va la "tesis" rogaría me la explicaras porque mi imaginación no alcanza a comprender tan elevados delirios. salu2!
pd___por cierto...¡rapapolvo!
No, no sé de que va la tesis, es imposible saberlo cuando un tio se dedica a copiar y pegar trocitos de información que va encontrando por ahí. Entiendo que ha intentando colar la relación de algunas marcas de cosméticos (en los que incluye los dentríficos), con la comida de mascotas, y con la idea de dotar a los animales de derechos, (lo que el llama humanizar) y entre medias mete la profesión de Leonardo, la caza del xorro, y las clonaciones... Un disparate tras otro.
De cualquier forma, si un señor habla al principio de 5 grandes multinacionales del canal de alimentación de mascotas, y resulta que una ya no existe, y otra es Protect and Gamble, que él cuenta como dos, es que no sabe lo significa and...
Bueno, ha sido un curro importante, pero me ha servido para recordar lo que han sido mis 27 años como clínico, y para valorar un poco más el trayecto recorrido a lo largo de estos años.
Ok, gracias. Desde luego, ese ideograma que han difundido en base a que "no puede haber derechos sin tener deberes" esconde una filosofía monstruosa, digna del mundillo del que proceden. Son esas cosas con las que una persona acaba retratando su catadura moral. Si de estos dependiera volveríamos a la antigua Esparta y seríamos sólo 300, jaja!
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